Azul, es el color más maravilloso y hermoso del mundo. Él lo sabe pero nadie más debe saberlo, menos ahí, menos en esa habitación. Esos hombres y mujeres no son dignos.
Oscuros. Son la oscura nobleza, tienen títulos, dinero y poder. El también y además tiene algo que ellos nunca sabrán, que nunca le quitaran.
-….y usted que cree mi querido conde phantonhive?- la voz de la mujer es chillona y lasciva, repugnante pero él es un caballero, sonríe amablemente mintiendo con descaro. Se recuerda donde está y con quienes, no hay tiempo para distracciones. Ni piedad o debilidades.
-bueno madam, estoy seguro que después del comportamiento tan…poco elegante de la familia nokav ellos entenderán si tomamos una posición menos…tolerante, por decirlo de algún modo…definitivamente cuentan con mi apoyo absoluto, el honor de esa familia pecaminosa ensucia a su majestad y su buen nombre, un pecado como ese debe ser pagado.-listo, delicado como siempre dejo la frase correr la habitación, el perro de la reina se pronuncio, “hagan lo que quieran mientras no me afecte o aténganse a las consecuencias”.
-perfecto querido en tal caso…- y la conversación sigue, no es su asunto, quiere irse de allí, tomar algo de azul.
La noche termina, el sol se vuelve a levantar, está cansado pero no quiere dormir antes de una pequeña dosis de su adicción personal.
….
Ella se despereza con delicadeza le pasa los brazos al cuello y le besa con ternura, por un momento no pertenece a la oscura nobleza, por un momento no es un guardián, es un hombre enloquecido de amor, su mirada es azul, comprensión azul. Otro beso en la mejilla y le manda a descansar, niega suavemente. Ha tenido una dosis del azul que ama, pero su necesidad le pide mas no le molesta perder una cuantas horas de sueño.
Anoche firmo su consentimiento para que una familia entera desapareciera, está sucio, sus manos son rojas y asquerosas por eso no la abraza ni acaricia la cascada de rizos rubios a su espalda. Rachel le sonríe una última vez para dirigirse al armario a escoger el vestido de hoy. Quiere lucir tan hermosa como siempre para ese hombre, el de ojos cansado y mirada triste, su amado.
….
El agua corre cristalina, lo sabe pero aun así no es suficiente. Lava sus manos con insistencia, el pequeño pronto despertara, no puede tocarle asi. No con esas manos impuras y asesinas.
Ciel.
Las restriega con mayor intensidad, mayor coraje hasta que los pálidos nudillos enrojecen y le duelen.
Rachel.
Quiere besarla, pero antes debe estar tan limpio como sea posible, se los debe. “no sienten repulsión cuando les toco? Cuando les abrazo y amo…perdónenme, no soy digno” quiere llorar de la culpa que le taladra, desea gritar.
Pero no lo hace, es solo un hombre haciendo lo que debe hacer.
….
“dejarían que les acompañase”
Ciel alza el rostro pálido y delgado…. su frágil y adorable niño. A veces teme romperle si le toma muy fuerte, a veces piensa como podría dejarle ir. “le devoraran porque es bueno y puro, de la misma forma en que tú has devorado a otros buenos y puros, ese será tu castigo” vincent sacude la cabeza, es imposible, el lo hará imposible, será tan monstruoso y feroz que nadie pensara en tocarle o lastimarle, hará arder todo Londres. Pero ya no puede pensar nada mas, ciel corre hacia él con los brazos en alto pidiendo ser alzado por los aires. Vincent (solo vincent) cumple el deseo gozoso, le alza con delicadeza y hace girar con cuidado y agilidad. Ciel tiene unos grandes ojos sonrientes, brillantes y puros. Azul, azules.
Rachel ríe consentidora delante de ellos, con ojos igual de grandes y azules. Azul
Mira a uno y a otro una y otra vez, les ama tanto.
Les protegerá tanto como pueda, hasta después de la muerte de poder. Mientras esos ojos zafiros continúen con él, aceptándole y purificándole podrá hacer lo que sea, cualquier cosa.
Lo más terrible y despiadado, será un desalmado….será un terrible noble.
….
El fuego es abrazador y despiadado. El fuego es rojo y lo consume todo, le duele el alma, rachel yace a su lado. Sus ojos siguen azules pero el brillo se fue, sin embargo no llora, solo su alma, en medio del fuego cruel busca, busca…
Son rojos, los ojos ante él.
-vaya vaya, que cosa tan apetitosa tenemos aquí, que determinación, que dolor.-
La voz le da escalofríos, por un momento se pregunta si no debería ser imposible en ese infierno.
-este no es el infierno humano, allí no es tan agradable como aquí…- al diablo, el solo busca…busca.
La voz ríe divertida.
-tome mi mano conde, podemos llegar a un acuerdo beneficioso, puedo darle lo que desee a un precio justo claro esta…- la mano se materializa ante él, un grito resuena entre todo el color y humo.
Azul, azul brillante de lágrimas y desesperación. Ciel.
El padre suspira de desesperación, el demonio se relame con lasciva, que alma tan pura, incluso más apetecible que el padre quizá si…
-sacale de aquí!!- la orden del hombre de hace agua la boca. Un bocadillo tan delicioso, pero el chico, ese chico…ciel…incluso el nombre es perfecto.
Ciel grita con desesperación, el demonio toma una decisión, ese chiquillo sería perfecto, claro con una buena guía, el tiene tiempo, todo el del mundo. Se inclina al hombre moribundo para tomarle de la nuca y besarle, saborearle, el alma tiene un regusto de amargura y sufrimiento exquisita, memoriza el sabor y lo graba en su lengua, el niño sabrá un día igual y mejor que su progenitor, se asegurara de darle a ciel ese toco de distinción y altanería propio de su casta y sangre, el hombre siente del beso como fuego mientras el corazón se le comprime y ancha a gusto y zozobra. “me devorara”
-no, le devorare a él…- el demonio sentencia. Tira al todavía conde dándole la espalda sin piedad, le tocara esperar el momento justo y necesario, el momento ideal. Este emocionado, es la primera vez en siglos con un alma tan buena, lo valdrá, lo sabe.
-que viva…-la voz de vincent se alza por sobre la tragedia y el humo, el del infierno le admira un momento, esa voluntad…puede respetar eso. –Asegúrate que viva…cuanto tenga que vivir.- la voz pierde potencia por la pronta muerte pero no determinación ni valor. El conde phanton abandona el mundo por la ultima visión de un demonio haciendo una sencilla y delicada reverencia y la certeza que ciel viviría, solo un poco quizá.
Quizá lo suficiente para salvarse del infierno que el tiene asegurado.
No se arrepiente.
“Vive ciel, vive”
-------------------------- ------------ -----
El beso es hipnótico y húmedo, frio y caliente, por un momento se distrae hasta chocar con la realidad. Una mordida, un empujón y una bofetada hacia la izquierda otra a la derecha.
-qué diablos crees que estás haciendo, sabandija rastrera?- el conde grita y le señala, dando pasos apresurados tras su primer beso robado. -monstro depravado-
Sebastian solo sonríe al ver como el chico se lleva la mano al pecho intentando calmar su corazón, agrádese que el joven sea tan inexperto o sabría que eso fue más que un beso, reconocería la sensación de ser saboreado, probablemente pronto lo sabría pero no hoy.
-perdóneme joven amo, no sé que me ha pasado- baja el rostro enrojecido por los golpes con falsa humildad, siente un extraño placer al sentir el suave escozor, se relame la los dientes con la misma rapidez y delicadeza de siempre que el bocchan se muestra inflexible y dominante, manteniendo en la punta de la lengua y labios el sabor del conde, comparándolo con aquel que probara hace años, no es lo mismo pero es tan parecido y distinto, mejor sin dudas…delicioso, el hambre le quema y le amenaza la cordura, sonríe satisfecho, es tan doloroso, tan excitante, el azul de los ojos ajenos es ofendido y confundido, por un momento piensa en que desearía otra bofetada y quizá algo mas…
Pero no sería un buen mayordomo, espera, espera mas y mas.
-de que ríes maldito demonio, largo de mi habitación, retírate, no quiero verte, no vuelvas hasta que te llame…-
Se inclina y retira prestamente, no quiere verme pero no dijo nada de verle a él….disfrutaría de verle girar sobre sus propios talones, gruñir y maldecir, si decía su nombre entre maldiciones calladas podría aparecerse, ser amable y recibir desprecio…ser humillado y probablemente abusado y maltratado…no necesitaba mucho, solo un murmullo, un susurro…
El joven amo farfulla y se deja caer de espalda en su cama con el rostro enrojecido de furia y vergüenza hasta dormir, bien no tuvo tanta suerte, quizá debería decir una pequeña mentira, una modificación porque los labios rosa se mueven deletreando su nombre pero la voz no sale, ciel no habría de enterarse cierto…
“no me digas mentiras!”
Bien, había quehaceres por hacer, además quería pensar lejos del azul toxico y brutal de ciertos ojos.
-si, el vive…el vive cuanto puede vivir… -