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Tensión sexual por Am3li3

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Notas del fanfic:

Bueno, este es un one-shot, el primero, que escribi de Harry Potter, en mi vida. Lo fui escribiendo de ratitos, línea por línea hasta por fin terminarlo.

Espero que les guste ^^

Notas del capitulo:

ADVERTENCIA: tiene contenido hetero xD

Cuando se trata el tema de la famosa “tensión sexual” Draco Malfoy se ponía nervioso.

 

Generalmente era una charla que salía a raíz de conversaciones sobre series de televisión muggle, que aunque ustedes no lo sepan eran muy populares entre los jóvenes magos, y por supuesto era la joven morena Pansy Parkinson la que comenzaba con el tema en cuestión.

 

-Tensión sexual, ese es el término.

 

-Ya estás de nuevo con eso, Pansy. –Resopló Theodore Nott, exasperado por su amiga.

 

-Claro que sí, es obvio. Cuando hay química entre dos personas se nota a leguas, y hasta el mismo Merlín pondría las manos en las llamas por eso.

 

-Eso no puedo negarlo… -Declaró Theo tomando un poco de cerveza de manteca.

 

Draco bebía con cautela, fingiendo estar concentrado en su bebida. Rogaba para sus adentros que cambiaran el tema.

 

Era el viaje más largo que habían tenido en el maldito expreso de Hogwarts, y no tenía idea porqué. O tal vez ese tema lo incomodaba tanto que notaba que aún no habían llegado al castillo. Observaba hacia la ventana con aires de distraído mientras la conversación entre sus dos amigos continuaba con más fervor. Sin embargo, el rubio escuchaba atentamente para que no le pillaran con alguna pregunta indecente de la cual no tendría una respuesta rápida y elaborada. Juraba por el mismo Salazar Slytherin que Pansy sospechaba algo. 

 

-Es que ya te digo Theo, generalmente las personas que se llevan como perros y gatos, son las personas que más se desean. –Explicó ella totalmente confiada en su instinto.

 

-De hecho he visto varios ejemplos al respecto… - Dijo Theo pensativo, recordando varios de sus compañeros serpientes, algunas parejitas de Ravenclaw, otros tantos de Hufflepuff y hasta los odiosos de Gryffindor. Theo estaba al tanto de todo.

 

Draco cada vez estaba más inquieto internamente, pero por fuera se veía a un relajado rubio algo aburrido por el tema.

 

-¿Tú que piensas Draco? –La temida pregunta llegó por parte de la morena.

 

-No creo en nada de eso. –Dijo como una exhalación.

 

Tranquilo Malfoy, tranquilo.  Se dijo a sí mismo la rubia serpiente.

 

-Oh vamos, ahora me dirás que no notaste eso entre Mulder y Scully por ejemplo...

 

-No para nada. –Volvió a mentir.

 

Esta vez Theo fue el que lo observó entre anonadado y extrañado.

 

-¿No? ¡Por Dios Draco! ¡Hay que estar muerto para no darse cuenta de eso! ¿Desde cuando te convertiste en zombie? –Le preguntó el castaño picándole una de las mejillas.

 

-Ya, déjame… -Le espetó el rubio, intentando alejar a su amigo. Ok, el plan no estaba saliendo bien. Ya pronto descubrirían su fuerte tensión sexual con el estúpido de Potter y todo se iría al demonio. Podría amenazarlos con cruciarles el culo si se atrevían a decir algo. Eso sonaba bien.

 

Y hablando del moreno, no tardaría mucho para aparecer en escena.

 

-Te lo dije Hermione, no debimos haber ido a…

 

Silencio.

 

Serpientes y leones se miraron con sorpresa y fastidio; y ni una mosca volaba por el lugar. Hasta había pasado la señora del carrito por detrás y nadie se había inmutado aún.

 

-¿Qué hacen aquí?

 

-¿Que no ves Potter? Este es nuestro compartimiento y no hay lugar para tu estúpida nariz aquí. –Debía confesarlo, amaba la nariz de Harry.

 

El moreno frunció el ceño.

 

-Por supuesto, ¿Quién quiere estar en un nido de serpientes?

 

-Harry no…

 

-¿Y quien quiere estar con un pobre diablo como Harry Potter? Admítelo Potter, eres un don nadie… -Un don nadie al que todos prestaban atención y con el cual no podía estar a solas tranquilo…maldición.

 

-Como si todos quisieran estar contigo Malfoy…

 

Eso había dolido. Le recordó algunas malas experiencias amorosas de índole sexual que prefería no rememorar.

 

-Por supuesto Potter –Mintió fingiendo seguridad – Todos quieren estar cerca de un Malfoy.

 

Pansy los observaba en silencio. La Granger estaba más que nerviosa, como cada vez que esos dos discutían, Theo mantenía una posición firme como para respaldar al rubio, pero entre Potter y Draco ocurría algo más. La conversación se estaba tornando… ¿sexual? ¿Acaso nadie lo notaba? ¿Nadie notaba que Harry temblaba ligeramente al verlo a los ojos? ¿Nadie notaba que Draco entreabría la boca ligeramente mientras respiraba, casi imperceptiblemente, algo agitado? ¿Nadie sentía la fuerte tensión que había entre ellos? ¡Hasta se podía cortar con un cuchillo, por Dios!

 

Los ojos de la morena brillaron con diversión y algo de malicia.

 

-¡Theo!

 

El aludido la observó con extrañeza, al igual que los demás presentes.

 

-¡Vamos!- Dijo esta vez la morena poniéndose de pie sin darle tiempo a nadie a que reaccionara. Lo tomó de la mano y arrastró al castaño hacia la salida, una vez afuera empujó a Potter adentro de la cabina, encerrando a ambos adentro, mientras que Hermione, ella y Theo se encontraban afuera.

 

-¿¡Pero qué demonios te pasa?! ¡Abre la maldita puerta! -Gritaba Harry mientras golpeaba la mencionada.

 

Antes de que Theo o Hermione pudieran emitir sonido alguno, la morena llevó un dedo a sus labios, indicándoles que no hablaran y luego susurró.

 

-¿Recuerdas de lo que te dije acerca de la tensión sexual...?

 

Theo la observó incrédulo y Hermione la observó de igual manera. Ella sonrió sin apartarse de la puerta, escuchando atentamente a los tórtolos que adentro se encontraban.

 

-Tu amiga está loca... -Dijo finalmente resignado el moreno, tomando asiento enfrente del rubio.

 

El rubio no emitía sonido. Lo que Pansy acababa de hacer no era ni más ni menos que una de las fantasías que Draco había soñado cada vez que pisaba ese maldito tren. Él sabía que jamás se podría cumplir tal fantasía estúpida, pero allí estaba. Tenía al moreno adelante suyo, totalmente solos en un compartimiento del tren.  Y aún quedaban al menos dos horas de viaje. ¿Qué más podría pedir?

 

Pero la pregunta importante, en este caso era... ¿Cómo rayos iba a intentar algo con Potter?

 

Se había imaginado esa escena miles de veces, pero en todas mágicamente ambos estaban bien, se llevaban de maravilla y se deseaban fervientemente. La situación real era distinta...

 

Potter se encontraba enfrente suyo, pegado a la ventana con los brazos cruzados intentando perderse en sus pensamientos por lo extraño e incómodo de la situación. Draco Se apoyó en el alfeizar de la ventana observando el paisaje que se ofrecía afuera y que tantas veces había ignorado. Nunca había notado la inmensidad de las montañas que rodeaban aquella parte del camino. Realmente era algo hermoso… pero tenía algo más hermoso justo enfrente de él… Miró de reojo al moreno notando que éste hacía lo mismo. Ambos desviaron la vista ligeramente sonrojados.

 

-Bueno… -Dijo Potter para romper el silencio. Era extraño, nunca se había imaginado estar en una situación parecida con el rubio… a solas. Debía admitir que éste le parecía lindo… no, no sólo lindo, era deseable…. Cada vez que discutían, cada vez que miraba a través de aquellos ojos desafiantes, felinos y grises comenzaba a temblar ligeramente ante las fantasías que se presentaban en su cabeza… Él y el rubio, solos, revolcándose en algún pasillo de Hogwarts, en algún lugar perdido de Hogsmeade y hasta había imaginado estar en el hueco del árbol boxeador comiéndose a besos. Sip, Harry Potter fantaseaba con Draco Malfoy a menudo y pese a sus negaciones, aquellas fantasías se hacían más y más frecuentes dentro de su cabeza. Tan reales eran que, bueno, ameritó algún que otro polvo mágico en la soledad de su cama. Hasta había descubierto un hechizo que aislaba cualquier sonido en un radio de dos metros a la redonda. Perfecto para gritar, gemir, maldecir mientras se echaba un polvo pensando en la rubia serpiente en su habitación, y claro nadie se enteraba. Ni Ron, que dormía como tronco a su lado, mientras él se revolvía en las sábanas sin parar de tocarse. Sí, ese era el valiente y negado Harry Potter que jamás admitiría que se moría por pasar una noche con su mortal enemigo Draco Malfoy.

 

El moreno tembló levemente.

 

El rubio lo notó.

 

Ambos volvieron a cruzar mirada.

 

-¿Porqué tiemblas Potter…? ¿Temes a que te haga… algo? –Dijo acentuando la última palabra de manera burlona.

 

El moreno se puso de pie, y casi al acto el rubio hizo lo mismo. Ambos casi a la misma altura (Draco era algo más pequeño) se pegaron cual perros rabiosos a punto de trenzarse en una pelea.

 

-¡Já! ¿Qué me podrías hacer Malfoy? ¿Un enano como tú? Pff por favor…

 

-No lo menciones dos veces Potter… te arrepentirás…-Siseó el más bajo ardiendo de rabia y deseo.

 

Y bueno, se imaginarán que no tardaron demasiado…

 

 

 

-Ahh… eres un imbécil

 

-Mmh… ah… y tú un estúpido, Potter.

 

-¿Qué… qué están haciendo esos dos…? –Preguntó algo escandalizada, la morena.

 

Los tres jóvenes no pudieron evitar mirarse entre ellos con la certeza grabada en sus ojos de que ese no era en absoluto un diálogo normal.

Se agolparon junto a la puerta para oír mejor e intentar espiar un poco por alguna rendija bastarda que pudiera tener la puerta.

 

-N-no deberíamos estar haciendo esto… - Dijo la castaña roja por los sonidos que cada vez iban en aumento.

 

-¡Cállate que es la mejor parte! –Le espetó muy por el contrario la morena, pegándose más a la puerta. Hasta que de pronto…

 

-¡Orbis Silentium! –Se escuchó casi gemir al moreno de Potter dentro del compartimiento. Y luego nada.

 

Había usado aquel hechizo que ocasionalmente una vez, había encontrado en un libro viejo de hechizos curiosos, en la biblioteca de la escuela. El mismo que utilizaba cuando se daba un buen polvo en la soledad de su cama. Sabía que algún día sería útil.

 

Los tres jóvenes se quedaron tiesos al oír tanto silencio de repente.

 

-Maldición... –Dijo Hermione, tapándose la boca luego de que aquello escapó de sus labios. Si antes estaba roja, ahora era un tomate que hervía por el pudor.

 

-Yo... –Intentó arreglarlo.

 

-Es... es un buen hechizo... ¿No te parece? –La interrumpió Theodore.

 

Ambos se miraron, y sólo fue cuestión de segundo para que ambos terminaran enredados entre sus brazos, dentro del compartimiento de al lado.

 

-¡Orbis Silentium! –Esta vez, fue la voz de la castaña quién exclamó el hechizo.

 

-Vaya... –Dijo Pansy Parkinson, sorprendida por lo veloz de toda la situación. Suspiró.

 

Ahora se había quedado sola, ¿Debería ir con otros Sly?

 

-¿Pansy...?

 

La aludida volteó a ver de quién se trataba.

 

Y Ron Weasley apareció en escena. Parecía que el muchacho sólo la había llamado inconscientemente, pues la observaba con recelo. Y claro, si su amigo Potter estaba justo dentro del compartimiento donde ella tenía aún, la oreja pegada en la puerta.

 

Observó que detrás de él, había otro compartimiento vacío. Sonrió.

 

-Dime Weasley, ¿Crees en la tensión sexual?

 

 

 

 

Fin. ♥

 

 

  

 

 

 

 

Notas finales:

Recuerdan a Scully y Mulder?? xDDDDD qué ejemplo viejo jajaj! Bueno espero que les haya gustado! XD

 

Gracias por leer!


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