Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esos ojos verdes que la miraron con cariño por Irie Ryuen

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es la continuación de la historia "Recuerdo que era de color rosa" la historia de como se conocieron Alexandra y Helen, dos chicas muy distantes entre sí y a la vez muy unidas.

Yo pretendo que esta historia sea una serie de one-shots comenzando por el inicio, cruzaré los dedos para que sea de su agrado n.n

Gracias por leer, se aceotan críticas constructivas y de cualquier clase, con sus comentarios me ayudan a corregir mis errores.

Gracias, IRIE RYUEN.

 

Castigada

IRIE RYUEN

 

A dos días de la presentación final de quipo de porristas de la preparatoria, es normal que todos estén muy animados y nerviosos, más la capitana del equipo de porristas femenil Helen Contreras Amador, ella es la chica que todos quieren, es atenta, amable, muy lista (va en 5º año, sección A, clase 1; 5º-A-1, la mejor clase de la escuela) es activa, le gustan los deportes, ha salido con muchos chicos de la escuela, actualmente no tiene novio, etc… y lo mejor de todo es que ella le quito la mala imagen que tienen algunas porritas, zorras.

 

Ella prefiere agradarles a todos aunque le cueste, ese quizás sea su único problema, ya que detesta ser odiada o sentir sentimientos que la hagan sentir incómoda, pero eso lo guarda como secreto.

 

Gabriela, una de las porristas del equipo de Helen, es la única que no soporta a su líder de porristas, es una chica que desde un principio detesto a Helen, y más porque Helen alguna vez fue novia de su exnovio  Demian, Gabriela lo único que desea es venganza contra Helen y se dio cuenta de que lo que ella busca es la aprobación de todos.

 

-¡Helen, Helen! ¡Ven!-gritó Gabriela desde el otro lado del campo de soccer-Quiero decirte algo.

-Claro, ahora voy-Helen que había dado por terminado el entrenamiento corrió a donde estaba Gabriela-¿Qué sucede?

-Hoy hiciste un buen trabajo-sonríe entre dientes-eres una grandiosa capitana, bueno casi…

-¿Casi? No te entiendo ¿A qué te refieres?-pregunta incrédulamente-¿Cuál es el problema?

-Eres demasiado buena, ese es el problema.

-¿Buena? Explícate por favor.

-Me refiero a que una capitana debe de correr riesgos, cometer errores, como todo ser humano, ¿por qué eres ser humano verdad?-la mira con desprecio.

-Claro que soy humana.

-¿Entonces por qué nunca te equivocas o haces algo malo?

-Porque estaría mal.

-Entonces no estás siendo humana, yo quiero que mi capitana sea humana, quiero que trabajes duro-con esa frase, Gabriela ya tenía a Helen en sus garras.

-Supongo que como capitana tengo que hacer que los miembros de mi equipo estén conformes conmigo.

-Y no sólo las del equipo, todos los de la escuela-“es mía” pensó Gabriela-Dime-se le acerco más a Helen-¿acaso no buscas la aprobación de todos?

-Sí-respondió dudosa Helen.

-Bien, entonces has algo malo.

-Pero no sé qué hacer.

-Pues invéntate algo, sorpréndeme.

-Pero no se me ocurre nada.

“Si será tonta esta niña”-Mira, porque no vas a la biblioteca y rayas algunos libros.

-¿Rayar libros? ¿Pero eso no es malo?-Helen comenzó a dudar aun más.

-Ese es el punto, ¿por qué nunca captas el punto Helen? No seas torpe, ahora ve a la biblioteca y has algo malo, has que merezcas ser humana.

-Cla-claro..-Helen comenzó a alejarse, directo a la biblioteca, pero sin querer se tropezó con el pie de Gabriela, la cual lo había puesto a propósito para que se callera.

-Torpe, no te tropieces, ve y apúrate.

 

Helen comenzó a alejarse, casi al punto de llorar, Helen pensaba que Gabriela tenía razón, ella era perfecta, no tenía ningún error y de alguna forma se creyó el argumento de Gabriela, de que ella no era humana, con una expresión triste comenzó a alejarse hacia la biblioteca.

 

-Biblioteca-leyó Helen en el letrero del edificio principal de la escuela-será mejor que haga esto rápido, tomaré uno, lo rayare y después me iré sin que nadie me vea, pero tendré que tomarle una foto para que Gabriela me crea, sí, eso haré.

 

Helen se dispuso a entrar en la biblioteca, pero no vio a una chica que estaba en la entrada con un grupo de estudiantes, al entrar Helen, ellas chocharon.

 

-¿Estás bien?-pregunto la chica-dame tu mano, te ayudo a pararte.

-Gracias, emm disculpa, no te vi.

-Me di cuenta ¿necesitas algo?

-Ehhh no, sólo vine a hacer algo, disculpa-Helen comenzó a alejarse de la chica-Pfffff estuvo cerca, si alguien me descubriera seguro me delataría y terminaría castigada, tengo que hacer todo rápido y sin que nadie me vea.

 

Helen sabía que lo que iba a hacer estaba mal, pero tenía que hacerlo si quería agradarle a Gabriela, camino de manera sigilosa y escondiéndose en cada estante que podía, hasta que llego a una sección donde ella sabía que estaban los libros que se repetían varias veces en la biblioteca, agarro uno al azar, pero al ver su título “las bellas artes” lo dejo en su lugar, tomo otro al azar “los deportes y su historia” lo dejo en su lugar, tomo otro libro “el buen estudiante” lo dejo en su lugar y así lo hizo con cada libro que agarró y es que cada uno de esos libros eran tan importante como los demás, sabía que no quería rayar ningún libro, pero tenía que hacerlo. Al final tomo uno llamado “los tres cochinitos” lo abrió en una hoja en blanco, “al menos este libro no tiene mucho que ver con los de nuestra edad, tendrá que ser este, tiene que ser este”, saco un lápiz de su mochila y el celular de su mochila, y se puso a hacer unos pequeños rayones en la hoja apenas visibles para ella, pero a fin de cuentas rayones, tomo su celular y lo puso en la opción de cámara, con la mano temblando le tomo una foto al rayón, el sonido del obturador se oyó fuerte y claro, Helen comenzó a sentirse mal.

 

-Oye  ¿sabías que rayar los libros y usar celular en la biblioteca está prohibido?-una voz se escucho detrás suyo, Helen volteo con mucho cuidado y miedo, la chica con la que se había tropezado en la entrada estaba justo detrás de ella, con un brazo recargándose sobre el estante y el otro sobre su cintura, cerrándole la salida a Helen, la chica era muy alta y aprovecho su altura para no dejarla ir.

-Ehhhhhh ¿de qué hablas?-Torpemente puso el libro detrás de su espalda y el celular sin querer se le cayó, se iba a agachar a recogerlo, pero la mano de la chica la detuvo.

-Uhm una porrista en la biblioteca… ya sabía que algo malo ibas a hacer-suspiro con aburrimiento-por eso te seguí desde que entraste.

-Ehhh ¿cómo sabías que iba a hacer algo malo?-pregunto Helen, dándose cuenta de que se estaba echando de cabeza.

-Eres una porrista, es de esperarse, ni modo tendré que llevarte a la dirección de la biblioteca, ahí decidiré tu castigo-la tomo de la muñeca, ven sígueme.

-Espera, ¿quién eres tú? No es que no esté bien que me detengas, es que no sé quién eres-digo Helen con voz baja.

-Soy la subencargada de la biblioteca y soy una estudiante igual que tú, ahora ven.

 

Con la fuerza de la chica, Helen fue arrastrada hasta la dirección de la biblioteca, era un lugar muy espacioso, lleno de libros en todas partes y mayormente en el suelo aunque hubiera muchos estantes, estos ya estaban llenos de libros.

-Perdona el desorden y la ausencia del encargado de la biblioteca, pero en estos momentos está recibiendo más libros para la biblioteca, tienes mucha suerte de que él no esté, seguramente él ya te habría llevado con el director general y quien sabe que te hubiera hecho.

-Ehhhh entonces…

-Entonces yo decidiré tu castigo, rompiste dos reglas demasiado importantes, dañaste propiedad de la escuela y usaste celular dentro de la biblioteca, si quieres rayar los libros, rayo los tuyos y si quieres usar el celular, úsalo a fuera, de verdad que eres torpe.

-Perdóname-Helen comenzó a hundir su cabeza entre sus brazos y sin querer le cayó una lágrima casi invisible a la vista.

-Oye, esta es la primera vez que te castigan ¿no es así?-la chica se dio cuenta de que Helen estaba llorando-tranquila, no pienso ponerte un castigo fuerte, anda deja de llorar-se levanto y se acerco a Helen para poner su mano sobre su hombro.

-Es que… es que…-la voz de Helen- yo quería su aprobación.

-¿Aprobación?-la chica se sorprendió.

-Yo no quería rayar ningún libro, no quería hacer nada que estuviera en contra de las reglas-Helen comenzó a llorar un poco más-pero… pero… Gabriela dijo que si no hacía algo malo, que si no cometía un error entonces yo no era humana y no quiero que me desprecie.

-¿Error? ¿Humana?-la chica se quedo pasmada, como quien oye una estupidez, por unos segundos no dijo nada, después comenzó a reírse-ya veo, pues si no querías hacerlo, no tenías que obedecerla.

-Pero es que ella quiere a una buena capitana, ella quiere que yo sea humana, dice que soy perfecta, que no tengo errores y eso es lo que no me hace humana.

-Mira, primero, dudo mucho que un alíen se vea igual a un humano, segundo, cuando entraste a la biblioteca ¿no te caíste conmigo?, si fueras perfecta, me habrías visto y no te hubieras caído, hubieras rayado el libro con pluma, le hubieras tomado una foto y te habrías ido sin que nadie se diera cuenta, cometiste muchos errores.

 

“Muchos errores” pensó Helen, era la primera vez que alguien le decía eso, nadie le había dicho antes que estaba mal, siempre la felicitaban, siempre se enorgullecían de ella, pero nunca le habían dicho que había cometido un error, esta chica era la primera en decírselo, Helen no pudo más y comenzó a llorar.

 

La chica al verla llorar, cerró la puerta con seguro para que nadie las molestara, se acerco a Helen, se puso de cuclillas y abrazó a Helen, Helen se detuvo un momento con cara de susto.

 

-Si quieres llorar, llora, yo no me iré hasta que dejes de llorar-con estas palabras Helen volvió a llorar-ya no estés triste.

-No estoy triste, estoy feliz.

-¿Feliz? Tenía razón… eres torpe y aparte rara.

-Y tú una grosera.

-Anda, tranquila, levántate, el que me hayas contado tu historia, no significa que te salves de tu castigo-se sentó en el escritorio-una semana de trabajo forzado en la biblioteca bastara, alégrate, si hubieras rayado el libro con pluma hubiera sido un mes, eso sin olvidar que usaste el celular.

-¿Una semana no te parece que es mucho tiempo?-dijo Helen sollozando.

-Sí, es mucho tiempo, pero quiero que aprendas que no tienes que ser perfecta para agradarle a los demás, anda, deja de llorar-estiro su mano y seco las lágrimas de Helen con un pañuelo-te ves mejor sin lágrimas.

-Ehhhhh gracias-Helen se sonrojo y puso sus manos entre sus piernas-ehhh ¿cómo te llamas?

-Te daré mi nombre, sólo si tú me das el tuyo primero.

-¿Eres creída o no te gusta que te ganen?-pregunto Helen con cierta burla.

-Las dos cosas-respondió la chica con mucha seguridad-dime tu nombre.

-No si no dices por favor-dijo Helen un poco enojada por el carácter de la chica.

-Dime tu nombre-la chica se acerco un poco a Helen-por favor-dijo con un tono dulce y amable.

-Me llamo Helen Contreras Amador, ¿y tú?

-Yo me llamo Alexandra Mancuera Martínez, mucho gusto Helen-sonrió de manera dulce y un poco presumida, Helen se sorprendió y se sonrojo un poco, aunque Alexandra no se dio cuenta-a partir de mañana tendrás que llegar a las 10 a.m. para cumplir con tu castigo, búscame a esa hora en la entrada de la biblioteca, si no me ves, pregunta por mí con cualquiera de los encargados de la biblioteca, te atenderán.

-Claro.

-Bien, si me disculpas-se levanto-tengo que ir a mis clases-salió de la oficina dejando a Helen sola y perpleja.

-¿Qué fue eso?-pregunto Helen desconcertada.

-¿Qué esperas?-se asomo Alexandra por la puerta-Vamos, tengo que cerrar la oficina, tú también tienes clases ¿no? ¿O acaso las porristas siempre hacen cosas malas?-sonrió burlonamente.

-¿Te deleitas molestándome verdad?

-Así es, es divertido, además lo hago para que veas que un humano puede experimentar cualquier emoción, eres humana Helen, una humana encantadora, ahora ven-le dio la mano y Helen la tomo de inmediato-vámonos, te dejare en el edificio donde te toca clases.

 

Sin más que decir, Helen y Alexandra salieron de la biblioteca, para Helen, Alexandra era una chica misteriosa y no sabía si ella era muy amable o muy grosera y presumida, de lo que estaba segura era que no era alguien común, pues no cometía errores.

 

-¿No serás alíen, Alexandra?-pregunto de improvisto Helen mientras salían de la biblioteca de la mano con todas las miradas clavadas en ellas, con una expresión de sorpresa, Helen no sabía por qué.

-Por supuesto que no soy alíen tonta-dijo Alexandra enojada.

-Es que no cometes ningún error.

-Tú crees que yo no cometo errores, pero no me conoces de verdad… ¿dónde te toca clase?

-En el edificio A.

-Bien, yo te llevó hasta allá.

 

Era cierto, Helen no conocía a Alexandra, a penas y tenían una hora de haberse conocido, ella no tenía ningún derecho a hablar de Alexandra como si la conociera, o al menos eso pensaba Helen.

 

-Muévete, si tienes dudas o algo así sólo toma mi mano y ya.

-Pero ya estoy agarrada de tu mano.

-Uhm pues si aun así tienes dudas agárrala más fuerte-Helen obedeció y casi lastima a Alexandra.

-Oye, eso duele.

-Pues si te duele suéltame.

-No quiero soltarte.

-¿Por qué no?

 

Una sonrisa amable y realmente impactante apareció en el rostro de Alexandra, una sonrisa tan cariñosa y amable que Helen jamás pensó ver, peor había algo en que ella se fijo, había un pequeño sentimiento de soledad y tristeza.

 

En efecto, Alexandra era una persona misteriosa, era orgullosa, presumida, inteligente, amable… o bien ninguna, pero sin querer Helen comenzó a fijarse en ella y en esos ojos verdes que la miraron con cariño después de haber sonreído; Alexandra ser acero a Helen, con una mano acaricio su cabello y se acerco aún más, casi para besarla, pero al instante se separo de ella y con una mirada triste se alejo. Helen se dio cuenta de que Alexandra la había dejado en el edificio A.

 

-¡Helen, Helen! ¿Qué esperas? Ya va a empezar historia, apúrate-le dijeron sus amigas que iban llegado.

-¿Qué no era Alexandra Mancuera Martínez de la clase 5º-B-1?-preguntó una de ellas.

-Sí, era ella-dijo la otra-la chica que por décimas y no paso a la clase 6 de la sección A.

-Sí, por décimas esta a un grado inferior al de nosotras, ¿Qué hacía ella aquí Helen?... ¿Helen?-

 

Helen no respondió, ella no sabía que sólo por décimas ella y Alexandra habían quedado separadas de secciones, ahora lo confirmaba, ella no sabía nada de Alexandra y sin embargo quería saber todo de ella.

-"¿Acaso eso fue un... te quiero?"-pensó Helen queriendo dejar el toque de Alexandra en su cabello e imaginarse lo que pasaba por la mente de la chica...

Notas finales:

Se aceptan críticas de cualquier tipo, gracias por leer mi historia, recuerden que esta es la continuación de "Recuerdo que era de color rosa" sólo que con el inicio de esta relación.

Helen cree que es la única con errores, pero se dará cuenta de que ella no tiene que ser perfecta para se amada por alguien y de eso Alexandra se encargara de hacerselo notar.

IRIE RYUEN


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).