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La Estrella De Mi Vida por Daniss

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Notas del fanfic:

Para las que ya lo leyeron antes son los mismo capitulos, los volví a subir para que no le pierdan el hilo a la historia... y para las que apenas lo leen...son muy debunas, casi todo el fic de una =)

Notas del capitulo:

Hola! después de mucho tiempo volvi. Primero que todo, primero terminare este fic, ya que aveces no me da tiempo de escribir y es muy maluco escribir uno y el otro no. Cree un sitio en el que seguire actualizando los fics en el foro: http://daniss.ucoz.com/ por si me borrar esta cuenta sigamos en contacto, pero para eso me gustaría que me apoyaran con eso, comentando o uniéndosen.

Ahí estare haciendo un blog, avisare sobre lo que pase con los fics, apenas lo cree hoy, por eso esta pobre, pero como estoy en vacaciones lo ire arreglando bien esta semana.

Estos son los capitulos que llebava, y le continuan si mucho dos capis más para el final.

Gracias por leer, y espero que me comenten...

Nos vemos en mi página!! =D

Todo había sucedido tan rápido, en un abrir y cerrar de ojos.

 -vamos Aki-Chan, suéltala- pedía desesperado el pelinegro.

-Ella se lo buscó- dijo mientras hacía más fuerte su agarre.
Un pequeño alarido de dolor lo alertó- ¡Aki-Chan!  La estás lastimando, mira que le duele… por favor, te lo suplico, suéltala- Rogaba el pequeño entre lágrimas.

-no Ruki-“Ruki” casi nunca lo llamaba por su apodo,  solo cuando estaba un poco enojado o hablaban de algo serio.-ella me hizo enojar, ahora yo me voy a desquitar.

En un momento, hizo más presión sobre su pequeño cuello y  los  débiles quejidos de dolor se hacían  inaudibles hasta que su cuerpo dejo de moverse.

-Akira… tu… la mataste- El pequeño no lograba asimilar lo que acababa de suceder, sus lágrimas se detuvieron y al poco tiempo comenzó a temblar.
-Taka…- logró decir el mayor mientras retiraba sus manos del pequeño cuerpo inerte que se encontraba en la alfombra-lo siento… te.-

-¡Cállate!- interrumpió el pequeño-¡la mataste! ¡Te pedí que la soltaras y no lo hiciste!- gritaba el pelinegro mientras su voz se quebraba y volvía a romper en llanto.

-te juro que no lo quería hacer, mi intensión no era esa.

-¡pero lo hiciste!, no me hiciste caso y ahora mi perrita está muerta.

Ruki estaba hecho un mar de lágrimas, su corazón dolía. Se dejó caer al suelo  recostado en la pared mientras sentía su corazón partirse en miles de pedazos.

-Taka… Takanori ¿Qué te pasa?-preguntó nervioso al verlo en el suelo, abrazando sus piernas, temblando y llorando descontroladamente-¿estas bien? Taka respóndeme por favor-caminó lento hasta llegar a él y poder abrazarlo.

-No…-susurró suavemente ante el contacto del mayor

-¿no que?

-no me toques Akira-respondió cabizbajo el pequeño.

Reita estaba desconcertado por la respuesta de su amigo, no quiso mata a la perrita de Ruki, se sentía muy mal por hacerlo sufrir así.

-¿Cómo que no te toque? Te quiero abrazar porque me siento culpable, te quiero, por eso no quiero que estés así-le dijo dulcemente mientras lo abrazaba con fuerza contra su cuerpo.

 -¡que me sueltes! ¡Tu mismo lo dijiste, me abrazas solo porque te sientes culpable, si no hubieras matado a mi perrita ni siquiera me dirías que me quieres!-se soltó del abrazo del mayor para luego empujarlo con fuerza haciendo que chocara fuertemente contra la pared-¡no sabes como te odio!-lo miró con odio, sus ojos estaban llenos de lágrimas, solo reflejaban tristeza y decepción.

-Taka… no sabes como lo siento, yo.-

-¡no digas nada más!-de nuevo lo interrumpió-no quiero escucharte, no quiero verte, pensé que éramos los mejores amigos.

-y lo somos Taka, eres mi mejor amigo

-no Akira, los mejores amigos no hacen lo que tú hiciste, como te atreves a lastimarla, eres un tonto al igualarte con mi Princesa-el pequeño se agachó y cogió el cadáver de la que hasta no mucho era su alegre mascota-es obvio que tú le ganas en fuerza, no tenías porque hacerle eso, ella solo quería jugar contigo, pero eres un tonto amargado que no tiene sentido del humor.

El pelinegro lloraba desesperadamente abrazando al pequeño cuerpo inerte, se sentía muy mal y lo único que quería, era estar solo.

-no voy a decir que esto es un sueño del cual quiero despertar, porque estoy seguro que puede ser la pesadilla más horrible y no duele tanto aquí-dijo entre sollozos mientras tocaba su corazón.

El rubio no sabía que hacer para calmar al pequeño, lo único que podía hacer era escucharlo de lejitos para que no se alterara más y lo echara definitivamente de su casa, en momentos como ese era más que imposible tratar de hablar con él.

-ahora si me quede solo mi pequeña, esta casa no volverá a ser la misma sin ti, voy a extrañar tus cariñitos, que vengas corriendo y ladrando hacia mí cuando vuelva de la calle, también voy a extrañar jugar contigo, salir de paseo… voy a extrañarte mucho mi Princesa.

Reita ya no daba más, se sentía la peor escoria, nunca había visto al pequeño así de mal, Ruki hacía un drama por todo, pero estaba seguro que esta vez no era uno de ellos.

Tenía que pararlo ya o Ruki entraría en una profunda depresión. La única manera era ser fuerte y mostrarse frío e indiferente.

-Vamos Takanori, es solo un animal, déjate de dramas, sécate esas lágrimas y ve al cuarto-mientras su voz sonaba seria, por dentro moría de tristeza por tratarlo de esa forma-y si tanto quieres a los animales te compraré un conejo y así reemplazas a princesa.
 
Ruki quedó atónito por las palabras del mayor, levantó su rostro y lo miró por un rato.
Reita pudo notar como sus lágrimas se detenían y sonrío triunfante por lograr que el pequeño dejara de llorar.
 
-entiendo-dijo el pequeño mientras volvía a bajar su rostro y su mirada se dirigía al pequeño animal que se encontraba en sus brazos-para ti, la muerte de mi Princesa no es sino una tontería, y mis lágrimas y arrepentimiento por no haberla podido cuidar y proteger de una bestia como tú no es sino un drama, sabes muy bien que ella fue mi compañera por 3 años. ¿Qué harías tú si yo asesinara a tu hermana de la misma manera que lo hiciste con Princesa?-Reita se quedó callado y bajó la cabeza-estarías haciendo lo mismo que yo ¿verdad?-El rubio solo asintió-nadie más reemplazaría a tu hermana, ella es única.

-tienes razón Taka
-¡entonces porque mierda me dices que me darás un conejo para reemplazarla! ¡Eres idiota o que!? ¡Lárgate! ¡No te quiero volver a ver! ¡No tienes sentimientos Akira! ¡Ya no eres mi amigo! ¡YA NO TE QUIERO MÁS!

Cada palabra que Ruki decía hacia que de los ojos de Reita salieran aquellas lágrimas que estuvo reteniendo desde hace mucho rato.
Reita que hasta hace un momento se encontraba de pie, ahora estaba sentado en el suelo llorando silenciosamente, lo peor que el pequeño le pudo decir era que no tenía sentimientos y que no lo quería más.

-¡que te largues Akira que no te quiero ver! ¡Coge tu comida  y tu bolso y no vuelvas!

Ruki se puso de pie y salió corriendo a su cuarto. Reita hizo lo mismo apenas lo vio levantarse, corrió tras él. Cuando estuvo cerca del pequeño, este cerró la puerta y le puso seguro.

-ese enano si que corre rápido-como Reita se encontraba cansado se dejó caer contra la puerta-ven Taka, hablemos, por favor, no sigas así-le dijo pero solo recibió silencio como respuesta.

El rubio llevaba más de una hora hablándole a la puerta, por no decir que estaba hablando solo.

En el cuarto del pequeño no se veían luces encendidas, no se escuchaba nada, todo era completo silencio, y para Reita, eso era preocupante.

-ni siquiera un sollozo-susurró-vamos Taka, no me gusta tu silencio, dime algo, grítame si es necesario, pero necesito saber que estas bien-al no recibir respuesta suspiró.

Ese silencio lo estaba matando, no lo podía soportar más, comenzó a llamarlo, a tocas desesperadamente la puerta, pero, todo seguía en silencio.

-¡Taka! ¡Abre la puerta!-silencio-¡abre o tumbo la puerta!-más silencio por parte del pelinegro.
 
Akira se encontraba desesperado, tenía que buscar la manera de entrar al cuarto del pequeño y hablar con él. Intentó tumbar la puerta pero no pudo, él se encontraba un poco débil por lo anterior y la puerta de por si era de madera muy fina.

-no tendré más opción.
Cogió su celular, buscó el número de su amigo y marcó con la esperanza de que le contestara al instante pero no.

-maldita sea Kai, contesta el maldito celular-volvió a llamar pero no le contesto.

Volvió a buscar otro número en su celular y marcó. Luego de unos segundos contestaron.

-¿hola?

-Shima, tienes que ayudarme, ya no sé que hacer-el rubio se escuchaba mal y desesperado.

-¿Reita? ¿Qué tienes? Como que te ayude, ¿Qué paso?-el castaño se preocupo un poco por el tono de voz de su amigo.

-Ruki…

-¿Qué paso con el peque?

-me odia, no e habla, no me quiere ver.

-¿Qué le hiciste Reita?- de pronto, la voz del castaño paso de una preocupada a una seria-
él no se enojaría así por cualquier cosa. Dime ¿Qué hiciste?

-yo… mate su perra.

-es una broma ¿verdad?

-no Shima, es verdad, pero no quería hacerlo, fue un accidente y me arr.-

-¡eres idiota o que!?-lo interrumpió- ¡Ruki amaba a esa perrita!

-¡ya lo sé! Y no te llame para que me gritaras

-entonces ¿para que me llamaste?

 -Ruki se encerró en su cuarto, no me habla, no me grita, no llora, no me abre la puerta, y lo peor-suspiró-ya no me quiere.

-no digas tonterías Reita, como no va a quererte el pequeño, tú estuviste con él cuando… tú sabes, lo apoyaste y nunca lo dejaste solo.

-pero me odia, el mismo me lo dijo… Shima, ven por favor, habla con él ya que no quiere hablarme, necesito saber como está.

-OK, en seguida voy… pero por favor, no la termines de embarrar más, déjalo tranquilo, él necesita pensar.

-si-Reita ya se encontraba un poco mejor, por ahora se iría a la sala y lo dejaría para que se tranquilizara-Shima-lo llamó antes de que colgara
-¿Qué?

-gracias

-para eso estamos los amigos, espérame que ya voy-colgó

Reita llevaba más de 30 minutos esperando que Uruha llegara, no es que vivieran lejos como para demorar tanto. Luego de 5 minutos mas de espera el timbre comenzó a sonar, el rubio se levanto deprisa del sofá y corrió hacia la puerta.

-¿Por qué tardaste tanto? Llevo mucho tiempo esperándote

-lo siento, pero sabes que la única manera de hablar con el pequeño cuando está así, es dándole dulces

-cierto

-en mi casa no tenía, tuve que ir a comprarlos, entonces ya vuelvo, tengo un enano que contentar-salió corriendo al cuarto.


CAPITULO 2
Hace más de dos horas que Shima subió a hablar con el pequeño y no ha bajado, ¿Será que no funcionó lo de los dulces? No, yo creo que si, no se escucha nada, lo más seguro es que ya están hablando.

Todo esto es frustrante, vine a comer con Taka y salí matando su mascota. En ningún momento quise que esto pasara, solo no me controlé, me siento como el peor de los asesinos, no lo digo tanto por Princesa, sino por Taka, lo lastimé de la peor manera, dañé su corazón, lo herí y lo hice llorar. Ese pequeño animal era la única cosa viviente-por no decir humano-que compartía la mayor parte de tiempo con el pequeño, sobretodo porque vive solo en esta enorme casa. Y eso, es lo que más me preocupa, el sufre de constantes depresiones, Taka es todo lo contrario al Ruki rudo y maduro que todos conocen, Taka es mas sensible, infantil y caprichoso.

Todo lo que lo afecta lo hace llorar de tristeza o de rabio por no poder hacer nada para cambiar las cosas, y cuando falla en el intento cae en el mas grande abismo y entra en profunda depresión, en donde su Princesa-y yo a veces-era su única compañía, porque a nosotros ni nos abría la puerta, atrancaba las ventanas y les colocaba cortinas oscuras para que la casa quedara oscura, hasta Shima llegó a pensar que era un vampiro y quería sangre, por miedo no salió de su casa en todo un día, Kai lo llamaba y le decía que saliera y nada, hasta que Aoi fue a su casa por él, al rato nos fueron a buscar a Kai y a mi, no quiero saber como hizo para lograr que saliera.    

Volviendo al tema de Taka, mantenía su casa a oscuras todo el tiempo, donde la única luz era la de las velas que Kai un día le dio de regalo por si “alguna emergencia” y creo que sobra decir que los demás nos reímos de eso, pero valla, si que fueron útiles, ¿Cómo nos dimos cuenta de que su única luz eran las velas? Pues porque a la semana nos dejó entrar a su casa y vimos la esperma de las velas derretidas en su cuarto, el baño y creo que en la sala, no vimos en la cocina, lo que nos hizo pensar que no comió, pero con lo pálido y delgado que estaba, me lo afirmó.

Shima al ver lo que quedó del lindo regalo de Kai regado por todo el cuarto de Taka, pensó que era algún ritual de vampiros. Juro que a veces pienso que cambió de cuerpo con un niño de 5 años, pero al analizar bien lo que había pensado, no se quien es el loco, so Shima por pensar idioteces o yo por pensar que cambió de cuerpo.

Shima puede tener cerebro de nuez, pero es muy buen amigo, cuando se trata de un tema delicado puede llegar a ser más maduro que nosotros. Por eso, llame a Kai, ya que el tiene una clase de “dominio” en nosotros, y mi segunda opción era Shima, ahora, me queda esperar a que logre tranquilizar a Takanori.




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-vamos Taka, sé que no es fácil todo esto, pero tampoco puedes culparte de lo sucedido, no fue tu culpa.

-claro que si, y tenía que cuidarla y no lo hice, deje que Akira la lastimara, no lo pude detener-sollozó

-Taka, sabemos muy bien como es él, es un tonto malhumorado, que no sabe nada de delicadeza, no sabe tratar bien a las personas, es un inmaduro, un animal,  un delincuente.

-¡Basta!-interrumpió- No hables más así de él, él no es nada de lo que dijiste, él  si es delicado, me trata bien, él es maduro, puede ser un poco tonto, un animal, malhumorado, ¡pero no es un delincuente!. Tú no sabes nada de nada, no sabes ni porque estuvo en la cárcel, nunca me dio la espalda, él siempre me apoyo, estuvo conmigo y no permitió que me hicieran algo esos sujetos de ese feo lugar, no sabes como me miraban, lo que me decían, él si sabe tratar bien a las personas, que a ti no te trate así es otra cosa.

-Claro, yo no soy el que le gusto-sonrío

-¿Qué insinúas Shima?

-nada, solo digo que a ti te trata de una manera especial porque le gustas, o dime, cuando peleaban hace un rato ¿lloro?

-si

-El nunca lloraría por un perro, y menos si su dueño le grita y le dice que lo odia, pero, en este caso, eras tú Taka, le dolió todo lo que le dijiste, supo que había hecho mal, que te había lastimado, por eso lloró, ¿crees que lloró hace unos años cuando metió a mi hámster en una ponchera con agua para ver como “nadaba” y el pobre se ahogó?

-al parecer le gusta matar mascotas-suspiró

-como que si, pero ese no es el punto, lo que te quiero decir es que tú le importas, a ninguno de nosotros nos a llegado a pedir perdón.

-Por favor, todos le importamos, somos sus amigos.

-Taka, o no me estas entendiendo muy bien o te estas haciendo el tonto ¡ÉL ESTA ENAMORADO DE TI!-gritó

-…-el pequeño estaba en silencio

-me matará cuando se entere que te lo dije.
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Ya no puedo esperar, mi mente va a colapsar si no sé lo que esta ocurriendo allá arriba, necesito saber de lo que hablan, si Taka esta bien, si a Shima le esta yendo bien o

-¡ÉL ESTA ENAMORADO DE TI!

La acabo de embarrar, claro, me dice que no lo haga yo para hacerlo él.

Ahora si estoy perdido; nunca me volverá a hablar, me va a odiar por siempre, lo mejor será hablar con el, el que no arriesga no gana.

Subí las escalas lo más rápido que pude, no podía dejar que Shima hablara más de la cuenta, esto lo tengo que solucionar pronto.

Como quiero solucionar esto, tengo que ser educado, no puedo ir a insultar a Uru por comunicados y dar información de más-en pocas palabras sapo-.
Una vez frente a la puerta del cuarto de Taka, dudé si entrar o no, pero me di ánimos y toque, no tardo mucho para que Taka abriera la puerta, me miró un segundo y luego se sentó en la cama.

-Shima, ¿podrías dejarnos solos un momento? Necesito hablan con él.

Shima no dijo nada, solo miro a Taka como dudando si salir o no, pero al ver que este no dijo nada y ni lo miro; salio.
Taka miro la puerta al escucharla cerrarse, me miro como esperando que hablara.

-Taka…

-y… ¿desde cuando tocas la puerta?

-no intentes evadir el tema

-no lo hago, solo me pareció extraño que tocaras la puerta. Es todo

No se que me quiso decir con eso, pero por lo menos no llora y me habla, si, señoras y señores, Takanori Matsumoto no me esta gritando, gran avance, ¿Qué más le diría Shima?

-luego hablamos de eso, ahora quiero hablar de lo que acabó de suceder

-¿Qué cosa? Pasaron muchas cosas-Taka se acostó en su cama y me dio la espalda.

-de todo lo que pasó, desde que llegue hasta este momento

-¿de todo eso? ¿Hasta de lo que hablé con Uru?-diste en el clavo pequeño.
-Si Taka, de todo
-bien, ¿por donde comenzamos?
-comencemos desde que llegue a la casa.

CAPITULO 3
Habían quedado de jugar un nuevo videojuego en la casa del menor. Reita llegaría a eso de 6:30 a 7 de la noche ya que tenía cosas que hacer.

Faltando 15 minutos para las 7, el timbre de la casa de Ruki comenzó a sonar anunciando la llegada del mayor, Ruki no tardó mucho en abrir la puerta para recibirlo con una sonrisa.

-Pensé que no llegarías.

-¿Qué? Te dije que estaría aquí antes de las 7.

-si, pero ya quiero jugar, te estuve esperando como 2 horas sentado en el mueble con la película en la mano.

-te dije que venía tarde ¿Por qué hiciste eso?
Suspiro-la emoción, dicen que una vez que empieces a jugar es imposible dejar el control.

-Taka, mejor entremos.

-Oh, verdad, lo siento.

-no te preocupes.

-estaba tan despistado que olvide que estábamos en la puerta.

-eso no importa, aunque hacia un poco de frío.

-pero eso se soluciona cuando encienda la calefacción.

-si.

Comenzaron a jugar, esta de sobra decir que Ruki estaba más que feliz, este videojuego había superado todas sus expectativas.
Reita… pues él estaba un poco molesto, no solo por estar perdiendo, sino por los gritos de felicidad del pequeño cada vez que ganaba.
¿De que era el videojuego? Eso solo lo saben ellos que eran los que lo estaban jugando.

-viste que si estabas molesto.

-un poco, es que no es nada divertido/alentador escucharte gritar “¡si, soy el mejor! ¡Akira no sabe jugar! ¡Eres un perdedor! ¡Nunca podrás ganarme! ¡Amo este juego!”

-lo siento, como ya te había dicho, estaba emocionado y pues me deje llevar un poquito.


Luego de unos 10 -o más- intentos fallidos de ganarle al pequeño, el estómago de Reita comenzó a llamar su atención.
Se acercó a su bolso y comenzó a sacar unas bolsitas.

-¿ya comiste?

-no

-me lo imaginé, préstame la cocina, voy a preparar ramen.

-¿compraste ramen?

-si, en el camino… también traje unas galletas y algunos dulces.

-¿Dulces?-se podría decir que al momento de escuchar la palabra “dulces” sus ojos brillaron-¿Dónde?

-En mi bolso-Dijo desde la cocina-coge algunos y ven a ayudarme, sabes que la cocina no es lo mío.

Ruki hizo lo que Reita le dijo, tomó unos cuantos dulces del bolso y fue a la cocina.
Preparaban todo mientras jugaban y charlaban. Luego, llego Princesa que se encontraba dormida en el cuarto de Ruki.



-llegamos a la parte más triste.

-vamos Taka, no te pongas así, íbamos bien.

-si, pero sabes que fue tú culpa.

-Claro- dijo con un poco de ironía.



Princesa comenzó a pasarse por lo pies de Reita haciendo que este se tropezara en varias ocasiones. Ruki solo sonreía, sabía que Princesa lo hacía en muestra de cariño, pero Reita no lo comprendió y empezó a enojarse.

En un momento mientras Reita iba por los platos, Princesa le volvió a pasar por los pies e hizo que se cayera y quebrara lo que llevaba en las manos.
Aquel estruendoso ruido asustó a Princesa y esta comenzó a ladrarle a Reita, de un momento a otro le mordió el pantalón, este no lo soportó más y la cogió del cuello.
Ruki, quien hasta hace un momento se encontraba inmovilizado reaccionó.

-Aki, déjala, fue un accidente, ven, vamos a comer.

-no, ya se me quitó el hambre. Además me rompió el pantalón.

Cada instante el agarre era más fuerte y princesa se quejaba del dolor. Ruki comenzó a llorar de tan solo imaginar que todo aquello iba a terminar en una tragedia.



-Ahh-suspiró-no quiero seguir hablando de eso-se sentó.

-si, ya sabemos en lo que termina, y no te quiero ver llorar.

-tampoco quiero hacerlo, no quiero dar lástima. Intento pensar que mi Princesa esta en un mejor lugar, sin correr el peligro de que Akira el mata mascotas la vuelva a tomar.

-¡Ey! ¿Cómo es eso del mata mascotas?

-Shima me contó lo de su Hámster.

-Ah, eso es otra cosa. El pobre animal estaba mal, tenía partida una pata.

-¿¡Tenía muletas!?

Se asombro-¡No!

-no tenias por que gritarme-se quejó un poco triste el pequeño

-lo siento, es que Taka ¿como sería capaz de andar en muletas? Es ilógico

-¿me dices bruto?

-Taka...yo-fue interrumpido por el otro

-olvídalo, no hay caso hablar contigo.

-quería ver como nadaba pero-lo volvió a interrumpir

-¿olvidaron colocarle el chaleco salvavidas?-preguntó inocentemente

-si Taka, lo olvidamos, por eso se ahogó-era mejor seguirle la corriente para no verlo enojado o triste.

-no seas idiota Akira, no venden chalecos salvavidas para animales, o si los hay pues no venden para hámsters.

La verdad no me esperaba eso, y menos en estos momentos. Si le decía que no lo habíamos olvidado por que no habían chalecos, se podría enojar o seguiría haciendo esas preguntas raras y sin sentido, no es que no me guste eso, al contrario, me encanta pero este no es el momento para eso. Por eso mismo, decidí seguirle la corriente, pero me fue mal.

-no me digas idiota

-te lo mereces, es que tu respuesta es ilógica-sonríe

-ya veo, te desquitas por lo que te respondí hace un rato

-algo así

-el caso es que lo de Shima fue un descuido, y lo tuyo un accidente, tú sabes como soy cuando estoy enojado, me dejo llevar por mis impulsos aunque se que no me llevaran a nada bueno, donde las consecuencias son malas, y puede salir más de uno herido.

-yo, mi Princesa

- y yo Taka, ¿Cómo crees que me siento al saber que te hice daño?

-¿mal? No se

-me siento una basura, te juro que nunca me había llegado a sentir así

-¿ni lo que sucedió con tu padrastro?

-no Taka, ese día me sentí mal por mi hermana y mi mamá, pero no sabes lo bien que me sentí al verlo ahí, tirado en el suelo agonizando, pagando lo que le hizo a mi hermana y el sufrimiento y decepción que le causo a mi madre.

-Aki, hablas como un enfermo mental.

Takanori me miraba a los ojos, en ellos podía reflejarme claramente. Siempre me gustó su mirada, tan clara y pura, siempre mostrando sinceridad e inocencia. Con ellos puede expresarse bien, desde la ira hasta la comprensión. Ellos siempre hablan más que su propia boca. Valla, ya parezco poeta, uno mediocre pero poeta.

-si, pero ¿sabes? No me arrepiento de nada. Estoy conciente de que lo que hice no fue bueno, tampoco fue la mejor solución, pero a pesar de todo lo malo, terminó en algo bueno.

-¿y que fue lo bueno?

-que te conocí

-y en un feo lugar

-aun lo recuerdo a la perfección

-igual yo.



Hace 5 años mi madre conoció un tipo que no me callo muy bien. Casi todos los días iba por ella al trabajo, le traía flores, chocolates, la invitaba a salir los fines de semana.
Mi hermana y yo nos sentíamos un poco inseguros con ese señor, lo conocíamos muy poco, pero como mi mamá era feliz, pues ni modo.

Como a los 4 meses, comenzó a dormir en nuestra casa, no me gusto nada, me encerré en mi cuarto haciendo mala cara y con un genio de los mil demonios.
Sentí que mi hermana toco la puerta para decirme que bajara a comer, pero hoy no quería verlo sentado en mi mesa, abrazando a mí mamá y seguramente diría lo feliz que estaba por quedarse en mi casa y que nosotros lo aceptáramos, pobre iluso.
 Ese señor cogió de costumbre quedarse en mi casa 3 o 4 días a la semana, y disimuladamente iba trayendo sus pertenencias hasta que un día llego con las demás cosas que tenía.
Ese día me sentí mal, como si yo no importara, días antes hable con mi madre, no quería que ese tipo viviera en mi casa, me dijo que no lo iba a hacer, que él seguiría en su casa y nosotros en la nuestra.
Pensé que mi hermana me iba a apoyar para sacarlo de la casa, pero su respuesta me descolocó.

“-Mana es agradable”

En ese momento supe que mi vida no sería la misma. Mi vida se volvió un infierno, menos espacio, menos comida-por que había una boca más para alimentar-y más platos para lavar, pero no, mi mamá estaba loca si creía que yo le lavaría los platos a él.

Viví así un año, donde el señor ese no se ganó ni mi respeto, mi cariño no nada, me daba más desconfianza desde que empezó a ser más “cariñoso” con mi hermana. Cuando le traía flores a mi mamá le daba una que otra rosa a mi hermana, así mismo pasaba con los chocolates y las salidas.

Mi hermana se veía feliz, no sonreía así desde que mi padre murió.
Cuando pasó eso, yo tenía 5 años recién cumplidos y mi hermana 7. Creo que a ella le hizo más falta que a mi, yo sabía que por pequeño que fuera tenía que ser el hombre de la casa, deje los juguetes a un lado y pensé en el futuro, ese es otro cuento que después contaré.

Un día me comenzó a preocupar mi hermana, llevaba varios días en que casi ni comía, ya sonreía menos, tenía ojeras y se mantenía más distanciada del señor ese.

Hacía ya un año y medio que ese señor apareció en nuestra vida, mi hermana seguía decaída, flaca y pálida, no me decía lo que le pasaba, mi madre trabajaba todo el día por que su “marido” se había quedado sin trabajo.
Yo tenía 16 años y mi hermana 17 y medio, ella es un año y medio mayor que yo.

En uno de esos días, mi madre tuvo un viaje de negocios y nos teníamos que quedar los 3 en casa.
Yo tenía planeado salir con Shima el fin de semana en la noche, mi hermana me pidió que no lo hiciera con la excusa de que era muy peligrosa la calle a altas horas de la noche, más sin embargo ignoré sus palabras y me fui.

Cuando me encontré con Shima, la noche estaba fresca, primero teníamos que encontrarnos con Aoi en el parque cerca de mi casa, para luego buscar un buen lugar donde quedarnos.
De un momento a otro, comenzó a hacer mucho frío, era tanto que yo ya estaba temblando, Shima llevaba camisa de manga larga, por eso no tenía frío, pero la mía era de manga corta, en ese momento llegó Aoi, les dije que se adelantaran que yo iba por un saco y los alcanzaba.

Cuando llegué a mi casa, me dio escalofrío, escuché a mi hermana gritar, creo que me puse pálido y todo, me dio mucha rabia, el maldito desgraciado ese le estaba haciendo algo a mi hermanita.

“-¡Ya! ¡Por favor pare!”

Por lo que escuché, estaba llorando

“-¡no! ¡Déjeme! ¡No voy a decir nada pero déjeme!

-¡Deja de llorar!-la abofeteo-¡Por que lloras si sé que te gusta!”

Salí de mi trance y corrí al cuarto de mi hermana, podía escucharla llorar, pero no estaba allí, fui al cuarto de mi madre, al baño, pero no tuve suerte.

“-¡No!”

¡Maldito!. Corrí a mi cuarto y pude ver a mi hermana amarrada a la cabecera de la cama, estaba desnuda y con ese idiota encima de ella.
El desgraciado apenas escuchó la puerta se voltio, me vio y sonrió. Eso hizo que me le lanzara a él y se lo quitara de encima a mi hermana.

Comencé a pegarle con mis manos, mis piernas y todo lo que encontrara cerca, nunca me fije donde le pegaba, en ese momento estaba cegado por la rabia, ese maldito se había atrevido a tocar a mi hermana, a lastimarla, abusó de su confianza… y… de… ella.

Ahora es donde entiendo todo, por eso se alejaba de él, por eso dejó de sonreír por eso… me pidió que no me fuera.
En ese momento me sentí mal, que ella se encontrara así era mi culpa, no pude entender su mensaje cuando me pidió que no saliera. Ella no se quería quedar sola, me quería con ella, si tan solo le hubiera hecho caso y me hubiera quedado, abría evitado todo esto.

No pensé en nada más y lo seguí golpeando, tenía que vengarme, nos engañó a todos y se burlo de mi madre.
Sentía que me golpeaba, pero el único golpe que me dolió un poco fue el que me dio en la cara, nada de eso me detuvo, al contrario, le daba con más ganas.

“-¿crees que haciendo esto olvidarán todo?”

Le dí otro golpe, no se si entendió que esa era mi respuesta.

“-no sirve de nada, ya está marcada”

Esa fue la gota que rebalsó del vaso, cogí aquel bajo que era muy valioso para mí y se lo quebré en la cabeza.
Hasta ese momento mi hermana no había dicho nada, al parecer estaba desmayada o en shock, pero escuché claramente como me llamaba.

-Akira-me levanté de inmediato y fui hacia ella, estaba más pálida que nunca, podía ver su cuerpo todo maltratado, tenía moretones; unos viejos y otros más recientes, tenía cortes en brazos, piernas y pecho y de estos salía sangre.
El tendido de mi cama se encontraba sucio, tenía sangre, saliva y otras cosas que no quiero saber.

Rápidamente la desaté de la cama, sus brazos quedaron con marcas ya que la cuerda estaba muy apretada.
Cubrí su cuerpo con sábanas limpias y la abracé fuerte, quería que supiera que me tenía a su lado, que ya no estaba sola.


CAPITULO 4
Lo que siguió después no fue muy bueno. Yo fui enviado a una correccional de menores, pues tenía 16 años, el tipo ese estaba entre la vida y la muerte en un hospital, su estado era muy crítico, pues el mejor golpe que le di fue en la cabeza y con mi valioso bajo -que quedo hecho trizas- y bueno, tiene hematomas y otras cosas que no recuerdo ni me importa. Mi madre estaba furiosa porque su marido estaba en un hospital, yo me tire la vida yendo a una cárcel y mi hermana estaba con depresión y parecía zombie.

En ningún momento preguntó cual fue el motivo por hacerle eso a Mana, solo me dijo que yo estaba loco, que no podía ir golpeando gente solo porque me caigan mal, que esos no son motivos para mandarlos al hospital, y cuando le fui a explicar simplemente me mando a callar. Que se valla al diablo con su marido, en este momento lo más importante es mi hermana, ella es la más perjudicada en todo este rollo, no me importa quedarme en esta cárcel porque eso es, solo que por ser para menores le cambian el nombre, que tontería- con tal de que ese maldito pague por lo que hizo, y claro, que mi hermana esté bien.

No se si es solo aquí o en las otras correccionales también que nos separan, si ya saben que eres culpable de algún delito te mandan para las celdas normales, pero si todavía no se sabe mucho de tu caso, te mandan a otras un poco más lejanas; y en una de esas estoy yo.  Desde que llegué a este maldito lugar, no he dicho ni una palabra, sólo me levanto y hago lo que nos obligan a hacer; bañarnos todos juntos y desnudos, si se te cae el jabón es problema tuyo si te agachas a cogerlo aunque yo no lo recomiendo- hacer las filas para que nos cuenten, ir al bongo -comedor- al patio o para mayor comodidad irse a la celda a hacer pereza. No pienso decir exactamente los motivos del porque estoy en este lugar, no quiero que mi hermana quede mal, que todo el mundo sepa que abusaron de ella y le hicieron todo lo que le hicieron, simplemente digo que casi mato a un imbécil y ya, para muchos eso no es nada, aquí hay jóvenes con delitos mucho más mayores, hay uno que con 17 años y ya carga con 4 muertos, otro de 16 y violó como a 5 niñas –y según lo que dicen, entre ellas su hermana- otros por robos, extorsión, porte ilegal de armas –o algo así, en todo caso llevaban armas ilegales- , tráfico de drogas y muchas cosas más.

Valla, llevo un mes aquí encerrado, el tiempo pasó muy lento, esto cada día se vuelve peor, es todo un infierno. La única visita que me era permitida era la del abogado que mi hermana me mandó, tenía que declarar, decir todo tal como fue, y mi hermana tenía que hacerse exámenes y declarar también, eso podría facilitar todo, lo único malo era el tiempo, mi caso podría durar meses, hasta más de un año. Yo estaba flaco, la comida aquí es un asco, por eso como muy poco.

 Los que llevan más tiempo aquí, se creen los reyes; “tienes” que hacer todo lo que te digan porque si te opones te va mal, que se jodan, no le hago caso a mi madre para venir a hacerle caso a unos estúpidos que se creen el tres bolas.

Hace como una semana quisieron castigarme por mi desobediencia, pero los muy bobos creyeron que me les iba a quedar quieto, eran como 5 contra mí, unos venían con navaja, creo que eran dos y los otros 3 no traían nada. No es por creerme pero estuve en clases de karate cuando era pequeño, y aún recuerdo algunas cosas, eso me ayudó mucho para defenderme, aunque todo hay que decirlo; me dieron unos golpes y unos de esos tipos con navajas que alcanzó a cortar el brazo, nada de que alarmarse; me llevaron a la enfermería y me suturaron… unos 5 puntitos nada más. Por esa pelea a ellos les fue mal, por agredirme y venir armados, yo sólo me defendí.

Desde aquella pelea me fueron cogiendo respeto, fui el único que se atrevió a enfrentar a ese grupo de idiotas, ya nadie se metía conmigo, de nuevo era yo y mi soledad, me enviaron a otra celda, ya que la anterior era poco segura y no querían que fuera lastimado. En esta celda solo soy yo -sin contar las cucarachas y arañas que se pasean por las paredes, esto parece Halloween, nunca voy a volver a colocar telarañitas y todas esas cosas en mi casa cuando salga de aquí- creo que por eso me envidian mucho en este lugar, los otros tienen que compartir su “cuarto”  y yo no. Pero esa dicha me duro hasta que me dijeron que venia otro “inquilino”, y que al igual que yo, podría correr algún riesgo quedándose en otra celda, por ese motivo tendría que quedarse conmigo.

No puse problema ni dije nada, si también podría correr riesgo es porque no era tan malo, y si lo era pues yo me encargaría de que lo mandaran a otro lugar, quizás correría más riesgo conmigo que con los demás. Todos mis pensamientos de cómo hacer que se largara a otra celda en caso de que tuviéramos problemas se fueron al diablo en cuanto lo vi entrar, ¡era un niño! Parecía de 13 o 14 años, era pequeño, muy blanco y de cabello negro. Era tímido, en cuanto entró se sentó en una esquina abrazando sus piernas, no dijo nada, todo era silencio, o lo era hasta que se empezó a escuchar unos suaves sollozos; el pequeño estaba llorando.

Yo nunca e sido sentimental ni cariñoso, solo con unas pocas personas, con mi hermana, mi madre y creo que nadie más, ¡a sí! Una vez fui cariñoso con Shima, de resto nadie más, pero al ver a ese niño llorando me dio tristeza, creo que lo de mi hermana me afecto mucho, me hizo recordar el momento en que la vi llorando a ella días antes de saber el porque de su estado, estaba exactamente igual que el, es más, tienen el mismo tono de piel, con la diferencia de que ella se tinturo el cabello de color rojo, a y claro, ella es mujer –creo que ese comentario es demasiado obvio-.

Cada momento se escuchaba más fuerte su llanto, su cuerpo sufría leves espasmos, aún seguía abrazando sus piernas y tenía su frente apoyada en sus rodillas, podía ver como sus lágrimas caían, o solo un poco porque su cabello tapaba gran parte de su rostro. Me desesperé, quería hacer algo, quería ayudarlo o por lo menos hacer que dejara de llorar, no podía soportarlo más, me dolía verlo así, y la imagen de mi hermana no desaparecía de mi mente, al igual que ella se veía tan indefenso.

Me acerqué un poco a él, no lo hice muy rápido ya que no quería espantarlo. Tan pronto me sintió cerca de él levanto la cabeza, me miró aterrado y corrió a la otra esquina.

-oye niño…-no me dejo seguir hablando porque me interrumpió.

-no me haga nada, se lo pido, prometo que me voy a quedar callado y voy a dejar de llorar, que no lo voy a molestar y me quedare aquí en esta esquinita pero no me haga nada.-dijo entre lágrimas

-no te voy a hacer nada-me volví a acercar a él –solo quiero-

-si quiere mis zapatos yo se los doy-me volvió a interrumpir-o si quiere mi ropa también, pero por favor, no me lastime.

¿De donde sacó que quiero sus zapatos o su ropa? Todo sería más fácil si me dejara hablar.

-déjame hablar-me miró- no quiero tus cosas, solo quiero-

-ay no, no me viole por favor- volvió a llorar

 Hay no que desespero este niño, así no se puede hablar con él.

-¡ya deja de interrumpirme!, ¡solo quiero saber por que mierdas estas llorando, pero si no me dejas hablar entonces como lo voy a saber!

Me miró como con miedo y comenzó a llorar más fuerte que antes. No lo entiendo, si no le hice nada por que llora, no me digan que fue porque le grité porque hay si quedamos bueno, yo con poca paciencia y el un llorón.

-¿no que te ibas a quedar callado y dejarías de llorar? pues hazlo rápido-no lo vallan a tomar a mal, es solo que quiero que deje de llorar  pronto para poder hablar con el.

-lo… siento… mucho-susurró-de verdad no quiero molestarlo, lo que menos quiero es tener más problemas de los que ya tengo.

-¿y por que estas aquí?-¿Qué? Es normal tener curiosidad, además este niño no tiene cara de malo, todo lo contrario, parece de buena familia, no solo porque su ropa es de marca ni nada de eso, sino que… no lo sé, simplemente no parece ser malo, o quien sabe, las apariencias engañan.

-me engañaron-¿Qué?-mis supuestos “amigos” me invitaron a una fiesta, yo fui, y pues nos dijeron que lleváramos cosas.-ya creo saber por donde va esto-entonces, pasamos por la casa de uno de uno de ellos por unas cosas, llevábamos cerveza, como los cajas son tan pesadas ellos sugirieron irnos en carro. Cuando llegamos había policías afuera requisando a todos, ni nos dejaron entrar sino que nos pararon también, nos hicieron bajar del carro y comenzaron a requisar. Luego, sacaron un bolsito que había en la maletera, y cuando lo abrieron había cocaína en él, no poquita, sino como 3 kilos.-me lo suponía-te juro que yo no tenía idea de eso, siempre pensé que ese bolsito era el de las herramientas, y pues nadie me creyó, y estoy aquí por que también iba en el carro donde la estaban transportando, van a investigar y si comprueban que soy inocente me dejaran libre.

-vaya, tu historia es peor que la mía, ¿eso cuando sucedió?

-anoche, mis padres casi se mueren cuando los llamaron a avisarles, dijeron que yo era una vergüenza para ellos, que como se me ocurría hacer eso, que en que fallaron -Suspiró-que me tire mi futuro por idiota, que yo lo tenía todo y así busqué “otras cosas”.

-ami también me dijeron que me tire mi vida, pero no me importa, lo que yo hice fue por una buena causa.

-¿tú que hiciste?

-casi mato a mi padrastro por violador.

-¡¿tú padrastro era un violador?!

-sí, se atrevió a tocar a mi hermana, abusó de ella y pues lo mande para el hospital, esta que se muere.

-eso es muy malo, si ese señor se muere tú te quedarás aquí por asesinato.
-ya lo sé, pero se lo tenía bien merecido.

El niño no era mala persona, seguimos hablando de varias cosas, me dijo que se llamaba Takanori Matsumoto, que su familia lo quería casar con la hija de un ministro de no me acuerdo que, eso solo quiere decir que este no es cualquier niño, eso explica el porque se tiro su futuro; ¿Quién se quiere casar con una persona que estuvo en la cárcel? Lo que me sorprendió fue cuando me dijo que tenía 15 años, ¡no los aparenta!

 

  
CAPITULO 5
La vida es tan impredecible, un día podemos estar vivos y al otro muerto.
De un momento a otro ese tipo apareció en nuestras vidas.
De un momento a otro la felicidad de mi hermana se esfumó.
De un momento a otro llegué a la cárcel.
Y… de un momento a otro apareció Takanori.

Mis días ya no son tan solos, este niño es una buena compañía. A veces me cuesta aceptar que tiene 15 años y no 13, pero por su comportamiento parece de 8.
¿Por qué lo digo? No hay problema, yo les cuento.

El día que llego a este lugar -exactamente 4 días- nos quedamos hablando mucho tiempo, luego fuimos al bongo a comer y algunos se fueron para las celdas y otros para el patio. Takanori lloraba mientras comía ¿el motivo? Pues…

“-Akira, no me gusta esta comida- decía entre lágrimas.

-Pues no te la comas y listo.

-Pero tengo hambre.

-Entonces comete eso de una vez y deja de llorar-le dije con indiferencia mientras me volteaba.

-Pero Aki… -lágrima-mi comida está muy fría, no puedo comer esto así, ni siquiera la calentaron.

-Claro que si la calentaron, es solo que a ti no te parece nada, no te conformas con lo que te dan aquí ya que estabas acostumbrado a comidas elegantes.

Me miró con los ojos llorosos y luego miró su comida, cogió la cuchara y comenzó a comer. Con cada bocado hacía muecas de desagrado mientras lágrimas caían por sus mejillas, pero siempre en silencio. La escena me conmovió, por eso cambié mi plato con el suyo, mi comida estaba un poco tibia y casi intacta. Cuando probé la comida del plato del pequeño, me dí cuenta que tenía toda la razón, su comida estaba muy fría –con razón lloraba, eso estaba asqueroso- Takanori me miro un poco desconcertado.

-Aki…

-cállate y come- lo interrumpí- mi comida está un poco tibia, apresúrate antes de que se enfríe y no te quejes.

Comencé a comer para que no dijera nada más y comiera, él me sonrió y comenzó a comer, ahora si había dejado de llorar mientras que yo hacia todo lo posible por tragar esa porquería a la que las cocineras llamaban “comida”.
Verlo comer tan feliz y a gusto me dio moral para comerme esa… comida. Luego de eso, nos quedamos un rato en el patio para respirar otro aire que no fuera el de la celda. Ahí volvimos a hablar, me contó que su abuela estaba muy enferma y eso lo tenía muy mal ya que para él era su segunda madre, y para colmo esa misma semana la operaban del corazón y él le había prometido estar con ella ese día.

Volvimos a la celda, mi hermana había hecho los arreglos para que yo tuviera la mayor comodidad mientras estuviera aquí, eso incluía una cama grande, cobijas, almohadas, ventilador y una grabadora. Por esta vez le presté unas cobijas para que no tuviera mucho frío en la noche; las tendió en una esquina y se acostó. Los guardias apagaron las luces a las 9 de la noche y todo se volvió silencio.

-Aki.

-¿mhh?-antes, todo era silencio.

-¿estabas dormido?

-no pero estoy por hacerlo.

-lo siento-respondió un poco triste

-¿Qué querías?

-yo…-se detuvo un momento-nada, solo quería darte las gracias.

-no hay por que.

Luego de eso lo sentí moverse varias veces bajo la cobija, también pude escucharlo murmurar cosas, estuvo así como por 20 minutos y él no podía dormir y  yo tampoco. No se por que pero me dio la impresión de que eso no era lo que me quería decir.

-Takanori -lo llamé pero no me respondió- ¿Que era lo que querías decirme?

-ya te dije que las gracias.

-no te creo, además ¿Qué te pasa?, pensé que querías dormir.

-es que… no tengo sueño.

-como que no, si casi te quedas dormido en el patio, ahora dime la verdad.

-Esta bien –suspiró- estoy triste.

 -¿seguro que era solo eso?

- si… y le temo a la oscuridad, y sobre todo en un lugar como este, tengo la impresión de que alguien va a entrar y me matará.

-no seas idiota, la reja tiene llave, no hay manera de que alguien entre o nosotros salgamos, a menos de que el guardia la abra.

-Ok.

Luego de eso se volvió a quedar callado, de nuevo todo era silencio, cuando estaba por quedarme dormido, sentí a Takanori temblar- o bueno, escuché aquel sonido que haces con los dientes cuando tienes mucho frío- Eso me inquietó y salí de mis cobijas para levantarme a ver lo que le pasaba, estaba haciendo frío, me acerque al pequeño y estaba todo envuelto en aquella cobija que le preste, pero estaba temblando mucho, pensé que era por el frío del suelo y de la noche, además la cobija no era muy calientita que digamos. Me preocupe y empecé a llamarlo por si estaba dormido.

-Takanori, despierta, ¿Qué tienes?

-Aki, tengo mucho frío -respondió entre temblores.

No me demoré más preguntando tonterías y lo levante para llevarlo a mi cama, él no dijo nada, parecía títere. Lo cubrí con otra de mis cobijas para que se calentara un poco más y por lo menos dejara de temblar porque parecía convulsionando.
No tardó mucho para que parara, y solo me sentí tranquilo cuando escuche su lenta y suave respiración.

-ya se durmió, al fin podré hacerlo yo también.

Y sin más, me acosté a su lado y me dormí. Dirán que dormimos muy ligero, pues eran las 10 de la noche, pero allá no obligaban a nadie a dormir, si querías lo hacías y si no, pues quédate callado, al final me acostumbré ligero y podía dormirme.
Como a las 4 de la mañana nos levantaron a todos, Takanori estaba un poco soñoliento y con un poco de fiebre, al parecer lo de anoche le afectó un poco.

Todos fuimos a las duchas, allí de nuevo el pequeño hizo notar su presencia cuando grito de sorpresa al enterarse de que nos bañábamos todos juntos. Se negó al principio, luego cambió de opinión cuando le sugerí que no se desnudara del todo. Pero eso solo fue hasta que notó que el agua no era precisamente caliente; estaba helada. En ese momento, también intentó hacer pataleta, estaba por llorar así que me apresuré a bañarme para que no me diera hipotermia y él también hizo lo mismo al ver que perdía su tiempo.

Al desayuno es cerca de las 6 de la mañana, es la única comida que nos dan que siempre esta un poco tibia, o eso creo ya que Takanori no dijo nada al respecto. Luego volvimos a la celda para seguir durmiendo, Takanori iba a dormir en el suelo pero no se lo permití, si se enfermaba pasaríamos mala noche, así que lo “obligué” a acostarse de nuevo en mi cama, pero jurándome que sería la última vez ya que hablaría con sus padres para salir ligero de este lugar.   
Luego del almuerzo, podíamos llamar a nuestra familia, pero solo 3 minutos, y para poder hacerlo, teníamos que estar en una larga fila por horas. El duende parlante que tengo por compañero estaba emocionado, hoy tendría noticias de su caso y a pesar de todo lo que sus padres le dijeron al entrar aquí estaba feliz porque podría hablar con ellos.

Mi turno llegó y llame a casa. Mi hermana me dijo que Mana estaba fuera de peligro pero que seguía con heridas, ella había decidido hacerse los exámenes lo más pronto posible para que yo saliera pronto. Mi madre estaba bien, y preguntaba por mí, pero creo que no sabía mucho acerca de lo sucedido con mi hermana. Pasaron mis 3 minutos y se llegó el turno de Takanori, lo estaba esperando en una esquina cerca del teléfono; ni muy cerca ni muy lejos.

Pude notar como su rostro de felicidad fue cambiando a uno de tristeza, podía ver claramente como sus lágrimas amenazaban con salir, estaba discutiendo con alguien, aunque lo más seguro es que fuera su padre ya que según lo dicho por Takanori ayer tenía un temperamento fuerte. Pasaron los 3 minutos y él ya lloraba, los que estaban en la fila comenzaron a gritarle para que colgara pero al parecer este no les escuchaba. No quise interferir, no tardaría mucho para que colgara, viniera llorando e irnos a la celda, pero todo eso se vio interrumpido cuando escuche como caía el teléfono seguido por un grito del duende.

El grandullón que se cree el rey de este lugar estaba muy cerca de Takanori mientras que sus amigos los babosos esos que parecen perros falderos estaban a los lados impidiendo que saliera corriendo.

-Niñita, eres cieguito o te haces, ¿no ves que necesito el teléfono?

-lo… lo siento señor, ya estaba por colgar.

-Ami nadie me hace esperar cuando necesito algo, y menos un afeminado como tú, es más, mírate, pareces niña, te la pasas llorando y quejándote por todo, eres tan delicado para ser hombre-dijo mientras lo cogía de la mandíbula fuertemente, el pequeño solo estaba callado mientras sus lágrimas caían por sus ojos-ves que es verdad lo que digo, debería convertirte en hombre ahora mismo.

-no me haga nada por favor.

-los hombres no ruegan, debería darte vergüenza, aunque eres más mujer que hombre, eso lo explica todo. Chicos, vamos a enseñarle unas cositas a la niña.

Los que hace poco gritaban para que se soltara el teléfono ahora estaban en completo silencio observando el espectáculo. Reaccioné cuando uno de los perros falderos levantó la mano, la empuñó y la llevó con fuerza al estómago de Takanori.

-¡Ahh!- gritó al sentir el fuerte golpe.

-¡Déjenlo en paz!-grité, mientras cogía con fuerza el brazo del estúpido que lastimó al duende.
-valla, pero si apareció el rebelde-soltó de improviso a Takanori haciendo que este cayera con fuerza al suelo-no me digas que vienes a defenderlo.

Takanori me miró desde el suelo mientras cubría su estómago con sus dos brazos, estaba tosiendo y tenía un leve rastro de sangre en la boca; lo que indica que el golpe fue demasiado fuerte. Aun lloraba, tenía los ojos vidriosos y la nariz roja por el llanto, no permitiría que le hicieran daño, él estaba sufriendo mucho y no quería que lo hiciera más.

-Claro que si, y también vengo a bajarte de la nube donde andas creyéndote el rey de este lugar -me pare en frente de el- ya no vas a tratar a los demás como basura.
 
Le dí un puño en la cara y cayó de espalda al suelo, por poco y encima del duende.

-¡y ustedes que miran!

Esta vez el golpe fue para el que hace un momento era sostenido del brazo por el rubio, y de igual manera que él hizo con Takanori lo golpeo en el estómago, haciendo que inmediatamente comenzara a toser y su boca sangrara un poco.

Takanori solo observaba como su compañero de celda peleaba con los 3 tipos que hace un momento lo tenían acorralado sin recibir un solo golpe. Aún no reaccionaba, no sabía que hacer; si detenerlo o dejarlo. No sabía si lo hacía por defenderlo o porque simplemente le dio la gana de pelear con él. Su mente en ese momento estaba hecha un caos, no podía pensar claramente, pero sabía que eso no iba a terminar nada bien, por eso se decidió a parar con la pelea de una vez antes de que las cosas pasaran a mayores.

-Aki, no pelees más.
-¡tú cállate maldito enano!-gritó el jefe de aquel grupo.
-¡a él no le grites pedazo de imbécil!-interfirió el rubio dándole un puño en la cara-¡el único que tiene que callarse aquí eres tú!
  
Luego de eso, los dos “perros falderos” al ver que no podían contra la furia del rubio decidieron salir corriendo antes de salir más lastimados de lo que estaban dejando a su “señor” solo.

-¡vuelvan aquí par de inútiles, hay que enseñarles quien manda!- gritó el tipo al ver correr a sus secuaces.

-al parecer usted aquí no manda, sus amigos lo dejaron solo, usted no es más que una rata al igual que ellos.-dijo el rubio cuando dejo de golpearlo-vuelve a meterse conmigo o Takanori, o alguien más, y le juro que mientras yo esté aquí le haré la vida una mierda como se la a hecho a varios.

Al decir aquellas palabras, se levantó y lo pateó por última vez para luego ir e ayudar a levantar al pequeño.

-vámonos Taka, no tenemos nada que hacer aquí- El pequeño me miró con una expresión de sorpresa.

-¿Qué pasa?

-es la primera vez que me llamas “Taka”-dijo mientras sonreía.

Es verdad, desde ayer me dijo que le dijera así, pero yo solo lo llamaba duende y se enojaba.

-¿y por eso te pones feliz?

-claro, eso significa que nos tenemos confianza y seremos bueno amigos.- dijo mientras tomaba la mano de su ahora amigo y se levantaba.

Caminamos a la celda ignorando los comentarios y miradas de las demás personas, no me importa lo que digan, tengo mejores cosas en que pensar.

-Taka, ¿Por qué llorabas hace un rato?

-ese sujeto me golpeo en el estomago, ¿te parece poco eso?

-no me refiero a eso, estoy hablando de cuando hablabas por teléfono, ¿a caso sucedió algo malo?

-ah, eso-dijo en todo triste y bajó la mirada- mi padre me dijo que me las arreglara como pudiera aquí adentro, que el abogado hacía lo que podía allá afuera. Que no le pidiera nada, que esto me lo merecía por “malagradecido”, por no aprovechar lo que tenía y por andar con malas amistades haciendo cosas malas.

-te dejó a la suerte… que mal padre, aunque yo no puedo decir mucho, desde que estoy aquí mi madre no ha venido a visitarme. Pero tranquilo duende, saldrás de esta-esto último lo dije sonriendo.

-¡que no me digas duende tonto!-me dio un golpe en el pecho suavemente-ahora si estoy perdido, mis padres no me apoyan cuando más lo necesito. Pero no hice nada malo, ni sabía que mis amigos fueran así, sólo íbamos a una fiesta y ya.

-te creo. No tienes cara de ser malo, pero ya verás que todo se solucionará pronto, y saldrás de aquí.

-que bueno que creas en mí-me miró sonriendo- y cuando salga de aquí iremos a fiestas tu y yo pero sin llevar drogas,  nos divertiremos y visitaremos a mi abuela.

-no lo creo.

-¿Por qué?

-recuerda que mi caso es un poco complicado y no saldré muy ligero de aquí.

-¡claro que si! Ten fe Aki. Saldremos de esta juntos…

El duende, perdón, Taka es buena persona, aunque está pasando por un mal momento no deja de sonreír.

- Aki,  ¿Por qué golpeaste esos tipos?

 Aun no me explico porque reaccione así cuando vi que lo golpearon, pero me sentí muy bien al defenderlo, no permitiría que lo lastimaran estando yo en frente.

-no tengo idea, debe ser porque tenía rabia de cuando quisieron montármela a mí y era una buena oportunidad para desquitarme.-Claro que si estoy mintiendo, mientras esté conmigo no le pasará nada malo.

-ya veo-suspiro


Horas más tarde… después de la comida.

-Aki, tengo sueño, voy a dormir en tu cama porque como ves no tengo donde más.

-que fastidioso eres, ni se te ocurra ocupar toda la cama porque te pateo y te tiro al suelo.

-si, como digas.- al terminar de hablar salió corriendo a la celda

Era tan frágil que todo le afectaba, desde ese día me jure no dejar que nada lo hiriera, intentaría protegerlo de todo y todos, a costa de cualquier cosa. No me pregunten el porque, solo quería hacerlo, sentía que necesitaba hacerlo.

-¡Takanori que te dije! ¡Fuera de mi cama!

-¡no quiero!




CAPITULO 6

El duende se estiraba mucho y cada vez más ocupaba más espacio, no se como lo hace al ser tan pequeño, solo no me explico como hizo para tenerme prácticamente fuera de la cama, claro, y todo eso porque ya me tenia confianza.

Esa fue la noche más larga hasta el momento, Takanori me empujaba, me pateaba, luego me abrazaba, me montaba el pie, luego me cogía de almohada para luego volver a empezar. Lo único bueno de todo esto es que no ronca.

Cuando por fin me acostumbre a prácticamente tenerlo “encima” pude conciliar el sueño.

Sentí cuando Taka dejo de moverse, al rato lo escuche sollozar, me levante para ver lo que le sucedía y comenzó a moverse desesperadamente de un lado a otro.

-Debe tener una pesadilla- Comencé a moverlo un poco y despertó.

-Aki…- Me miro con los ojos llorosos y lo abrasé –todo se veía tan real- dijo en medio del llanto.

Yo en ese momento solo pude abrazarlo más fuerte, no podía decirle nada, no sabía lo que estaba soñando, por eso solo me limite a abrazarlo… al igual que lo hice con mi hermana… para que supiera que no estaba sola, que yo estaba a su lado.

No sé que soñaba, pero si sé que le afecto mucho, nadie llora en medio de un sueño así como lo hizo él por cualquier babosada. Lo más seguro es que recordaba el rechazo de su padre, pero no estoy seguro, es solo una suposición mía, solo podré saberlo en el momento en que me lo cuente.

Taka lloro por un largo rato mientras yo lo abrazaba, cuando estaba más tranquilo se acostó y apoyó su cabeza en mis piernas, estuve un largo rato acariciando su cabello para que se tranquilizara, o por lo menos eso a mi si me funciona.

Me quede dormido sentado recostado al barandal de la cama con Taka recostado en mis piernas.

No se despertó más en toda la noche y pude dormir tranquilo, aunque cuando desperté estaba entumido, no sentía mis piernas.


-ya duende, deja de reírte de mí.

-pero e que caminas muy chistoso-dijo entre risas-y no me digas duende Akira-dijo serio.

Eso me sorprendió, hace un momento estaba rojo y casi ni podía hablar de la risa, y ahora me mira acusadoramente y serio.

-ya, deja de mirarme así que me intimidas… das miedo Taka.

-¡sí! Dime Taka, pero no duende, me molesta cuando me dices así.

Y ahora sonríe, que genio el que se manda, de verdad que parece bipolar… y eso me aterra. Soy un experto metiendo la pata.

Ahora ven porqué digo que parece un niñito. Es caprichoso y todas las noche pasa lo mismo, se estira en la cama y se lleva toda la cobija, pero es imposible enojarme con él.”



Desde esa noche en que tuvo la pesadilla y se despertó llorando no me ha dicho nada, siempre evita el tema cuando yo quiero hablar de eso, pero bueno, yo no lo puedo forzar a hablar de algo que no quiere.

Las cosas van bien por así decirlo, mi hermana hace todo lo que puede allá afuera mientras yo trato de comportarme bien evitando problemas y aguantándome a Taka, pero a quien engaño, el niño no es una molestia.

Del caso de Taka no se sabe mucho, sus amigos están en la cárcel, al parecer no quieren confesar nada y parece que tampoco saben que Taka esta pagando por algo que no ha hecho.

Su padre sigue dándole la espalda, solo a hablado con su madre, pero esta tampoco lo ayuda, solo le dice que se haga responsable por sus acciones, que el traicionó la confianza de ellos haciendo cosas indebidas, pero que le alegra que este bien.

Al parecer, los padres de su “prometida”  cancelaron todos los planes que tenían con lo de la boda, no quieren esa “clase” de esposo para su pequeña hija y heredera. Esa es la mejor noticia que a recibido en estos días, Taka ni la conocía, tampoco quería pasar toda su vida amarrado a una mujer por la que no siente nada.

“-No quiero desperdiciar mi vida así Aki, yo me quiero enamorar, sentir cosas lindas por una persona, saber que también me quiere, ser feliz y tener mucho hijos… pero si me caso con ella todo sería una farsa, lo único que podría sentir por ella sería lastima; por casarse conmigo sin sentir nada y saber que yo tampoco la quiero, y te imaginas cuando tengamos… que… dejar herederos, no creo que “funcione” bien.”
 
Eso fue lo que el pequeño duende me dijo, al parecer su vida llena de lujo no es tan buena, tener que mortificarse por eso desde tan joven.

Los matones esos que quisieron aprovecharse de Taka no nos volvieron a molestar, ahora cada quien por su lado. El incidente con la comida no volvió a suceder, ahora se come todo sin chistar y pues mi cama dejo de ser solo mía.



CAPITULO 7

Han pasado varios días y casi todo a estado igual… no mentira, mi caso ya va avanzando, mi hermana se hizo los exámenes y dieron positivo; el maldito desgraciado si había abusado de ella, no solo ese día, sino que se había atrevido a tocarla mucho antes.

De Mana solo se que sigue en el hospital, a mejorado pero su estado no es el mejor. Hasta que no se muera, perdón, hasta que no se recupere del todo y pueda ir al juzgado a negar o a aceptar los cargos, o quizás a demandarme por mi intento fallido de homicidio, mi hermana y mi abogado no pueden hacer nada para sacarme de aquí, si quieren que les diga la verdad aún no quiero irme; o no hasta que Taka salga primero.

Dirán que soy un estúpido, un imbécil o un idiota por querer quedarme en un sitio como este solo por un niño al que conocí hace como dos semanas, pero es que no me imagino como se sentiría al yo irme de aquí, no es que me este dando mucha importancia, pero soy su único amigo y el que le hace compañía y lo defiende de los idiotas calientes esos que quieren sobrepasarse con él. Como ya lo dije antes o no, Taka es muy sentimental, y sobre todo en este momento donde ni sus padres lo apoyan; es que ni una palabra de aliento, aunque no puedo decir mucho, mi madre también me dio la espalda un tiempo, pero mi hermana si me apoyo en todo momento; aún lo hace, pero no es lo mismo en el caso de él, no tiene hermanos para que lo apoyen, es hijo único.

Por si no lo han notado me desvíe del tema, pero es que a veces es inevitable no hacerlo, siempre que hablas sobre algo aparecen más temas sobre el que hablabas hace un momento y es imposible no armar un enredo. Creo que lo volví a hacer, volviendo al tema muchísimo más anterior, mi caso va avanzando, solo falta que el juez diga que el estúpido de Mana es culpable, lo sentencien a 267 años en la cárcel y yo salga, por lo que me dijeron no va a ser muy fácil, ya que yo estoy involucrado por golpearlo –creo que eso ya esta más que claro- y pues yo también podría pasar un tiempo encerrado con ese… idiota.

Ja, a que no han notado que no he dicho una palabra muy fuerte, es que mi mamá me enseño hace mucho tiempo cuando yo era muy pequeño y me dejaba mandar por ella que no debía decir malas palabras y tratar de hijo de puta a cualquiera, Ash, ahora si la embarre, estaba alardeando por ser tan educado y mande todo al caño por decir eso.

Pero bueno, muchas personas lo han dicho muchas veces y no tienen cáncer en la lengua por eso –sin ofender a las personas que sufren de cáncer- mi mamá también me enseño a respetar a las personas enfermas, es una buena mujer cuando le da la gana, pero cuando la hacer enojar o insultas y golpeas hasta casi matar a su marido violador, puede ser el mismísimo demonio hasta llegar al punto de dar la espalda a su hijo que toda la vida solo la a querido.

Bien, es hora de dejar de hacerme pasar por el buen hijo y dejar de dar tanto crédito a mi madre, ya quiero comer para irme a dormir, anoche no pude cerrar los ojos en ningún momento, es que el pequeño tuvo una crisis en medio del sueño… de nuevo. Y no a querido decirme nada en todo el día, si mucho me saludo en la mañana y me dijo que fuéramos a desayunar, para que me dijera algo más necesité mucho esfuerzo, y es que el pequeño habla hasta por los codos, pero hoy parece que las palabras se hubieran borrado de su cabeza y estuviera aprendiendo a hablar de nuevo.

Ese comportamiento es muy extraño en él, me tiene muy preocupado, quisiera saber lo que le sucede para poder ayudarlo, pero no me dice ¡nada! Y eso es tan estresante, extraño que me cuente casi toda su vida en 5 minutos, ya se imaginaran que tan rápido lo dirá, a veces no entiendo lo que dice, parece cuando adelantas un disco y suena… raro. Voy a intentar sacarle algo de lo que soñó, así podré hacerme una idea de lo que tiene.

Yo estaba en el baño, cuando entré a la celda, vi a Taka acostado en el rincón de la cama –ojala así fuera en la noche también- al parecer estaba dormido ya que lo llame varias veces y no respondió, o se hizo el dormido para evitar hablarme. Me acerqué silenciosamente a la cama y pude ver a Taka con los ojos abiertos, me dio rabia que me ignorara, así que lo tome por el brazo un poco fuerte y lo volteé.

-¡ya deja de ignorarme que me molesta!-le grité pero el ni se inmutó.

-Respóndeme maldita sea-me miro a los ojos pero seguía en silencio.

-Sé que te pasa algo, pero no tengo la culpa de nada, si no quieres confiar en mí y decirme lo que te sucede para ayudarte y apoyarte esta bien, pero no me dejes hablando solo que no me gusta, me cansé de andar detrás de ti todo el maldito día rogándote para que me dijeras cualquier estupidez, me cansé de todo, haz lo que te de la puta gana y después no me jodas, porque sabes que te insistí mucho, y cuando te ignore también sabrás que no se siente bien.

Estaba muy enojado, yo solo buscaba ayudarlo y el solo me ignoró, no me dijo ni mierda y eso fastidia. Mientras le decía todo eso, el me miraba a los ojos y yo a él, pude ver como lentamente, con cada palabra que le dirigía sus ojos comenzaban a ponerse llorosos.

-A-Aki-dijo entrecortadamente mientras de sus ojos caían las primeras lágrimas.

-Ahora si quieres hablar cuando yo no, pues quédate hablando con la pared porque quizás ella si te hable más de lo que tú lo hiciste conmigo.

-Yo…

-¿Sabes qué?-lo interrumpí-jódete, porque tú mismo buscaste la maldita soledad.

Sin decir más salí de ahí, se que lo traté mal pero él lo hizo peor conmigo, también se que le debo una disculpa, pero por ahora solo me alejare para aclarar mi mente y relajarme, no me recupero fácil de un mal momento, y esta claro que este lo fue.

Antes dije que era un experto metiendo la pata, y ya pueden ver que no miento, si Taka estaba mal ahora si que lo debe estar, no solo triste, también debe estar enojado conmigo, las lágrimas no solo son de alegría y tristeza, también las hay de enojo y creo que de otras cosas pero en este momento no lo recuerdo-o debe ser porque lo invente y no hay más clases de lágrimas-no, estoy seguro que si las hay.


El tiempo ayuda a superarlo todo, pero nunca lo hace de inmediato, por eso esta el dicho “Dale tiempo al tiempo” nunca hay que tomarse las cosas a la carrera, hay que tener paciencia aunque pueda ser difícil. No solo Akira se sentía mal, el pequeño también lo estaba, creía que por actuar de forma tan inmadura podría afectar gravemente su amistad con el mayor, él rubio no tenía la culpa de nada, se sentía culpable por desquitarse con Akira e ignorarlo todo el tiempo, ya no podía retroceder el tiempo para poder evitar la discusión, pero su mente estaba hecha un caos y no podía pensar claramente, parecía un zombi, estaba muy lejos de la realidad, se encontraba muy sumido en su pensamiento olvidando todo a su alrededor.

Ahora solo podía llorar, no pensó llegar a sufrir así estando al lado del mayor, ya que con él se sentía protegido y acompañado, como tantas veces no se sintió. Por fin encontraba una persona que lo tratara como siempre quiso que lo hicieran sus padres, y ahora que la tenía a su lado, por su estupidez la alejaba, como siempre lo hacia con todos los que lo rodeaban.

“¿Sabes qué?, jódete, porque tú mismo buscaste la maldita soledad.” Tenía toda la razón, siempre por miedo a salir lastimado o que abusaran de su confianza solo por tener buena familia, se encerraba en su mundo o buscaba bobos pretextos para mantener cierta distancia con las personas, no sabía si tenían buenas intenciones o no, pero siempre terminaba alejándolas. Y ahora que por fin dejaba que lo conocieran bien, y cuando todo iba de maravilla, volvía a encerrarse en su mente por miedo al rechazo, de que no lo entendiera y pensara que sus cosas eran tonterías, solo cosas infantiles. Pero estaba muy equivocado, las intenciones del mayor eran buenas, solo buscaba ayudarlo, la vida puede ser engañosa, pero más lo puede ser nuestra mente cuando no tenemos nada claro.



¿Recuerdan que quería comer para ir a dormir? Pues son las 10 de la noche y estoy sentado en la esquina más lejana de la cama. No quise ir a comer, la verdad no tenía apetito, el haberme enojado hizo que el hambre y el sueño que tenia se me quitara como por arte de magia.

Estoy seguro que Taka lloro por mucho rato ya que cuando lo vi yendo al bongo a comer tenia los ojos rojos e hinchados, no puedo negar que me sentí muy culpable, el lloró por mi culpa porque antes solo estaba callado, pero con lo que le dije y como lo traté hice que lo pasara muy mal. No se si comió bien o probó la comida, seguramente ni comió. Ahora, está sentado en el piso al lado de la cama abrazando sus piernas y con su cabeza apoyada en sus rodillas… como la primera vez.

No entiendo porque estamos así, ahora que lo pienso es una tontería, no tengo por que saber sus cosas, que él me las cuente cuando quiera, pero no quiero dormir en la cama, quiero que él lo haga, seguro no me quiere a su lado en estos momentos. Pero a quien engaño, aun sigo molesto, lo entiendo bien, quiere privacidad pero no tenía porque ignorarme. A veces ni yo me entiendo, me contradigo a cada momento.

-Aki…-me llamo en un susurro mientras levantaba la cabeza.

-¿Qué quieres?-pude ver como se sorprendió al responderle, y yo también lo estaría, pero simplemente no lo puedo ignorar así como lo hizo conmigo.

-No quiero que estés enojado.

-Tú tienes la culpa de que lo este-al escuchar eso volvió a agachar la cabeza, tal como estaba al principio.

-¿No vas a dormir?

-No tengo sueño, acuéstate tú.

-Es tu cama, no tienes porque estar en el suelo, yo dormiré aquí, le pedí una cobija al guardia y así estoy bien-levantó de nuevo la cabeza.

Me sorprendió un poco su respuesta, pero recuerdo que la primera vez que intentó dormir en el suelo casi enferma por el frío.

-llevamos casi 2 semanas durmiendo juntos en la misma cama, no entiendo por que ahora quieres dormir en el suelo.

-Por eso mismo, es tu cama y yo te he estado incomodando todo este tiempo, se que tengo mal dormir y no me quiero aprovechar de tu hospitalidad. Es hora de que vuelvas a tener la comodidad que tenías antes de que yo llegara.

-¿Por qué haces esto?-ahora si que esta más extraño que al principio.

-No quiero ser una carga para ti-me miró a los ojos, y a pesar de la oscuridad pude verlos llorosos- y ya lo he sido desde hace días, sé que no has dormido por estar atento de mí en la noche cuando… tengo… aquella pesadilla, no quiero que te desveles más por mí, tampoco quiero que tengas frío en la noche por darme tu cobija, ahora voy a estar con lo poco que tengo.

-¿y que se supone que tienes?-de nuevo me estaba enojando, él no se aprovechaba de mi hospitalidad ni nada de eso, yo lo hacía porque quería.

-Esta cobija y… lo que hace un rato me dijiste-esto último lo dijo muy suave.

-Hace rato te dije varias cosas.

-Esta cobija y mi maldita soledad-no sabía que le había dolido tanto aquello.

-Taka… yo…

-Tu nada Aki, lo que dijiste es verdad, por mi tonta forma de ser es que estoy solo, eso me lo busqué yo, además es todo lo que tengo.

Ah maldita sea, no me gusta verlo llorar y menos cuando yo soy el causante de esas lágrimas, de haber sabido aquello no me hubiera atrevido a decirle eso, no sabía que en verdad fuera tan solitario.

De nuevo estaba con su cabeza apoyada en sus piernas, sé que pensaran que parece de esos programas de TV que te aburren por tanta tragedia, pero cuando lo viven en carne propia no te parece tan estúpido.

-Vamos Taka, lo dije sin pensar, estaba enojado… ven vamos a dormir.

-Ya te dije que dormiré aquí con mi cobija.

-Pero el suelo está frío, si la colocas en el suelo no te podrás tapar.

-Hoy dormiré así, mañana pediré aunque sea una caja de cartón y la coloco de colchón y ya. No te preocupes más, me las arreglare yo solo, algún día tendría que hacerlo, y ese día se llegó.

No me gusta que sea tan terco, porque simplemente no se estira en mi cama  como todas las noches lo hace y nos evitamos tanto drama, pero siempre le gusta hacerse rogar.

-Ya, deja el drama y ve a dormir.

-Ya te dije que no.

-Taka, ves por que me haces enojar, siempre me llevas la contraria y te haces rogar, tengo límites ¿sabes?

-Y ya te dije que me cuidare solo de ahora en adelante hasta que mi caso se solucione, vete a dormir tú y no te preocupes más.

Dios, algún día lo saldré golpeando si sigue así. Me levante de donde estaba y me tire a la cama mientras que Taka estiraba la cobija en el suelo y comenzaba a enrollarse e ella, me pareció divertido verlo hacer eso, parecía un saco de dormir. Luego se arrastró hasta la otra esquina, en la que hace un momento me encontraba yo, y allí se quedo, es pequeño de estatura pero es un gran terco.

Espere hasta que se durmiera, luego me acerqué a él y lo cogí hasta llevarlo a la cama, cuando lo acosté comenzó a moverse y a decirme que lo dejara donde estaba, que me preocupara por mí, que no me quería molestar más, que durmiera cómodo, y volvía a decirme que lo dejara en la esquina.

-Estás loco si crees que te dejaré dormir en el suelo.

-Akira por favor, quiero dormir allí, no quiero estorbarte más, solo fui una carga para ti, siempre te incomodé porque hablaba mucho, tú con problemas y yo molestándote con los míos… me siento mal al hacer eso, hoy me di cuenta de que me aprovechaba de ti y por eso no quiero hacerlo más…

-Taka, como diablos te hago entender que no eres un estorbo, todo lo que hago es porque quiero, si contarme tus problemas re relaja sigue haciéndolo, a mí no me molesta en absoluto, al contrario, me gusta que me tengas confianza, así que deja de decir estupideces y duérmete.

Lo acomodé de lado y lo abrasé para que no se moviera o se fuera a desenrollar y volver al suelo, al ver que no tenía de otra que quedarse callado y dormir se quedo quieto, al poco rato ambos quedamos dormidos e intentamos descansar ya que había sido un día muy largo, mañana tendríamos tiempo de hablar bien sobre lo sucedido para evitarnos más cosas como estas. Podré parecer el malo de la película pero todo me afectó.

 



CAPITULO 8
-Recuerdo que después de eso fuimos inseparables.

-Si… a veces es bueno recordar los viejos tiempos.

-Aki…

-¿Qué pasa?

-sobre lo que Shima dijo… tú… que yo…

Ahora que lo menciona… no quiero que nuestra amistad cambie por esto, sé que al saber sobre mis sentimientos se podrá sentir incómodo y no seguiremos siendo los mismos.

-Shima esta loco… ya ni sabe lo que dice, solo habla sin pensar, seguro te dijo eso para que lo dejaras hablar o para intentar calmarte, no me gustas Taka, así que relájate.

-Ah, así que es mentira.

Taka dijo eso casi en un susurro, no entiendo porque, seguro esperaba que mi respuesta fuera afirmativa y eso lo relajó.

-Claro que sí, a mí no me gustan los hombres, y menos me vas a gustar tú; eres mi mejor amigo. Yo no soy gay Taka, yo soy muy hombre, así que no le creas las estupideces a Shima.

-Por que mejor no cierras la boca Akira, cada que hablas dices cosas que pueden lastimar a los demás. Por primera vez en tu vida piensa bien en las palabras que utilizas para referirte a alguien o algo.

-Taka… ¿Ahora que dije?

Esto es el colmo, de verdad que ya no lo entiendo. No tengo idea de que fue lo que dije para que se pusiera así, seguro no le gusto la forma en que lo dije, pero es que no encontré como más decirlo, ¿o que esperaban? Que le diera: “Taka soy gay, Shima tenía toda la razón, estoy enamorado de ti, desde hace mucho tiempo te he estado amando en secreto.” Por favor, eso sería ridículo.

-Vete Akira, ya no quiero hablar más.

-Taka no empecemos de nuevo, por favor.

-¡Que te vallas maldita sea!-me gritó, eso me asusto un poco-quiero estar solo.

-Taka, has estado solo por mucho tiempo, ya es hora de que dejes todo eso de lado y vuelvas a ser el mismo de antes. Todos estamos preocupados por ti ¿¡Que no ves que todos sufrimos contigo?!-Explote… de nuevo.

-Pues no sufran más, decidí ir con mi abuela, hace mucho que no la veo y quiero saber como se encuentra.

-Taka ¿Estás bien?

-¿Tú que crees?

-Que no… has estado muy aislado de todos nosotros, estás más delgado, ya no eres el mismo de antes… hace mucho que no sonríes, ya casi no te arreglas, no te cuidas bien, hasta tienes más ojeras de lo normal.

-Claro que no estoy bien, mi madre murió, es normal que me deprima por su pérdida, aunque hace mucho tiempo me abandonó… ellos estaban muertos para mí. ¡Pero así es la vida! ¡Es mi madre y por más que quiera odiarla simplemente no puedo!

-Taka… ¿Qué paso con el niño dulce que conocí en la cárcel?

-¡Murió el día en que me violaron!

-¡¿Qué?!

Todo parecía broma, esperaba ver a Taka riéndose al ver mi cara de asombro, pero sólo volvió a romper en llanto. Esto no podía estar pasando, a mi niño no le pudieron haber hecho eso, él me lo hubiera dicho antes.

-Si Akira… ¿Recuerdas el día que te enojaste con migo por querer beber más?

¿Qué si lo recuerdo? Claro que si, Taka estaba tomando mucho y se supone que yo pagaría; estaba en banca rota y seria mucho el gasto.  Le reclame y él solo quería seguir bebiendo, luego me enoje con él y me fui dejándolo con los muchachos más que borrachos.

-Claro que si me acuerdo, luego de eso no… me hablaste… por más de una semana-hay no, con que por eso era.

-Luego de que te fuiste, recapacité y no quería que te fueras enojado conmigo, salí a buscarte y en la puerta un sujeto se me atravesó, le dije que me dejara pasar que tenía afán, pero él solo me tomo de los brazos con una mano mientras que con la otra… tocaba todo mi cuerpo-No podía creerlo, todo lo que le paso fue por mi culpa, Taka comenzó a llorar un poco más fuerte; lo más seguro es que le costaba mucho recordarlo-yo me asusté, comencé a forcejear para que me soltara, sentía asco por todo eso... yo… solo quería ir contigo y pedirte disculpas, pero ese tipo no me quería soltar, sus manos recorrían mi cuerpo con descaro, me decía todo lo que quería hacerme, yo apenas podía mantenerme de pie, gritaba para que me ayudaran… pero los únicos que llegaron fueron los malditos amigos de él.

Taka lloraba y yo estaba inmóvil, me sentía muy culpable, cuando él más me necesitó yo no estuve para ayudarle. Me acerque y lo abracé.

-Ahora no eran solo sus manos, eran 8, sus 3 amigos también me comenzaron a tocar, yo sentía mucho asco, me sentía sucio-Taka estaba temblando, su cuerpo se estremecía fuertemente-me llevaron a un cuarto muy oscuro, comenzaron a desvestirme y yo no podía hacer nada, mi cuerpo se había congelado, me resigné sin luchar, solo esperaba que el daño no fuera mucho.

-taka, no sé que decirte… todo fue mi culpa, si tan solo no me hubiera ido sin ti.

-No Akira, no te lamentes, ya todo quedo en el pasado, eso pasó por mi culpa, por ser tan débil y no defenderme… una vez desnudo, empezaron a reír; no sé si fue por mi o por algo más. Se desvistieron ellos y se me tiraron encima, podía sentir sus besos, sus caricias en mi pecho, en mi cuello, en todas partes. El solo tacto de sus cuerpos con el mío me quemaba, me decían que toda la vida los recordaría, que les pediría más, que me partirían en dos… y tenían toda la razón.

-¿Por qué?-tenía miedo de su respuesta.

-Lo hicieron, me partieron como un cristal, y cada vez que me movía era tanto el dolor que era imposible no recordarlos. Quise huir de todo y todos, la única salida fue encerrándome por días… fue tanta mi depresión que ni mi Princesa me podía ayudar. Tardé cerca de dos semanas para que mis heridas no dolieran, no busque ayuda de nadie, lo que menos quería era que me vieran en ese estado.

-Pero Taka, pudiste haberme llamado, no tenías por que pasar por todo eso solo; yo siempre estaré contigo.

-No Akira, a ti era al que menos quería decirle. Estaba más que seguro que te sentirías culpable de lo que me pasó. Pero ya es tarde para todo eso, ya es pasado, ahora si te lo voy a contar.


“Cuando se desvistieron todo ellos, ya estaban más que excitados, se masturbaban en frente mío para luego hacerlo con migo. Yo no sentía placer; solo asco, quería que dejaran de tocarme y me dijeran que era una broma de mal gusto. Luego quisieron pasar a cosas mayores, discutieron por quien sería el primero; y comenzaría el que me atrapo a la salida. Me voltearon bocabajo y me penetró fuertemente. Sentí como me rompía por dentro; el dolor era insoportable y mis gritos y lágrimas parecían insignificantes y sólo me ignoraban.

-Era virgen jaja.

Los demás comenzaron a reír ante el comentario de ese vil violador. Yo solo rogaba por que entraras por esa puerta y detuvieras todo eso, quería que fueras al rescate como muchas veces antes lo habías hecho; pero eso nunca sucedió.

Recuerdo la brutalidad con la que me embestía, yo sentía tanto dolor que ni gritar para pedir ayuda podía. Mi sangre servía de lubricante y eso a ellos les fascinaba, si tan solo se hubieran ahorrado los feos y morbosos comentarios; menos traumas para mi.  

Luego de que terminó, se acercó otro; hizo lo mismo que el anterior. Y así hasta que los 4 quedaron satisfechos al abusar de mí. Cuando pensé que ya todo había acabado, unos de los tipos tuvo una grandiosa idea.

 -¿Qué tal si lo hacemos de a dos?

Me tensé al escuchar eso, mi cuerpo estaba en un estado deplorable y no soportaría mucho más. Al parecer les gustó mucho la idea ya que se me acercaron, me cogieron de los pies; uno a cada lado, y los otros dos en medio de mis piernas. Los que me tenían mis piernas las levantaron y las abrieron; de tan solo hacer eso sentí una fuerte punzada en mi parte baja.

-Ahora si que lloraras como niñita.

Luego todo fue dolor, mi garganta comenzó a doler del grito tan fuerte que dí al sentirlos dentro de mí. Mi vista se nubló de tantas lágrimas, mi voz se volvió ronca y aún mantenía la esperanza de que volvieras por mí.”



No podía escuchar más, el sentimiento de culpa me invadía por completo, mis lágrimas recorrían mi rostro libremente. Taka fue violado, no por uno sino por 4, y para hacer todo peor sufrió al ser invadido por 2 malditos desgraciados al mismo tiempo.



“Lo bueno fue que perdí el conocimiento al poco tiempo, no supe cuanto duró aquello, ni tampoco supe si los otros dos también lo hicieron. Cuando desperté estaba en un callejón con mi ropa rasgada y toda manchada de sangre. Tardé cerca de 2 horas para reponerme del dolor y dar los primeros pasos.

De camino a casa, la gente me miraba con lástima; al parecer sabían lo que me había sucedido. Caí más de 5 veces, mis piernas no podían soportar el dolor y el peso de mi cuerpo, por mis piernas escurría sangre mezclada con semen. Me sentía tan sucio que no pude mirarme al espejo hasta que no me bañé.

Cuando llegue a mi casa entré, fui al baño y me bañe, el agua tenía un color rojizo, me ardía tanto mi entrada que fue inevitable no llorar. Mi cuerpo tenía cortes y moretones. Desconecté los teléfonos, apagué mi celular, cerré las ventanas y la puerta con llave. Me encerré en mi mundo, de nuevo estaba solo, nunca pensé que eso hubiera sido tu culpa; sabía que era mía por hacerte enojar. Escuche tus gritos desde afuera y lloraba… lloraba por hacerte pasar mal momento, estaba tan arrepentido que solo quería pedirte disculpas.

Sabía que tenías problemas económicos y yo solo pensaba en beber, hacía poco había discutido con mi padre por no ir a visitar a mi madre que había enfermado. Quería desahogarme y qué mejor manera que emborrachándome. No es que fuera alcohólico, en mi vida no había tomado más de dos tragos, pero siempre escuchaba que era de las mejores maneras de olvidar.

Espere cerca de 15 días a que las heridas superficiales se curaran, pero mi alma aún dolía. Había planeado que mi primera vez fuera lo mejor en mi vida, y que fuera con la persona que robó mi corazón y me ayudo a superar mis dificultades. Pero todo se fue al caño por unos desgraciados que estaban calientes.

Lo primero que hice al salir de mi depresión, fue pagar la cuenta del bar. Sabía que no la habías pagado; esa fue una indirecta en forma de disculpas. No te dí explicaciones del porque de mi desaparición, pero si te dije que había pagado la cuenta por que por mi culpa fue muy alta.

Luego, no pude volver a ser el mismo de antes. Siempre recordaba ese día en medio de las noches, tenía la misma pesadilla por meses. Traté de ser el mismo contigo para no preocuparte, pero fueron pasando más cosas y cada vez me deprimía más.

Mi madre murió después de varios meses enferma, nuevamente me encerré en mi mundo y de nuevo los alejé a ustedes preocupándolos por mí. Cuando por fin me reponía  sucede lo de princesa.”


-Taka… perdóname por no darme cuenta antes, por dejarte solo.

-Ya te dije que no es tu culpa, es mía. Por eso quiero irme donde mi abuela hasta que todo pase, ya no soporto más dolor, quede marcado de por vida. Ya lo decidí… pasado mañana me voy.



CAPITULO 9
Taka me pidió que me fuera como por décima vez, yo estaba en shock por todo lo sucedido, así que decidí dejarlo solo mientras todo se calmaba. Una vez en la sala, Shima asomo su cabeza por la puerta de la cocina.

-¿Estás enojado?

-¿Tú que crees?-le pregunté con un tono muy irónico.

-Que si, pero con un rico postrecito todo va a estar mejor-sonrió.

-Shima, gracias a tu boca de pato Taka está peor, me tocó mentirle, ¿Cómo crees que podría decirle que lo amo en un momento como este? eso antes empeoraría todo.

-Aki, ¿Cómo podrías empeorar todo? ¿No ves que Taka también te quiere?

-¿Qué? ¿De donde sacas eso?

-Él me lo dijo hace un rato, cuando le grite que lo querías, se quedó callado sin poder creerlo, que dijo que hace tiempo habías comenzado a gustarle, pero que no se atrevía a decirte nada, pero que si se lo decías pensaría en olvidar todo lo sucedido y comenzar de nuevo con tigo... pero lo echaste a perder todo por idiota.

No lo puedo creer. Por una parte estoy feliz de saber que Taka siente algo por mí más que amistad y simple cariño, pero por otra parte me quiero matar... cometí el error de negarle mis sentimientos. Ahora entiendo por que su cambio de humor, y su reacción al negarle que me gustaba, definitivamente hoy lo he lastimado mucho; me va a costar mucho tener su perdón, hacer que vuelva a confiar en mí.

-Shima, ¿Qué puedo hacer?

-Por ahora nada, dejar que se valla donde su abuela y esperar a que aclare su mente.

-¿Cómo sabes que se va?

-Digamos que hablaron muy duro y no soy sordo-sonrió.

-Si claro, tú eres tan chismoso que estabas pegado a la puerta escuchando  todo.

-¿Me viste?-preguntó sorprendido-Y yo que juraba que no me vieron-susurró.

-Si que eres idiota Shima-comencé a reír-te delatas solito.

-No te burles de mí-hizo un puchero-eres malo Akira.

Me quedé hablando un rato con Shima y luego me fui a mi casa. Necesitaba un baño urgente, para ver si así mi cabeza se enfriaba un poco y podía pensar mejor. Me gustó pasar ese rato con Taka recordando varias cosas de lo que vivimos en la cárcel mientras estuvimos allí.

Me dormí muy ligero, este día fue muy agotador, pasaron muchas cosas un poco fuertes; estaba agotado. Comencé a soñar con todo lo sucedido, recordé el rostro de Taka mientras me gritaba que me odiaba, era como volver en el tiempo porque todo se veía muy real, sentía frío y calambres, hasta que me levanté por el sonido del teléfono, estaba sudando mucho.

-¿Si?

-¡Akira, Taka se va a ir!

-¿Qué hora es? ¿Por qué gritas?

-¡Las 5 de la mañana! ¡Takanori se va a ir con casi todas sus cosas!

-¡¿Qué?!

-¡Sí! ¡Ven rápido y ayúdame a detenerlo!-y sin más; colgó.

No me demoré nada en arreglarme, y todo el sueño y el cansancio que tenía se fue como por arte de magia. Corrí hasta la casa de Taka a todo lo que mis piernas daban, y una vez allí pude ver unas maletas afuera, un taxi y a Shima agarrando de la mano a Taka.

-¡Akira no te quedes ahí parado y ven a ayudarme a entrar las cosas!

-¡¿Qué?!  ¡Le colocas un dedo a mis cosas Suzuki y te mato!

Esas no son palabras que el antiguo Taka diría. Definitivamente ha cambiado mucho, y casi todo es por mi culpa, nunca debí dejarlo solo y causarle tanto daño; ahora si me odia. Caminé hacia ellos y cogía a Taka de la mano; tenía que aclarar unas cositas con el.

-¿Qué haces? ¡Suéltame!

-Tenemos que hablar.

-No Akira, ya hablamos lo que teníamos que hablar, ahora suéltame que me va a dejar el avión.

-¿Avión? pensé que tu abuela vivía cerca.

-Se mudó.

-No te creo, ya me lo hubieras dicho antes.

-A ti no te puedo mentir, ¿Verdad?

-Solo un poco, ¿A dónde piensas ir?

-Quiero tomar unas vacaciones.

-Taka... sobre lo de hace un rato-

-No quiero saber más-me interrumpió.

-Pero hay algo que no te dije, o bueno si, pero no muy bien

-Habla-dijo secamente y se soltó para luego voltearse.

-Sobre lo que te dijo Shima... Taka, yo si estoy enamorado de ti-se volteó y me miró sorprendido, pero luego esa sorpresa se fue y llego la mirada fría... muy fría.

-No te creo.

-Pero es la verdad. Desde hace mucho tiempo que te amo en silencio, pero no me atrevía a decírtelo, temía que reaccionaras mal, que tal vez me sintieras asco y no me volvieras a hablar por eso, pero ahora no siento miedo, quiero reparar todo el daño que te he causado últimamente...

-¿Sabes? hace unas horas me hubiera encantado haber escuchado todo eso... pero ahora me da igual.

-Taka... -eso me dolió.

-Siempre me apoyaste, fuiste la luz en medio del túnel.

-Si lo hice fue porque te quería tanto que no me gustaba verte sufrir.

-Pero ahora eres lo que más dolor me causa, por eso quiero alejarme de ti por un tiempo, ya me hice la idea de que no podré tenerte, ahora no vengas con todo esto porque es inútil.

-Claro que no es inútil, Taka, ¿Tú que sientes por mí?

-Muchas cosas, cariño, aprecio, odio, amor, agradecimiento.

-Entonces no te vallas, permíteme demostrarte cuanto te quiero, déjame remediar lo que te he hecho.

-Akira, es tarde para eso.

-Pero... yo te amo no te puede ir.

-Lo siento.

Y sin más cogió su maleta y se fue en dirección al taxi; subió todas sus maletas en la maletera, y se fue a abrazar a Shima, le agradeció por todo y se fue. A mí ni me volteó a mirar, nuestra despedida fue esa discusión, donde me dejó más que claro que no quiere nada con migo, ni se si seguimos siendo amigos o no... me dejó con muchas dudas.

Me desvanecí en ese momento; caí al suelo arrodillado, con mis manos en mi corazón que parecía que se quebraba más con cada segundo. Ni cuenta me di de cuando las lágrimas habían comenzado a aparecer en mi rostro. Shima corrió hacia mí y me abrazó, sentía sus lágrimas en mi hombro.

-¿Estás bien?

-No Shima... no estoy bien, se fue y me dejó con las palabras en la boca y el corazón en las manos... todo destrozado.

-Aki... estoy seguro que volverá pronto, sólo va dónde su abuela.

-No Shima, va a ir a otro lugar, me dijo que el avión lo iba a dejar, me dijo que se quería alejar de mí porque lo lastimaba mucho. Taka me odio-lloré con más fuerza, de tan sólo recordar todo lo que me dijo me hería el doble. Y como en toda película comenzó a llover.

-Ven Aki, entremos porque nos podemos enfermar.

-No Shima, no quiero, eso sería peor, quiero ir a mi casa.

-¡Pero te mojaras más mientras vas! ¡¿Y si te enfermas?! ¡Yo no te voy a cuidar después!

-¡Tampoco te lo iba a pedir!

Me solté de sus brazos y me levanté torpemente. Antes, cuando me enfermaba era Taka quien me cuidaba todo el día, no me dejaba hacer nada, todo lo hacía él. Me decía que todo era por mi bien, que él haría lo imposible por verme bien... y ahora es quien me destruye con sus actos y palabras.

Comencé a caminar hacia mi casa ignorando los gritos de Shima, ahora nada me importaba. Quería ir a dormir y que cuando me despertara pensar que todo fue una pesadilla y que Taka aún seguía aquí.



Hace 15 días que Takanori se fue y no ha dado señal de vida. Fue inevitable enfermarme, pero esta vez no hubo nadie a mi lado para ayudarme. Entré en depresión e imité a Taka cuando le pasaba esto; desconecté el teléfono, cerré puertas y ventanas, pero no apagué mi celular con la esperanza de que cuando Taka me llamara poderle contestar.

Recibí llamadas de Aoi y Kai, pero a ninguno le contesté. Shima está igual que Taka, tampoco ha llamado, y no espero que lo haga. En estos días apenas y he probado comida. me baño cada dos o tres días para no dejar mi celular solo ni un segundo, y casi ni duermo. Cuando Taka pasaba por esto no lo hacía solo; ahí estaba Princesa con él, pero yo... yo ahora no tengo a nadie. Ahora es cuando más entiendo lo importante que era ese pequeño animal para Taka... ella estuvo con él cuando yo no lo estaba.

Estoy más que delgado, la ropa me queda ancha, si mi madre me viera en este momento diría que parezco radiografía; a este paso me volveré anoréxico. Hace mucho que no veo la luz del sol, espero a que venga Taka a sacarme de esta profunda oscuridad -"fuiste la luz en medio del túnel"-Ahora espero que sea Taka mi luz.




Un mes sin saber nada de él, ni de mis amigos. Al parecer se cansaron de llamar y que nadie les responda. Llamo al celular de Taka y me ilusiono cuando timbra, pero no contesta, vuelvo a intentar y lo primero que escucho es el buzón de voz; tampoco quiere saber nada de mí. Las lágrimas son mi compañeras durante todo el día, las ojeras cada vez se hacen más notorias, y ya ni comida tengo.


Hace unos días tuve que salir a comprar comida, no hay nada en mi nevera, y cuando regresaba, encontré un tipo que me ofreció su ayuda.

"-Tienes problemas y quieres escapar del mundo ¿Verdad?

-Si.

-Te tengo la solución a tu tristeza-¿Solución? ¿Acaso me va a traer de vuelta a taka?-¿Qué dices? ¿La quieres o no?

-Si-lo que sea para no sufrir más."


CAPITULO 10
Hace un mes que me fui con la ilusión de olvidar todo el dolor que Akira me causó, pero todo fue inútil, sigo sintiéndome igual de mal, y cuando por fin logro relajarme Mi celular comienza a sonar, al ver que es Akira, todos mis sentimientos se empiezan a revolver y tengo los impulsos de contestarle, de preguntarle como está, porque me preocupa  por el estado en el que lo dejé. Pero luego recuerdo el daño que por el que me hizo pasar, y me lleno de rabia, de tristeza al negarme que me quería un poco más que como a un amigo.

El día en que Shima con intención o por descuido me dijo que Akira estaba enamorado de mí, me sentí confundido al principio, luego feliz, por fin sabía que él sentía por mi lo mismo que yo por él, estaba decidido a perdonarlo; por abandonarme aquel día en el bar; por irse y dejarme solo en un lugar tan peligroso, por no regresar por mí en el momento indicado y evitar que me violaran, por asesinar a mi Princesa y tratarme mal algunas veces.

Sé que no lo hace con intenciones de perjudicarme, que lo hace para que yo sea más fuerte e independiente, pero me lastiman sus palabras, me hace pensar que se ha cansado de ayudarme cada vez que estoy mal o tengo problemas, sé que suena egoísta de mi parte, Akira tiene su vida y sus propios problemas como para tener que ocuparse de los míos. Pero también entiéndame a mí, es la única manera de que me abrase, de que me diga que va a estar conmigo, que no me dejará solo, de que me diga cosas lindas sólo para subir mi ánimo... es la única manera de tenerlo sólo para mí, y no estar sólo con él cuando vamos a salir con los muchachos.

Akira no es de los que demuestra fácilmente sus sentimientos y emociones, a veces puede ser muy frío al decir las cosas,  pero viéndolo bien, era mucho más cariñoso cuando estábamos solos, aun que claro, también dependía de la situación. Por eso causaba problemas sólo para que estuviera conmigo, me daban celos ver que abrasara a Shima, ya que era o es más femenino que yo, se comportaba como una chica cada rato, pero tiene más derecho que yo al recibir los abrazos de Akira, ellos son amigos desde mucho antes de que yo lo conociera, aunque muchas veces es Shima quien lo abrasaba y le decía que lo amaba, eso me ponía los pelos de punta, me daba miedo de que Akira le prestara más atención que a mí, me dolía verlos juntos por mucho tiempo, y estoy seguro de que Aoi sentía lo mismo que yo, ya que muchas veces lo vi triste y con los ojos llorosos al verlos muy juntitos.

Pasando de tema, ese día casi me deja el avión, tenía pensado viajar a alguna playa, pero no tenía sentido, hacía mucho frío y pronto entraría el invierno, así que mejor me fui a la casa de mi abuela. Era verdad que estaba un poco enferma, pero gracias a Dios ya estaba muy recuperada. La alegría de verla fue mucha, ella se convirtió en mi madre desde que mis padres me dieron la espalda, o no mucha, sólo me sacaron de la casa y me dejaron a mi suerte por unos días, Akira me llevo a su casa y mi abuela habló con mis padres para que me dieran una mensualidad, por que pasara lo que pasara seguía siendo su hijo, ellos estuvieron de acuerdo, y mi abuela me dio el dinero para que comprar la casa, y con lo que mis padres me mandaban con mi abuela podía comer y pagar los servicios, mi abuela también me daba dinero para que comprar ropa y todo lo demás. Cuando mi madre murió me dolió, pero no tanto como me dolería cuando mi abuela lo hiciera.

Mi abuela preparó mi comida favorita, me preparó un cuarto, me consintió toda la semana. Le expliqué todo lo que había  pasado, cuando digo todo es TODO, le dije que Akira es el amor de mi vida y que mato a Princesa, que una noche me violaron en un bar y que tenía constantes depresiones, que a pesar de que Akira me confesó su amor lo deje como a un perro en medio de la calle. ¿Qué más podía hacer? Él me lo negó todo desde un principio lastimando más mi corazón.
       



Aoi cansado de que Akira no le abriera la puerta y tampoco contestara sus llamadas, decidió ir a su apartamento y no volver hasta no haber hablado con él.

Ya cansado de tocar su puerta y esperar para nada, se enojó tanto que pateo la puerta hasta que cedió. Buscó a Akira desde la entrada del apartamento, lo vio acostado en el sofá y parecía dormido, cosa que lo hizo enojar más, todo ese tiempo perdido tocando para que no le diera la gana de abrir. Se acercó a el y le golpeó lo más fuerte que pudo el rostro con la intensión de despertarlo, o si lo estaba para que se diera cuenta de que estaba allí, con él y muy enojado.

Akira lo miró desconcertado, tenía los ojos rojos y su mirada parecía perdida.

-¡Eres un idiota!-lo volvió a golpearlo con la misma fuerza anterior, pero le sorprendió que Akira no le gritara o se defendiera, ya que le enoja que le golpeen el rostro-¡Estábamos muy preocupados por ti, grandísimo idiota!-lo empujó con fuerza haciendo que se cayera del sofá-¡Shima está grave, y lo único que quiere es ver a su mejor amigo antes de que lo operen, pero eres un maldito egoísta que sólo te preocupas por ti mismo!-Aoi pudo ver la sorprendida cara de Akira al decirle el estado de Uruha, al parecer no se esperaba eso, intentó levantarse pero no pudo, luego empezó a reírse-¿Por qué crees que no te ha llamado Shima? No puede casi ni moverse, y siempre nos pregunta por ti, que si has ido a visitarlo.

Los ojos de Aoi estaban llorosos, todo lo que estaba pasando le afectaba mucho, sus amigos estaban pasando malos momentos y ni siquiera estaban todos juntos para apoyarse, eso era frustrante.

-¿Cómo puedes reírte en momentos como estos? De verdad que eres un imbécil.

Lo que Aoi no sabía, es que Akira no lo hacía con intención. Se agachó para ayudarlo a levantar y obligarlo a ir a visitar a Shima, pero una vez en sus brazos se desvaneció.

-Akira…. ¿qué tienes?

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##

#Al llegar al médico y luego de unos chequeos Aoi pudo saber lo que tenía Akira; estaba drogado, y al parecer tenía una sobredosis. Eso explicaba su comportamiento, lo que no sabía era desde cuando se drogaba, y ¿Por qué lo hacía? Él mismo era de los que decían que los drogadictos eran idiotas que destruían sus vidas, que buscaban salidas fáciles a sus problemas. ¿Quién diría que él también lo haría?

Todo se estaba complicando más de lo esperado, ahora no era sólo Uruha que se encontraba en el hospital, ahora también lo estaba su gran amigo Akira, y para terminar, otro de sus amigos estaba desaparecido.

Llamo a Kai para avisarle lo de Akira, ahora más que nunca necesitaba el apoyo de su amigo, en momentos como este no podía estar solo.

Decidió esperar en el cuarto de Shima, tampoco quería dejarlo solo, quería estar con él por si empeoraba o mejoraba. ¿También se preguntan lo que le sucedió a Uruha?



El día en que Takanori se fue de la casa y sin decirles de su paradero, quiso quedarse con Akira, sabía muy bien que se encontraba mal y con el corazón roto, pero este sólo se fue dejándolo solo en medio de la lluvia. Shima estaba mal, las lágrimas se paseaban libremente por su rostro y era inevitable deja de llorar. Sabía que era peligroso conducir a esa hora de la mañana y en ese estado, pero no podía llamar a Aoi para que fuera por él, eso sería pasar el límite.

Lo que Uruha no esperaba, era que en plena avenida un conductor ebrio lo chocara, provocando un grave accidente. El auto de Uruha dio cerca de 5 vueltas para luego parar con un poste. Tuvo suerte al salir con varios hematomas, un brazo, una pierna y 4 costillas rotas, mucha pérdida de sangre y varias heridas, y qué decir del auto; es mejor comprar uno que mandarlo a arreglar. ¿Eso es suerte? Si. El otro conductor perdió la vida, Shima por lo menos aún vivía, en estado crítico pero lo hacía.

Tenían que buscar un donante con urgencia, ya que había perdido mucha sangre. Todo era un caos en ese momento; No sabían nada de Ruki no de Reita, Uruha estaba en estado crítico, ni Aoi ni Kai estaban para soportar tanto.

Cuando intentaron hablar con Akira, no contestó el teléfono, en ningún momento contestó una llamada de las casi doscientas que le hicieron. Cada vez Aoi perdía más la paciencia, su amigo y gran amor aún estaba grave y solo quería saber de su amigo Reita, quería verlo, pero cada vez que intentaban localizarlo era imposible. Hasta que Aoi decidió sacarlo de la casa a las buenas o a las malas, encontrándose con la cruel verdad de su amigo.



Shima se estaba recuperando poco a poco, demasiado lento para Aoi, pero para los médicos era casi un milagro “Este  joven es muy fuerte” , siempre decían eso porque era casi un milagro que después de semejante accidente y un fuerte golpe en la cabeza que afectó su cerebro, no estuviera en coma.

-¡Maldita sea! ¡Si no nos quiere contestar hubiera cambiado el maldito número de celular y nos evitaríamos perder tanto tiempo!-otra vez explotó Aoi, y es que no entendía por que Takanori había dejado el mismo número si no les pensaba contestar, ¿Acaso los quería torturar? Al parecer si.






Ya han pasado tres meses, tres duros y crueles meses desde que Takanori se fue. Mientras él seguramente la pasa bien, nosotros vivimos el mismísimo infierno.
La drogadicción de Akira cada vez va peor. Cuando lo traje al hospital por aquella sobredosis, despertó y casi obligado lo llevé a ver a Shima. Uru estaba feliz de verlo, aunque por el estado en que se encontraba no lo podía demostrar como normalmente lo hubiera hecho, y Akira… pues él se encontraba en otro mundo, no le respondía nada y se fue dejándonos con la palabra en la boca.

Akira no nos deja ayudarlo y él tampoco se ayuda. Todo el dinero que tiene lo gasta comprando drogas y nada de comida. A este paso se va a salir matando de otra sobredosis, por eso Kai y yo nos turnamos para vigilarlo, mientras yo estoy con Shima él va con Akira y al otro día cambiamos.

De Shima les puedo decir que tuvo una recaída y quedo en coma por 3 días, el médico dijo  que era un espasmo cerebral o algo muy parecido y peor, el caso es que al despertar del coma prácticamente volvió a nacer. Tuvimos que enseñarle a hablar, ya que por lo poco que hablaba parecía niño de casi tres años.

Poco a poco fue mejorando, y nos pudo recordar, de los golpes del accidente ya no le quedan sino las cicatrices y el recuerdo. Por eso pudimos llevarlo a casa, aunque una enfermera fue con nosotros por si algo malo le pasaba.







Taka es lo más importante para mí pero es un desgraciado. No le importó irse y dejarme con el corazón en la mano, admito que yo también tuve la culpa por no decirle mis sentimientos a tiempo, pero él no me quiso escuchar, no quiso escuchar mis razones y se fue sin más.

Ojala la este pasando muy bien, porque yo solo me la paso llorándolo parte del día, porque la otra mitad la utilizo para “descasar”. Si se preguntan de aquel hombre que encontré la vez pasada, pues él si me ayudo, no creo que de la mejor manera pero si lo hizo.

Me ofreció droga. Al principio dudé si probarla o no, ya que critiqué mucho a los drogadictos por utilizar eso para salir de sus problemas. Me cansé de pensarlo tanto y la probé. Era una sensación muy extraña pero a la vez agradable, sentía como mi cuerpo de relajaba y perdía peso,, y lo mejor de todo es que el rostro de Taka se encontraba borroso, así me era imposible recordarlo.

Quede tan satisfecho aquella noche que volví donde el señor ese, cada vez compraba más porque no sentía el mismo efecto, mezclaba todas las drogas que me vendía, pero las que más utilizaba eran la marihuana y la cocaína, sabía que eso me podría traer problemas pero no me importó, seguía consumiendo cada vez más y más.

Aoi y Kai querían que dejara de hacerlo ¿Pero como dejar la única cosa que me hacía olvidarlo? Sé que no es la mejor solución, pero si es la más efectiva.

Hace como dos meses que me volví drogadicto, lo único que pasa por mi garganta son aquellas sustancias que me están destrozando. Hace semanas que no como comida saludable, eso ya no existe para mí.

Hace tres meses que no se nada de Taka, no se preocupa por nosotros pero nosotros si nos preocupamos por él.
No hay día en que no lo piense.
No hay día en que no me arrepienta por no decirle todo de una vez.
No hay día en que no me den ganas de ir a buscarlo ¿Pero a dónde?
No hay día en que no me drogue.
  
Hace unas dos semanas que sueño con Taka y que es muy feliz con otra persona, que él o ella lo hace tan feliz que yo ya no existo para él. Que cuando ve mis llamadas en su celular me maldice por hacerlo tan infeliz y mentirle, que dice que para él nunca fui importante, que era uno más del montoncito de sus amistades poco importantes.

Por eso ya no puedo dormir, porque cada noche sueño con él, diciéndome cosas tan horribles que me despierto llorando. Cada una de sus palabras son una puñalada en mi corazón, y poco a poco me está matando.

Hace semanas que Aoi y Kai me tienen vigilado para cuando me de una sobredosis no vaya a morirme solo, pero eso es lo que más quiero en este momento, si la única persona que amo más que a nada me desprecia y me ignora ¿Para qué vivir?. Quiero morir pero soy tan gallina que no puedo acabar yo mismo con mi miserable vida.

A veces pienso que ese sueño es verdadero, y que Taka encontró a la persona indicada para él. Me alegra que lo haya hecho, pero a la vez me duele, me alegra saber que el no está pasando por un mal momento, que llegó una persona que lo hará olvidarse de mí, de lo tanto que sufrió con migo, que esta persona lo hará muy feliz y así pueda hacer todo lo que una vez me dijo que haría cuando tuviera una pareja. No sabes como me duele no ser esa persona y saber que nunca podré estar con tigo y hacerte feliz. Ahora sé que estoy pagando por todo el sufrimiento que te causé.



Es malo sacar conclusiones a la ligera, y eso es lo que Akira estaba haciendo. ¿Se dio por vencido con un simple sueño?


CAPITULO 11

Le busco una explicación razonable a lo que ese par de idiotas están haciendo y la verdad es que no encuentro ninguna. Ellos dos se quieren, eso lo sabemos todos muy bien, entonces ¿Por qué no están juntos de una buena vez y se evitan tanto sufrimiento?


Hace unos días le dieron de alta totalmente a Shima, o para que entiendan mejor ya no tendremos a más enfermera en casa a la cual alimentar. Era una chismosa, siempre estaba atenta de lo que yo hacía o hablaba. Ahora estoy completamente a cargo de mi Shimita….  Perdón, de Shima.

 Bah a quien engaño, estoy enamorado de él y hemos tenido unos pequeños encuentros cariñosos, pero no me malinterpreten, en ocasiones se altera tanto que sólo yo puedo calmarlo, pero sólo de una forma; le doy un beso. Otras veces cuando se enferma voy yo a cuidarlo y como no le gusta dormir solo cuando está así, me quedo haciéndole cariñitos en el cabello mientras se duerme. Para ustedes debe ser patético pero para mí no, para mí es tan importante como desayunar cada día, quiero aprovechar cada momento que tengo con él, y aunque nunca le doy una explicación por mi comportamiento se que él se está dando cuenta de mis sentimientos.





Kai es un intenso, y es que como ya no se puede turnar con Aoi para tenerme vigilado vive encima de mí todo el día.

Ya han pasado casi 5 meses desde que Takanori se fue, y no se cuantos de ser un maldito drogadicto, porque la verdad es que no llevo la cuenta del tiempo, sólo sé que lo soy y ya.

Kai esta mañana vino con muchos candados, le colocó uno pequeño a casa ventana y unos 3 medianos a la puerta. Según él no voy a salir más de la casa a comprar mi “alimento” que ya es hora de dejar eso de lado y seguir con mi vida.


-Ya te lo dije Akira, no vas a salir más hasta que yo te lo diga.

Ahora me encuentro tratando de dañar el candado de la ventana de la sala, pero a pesar de ser pequeño es muy resistente.

-Vamos Kai, ya deja de jugar y déjame salir.

-Ya te dije que no, tienes que dejar eso ya porque más adelante te será imposible.


Dejé la conversación hasta hay porque sería perdida de tiempo seguir insistiendo a algo que no va a pasar. Eso me hizo pensar en lo que había pasado hace unos días. Me dí por vencido con Takanori, todo lo que había pasado era más que suficiente para saberlo. No podemos estar juntos, yo la embarré y el huyó, no llama ni responde mis llamadas, pero la culpa es mía ¿Verdad? Yo la embarré desde el principio negándole lo que sentía por él, Takanori no tiene la culpa de nada, tenía todo el derecho de enojarse y no hablarme, pero lo que no me gusta es que no hable con los chicos, ellos también sufre por su comportamiento.

Sé que un día digo una cosa y al otro otra muy diferente, pero como ya dije había pensando en un momento de calma-no estaba drogado-sobre todo lo que había pasado, y llegué a la conclusión de que yo soy el culpable.

Dejé de dar tanta lidia para que no se encartaran conmigo, pero es tan imposible, siento ansias, me desespero con facilidad y la única forma de calmarme es drogándome. Debo decir que tengo cicatrices en mis dos brazos justo en la vena, estoy muy delgado y con ojeras horribles. No tengo apetito y cuando me acuerdo de Takanori lloro, de rabia, tristeza, impotencia y aunque suene raro de felicidad. Por muy masoquista que suene estoy feliz por él, ya encontró a alguien que lo ayude a olvidarse de todo el sufrimiento por el que pasó.


-¡Kai!

-Deja de gritar que estoy a tu lado.

-Ya lo sé, pero quería que me escucharas.

-De una vez te digo que no te dejaré salir.

-Es que no seré yo el que salga, sino tú.

-¿Yo? -asentí- ¿Qué tramas Akira?

 -Nada, sólo quiero fresas con crema y aquí no hay, y como no me dejarás salir a la tienda te pido el favor a ti.

Kai me miraba raro, como esperando que le dijera que era broma, pero al no ver expresión en mi rostro y verme decidido a comer eso, suspiró y se levantó.

-¿Fresas con crema?

-Si, por favor.

-No intentes nada raro Akira, estoy confiando en ti.

-Tranquilo, te esperaré aquí acostado.

-De acuerdo.

 Y Kai se fue. Tenía que ser rápido, no tenía mucho tiempo.




La vida no es fácil, siempre te pone obstáculos para que los superes y hagan tu vida más “emocionante” pero creo que mis obstáculos fueron demasiado, mi vida no tiene nada de emocionante, al contrario, es todo un caos.

Luego de descansar unos días, vino de visita una amiga de mi abuela con si nieto, y he de decir que era lindo; alto, blanco, cabello negro y muy educado. Mientras mi abuela y la suya charlaban, nosotros fuimos al patio a conocernos mejor.


-Así que por eso estuviste en la cárcel.

-Si, fueron tiempos difíciles pero no estuve solo.

-¿Conociste a alguien ahí?

-Si, fue mi apoyo durante todo ese tiempo y afuera también.

-Ya veo… te gusta ¿No?

-¡¿Qué?!-  eso me sorprendió mucho.

-Sólo lo suponía, pero al ver tu reacción me lo confirmaste, es que cuando dijiste eso tu mirada se iluminó.

-Por él es que estoy aquí.

-No entiendo, si te gusta se supone que estarías con él, intentando conquistar su corazón.

-No es fácil, tuvimos unos problemas hace unos meses, y yo por error me enteré que yo le gustaba, eso me hizo muy feliz, pero cuando se lo pregunté me lo negó… en ese momento todas las ilusiones que tenía con él y las ganas de perdonarlo se fueron por el caño.

-¿Por qué lo tenías que perdonar?

-Mató mi mascota.

-Valla, ese chico si que es un desastre.

-A veces, pero es una buena persona, siempre me siguió caprichos aunque a veces era un gruñón. Sé que nadie es perfecto, y todos tenemos muchos defectos, pero yo siempre lo admiré, para mi siempre fue como un héroe, casi nunca me fallaba pero siempre estuvo ahí para mí. Siempre era un grosero con los demás pero conmigo no, siempre fue muy especial a pesar de las veces que la embarró, pero llegó el día en que no lo soporté más.

-Y huiste de él-concluyó.

-Si. Hace días me he estado sintiendo mal, creo que no me he acostumbrado al cambio, me hace falta mi casa, mis amigos, hasta él.

-Y si te sientes así ¿Por qué no vuelves?

-No sería capaz de darles la cara, me porté feo antes de venir, dejé a mis amigos sin darles una explicación, por eso creo que me odian.

-Ellos no te van a odiar, si hablas con ellos y les explicas todo te van a entender, estoy seguro. Las cosas no van a empeorar por aclarar las cosas, lo más seguro es que si vuelves ligero con ellos te sentirás mejor, y esa opresión que tienes en el pecho desaparecerá.

-¿Cómo sabes que era eso?-otra vez tenía la razón, él sonrió.

-Takanori, yo sé muchas cosas, puedo saber que siente con solo verte a los ojos.


Definitivamente ya me está dando miedo lo que dice, me sorprende que pueda saber como me siento, pero sus palabras me dieron el empujoncito que necesita para decidirme a volver con mis amigos y Akira.





-¡Maldita sea Akira como se te ocurrió hacer eso!-gritaba un desesperado Kai-¡Me prometiste no hacer nada!




CAPITULO 12
 -¿Por qué lo hiciste?-preguntó Kai una vez Reita volvió en si.

-Quería verlo.

-No te entiendo.

-Al principio me drogaba para olvidarlo, mi mente no lo recordaba, así no me dolía tanto. Pero luego todo fue cambiando, era tanta la falta que me hacía, que me di cuenta que más daño me hacía no verlo, y la droga ya no tenía el mismo efecto, primero lo veía borroso, y ahora lo veo bien, a mi lado, imagino que nunca se fue y se quedo conmigo. Por eso me convertí en un drogadicto, para poder sentirlo junto a mí aunque fuera en sueños.

Aunque no  lo parezca y lo juzguemos por su condición, Akira sufre mucho por Takanori. Fue grande la sorpresa que me llevé cuando volví de la tienda, había mucho desorden en la sala, jeringas por todos lados, pequeñas bolsitas, un cuchillo y Akira tirado en el piso medio inconciente.

No fue difícil saber que me dijo que fuera a comprarle eso para poder volarse a comprar más droga. Me sentí todo un idiota por haber caído en su trampa, pero a la vez me sentí muy mal por las razones que ese imbécil tenía… era la única forma de sentirlo cerca.

-Lo lamento Kai, no volverá a pasar.

-Eso espero.

-Claro, iré a un centro de rehabilitación, así no les causaré problemas.

Me sorprendió mucho lo que me dijo, hace tiempo le hablé sobre uno y me dijo que ni loco entraba a uno, y parece que ya enloqueció del todo.

-¿Hablas enserio?

-Claro que si, quizás ya otra semana valla.

-Me parece bien.




 
No estoy seguro si tome la decisión correcta pero ya voy en el avión con mi amigo al lado. Gracias a él estoy de regreso. El viaje no es largo, pero si viajara en bus si lo sería.

Tengo miedo de lo que me encuentre una vez llegue, tal vez estén enojados, Kai tenga novia, Aoi y Shima ya estén juntos, o Akira ya no me quiera, no sé, cualquier cosa puede pasar en poco tiempo.
No tardamos más de 5 minutos cuando llegamos al aeropuerto. Me tocó despertarlo porque venía dormido, la noche anterior de había ido de fiesta con sus amigos y llegó tarde, por eso durmió todo el viaje.

Fuimos a recoger nuestras maletas, se sentía tan bien volver a tu ciudad natal, respirar el mismo aire que respiraste por años. Tomamos un taxi y nos dirigimos a mi departamento ya que él no tenía donde quedarse, pensé ir a visitar a Shima de paso, pero decidimos descansar primero.

-Tengo un cuarto vacío, pero hay que limpiar primero porque hace mucho tiempo que no pasa una escoba por aquí.

-No te preocupes, yo sé limpiar-me encanta cuando sonríe de esa manera, me da confianza y me tranquiliza, es casi como Kai.

-¿Y también sabes cocinar? Tengo hambre.

-¡Por supuesto! ¿Con quién crees que hablas?

-Se me olvidaba que aves hacer de todo.

-Es bueno que lo recuerdes, cuando necesites algo… lo que sea, aquí estoy yo. ¿Sushi?

-Siempre sabes-sonreí, ya era una costumbre que siempre supiera lo que yo quería, sentía, todo.

Salimos al supermercado a comprar unas cosas que nos hacían falta para la comida, y de regreso a casa me encontré con Kai.

-¿Taka?-preguntó sorprendido.

-¡Kai!

Imagínenme tirándome encima de Kai abrasándolo fuertemente. Mi amigo me cogía de los hombros, me veía a la cara y me volvía a abrazar.

-¿Cuándo viniste? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no contestabas? ¡Estoy tan feliz de verte!

-Llegué hace poco, estaba con mi abuela… yo también estoy feliz de verte.

-Ya era hora de que volvieras, nada es igual desde que te fuiste.

-Lo siento mucho, pero ya no me volveré a ir.

Invité a Kai a casa, íbamos hablando de mi viaje, de cómo la pase durante este tiempo, me dijo que para ellos había sido muy difícil pero que estaban intentando superar todo.

-¿Viniste sólo?-dijo mirando a mi amigo.

-Oh, lo siento, olvidé presentarlos-me paré en la mitad de ellos dos-Kai él es Shou, Shou él es Kai.

Ambos se dieron la mano y se saludaron formalmente. Aunque Shou y yo nos conocemos desde hace dos semanas, nos volvimos muy cercanos, me abraza todo el tiempo, es muy cariñoso, se la pasa atento de mí.

-Chicos, la comida está lista-nos dijo Shou. Se que es un poco maleducado de mi parte que mi visita haga la comida mientras yo estoy en la sala hablando con Kai, pero él no me dejó ayudarle-vamos a la mesa.

Fuimos a comer, Kai me contó lo que le pasó a Shima, me sentí tan mal, no estuve aquí para apoyarlo, para estar a su lado. Me sentí culpable, todo esto sucedió luego de que me fui, y aunque Kai me dijo que no fue mi culpa, que fue el hombre ese ebrio, no lo puedo evitar.

-Y desde eso ellos dos están inseparables. Yo casi ni lo puedo visitar porque no tengo tiempo, pero si hablo con ellos por teléfono todos los días. Shima se recupera muy rápido, él es muy fuerte.

-Si, yo siempre pensé que él era más débil que yo, pero ya veo que es todo lo contrario.

-Bueno, la pase muy bien, la comida quedó muy rica, pero yo también iba a comprar las cosas para preparar la cena. Me esperan, así que me tengo que ir.

-Valla Kai ¿Así que ya tienes novia?

-No seas idiota Taka, Reita me espera.

Me congelé al escuchar su nombre. En todo este rato que llevamos hablando me hablo de todos menos de él. ¿Por qué Akira lo está esperando? ¿Desde cuando Kai le cocina?

-No pienses cosas raras, yo no tengo nada con ese imbécil, es solo que ahora tengo que cuidarlo.

-¿Está enfermo?-me apresuré a preguntar.

-Algo mucho peor Taka… Akira es drogadicto.

No podía creer lo que me estaba diciendo, Akira siempre a odiado a esas personas, las trataba de cobardes y todo eso, y ahora lo es él. Shou me miraba insistentemente, él sabía lo que yo sentía por Akira, sabía que volví con las intensiones de hablar sobre nuestros sentimientos… y sabía que al igual que Akira yo también siento cierto odio hacia esas personas.

Pero ahora es diferente, es mi Akira quien necesita apoyo, y aunque no creo que esté de acuerdo con que yo esté cerca de él, lo haré.

-Cuando te fuiste cayó en una profunda depresión, y comenzó a drogarse para olvidarte. Recordarte le hacía mal, se despertaba en medio de la noche llorando, no nos hablaba, se encerró en su casa, hasta que nos dimos cuenta que la única salida que encontró para no verte fue esa.

-Akira… hizo todo eso… para olvidarme.

Lloraba… y mi pecho dolía mucho. Akira esta así por mi culpa, si yo no me hubiera largado sin hablar primero, él estaría bien. Shou me abrazó fuerte, eso era lo que necesitaba, pero me recordó a Akira. Cuando yo estaba mal, él era quien me abraza y me decía que siempre estaría conmigo cuando lo necesitara, y yo le decía lo mismo.

-No estuve con él… todo es mi culpa, yo se lo prometí.

-Ya pequeño, no todo es tu culpa, él estará bien si lo apoyas en este momento; la desintoxicación es lo peor.

-Tienes razón-dijo Kai-llevaba días en que lo encerré en la casa, lo obligaba a comer y nada de drogas. Hasta que un día me la hizo, salí a comprarle unas cosas y cuando volví, estaba casi inconciente. Cuando despertó me dijo que desde hace mucho el efecto de la droga no era el mismo, que en ese estado podía tenerte a su lado, que era la única manera de estar juntos, y me dijo que sería la última vez, que se internaría en un centro de rehabilitación.

-¿Cuándo fue eso?-pregunté entre lágrimas.

-Casi dos semanas, y de a ratos tiene ataques, comienza a gritar, tira todo lo que tiene cerca, hasta me a golpeado.

Kai también la esta pasando muy mal, tiene que estar a cargo de Akira, aguantar sus ataques y agresiones, mientras que yo huía de todo esto.

-Cálmate Taka, lo bueno de todo esto es que él todavía te ama, por eso hizo todo esto.

-¡Cómo dices que es lo bueno de todo esto! ¡Por mi culpa está así! ¡Si yo no existiera él no pasaría por todo esto!

-Taka, no digas idioteces, ahora es cuando más se necesitan, tiene que estar juntos si o si.

Shou a veces dice cosas que no entiendo, se comporta de manera extraña, sabe cosas que yo no le he contado de mí. Es como si siempre hubiera estado conmigo y fuera testigo de todo lo que e vivido.

-¿Qué esperas Taka? Akira te espera.

Y lo mejor es que siempre me da el empujoncito que necesito para actuar.

Ahora lo que más quiero es poder abrazarlo, estar con él así como siempre estuvo conmigo, pedirle perdón por ser tan cobarde, apoyarlo sin juzgarlo, y decirle cuanto lo amo.

Estoy dispuesto a todo por él, lo quiero a mi lado, quiero pasar toda mi vida con él, ya todo es decisión de él.

Kai no estuvo muy de acuerdo con que fuera a verlo, de pronto recaía, pero para eso estoy yo, para ayudarlo. Me molesta que vivan juntos, siempre fui muy celoso con él, hasta de mis propios amigos.

Shou venía a mi lado, mientras que Kai iba adelante . Yo todavía lloraba un poco por lo que me había contado Kai, pero venía decidido a estar con él, por eso Shou me trajo abrazado, para darme su apoyo.

Cuando Kai abrió la puerta, lo primero que se vio fue un desastre. Akira no es que sea muy ordenado, pero tampoco un desordenado total como para llegar a este extremo, hay fue cuando recordé lo que Kai dijo.

-Tuvo un ataque-murmuré bajito. Kai solo volteó a verme asintiendo para luego entrar corriendo.

Me quede estático un momento en la puerta, Shou y yo nos miramos a los ojos y entré corriendo. No sabía donde se encontraban, no distinguía muy bien el lugar de donde provenían los gritos… la otra habitación.

Ya que recuerdo, Akira tenía una habitación para las visitas, y si Kai lo cuida se debe de quedar ahí. Entré y vi a Kai debajo de Akira mientras este lo golpeaba, en el pecho gritándoles cosas que no podía entender.

Kai trataba de agarrarlo de las manos, pero en el estado de desesperación que esta Akira es casi imposible. Desperté de mi trance cuando Kai me grito que lo ayudara.

Sin decir una palabra, sin verlo a la cara, sin poderlo saludar, traté de cogerle los brazos con toda mi fuerza, pero era tanta la suya que sin mirarme me arrojó con mucha fuerza contra la pared mientras seguía gritando cosas. Me golpee la cabeza y me quejé del dolor, en ese momento entró Shou, que al verme gritó desde la puerta.

-¡Taka!

Luego todo fue silencio. Akira soltó a Kai y se quedó callado, volteando poco a poco hacia donde me había empujado. Shou corrió a mi lado, ayudándome a enderezarme, y revisándome la cabeza.

-¡Estás sangrando!

Pude ver claramente como Akira se tensó para luego comenzar a temblar violentamente. Nos miramos a los ojos por unos segundos, luego miró a Shou y volvió a verme a mi. Estaba muy pálido y delgado, en su mirada se reflejaba tristeza.

-Yo… yo…

-Tú no digas nada-lo interrumpió Shou-¿Cómo te atreves a lastimarlo? ¡Y él preocupándose por ti todo este tiempo! 

-Basta Shou-intenté pararlo, no quería que comenzara a pelear con Akira.

-Taka… nori-él nunca me llamó así, siempre me decía Taka, esto me preocupa-yo no quise, yo no te vi, no sabía que eras tú, te lastimé, yo no quería yo…-temblaba peor que antes, estaba entrando en pánico; tendría otros ataque. 

-Cálmate Akira, no paso nada, estoy bien-intenté levantarme pero me mareé.


No recuerdo más. Cuando desperté seguí en casa de Akira, estaba acostado en su cama, con todos sentados alrededor mío. O bueno, casi, ya que Shou estaba a mi lado derecho, y Akira y Kai al izquierdo, mientras que el primero miraba con enojo a Shou. Ahora que lo veo bien, tiene un morado en su mejilla.

-Cariño, despertaste.

-Shou, ¿Qué paso?

-Te desmayaste, pero ya vino la doctora y te revisó, sólo fue un pequeño golpe, no tardará en sanar.

-Lo siento-susurró Akira.-no quería lastimarte, yo no estoy bien.

-Tranquilo, no fue nada grave.

-¡Claro que si, estabas sangrando!-dijo un poco alarmado.

-La sangre es muy escandalosa, idiota-Shou lo miraba mal. Esta situación me esta cansando, ya no entiendo nada, y no me gustó que lo tratara mal.

-Shou.

-¿Si Taka?

-Sal, necesito hablar con Akira-dije serio, él solo me miro desconcertado y se paró-tu también Kai, por favor.

-Claro, si pasa algo me avisan.

Cuando ambos salieron me senté en la cama. Akira no me miraba a la cara, él sólo miraba el piso. A pesar de estar un poco descuidado y en malas condiciones, me sigue pareciendo la persona más linda del universo.

-¿Por qué volviste?-comenzó a hablar él.

-¿No crees que sería mejor comenzar a hablar desde el principio?-el asintió mientras seguía mirando el suelo.

-¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste?-preguntó dolido, podía notarlo en su voz.

-Tenía que pensar. Para mí tampoco fue fácil, pero lo mejor era aclarar la mente.

-Podrías haberlo hecho aquí mismo.

-Lo sé, pero cuando estás dolido y enojado no piensas con claridad. ¿Por qué hiciste todo eso?-sabía que Akira entendía a lo que me refería.

-Quería olvidarte, dejar de sufrir-aunque escuché esto de Kai hace rato, duele más cuando él lo dice.

-Lamento hacerte sufrir-ahora era yo quien agachaba la cabeza.

-La droga me llevaba a un mundo sin  sufrimientos, sin preocupaciones, sin ti. Al principio era lo mejor, no recordarte era no sufrir, y ya lo había hecho antes, por eso ahora no quería sufrir más. Cada vez necesitaba más ya que no eran los mismos resultados, ahora te veía más seguido, hasta que entendí que no podía vivir sin ti, que te necesitaba a mi lado, que era mi única razón de existir.-habla en pasado, me hace pensar que ya no le importo, estaría bien si lo dijera en presente, como si todavía fuera importante para él-Luego era más la necesidad de tenerte cerca, como no contestabas las llamadas, ni las mías ni las de los chicos, entendí que lo que vivía bajo los efectos de la droga nunca los viviría en realidad, si la única forma de tenerte era así, me convertiría en un maldito drogadicto, y eso soy ahora, en esto me convertí por ti.

Notas finales:

Capi largo?? xD  pronto subire la conti.

Es bueno volver por aqui, nos hablamos en la página, ahi pueden subir sus fics...

Para estar en contacto les dejo mi msn por si algo: danis.ucoz@hotmail.com

Gracias por leer

=D


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