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~Demony~ por Mircea

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Notas del fanfic:

Los personajes de la serie corresponden por derecho a su autor original, no a mí. 

 

Algunos personajes inventados, esos sí son míos. XD

Notas del capitulo:

Bueno, me presentó después de que me dí cuenta de que no podía entrar con mi cuenta original, creo que a muchas les sucedió lo mismo XD

 

Espero que le guste la historia, no daré grandes avances pues creo que es mejor la sorpresa.

 

Que lo disfruten!!!!

 

Viva el Yaoi!!!

Estaban todos perplejos por el trayecto que había tomado la guerra que el mismo Madara había iniciado, casi un año de intensas y acaloradas batallas dejando sangrientas consecuencias de muerte, muchas mujeres e hijos habían perdido la fe en la victoria, todo se antojaba demasiado fallido como para tener un ápice de esperanza en ganar la cuarta guerra mundial. Los rostros de muchos niños se habían entumecido y opacado al saberse huérfanos por parte de padre, hombre que, sin lugar a dudas, habían dado todo por su nación, hombres, que no pusieron ninguna estúpida palabra como excusa para dejar el hogar y luchar por la paz de todas las naciones del mundo.

 

Todos lloraban ¡Y cómo lloraban! Las almas cancinas de los pueblos estaban traumatizadas, existía hambre, sed, y un deseo incontenible por morir de una vez por todas antes de que las cosas adquieran un tono más oscuro sobre la humanidad y se volviera más caótico, te recuerdo, ya no quedaban esperanzas. Hasta las mismas mujeres, esposas que alguna vez fueron tranquilas y acreedoras del mayor honor de traer vida al mundo, de dar cultivo a la tierra, de dar paz a los corazones de sus familias, ahora… querían luchar pero, no para ganar precisamente, sino que, para morir con dignidad ignorando que dejaban familia más atrás de ellas. Todos estaban demasiado cansados como para resistir un día más en el campo de los vivos.

 

No obstante, algo cambió, hubo alguien que dejó a los humanos sin aliento, sin palabras, sin estímulo siquiera de dar rienda suelta a más pelea. Tsunade. La Hokage de la aldea que menos esperaban dio muerte al cabecilla de la maldad indescifrable, al hombre que dejó muchos cuerpos sin cabeza, ahora, todo había llegado a su fin, y claro, con la ayuda de Sasuke, quien de alguna manera, logró entender que el camino correcto no era apoyar a su sangre, muy en el fondo de su corazón sabía que Itachi no hubiera querido eso para él. Algo había removido la venganza que desde antaño cargaba consigo mismo.

 

Ora la gente se alzaba en vítores dando a conocer el nombre de la salvadora del planeta, y del ayudante que nunca esperaron que existiese. Los Hokages volvían a sus naciones con una sonrisa ensanchada pero también con el alma triste por los caídos en batalla, a Sasuke le perdonaron la vida. Pero lo que tenía a todos desconcertados eran las últimas frases que dijo Madara antes de abandonar a su último aliento “Los que yo he matado, volverán a la vida con mi muerte”  era algo imposible de creer, quién hubiera pensado que Madara haría en su lecho de muerte una ofrenda milagrosa, no es que él lo deseara, pero era un hecho ya que, su tiempo de vida no se debía a algo natural, por ello heme aquí que todo se reducía a la vida de otros.

 

Tsunade estaba ansiosa por llegar a la aldea, quería comprobarlo por si misma lo que éste había dicho, dudaba que llegase a ser verdad pero, algo dentro de ella le hacía sentirse inquieta considerablemente. Sasuke en cambio, sentía una amargura incontenible, su hermano murió a manos suyas y por ello existía esa angustia en su corazón, tanto que deseaba gritar en medio del bosque para liberarse de esos pensamientos que le abarrotaban la consciencia, él, era el único que no tenía esperanza, todo para su persona estaba perdido. Durante las horas en que avanzaba por los árboles junto a otros ninjas de Konoha, tomó una dura pero esencial decisión para no sufrir más… quitarse la vida en la mansión que alguna vez fue de su familia.

 

Cuando llegaron a la entrada de la aldea, lo primero que hizo Tsunade y Sasuke que se mantenía en su retaguardia fue detenerse, todos los demás que los acompañaban imitaron la acción y al enfocarse en la puerta de dos hojas se quedaron pasmados ¿Qué mierd…? Si, el resto estaba de una pieza, Sasuke estaba paralizado, ensimismado con lo que había delante, ahí, estaba su salvación, su futura vida y felicidad, ya no había razón para echarse la soga al cuello.  Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero ni un músculo de su cuerpo lograba ejercer movimiento, no existían palabras para tanta emoción, su corazón sólo deseaba explotar por la interrupción de aquel ente que de buena gana comenzaba a caminar hacía él con los brazos extendidos, musitando a modo de susurro palabras inentendibles, o quizás si las entendía, pero Sasuke estaba tan impresionado que no podía concentrarse en ellas. Le flaquearon las piernas y, no demoró en caer sobre estas, se llevó ambas manos al rostro evitando que sus lágrimas fueran visibles para otros – N-no puedo creerlo… - no había caso, sus ojos no dejaban de mostrar la emoción por ello es que su rostro se cubrió del líquido más exquisito y caliente, hace tanto tiempo que no derramaba ni una puta lágrima, estaba exhausto, no podía más, de sus labios solo escapaban gemidos interceptados por el hombre que llegó junto a él como sollozos incontrolables. Itachi… estaba entero, y lo más importante, vivo. No entendía nada.

 

A priori, los brazos de Itachi envolvieron el cuerpo entumecido de Sasuke que todavía estaba en Shock, y no era para menos ¡Todos lo estaban! Sobre todo porque no era el único muerto ahora vivo frente a ese portón de dos hojas, no, habían muchos más, unos muy y terriblemente conocidos como otros que no, pero esas sonrisas ensanchadas pero igualmente confundidas por estar con vida no dejaba indiferente a nadie que allí presenciaba la imagen más impoluta y hermosa, nadie quería soltar la primera palabra, y es que, todos estaban de igual manera que el azabache desconfiado que no podía creerse todavía lo que sus ojos y tacto le entregaban en respuesta.

 

Tsunade soltó el maletín de primeros auxilios que llevaba en su mano y atravesó la corta distancia casi volando, tenía que estar soñando, pero si lo fuese, era el sueño más encantador que hubiese podido tener en toda su vida, ya no estaba sola. Abrió sus brazos raudamente y se lanzó como una loca sobre el cuerpo de Jiraiya - ¿Cómo es posible que estés vivo si el que te quitó la vida fue…- fue interrumpida por el hombre de cabellos blancos quien le puso el índice sobre los labios – No… fue Madara quien me asestó el golpe final en el rio, yo aún respiraba pero al parecer a ese Uchiha le gustaban los trabajos bien hechos, por eso ahora estoy aquí – se rascó los cabellos aturdido por la reacción de la rubia – Yo no me levanté como el resto que lo hizo desde su tumba, yo salí de ese río hace un par de horas casi ahogado ya que mi cuerpo estaba en el fondo – soltó una carcajada – dejemos las explicaciones para después, será mejor que te centres en la felicidad de los que ahora te rodean – la mujer dejó de apretar al hombre y divisó a los demás que se acercaban a saludar a los que alguna vez fueron sus compañeros, pero se enfocó en uno en particular – Dime una cosa ¿Porqué Itachi está vivo si el que lo mató fue Sasuke? – Se volteó hacia Jiraiya, éste se apresuró a sonreír y llevarse las manos a los bolsillos – estuve hablando con él mientras los esperábamos. Me confesó que Madara había sido el que le asesinó después de la pelea entre Sasuke y él, ya sabes, no le gustaban los trabajos a medio acabar. Creo que es  mejor no molestarlos, ambos tienen mucho de qué conversar – la rubia instintivamente asintió – si, lo sé. Ven, vamos a mi despacho para que nos tomemos unas cuantas botellas de sake, hoy es un día de celebración – le palmeó uno de sus hombros – Oh, me parece perfecto aunque no sé si querré ver más agua en mi vida – Tsunade sonrió por la ironía.

 

La conversación entre los dos se hacía cada vez más divertida, tanto, que no se dieron cuenta de la ruta que habían tomado hasta que pasaron por las afueras del hospital - ¡Ah! – la rubia abrió los ojos como platos al recordar - ¿Qué sucede? – Preguntó Jiraiya una vez que se detuvo imitando a la rubia – debo ir a ver cómo se encuentra Naruto. Después de que extrajeran al zorro de nueve colas de su interior quedó muy mal, estaba demasiado deprimido como para seguir luchando, sin mencionar que su chacra desapareció totalmente, es como si lo hubieran dejado seco – el hombre de definidas canas hizo una mueca de desgano – no te preocupes Tsunade, Naruto se repondrá sobre todo ahora que Sasuke volvió a la aldea y mucho más ya que sus padres están ahí para darle consuelo – la rubia sonrió – tienes toda la razón, bueno, entonces vendré después – le dio la espalda a Jiraiya y se puso a caminar - ¡¿QUEEEÉ?! ¿Cómo que sus padres están ahí para consolarle? – Se detuvo en seco. El viejo se echó a reír – Bah… presta atención de vez en cuando a lo que te digo mujer. Si, ellos están vivos, recuerda que ellos también terminaron muertos por Madara – Tsunade se acercó rápidamente al hombre – Oye, para, si bien recuerdo ellos no murieron por la mano de Madara – el viejo asintió – ciertamente, pero aunque no lo creas están vivitos y coleando, además, nadie pudo dilucidar lo que realmente sucedió dentro de esa esfera de protección que ellos colocaron antes de morir, así que debido a eso podemos dar por hecho de que fue Madara y nada más, yo tampoco tengo muy claro todo aquello – la mujer se encogió de hombros – pero Naruto no sabe que ellos son sus padres Jiraiya, el enterarse puede provocarle más estrés y consigo más depresión de la que ya tiene. ¿Dónde están Minato y Kushina ahora? – se quedó mirando fijamente al otro, como exigiendo una respuesta certera – después de levantarse de sus tumbas estuvieron hablando con los otros resucitados y también con algunos ninjas que estaban de turno, después de eso me saludaron y me preguntaron por Naruto, le dije que venía de verlo en el hospital, y les conté lo sucedido, bueno, lo que mi ahijado me contó que había pasado. Se Vinieron enseguida al hospital – Tsunade abrió aún más los ojos – iré a ver cómo va todo, necesito cerciorarme de que Naruto no ha colapsado con tanta información – recién había terminado de hablar y ya estaba arrastrando a Jiraiya con ella, pero pronto la mujer le soltó y se echó a correr por los pasillos en dirección al cuarto del rubio. Abrió la puerta casi en un portazo. Nadie le prestó importancia al ruido.

 

Lo que encontró le dio mucha tristeza, el ninja menor estaba llorando desconsoladamente en los brazos de su padre, pidiendo que le ayudara a recuperar su fuerza, se notaba que aún no podía recuperarse de la ocasión cuando lo capturaron los de Akatsuki, pero la imagen de los tres reunidos era algo de otro mundo. Kushina mantenía abrazada a los dos hombres más importantes de su vida y… muerte, mientras que Yondaime aferraba a su hijo dándole consolación suficiente para que pudiera levantarse de esa cama con la frente en alto. Tsunade se encontró con una profunda y cristalina mirada azul adulta, Minato con respeto le pedía en silencio que los dejara a solas, ella no iba a discutir, bien sabía que el Cuarto era muy autoritario y por supuesto, siempre sabía lo que debía hacerse. Se dio la media vuelta y cerró la puerta tras de ella, Jiraiya sabía perfectamente del carácter de su alumno y no estaba con ganas de discutir, camino junto a la rubia sin decir una palabra, no hacía falta.

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Pasaron dos años  y el mundo en general ya casi recuperaba la fe de antaño, todo iba bien ¿Qué podía salir mal ahora? Tsunade estaba intercambiando ideas con Yondaime acerca de una misión de rango S, no sabían a quién mandar ya que, si se equivocaban en los integrantes para esta misión, podría ser fatal para los ninjas asignados y ni mencionar el resultado de ésta. Sasuke estaba de vuelta, listo y feliz para cualquier misión que le encargasen, después de todo fue él quien ayudó a acabar la guerra, no había motivos para castigarle u condenarle. Estaba tan feliz como ninguna otra vez lo fue, junto a su hermano, en la casa donde ambos crecieron, hasta cocinaban juntos, el futuro que alguna vez soñó no podría mejor que este.

Empero, durante estos dos años junto a él las cosas habían cambiado en un giro de 360° grados, si, todo era tan distinto pero según su criterio y aunque el resto de la humanidad no lo aprobara, esto que nació después de su unión era algo sin nombre, pero tenía la vileza y la fuerza del amor que otros no tendrían jamás ¡Porque amar no es pecado! Dios estaba por testigo y nadie podría venir a apiedrarlo por ello. Recordó la primera vez que se creyó loco cuando todo inició, compartían tanto tiempo juntos que no captaba donde fue que todo empezó ¿Cómo fue? Ah, dioses, que bellos recuerdos “en su corazón, algo estaba naciendo a pasos agigantados, cada vez que miraba a su hermano sentía que se estremecía y sus sueños… ¡Ah, sus sueños, mierda, eran tan mojados! Y, todo por culpa de ese ser de ojos negros que le sonreía como estúpido a diario cuando le daba algo de comer antes de irse a alguna misión. Eso lo hacía sentirse un poco incómodo ya que nunca lo había sentido por nadie, era un sentimiento sumamente extraño pero sabía más o menos a donde le llevarían estos y, aquello le aterraba, su hermano podría odiarle si esto que tenía atorado en la garganta y apretado en el pecho se le salía, esperaba que sus sentimientos lograran reconciliarse entre ellos y le permitieran vivir tranquilo junto a él sin mayores percances, lo único que quería era paz… junto a él.” Pero, su mente y corazón nunca se reconcilió, solamente incrementó sus sentires. Heme aquí llegó el día en que no pudo más y solo dejó que fueran sus labios los que hablaran por él mientras esa intensa mirada penetraba la suya, estaba tan nervioso que creyó que se desmayaría de la vergüenza ¡El horror! De sentirse rechazado por la persona que tanto le importaba, pero nada de eso ocurrió, al contrario, su hermano solo respiró profundamente antes de entonar en una voz de barítono sus símiles sentires. Esa noche… se amaron con una pasión endemoniada, nadie los separaría jamás.

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¡¡Jiraiya!! ¿Qué mierda vamos a hacer? – la rubia se paseaba desesperada de un lado a otro, Minato observaba cada uno de sus movimientos a través del folder que tenía entre sus manos – Tranquila Hokage-sama, analicemos con calma la situación – le brindó una sonrisa tratando de calmarla un poco, le comprendía en parte, la misión era como una astilla en el culo desde hace mucho tiempo, otras naciones ya habían intentado resolverla pero no lo consiguieron con éxito, todos los ninjas que lo intentaron acabaron muertos y sin ninguna pista para variar. Jiraiya estaba escribiendo algo en su cuaderno, Tsunade suspiró ante las palabras del rubio, tenía toda la razón, no podía exasperarse antes de tiempo, la mujer se acercó al hombre de cabellos blancos y quedó de una pieza cuando se percató de que estaba escribiendo un nuevo libro “pervertido” se lo quitó de un tirón y lo arrojó en el escritorio, luego, le observó con cara de pocos amigos y los brazos en jarra – Claro, nosotros devanándonos los sesos pensando en cómo lo haremos y tú escribiendo un libro – le dio un zape en la cabeza y el hombre se quejó, vaya que tenía fuerza esa bruta, depositó el lápiz en un mueble cercano y se arrinconó en una esquina mientras sollozaba falsamente. La Hokage sintió como la ira le subía a la cabeza - ¡Viejo de mierda! Ya verás…- se acercó a trompicones a golpearle pero Jiraiya no hacía más que reírse por su comportamiento tan infantil.

Minato se quedó mirando fijamente el cuaderno de su maestro, se le había cruzado una idea por la cabeza. Se acercó a paso sereno hasta el escritorio y tomó el papel entre sus manos en lo que los otros seguían jugueteando entre ellos. Leyó concentradamente hasta que entreabrió los labios para decir algo – Lo tengo… - la rubia se detuvo al instante al igual que el otro, se miraron el uno al otro y luego volvieron a ver Yondaime - ¿Qué? – dijeron los dos a la misma vez. Minato esbozó una sonrisa, complacido, cómo no se le ocurrió antes, era algo tan simple, era… pensar en el deseo carnal.

 

Tsunade y Jiraiya caminaron hasta él en silencio, esperaban la idea con anhelo. El rubio enervó la mirada y les tendió el cuaderno – Busquemos un prostíbulo en la ciudad en donde ellos se encuentran, y ya que ese dato lo tenemos, sólo nos queda infiltrar a mujeres guapas que sirvan de espías – caminó lentamente hasta el balcón analizando cada movimiento de la misión – una vez que tengamos las pruebas para presentarlas al consejo damos el golpe final y los capturamos – les miró de soslayo - ¿Qué les parece? – Los otros dos estaban recogiendo sus bocas ya que quedaron sorprendidos - ¿Estás de coña cierto, Minato? – El rubio volvió a concentrarse en el paisaje – no, no lo estoy – Jiraiya se aproximó a él tocándole el hombro derecho – pero Minato, un prostíbulo… tu sabes, eso implicaría que nuestras ninjas tuvieran que tener sexo ¿No crees que sería demasiada misión para ellas? – se humedeció los labios antes de continuar – una cosa es que se enfrenten al peligro y busquen las pruebas pero, la otra muy distinta es que presten sus cuerpos a hombres que… sinceramente, le darán asco – Yondaime giró sobre sus talones para mirar a los dos – No, te equivocas, no estoy pidiendo que se prostituyan, es por eso que haremos una zona especial en el prostíbulo, existirán dos cosas dentro de este; Las verdaderas prostitutas ocuparan la cama de los hombres y la segunda serán las bailarinas que sólo conversaran con ellos y les darán alcohol, como se dice por ahí, ellas hacen que el cliente consuma dentro del establecimiento – ambos adultos dieron un paso hacia atrás, pensativos, se dieron una mirada como poniéndose de acuerdo en si aceptar o no – bueno, si lo pones así, creo que sería un éxito, pero debemos contar también con que las prostitutas originales también nos brinden información si alguno de ellos, borracho, suelta algo, bien sabes que las que intiman son las que más se informan. – Tsunade se adelantó también a aportar algo - ¡Claro! Ellas se sentirán más seguras de ayudar si tienen a las ninjas infiltradas en caso de que suceda algo malo – sonrió, ahora todo empezaba a encajar.

 

Yondaime se encaminó hasta la puerta con las manos anudadas tras su espalda – bueno, ahora solamente nos falta saber quiénes son las mujeres más hermosas de la aldea para enviarlas, y desde luego irán unos tres varones como guardias del local, por si acaso – abrió la puerta y Shizune apareció casi dándose tumbos contra el suelo, fue una mala idea espiar la conversación de los tres grandes. Minato la miró desde arriba sonriéndole dulcemente – Por favor Shizune, tráenos los archivos de todos nuestros ninjas sin misión, necesitamos examinar rostros el día de hoy – y cerró la puerta, esta ni siquiera alcanzó a decir que iría de inmediato.

 

Estaban algo cansados de mirar tantas fotografías y datos, casi no habían mujeres con el prototipo que necesitaban, sexys. Sakura, Ino, Tenten, Hinata no podía serlo pues sus ojos eran demasiado llamativos y serían descubiertos enseguida aunque fuese sexy. Tenían a dos chicas más en la lista pero faltaba una. Los guardias ya estaban decididos; Sasuke, Itachi y Kakashi.

 

AHHHH, ya no quiero mirar nada más ¡Me cansé! La mayoría de nuestras mujeres ninjas están embarazadas y las que sobran no llegan al perfil que necesitamos ¿De dónde pretendes que saquemos a la sexta Minato? – gesticuló Tsunade la cual dejó caer su cabeza sobre el escritorio al mismo tiempo que Jiraiya que de igual manera estaba harto de ver fichas y más fichas – Minato soltó un bufido y dejó caer la carpeta que tenía en sus manos sobre la madera – No lo sé…- se restregó los ojos, estaba en igualdad de condiciones que los otros dos. Echó su cabeza hacia atrás y dejó caer los brazos a los costados – Creo… que no me queda más opción que…- se reincorporó en el asiento con mirada ida – enviar a Naruto – la Hokage pestañeó varias veces ¿Qué es lo que pretendía hacer? Levantó la cabeza del mesón y le escrutó sonriendo – Pero Minato, necesitamos una mujer no un hombre, si le llegasen a tocar las bolas nos descubrirán enseguida y todo terminará muy mal – de pronto, mientras intercambiaba carcajadas con Jiraiya que también le pareció simpático el comentario, ambos, sintieron un aura maligna sobre ellos, estaban seguros que no saldrían vivos de ahí. Se pusieron serios y giraron el rostro lentamente hacia el rubio, el brillo del Diablo estaba vivo en esos ojos – Ups – dijeron al mismo tiempo – Nadie le tocará nada a mi HIJO, confío en él y sé que sabrá ocultar su masculinidad muy bien ¿Ok? – los ancianos asintieron enérgicamente, habían cosas en las que era mejor no contradecirle. Tocaron la puerta y los tres quedaron mirando en aquella dirección – Adelante – la mujer que ingresó era la dueña del prostíbulo que usarían para la misión.  Nadie supo lo que se conversó entre esas cuatro paredes. 

Notas finales:

Tiradas de pelo, quejas, dudas, consultas, buenas opiniones y mucho más por favor háganla llevar en un Reviws, sus comentarios son importantes para seguir con la historia. 

 

Nos vemos mañana con un nuevo capi >_<


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