-Reila!! Reila!!!- brame histérica. Porque no me oía?? Estaba llorando sin parar, totalmente desesperada por ver su rostro una vez más…
Desperté, desconcertada. Que raro sueño. Yo atraída por una chica, que buen chiste. Y su nombre era el mismo que el de mi canción favorita, Reila de The Gazette. La mansión estaba como siempre. Yo era hija de una rica familia de Japón, los Yamakawa. Mis padre estaban divorciados, mi padre era muy infiel.
Tengo dos hermanos mayores, Yoru y Shouske. Yoru me lleva 10 años; era un chico de pelo negro igual al mía, muy alto y delgado, vestía a veces un poco llamativo y tenia ojos color miel, Shouske me lleva 15, era un hombre muy serio, siempre de traje o al menos con camisa. Su cabello, a diferencia del nuestro, era de un color arenoso, sus ojos eran orquídea como los míos, era mas bajo que Yoru pero mas musculoso. Imagínense la diferencia. Yoru se fue de casa cuando tenia 18 años, lo ansiaba desde sus 10 y ahorraba desde entonces para comprar su casa. Yoru era el hermano con el que mejor me llevaba…todavía recuerdo como lo perseguía por la casa llamándole “Nii-chan, nii-chan!!!”.
Pero él ya no esta aquí…le perdí la pista desde que tenía 8 años. A veces iba a mi universidad, ahí estudia su pareja pero…jamás cruzábamos palabra. Mi otro hermano, Shouske me desagrada totalmente, es un creído y trata de reemplazar a Yoru, cosa que me irrita.
Mi nombre es Rumiko. Soy una chica de pelo negro azabache y largo hasta los muslos, algo ondulado. Mis ojos son orquídea… Soy pálida como muerta(cosa de familia supongo), de cuerpo pues normal y en la calle visto con sudaderas o suéteres holgados, jeans y tenis. A veces uso una chamarra de cuero negra arremangada de los brazos abierta y abajo traigo blusas moradas.
En la universidad Mitsuhashi estudio Literatura. Yo, tal como Yoru, prepare mi huida desde los 10 años. Y cuando cumplí 18, comencé a rastrear intensamente a mi hermano, quería irme con el. Aunque tenía mi plan de emergencia, por si no me quería a su lado.
-Hola prima-me saludo por teléfono Tsuki. Éramos casi hermanas desde siempre.
-Que necesitas querida?-pregunte seria.
-Encontré a Yoru…estoy en su casa ahora mismo.-dijo y me dio la dirección. Yo casi lloraba.
-Gracias, iré hoy mismo en la tarde-dije y empecé a empacar todo. Nii-chan…como eres ahora? Me reconocerás? Me dejaras quedarme? Esos y más pensamientos azotaban mi mente mientras preparaba mis maletas.
Shouske me detuvo antes de salir, cosa que me molesto mucho. Me limite a decirle que ya me iría de casa, le di una carta para mi padre. Shouske era solo mi medio hermano, hijo de una de las innumerables amantes de mi padre.
Llegue al departamento muy asustada. Me abrió un muchacho, de mi edad quizás, de pelo castaño y ojos de un azul muy claro. Me miro extrañado.
-A-Aquí vive Yoru Yamakawa?-pregunte balbuceando.
-Si quien le busca?- pregunto el chico. Me puse muy roja. No sabia que responder.
-Quien es usted?-pregunte curiosa.
-Lo mismo pregunto-replico mirándome extrañado.
-Bueno, que pasa aquí, Takumi ,haces mucho ruido, y trato de leer yaoi- dijo una figura casi desconocida. Mi hermano…pero bastante crecido y mucho mas presumido que antes. Me miro y tiro el manga que traía en la mano. Me miro mejor y se alejo un poco.
-R-Rumiko? Hermanita?- pregunto con esfuerzo. Asentí al borde del llanto.
-Nii-chan?-pregunte con voz de cría. El corrió y me abrazo contendiendo su llanto.
Sollozamos un rato y ya calmados, le explicamos nuestra historia a Takumi. Mi hermano accedió a que me quedara y yo seguí yendo a Mitsuhashi. En la escuela yo no tenia amigos…excepto por Takumi.
Y un día pasó… Mi vida cambio totalmente. En mi vida había tenido novio muchísimo menos había besado a alguien pero ella…ella lo cambio todo para mi.
Estaba en clase de Música, el sensei me hizo tocar el piano y cantar para la clase(cosas que hacia a la perfección) y simplemente me concentre. De repente oí derrapadas y risas de chicas. Toda la clase volteo a ver a las escandalosas muchachas. Y vi justo en el momento a una joven chica, bastante para ir en la Universidad. Abrí violentamente los ojos.
Era muy bella. Su cabello rizado y castaño, le llegaba a media espalda. Tenía un flequillo perfectamente arreglado, contrario al mío que estaba despeinado. Una flor azul claro adornaba el lado derecho de su cabeza. Sus ojos era de un azul intenso y claro, lucia algo bronceada y, como era primavera, vestía unos shorts de mezclilla y una blusa de tirantes del tono de sus ojos. Traía tenis. Sonreía y separo en seco en la puerta.
Yo proseguí y ella me miraba fascinada. Acabe y timbro la campana. Como siempre fui la última al salir. Sentí que tocaban mi hombro. Era la chica.
-Tocaste precioso-me felicito. Me colgué la mochila bruscamente.
-Te lo agradezco-respondí educadamente.
-Me llamo Reila Shirotsuki por cierto.-añadió sonriendo traviesa.
-Yo soy Rumiko Yamakawa- dije por cortesía.
-Me debo ir a Literatura…Kamijou-sensei me matara si tardo…te buscare en la salida-dijo alegre y asentí. Ella arranco a correr.
-Reila…-susurre y fui a clase de Historia.