Suena la alarma.
Takahashi Misaki (29), abrió los ojos lentamente, desperezándose y cubriéndose la cara por los rayos del sol que lo molestaban.
Enseguida sintió el delicioso olor a comida. Seguramente, su pareja hacia el desayuno...
Cuando volteó, aún en la cama, enseguida notó el espacio vacio. Cuando recordó lo que habia pasado la noche anterior, no pudo evitar el sonrojarse...
Ese idiota...
Volteó al otro lado, y vio la mesita, en la cual habia tres fotografías.
- Buenos dias, Usagi-san -murmuró Misaki alegremente a la fotografia.
Guardó silencio unos segundos, antes de suspirar.
- Te lo dije, Usagi-san... te dije que el cigarro podía matarte.
Ya habian pasado varios años desde que el afamado escritor, Usami Akihiko, habia muerto debido al cáncer pulmonar.
- ¡Misaki! -se escuchó una voz desde la planta baja- ¿ya estas despierto?
- Eh, ¡sí, ya estoy despierto!
- ¡Bueno, el desayuno ya está listo!
Misaki entró al baño y se enjuagó la cara. Ya se habia bañado la noche anterior (de nuevo se sonrojó al recordar el "porque" se tuvo que bañar), así que solo se quitó el pijama, se puso unos pantalones y su camisa.
Cuando bajó, pudo ver a su pareja poniendo la mesa
- Buenos días Misaki -le sonrió
- Buenos días -sonrió Misaki- ¿como amaneciste, Nowaki?
- Muy bien, ¿y tu?
- Igual
Kusama Nowaki (35).
Ya habian pasado varios años desde que su antigua pareja lo habia abandonado.
Ambos se sentaron en la mesa: Misaki frente a Nowaki, pero a un lado del enorme Suzuki-san.
Antes de sentarse, Nowaki miró al oso y le dio unas pequeñas palmadas en la cabeza, sonriendo. Con el paso del tiempo, habia aprendido a encariñarse con el oso.
- ¿Qué no ibas a ir al hospital en la mañana?
- No, le pedí a Tsumori-senpai el día libre hoy, en lugar de mañana
- ¿Y eso por qué? -le preguntó Misaki extrañado
Nowaki señaló el calendario que habia a un lado de la puerta. Misaki sonrió.
- Lo recordaste...
- Por supuesto que sí -le sonrió Nowaki
- ¿No te incomoda?
- Claro que no
- ¿Me acompañaras?
- Obviamente; es algo muy importante para ti
Misaki sonrió en forma nostálgica. Esa era otra razón por la cual quería a Nowaki.
Sí, QUERER... Porque amar...
- ¿Misaki, estas bien? -le preguntó Nowaki preocupado, pues habia notado la pequeña tristeza en los ojos de su amante
- ¿Eh...? Ah, sí, estoy bien
- ¿Cuando iremos?
- ¿Te parece después de que llegue de trabajar? Le pedí a Isaka-san que me dejara salir temprano, después de todo, Ijuuyn-sensei va demasiado adelantado...
- ¿Y que te dijo Aikawa-san?
- Bueno, creo que ella tambien irá, pero antes que yo.
Nowaki solo le sonrió. Ya no quiso decir más, por miedo a poner triste al pequeño Misaki.
Cuando se levantaron de la mesa, Misaki comenzó a arreglarse para ir a la Editorial. Nowaki se quedó limpiando.
Misaki se fue a la Editorial, y ahí estuvo la mayor parte del día. Cuando Isaka le recordó la hora que era, Misaki salió prácticamente corriendo de la Editorial al departamento que compartía con Nowaki.
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Cuando se conocieron, Misaki y Nowaki intentaban seguir con su vida, ambos con el corazón roto. Misaki intentaba superar la muerte de Akihiko, y Nowaki intentaba recuperar los pedazos de su corazón, a pesar de que ya habia pasado tiempo de que Hiro lo habia dejado.
Por razones que jamas volverian a ser mencionadas, Hiro termino su larga relación con Nowaki. A pesar de haber terminado con él, Hiro seguia queriendo a Nowaki, y sabía que con eso rompía el corazón del ojiazul, pero había cosas que no se podían evitar.
Ahora, más que nada, no quería que siguiera sufriendo más, por lo que le rogó que encontrara a otra persona a la cual darle ese amor que, hasta ese día, había sido solo para él.
Nowaki sentía que eso seria imposible, pero...
Hiro le propuso un trato: Si Nowaki encontraba a otra persona con la cual ser feliz, él seria el único en poder llamarlo "Hiro-san".
Y con lágrimas en sus ojos, habia aceptado.
En cuando Akihiko se enteró del cáncer que minaba su vida, quiso alejar a Misaki.
Misaki se habia negado una y otra vez a dejarlo. Akihiko le decía que quería que lo recordara como era en esos momentos, y no cuando ya estuviese cubierto de tubos y agujas.
Misaki solo le dijo: "Un día, yo dije que no podia prometerte quedarme a tu lado para siempre, pero que mientras pudiera, lo haría".
Y con el paso del tiempo, Akihiko se fue debilitando y marchitando.
En sus últimos días de vida, se la pasó en el hospital internado... Y Misaki, fiel a su promesa, estuvo al lado de Akihiko hasta en sus últimos minutos.
Un día antes de que muriese, Akihiko hizo que Misaki le prometiera que buscaría a alguien mas a quien querer, porque no quería que sufriera. Es cierto, una vez le hizo prometer que lo amaría mil veces más de lo que le amaba...
Pero habia ciertas cosas que ni el amor mas fuerte del mundo podía evitar.
Y asi murió Usami Akihiko.
Por alguna extraña razon, ni Misaki ni Nowaki recuerdan muy bien el lugar dónde se conocieron, porque no se habian prestado demasiada atención debido al dolor en el cual habian estado hundidos. Después de que se conocerse, poco a poco se habian hecho amigos, y llegó un punto en el cuál llegaron a quererse demasiado como para ser pareja. Ambos se contaron sus historias mutuamente, y descubrieron que tenian otra cosa en común: ninguno de los dos podía olvidar a su anterior pareja.
Nowaki aún amaba a Hiro, y Misaki aún amaba a Akihiko, a pesar de que ya estuviese muerto.
Pero, decidieron darse una oportunidad, y al año, comenzaron a vivir juntos.
En la mesita de noche a un lado de la cama, habia tres fotografías: una donde estaban Hiro y Nowaki, en la otra estaban Misaki y Akihiko, y en la tercera, que estaba en medio de las otras, estaban Misaki y Nowaki. Ambos habían accedido a poner las fotografías así, pero no era porque se aferraran a un pasado que jamás se repetiría, nada de eso: simplemente, aunque se quisieran demasiado, ninguno de los dos era capaz de olvidar.
Y obvio, habian hecho el amor varias (en realidad, muchas) veces y, para satisfacción de ambos, ni Misaki habia estado pensando en Akihiko, ni Nowaki en Hiro. Sabían con quién estaban, y con quién compartían su vida.
Y gracias a esto, su relación había durado muy buen tiempo.
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Cuando Misaki llegó, se encontró con Nowaki, sentado en un sillón con una gabardina negra. Nowaki le sonrió y le señaló otra gabardina a su lado. Misaki le sonrió y se la puso.
- Mira -le dijo Nowaki antes de salir del departamento- fui a la florería y te conseguí esto...
Misaki tomó el ramo de rosas que Nowaki le extendía.
- ... Baby Romantica... ¿verdad?
- Sí
Misaki acariciaba suavemente las rosas color melón claro. Al tenerlas entre sus manos, los recuerdos venían a su mente... Tantos recuerdos... de cuando tenia 19 años...
Nowaki notó que Misaki comenzaba a hundirse en la nostalgia.
- Anda, vamos o se hará tarde -le dijo suavemente poniéndole una mano en el hombro
- Sí...
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Ambos estaban frente a aquellas enormes puertas de hierro abiertas. Misaki se estremeció: en cierta forma, parecian darle la bienvenida.
Cuando entraron, comenzaron a caminar hacia el fondo.
- Los cementerios siempre me han puesto nervioso -confesó Misaki
- No te preocupes. Los difuntos solo descansan, no te harán nada
Misaki siguió caminando, con Nowaki a su lado. La tumba que buscaban estaba muy apartada de las demás, bajo un árbol de cerezo.
- Solo... como siempre... -suspiró Misaki
- No digas eso Misaki. Tú siempre estuviste al lado de Usami-san, incluso el día de su muerte. No puedes decir que siempre estuvo solo.
Misaki le sonrió tristemente a Nowaki. Nowaki caminó un poco hacia atras, para dejarle a Misaki su privacidad. Misaki se inclinó ante la lápida y dejó las flores a un lado. Se extrañó un poco al ver un ramo de flores a un lado, pero no le dio demasiada importancia.
- ¿Las recuerdas Usagi-san? -murmuró Misaki mientras acariciaba las letras de la lápida que indicaban que un tal "Usami Akihiko" descansaba en esa tumba- son "Baby Romantica"... las que te regalé cuando ganaste el premio Kikukawa... ¿recuerdas esa noche del hotel...?
Misaki seguía murmurando cosas a la lapida. Nowaki no alcanzaba a escuchar muy bien lo que decía, pero solo sonreia.
- ¿Nowaki?
Nowaki sintió que se paralizaba. Aunque hacia AÑOS que no escuchaba esa voz... era una que jamás podría olvidar.
- Hiro-san... -murmuró Nowaki mirando al hombre que estaba detrás de él
- Nowaki... cuánto tiempo sin verte
Hiro caminó hacia Nowaki. El también traía una gabardina negra.
- Lo mismo digo -sonrió Nowaki- ¿qué haces aquí, Hiro-san?
- Visitando a un viejo amigo -dijo señalando hacia la tumba de Akihiko-
- Ah... cierto... había olvidado que Usami-san era amigo de Hiro-san
Hiro siguió mirando la tumba.
- Ese idiota... -murmuró- le dije que el cigarro lo iba a matar... En fin, ¿cómo te ha ido en la vida, Nowaki?
- Mejor de lo que esperaba
- ... ¿Ya conseguiste pareja?
Sonriendo, Nowaki miró hacia donde estaba Misaki arrodillado. Hiro entendió la indirecta y sonrió.
- Ya veo. Se me hacía extraño el encontrarte aqui
- ¿Y tú, Hiro-san?
Apenas iba a contestar, cuando el celular de Hiro sonó.
- ¿Moshi moshi? Sí... soy yo, ¿quien más idiota? Sí, sigo en el cementerio. Oh... de acuerdo. -cuelga- lo siento Nowaki, creo que ya han llegado por mi.
- Ah, esta bien Hiro-san, me alegra el haber vuelto a hablar contigo
- ¡Hiro-chan! -se escuchó la voz de un hombre haciendo eco en el cementerio.
Ambos voltearon.
- Ese idiota... -gruñó Hiro- ¿qué acaso no sabe que no debe gritar en los cementerios?
- ¿Es tu pareja, Hiro-san? -le preguntó Nowaki sonriendo
Hiro miró a Nowaki unos segundos, y luego desvió la mirada hacia el atardecer.
- Aún te amo Nowaki, por eso no quiero verte sufrir.
- Yo también te amo, Hiro-san, y no te preocupes, soy feliz... la cuestion es, ¿tú eres feliz?
Hiro se atrevió a mirar a Nowaki a los ojos.
- Sí. Yo tambiénn soy feliz, y no sabes cuánto me alivia el saber que tú también eres feliz
Nowaki le sonrió a Hiro en forma melancólica y a la vez tierna.
Hiro le devolvió la sonrisa a Nowaki, y comenzó a caminar hacia la salida del cementerio.
- Hiro-san -lo llamó Nowaki antes de que se alejara- tal vez, si nos volvemos a encontrar, podríamos charlar un rato con una taza de café...
Hiro pareció pensarlo seriamente, como si estuviera debatiendo con algo.
- ... Sí... ¿porque no? -le respondió Hiro con voz extraña y sin voltear a verlo- adiós Nowaki -le dijo Hiro mientras continuaba caminando.
- No es un "Adiós" Hiro-san. Es un "Hasta luego"
- ... Entonces... hasta luego, Nowaki...
- Hasta luego, Hiro-san.
Cuando Hiro llego hacia las puertas del cementerio, el hombre lo recibió con una sonrisa.
- ¿Quién era él Hiro-chan? -le preguntó
- ... Un viejo amigo al cual amo demasiado.
- ¿El único que puede llamarte "Hiro-san"?
- ... Sí...
Nowaki siguió parado en su sitio, mirando a Misaki. De un momento a otro, Nowaki se acercó a Misaki y lo abrazó por los hombros.
- No te preocupes... -le susurró dándole un pequeño beso en la cabeza- algún día estarás con él. Te esperará
- ... Nowaki...
Misaki miró a Nowaki a los ojos.
- Mi vida te pertenece a ti... pero...
- ... Tu corazón es de Usami-san, ¿verdad?
- ... ¿No te molesta?
- Claro que no. Se cuánto llegaste a querer a Usami-san, y se que fue muy difícil para ti el dejarme ocupar su lugar... así que me conformo con lo que me puedes dar
Misaki le sonrió a Nowaki dulcemente. Se recargó en el hombro del mayor, y así estuvo unos segundos hasta que Nowaki le levanto la cara y le dio un tierno beso, al cual correspondió.
Después de unos segundos, se separaron. Misaki seguía recargado en el hombro de Nowaki mirando la tumba de Akihiko. Nowaki seguia abrazando a Misaki, mientras veia también la tumba.
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Desde dentro del carro de su pareja, Hiro miraba la pareja que hacia Nowaki con su actual amante. Se veian muy bien...
"Tal vez, si nos volvemos a encontrar, podríamos charlar un rato con una taza de café..."
Hiro sintió un nudo en la garganta.
"No es un "Adios" Hiro-san. Es un "Hasta luego"
Hiro sonrió amargamente. Prefería dejar las cosas así.
Desde el interior del auto, Hiro silenciosamente le deseó suerte a Nowaki.
Sería la última vez que lo viera y hablara con el antes de irse a vivir a Estados Unidos.
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Invisible a los ojos de todos, a exepción de él mismo, Usami Akihiko estaba parado a un lado de su tumba, vestido con un traje formal negro, aparentando la edad de entre 28 y 32 años.
Estaba mirando la pareja que habia frente a su tumba, sonriendo un poco.
Ahora estaba tranquilo.
- No todos los cambios son malos, Misaki -dijo sonriendo a su amado Misaki
Comenzó a caminar en dirección al atardecer. Antes de irse, volvió a mirar hacia atrás, deseándole suerte en el resto de la vida a Misaki y a Nowaki.
Sí, algún dia volverian a encontrarse, pero mientras no...
Siguió su camino. Justo cuando el sol se ocultó detrás de las montañas, a lo lejos, Usami Akihiko desapareció para siempre de este mundo, lléndose completamente tranquilo y feliz.