Una noche calmada y fresca, un chico de 19 años a solas en su habitación, el comercial de televisión perfecto en el momento indicado y un teléfono a lado de su mano. Todo eso es lo suficiente tentador para cualquier joven y este no fue la excepción. “Nuestras chicas y chicos están esperando por ti, anímate y tendrás la mejor noche de tu vida. Llame en los próximos 10 minutos y le garantizamos que tocara el cielo, si no podemos hacerlo su llamada será completamente gratis. Anímate”.
La garantía de la llamada gratis hacia aun más llamativo el anuncio ya que era su primera vez en estos trotes. Tomo el teléfono casi por instinto, mas no marco el numero, lo cual le tomo un par de repeticiones mas, al cabo de algunos segundos y con el número de teléfono completamente memorizado se decidió a marcar, lo hizo con una parsimonia impresionante, desesperante para cualquiera, incluso para el mismo. Como era de esperarse, la llamada comenzó con una grabación, era una voz muy sugestiva, de mujer claro.
-“Bienvenido a nuestro servicio de hot line, te garantizamos que alcanzaras el cielo o tu llamada será completamente gratis. Oprime uno si eres hombre u oprime dos si eres mujer”.- La grabación hizo su pausa característica para que oprimas tu opción, este lapso de tiempo fue ocupado para las clásicas cavilaciones de la primera vez: oprimir el botón o colgar.
En ese momento se sintió patético al verse en la necesidad de recurrir a una llamada telefónica para satisfacer sus instintos, lo cual para él era lo mismo que contratar una prostituta pero sin el riesgo de contraer una enfermedad, punto para las llamadas telefónicas. Esto se hacía cada vez mas bochornoso ya que él se jactaba con todo el mundo de tener a todas a sus pies, aunque claro, también tenía a uno que otro chico babeando también. En ese momento la grabación inicial comenzó de nuevo, tomo aire y cerro sus ojos, para al fin, oprimir el botón uno de su teléfono.
-“Ahora, oprima uno si busca una mujer u oprima dos si busca un hombre”.- Si, el momento de la verdad, comenzaba de nuevo la pausa y las dudas: oprimir dos o evitarse la pena. Con el pensamiento de que la llamada seria cobrada aunque colgara el teléfono en ese momento, oprimió el botón dos, demorando aproximadamente cinco segundos en soltarlo mientras asimilaba lo que estaba haciendo y escuchaba el sonido característico de la tecla en el auricular del teléfono.
-“Por el momento, nuestras líneas se encuentran ocupadas. Le pedimos su comprensión y paciencia, en un breve momento uno de nuestros chicos tomara su llamada, le sugerimos…”- La grabación fue interrumpida a la mitad, junto con el sentimiento de alivio momentáneo y el pensamiento de consuelo al tener un momento para relajarse y meditar la situación en la que intencionalmente se metió.
-Hola cariño, ¿Qué te trae por aquí?- Una voz se hizo escuchar por el teléfono, notoriamente de hombre, pero con un toque de seducción que derrite a cualquiera que lo escuche. En ese momento un solo pensamiento surco su desorientada mente: “esta llamada no será gratis”. En ese momento, el responsable de la llamada se quedo completamente en blanco, sumido en pensamientos de reproche hacia sí mismo por creer en la publicidad, nadie te ofrece nada gratis, a menos de que estén seguros que eso nunca va a pasar. No emitía palabra alguna.- ¿Hola? – Llamo de nuevo.
-Sí, hola –Respondió al fin, con un notorio tono de nerviosismo
-¿Qué te trae por aquí?- Repitió, intentando entablar una conversación. En su voz sonaba, casi imperceptiblemente, un deje de burla por el estado de su cliente.
-Lo mismo que a todo el mundo, supongo. –Seguía nervioso y contestaba lo primero que se le venía a la mente para no provocar otro silencio incomodo.
-Me imagino, pero no estés nervioso, yo no muerdo. A no ser que me lo pidas, entonces lo hare.- Esto definitivamente lo congeló, si antes estaba nervioso, ahora se combinaba la incomodidad de la inseguridad con la culpa de excitarse con un desconocido por teléfono y pagar por ello. –Dime cuál es tu nombre. – No era una pregunta, era una orden disfrazada de una sexy suplica.
-¿Tengo que decírtelo? – Se altero, jamás se imagino que le pidiera su nombre, siempre imagino eso como algo enteramente anónimo.
-Pues, tengo que saberlo, si no, ¿Qué nombre gritare toda la noche?- Estas simples palabras hicieron el trabajo que no pudieron hacer las películas eróticas y videos pornográficos que estuvo viendo desde las 8 de la noche.
-Naruto. Me llamo Naruto. – Hizo una pausa breve. – ¿Tu cómo te llamas?
-Valla, eres de los pocos que preguntan eso. ¿Eres curioso o lo preguntaste por reflejo?- no le dio tiempo para contestar esa pregunta. Hizo una pequeña pausa para soltar una leve risa y continuó. –Puedes llamarme Hebi.
-Pero ese no es tu verdadero nombre, ¿verdad? – Se sintió molesto.
-No, lo siento pero no puedo dar datos personales, tu sabes, por seguridad, hay que elegir un seudónimo. ¿Acaso no te parece atractivo?-
-Sí, lo es. Pero aun así no es tu nombre real.
-No hay que hablar de mí, que aquí el importante eres tu bombón.- regreso el tono de voz tipo ronroneo felino de parte de “Hebi”.- Dime como eres físicamente, al escuchar tu voz me parece que debes ser muy guapo.
-Yo no lo veo de esa manera. Veamos… soy rubio, mido 1.70, tengo ojos azules, piel un poco bronceada, soy delgado…- Hizo una pequeña pausa y continuó.-No se que mas podría mencionar.
-Por dios, debes ser una persona muy popular entre los chicos y ni mencionar las chicas. Me pregunto por qué llamaste, aunque me alegra que lo hicieras, así pude tener la oportunidad de escuchar tu hermosa voz y con suerte ser responsable de que toques el cielo con la punta de los dedos.- El ronroneo constante de su voz era simplemente irresistible.
-Se podría decir que sí, soy un poco popular, pero no estoy interesado en nadie por el momento.-Su voz bajo de tono, como alguien cuando cuenta algo desagradable.
-Ya veo, las personas a las que rechazas deben sentirse mal. Pero, ¿Sabes? Me alegra, porque ahora yo tengo a este bombón conmigo, y hare que se derrita.
-No lo dudo. Ahora dime tú como eres.- Pidió, cambiando considerablemente su tono de voz. A estas alturas de la conversación se sentía más cómodo con su interlocutor.
-Soy alto, mido 1.76, soy delgado y hago algo de ejercicio. ¿Te comienzo a gustar?-
-Bastante, continúa. – Pidió algo ansioso.
-Tengo el pelo negro, un poco largo, los ojos negros y soy blanco, un poco pálido, para algunas personas eso es poco atractivo, dime ¿prefieres a alguien bronceado?-
-No, mi imagen mental de ti es perfecta.-
-Tú no te quedas nada atrás. ¿Qué traes puesto?-
-Nada.- Respondió rápido y sin pensar.-
- ¿Enserio? ¿Un poco ansioso?-
-No, la verdad traigo una camiseta de Ántrax y unos bóxers naranjas-
-Valla, amo esa banda, son muy buenos, pero, ¿sabes dónde me encantaría ver esa camiseta?-
-Dime. –
-En el piso de mi habitación, junto a tus bóxers para que no se sienta sola.-
-Me agrada la idea.-
-Quítate la ropa. – Lo dijo en tono autoritario y demandante.
-Lo estoy haciendo.-
-¿Sabes? En este momento me encantaría estar sobre ti y probar los dulces labios de donde proviene tan sexy voz. Después, bajar por tu cuello y dejarle una marca, para que todos vean que tienes dueño, luego seguir por tu pecho y encontrarme con tu pezón y morderlo para hacerte gritar.- Se detuvo un momento, soltó una ligera risa y continuó.- Naruto, se que estas alejando el teléfono, a mi no me puedes engañar, déjame oírte suspirar y gemir para mí. –
-Me da mucha pena.-
-No te preocupes, me muero de ganas de oírte. Además, hare solo lo que me digas, soy tuyo esta noche.-
-De acuerdo, lo intentare.-
-Ahora dime cariño, ¿eres pasivo o activo?-Esto dejo congelado a Naruto, no sabía que responder, ni siquiera sabía que pensar. –Valla, tu silencio me lo dice todo.-
-¿Y que escuchaste en mi silencio?- Cuestiono sabiendo de antemano la respuesta, era más que obvio.
-Me conto tus más oscuros secretos. Me dijo que deseas que te tome, que te haga mío hasta que pierdas el aliento, me dijo que quieres que te destroce.-Hebi dejaba escapar suspiros, como si le costara hablar y se ahogara con su aliento.
-Mi silencio habla mucho, pero no miente.-
-Sera un placer hacerlo. Tócate para mí y no alejes el teléfono, quiero oírte fuerte y claro.-
-Está bien.- Naruto comenzó a acariciar su vientre, hacia pequeños y suaves círculos alrededor de su ombligo con la punta de sus dedos, comenzó a suspirar. Se hizo una imagen mental de Hebi, demasiado perfecta físicamente para ser verdad, simplemente imposible, y obviamente, aleada de la realidad, en ese momento era lo último que le importaba.
Bajo hacia su miembro ya desnudo y levemente despierto, lo tomo y comenzó a acariciarlo lentamente, imaginando que Hebi era quien lo hacía. Inconscientemente acelero el ritmo de su mano derecha, la cual estaba en su miembro, su mano izquierda sostenía el teléfono, apretándolo cada vez con más fuerza a medida que aumentaba la velocidad. No se dio cuenta que estaba gimiendo alto y muy cerca del teléfono hasta que escucho una risa leve de parte de Hebi, en ese momento, bajo el volumen de su voz.
-Vamos, no te detengas, nos estamos divirtiendo, ¿o no naruto? ¿No disfrutas la manera en la que te hago sentir?- De los labios del rubio solo se escucharon unos balbuceos. – Eres perfecto, eres delicioso, no tienes una idea de lo duro que estoy en este momento Naruto. – Comenzó a gemir pausadamente en el teléfono, a la par que naruto subía el volumen de su voz aumentaba la velocidad de su mano y Hebi aumentaba la velocidad de sus gemidos. Por fin, Naruto llego al orgasmo junto con un último y fuerte gemido, seguido de su acelerada respiración sobre el teléfono. – Esta es la mejor llamada que he recibido en mucho tiempo.
-Es la mejor llamada que he realizado en mi vida.- Aun hablaba con un poco de dificultad y con su respiración pesada.
-Me alegra haber sido yo el afortunado en responder esta llamada. ¿Llamaras de nuevo alguna vez?-
-Y espero que respondas tú.-
-Tenlo por seguro.-
-Bueno, colgare. Gracias por una buena noche.-
-Que duermas bien Naruto, no mojes mucho tu cama.-
-No te prometo nada.- Tras esto, la llamada terminó.