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CONMIGO... por YukiYa0i-chan

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Notas del fanfic:

Personajes originales!!!

Aaaah!!!

Espero les guste. Aunque, bueno es mi primer yuri...

No creo que deban esperar mucho...

Aun así, a mi me encanto la historia cuando llegó a mi mente.

Notas del capitulo:

Hola chicos!

Hace tanto que no publico cosas por aquí...

Bueno, ahora vengo con un yuri que se me ocurrió mientras venía por el mexibus. Lo conocen???

Oh! bueno, es algo así como el metrobus...

Lean y critiquen...

Mi vida…

Mi cotidiana y aburrida vida, podría relatártela si así lo quisiera. – pensé mientras suspiraba.

Primero, mi madre me levanta a gritos…

-  ¡Apúrate! ¿No ves que si tu padre se despierta, querrá que lo atienda? – extraña forma de despertar a un hijo ¿no?

Mi madre y mi padre se la pasan peleando diario y siempre me andan poniendo justo en el centro. Mis padres son una hermosa pareja de casados que se aman hasta más no poder…

O al menos eso es lo que quieren que piense todo el mundo.

¿Y quién es la encargada?

La pobre hija que piensa que todo el mundo es un asco y que cree que es mejor morir que seguir con esta farsa.

En fin, mi madre y yo desayunamos en silencio para que mi padre no se despierte y cuando está a punto de despertarse, mi madre me toma de la mano y me jala; cosa que pasa muy seguido, normalmente no desayuno.

Me deja en la estación del metro bus y espera hasta que yo me suba.

Ya en este, normalmente me quedo cerca de la puerta y trato de no estorbar, pero como siempre, nadie me nota y no me dan el espacio suficiente, por lo que cuando las puertas se abren, me empujan y me pegan a cada rato. Ocasionando la molestia del chofer, pues no dejo que las puertas se cierren rápido.

Al llegar a la escuela, saludo a mis amigos y sonrío mientras trato de actuar como la persona más feliz del mundo, cuando en realidad me siento fatal por dentro.

La escuela, es el lugar más cansado, pues aparte de tratar de conseguir las mejores calificaciones, para que mis padres no se enojen y se echen la culpa de mi incompetencia, tengo que actuar bien y alegre, para no llamar la atención y ocasionar que mis profesores llamen a mis padres y comience otra guerra en mi casa por mi causa.

Al salir de la escuela, camino hasta el metro bus junto a mis amigos. Es tan molesto estar con ellos, no me dejan ser quien en verdad soy. No me dejan aislarme del mundo y tan solo tengo que actuar como otra niña tonta.

Al salir del metro bus con una gran sonrisa, mi mundo comienza de nuevo y vuelvo a ser invisible para todos.

Llego a mi casa y como siempre, me encuentro sola y como cualquier cosa que me encuentre en el refrigerador.

Me pongo a hacer la tarea mientras como un panquecito para quitar el hambre.

Como a las seis de la tarde, termino la tarea y me pongo a leer un libro.

¡El libro que comencé ayer estaba tan bueno!

Unas dos horas después, mi madre llega y cenamos mientras mi madre me habla de su trabajo. Cuando mi padre llega, mi madre corre a su recamara para hacerse la dormida y no atender a mi padre.

Como mi madre no lo atiende, el me pide que yo le dé de cenar, y terminó acostándome a las once de la noche.

Al día siguiente, me vuelve a levantar mi madre y el día es tan absurdamente parecido al anterior.

Esto, me pasa diario y siempre que trato de cambiar,  mi vida se vuelve a un peor, pues tengo un brusco y violento regreso.

¡Todo es taaaan aburrido!

Es cierto, toda mi vida es patética como lo abran descubierto pero un día, conocí a una pequeña niña, por así decirlo, pues ella tiene 17 y yo 16. Pero, deberían de verla, ella es tan delgada y se ve tan frágil.

Jajajajaja

Pero en realidad, ella es un poco brusca y se la pasa molestando a la gente.  Ella es tan molesta.

Eso pensaba el momento en que la conocí, pero al pasar el tiempo, me di cuenta de que se parecía a una de mis ex amigas, ella era alegre y no le importaba nada.

Era un poco linda cuando se enojaba y disfrutaba tanto molestarla, que sin darme cuenta, comencé a sonreír sin ningún tipo de esfuerzo.

Comencé a vivir gracias a que ella me hablaba.

Comencé a sonreír porque ella estaba conmigo.

Pero…

¿Qué es esto?

¿Por qué ocasiona esto?

No lo comprendo…

Pero…

Creo que…

Ella me gusta…

Comienzo a relacionarme mucho con ella, comienzo a querer cuidarla, comienzo a buscarla y cada vez que tengo un problema con mis padres, deseo llegar a la escuela para abrazarla.

Ella me tranquiliza y me alegra el día…

Ella es mí…

Amiga…

¡No lo soporto! Esto es tan cotidiano… Ya no lo soporto.

-  Sírveme de cenar. – me decía mi padre.

-  ¡Sírvete tú! -  le grite más desesperada que furiosa - ¿Acaso no tienes manos? Mañana tengo clases ¿recuerdas?

Mi padre comienza a gritarme furioso, mientras yo lo ignoro y me meto a mi recamara.

Al día siguiente, me levantó temprano y desayuno tranquilamente, para luego irme a la escuela.

A las 6:30 mi madre va a despertarme, pero no me encuentra y se da cuenta de que ya no estoy. Sin embargo, encuentra una nota en la mesa.

 

 

Me voy temprano…

¡Desayuna!

 

Llegó a la escuela y…

Me siento fatal, mi estomago me duele y tengo un montón de retorcijones. Mi estomago se había acostumbrado a no desayunar, por lo que está haciendo una revolución.

Me siento muy mal.

-  ¿Estás bien? – Ella me pregunta. No quiero molestarla, tal vez si la molesto se cansé de mí y se vaya. No quiero eso.

-  Si. No te preocupes. – digo mientras trato de sonreír alegremente. – Lo siento, tengo que ir al baño.

-  ¡Claro! Jajajajaja. – Lily comienza a reírse. Esa hermosa sonrisa que tanto me gusta.

Salgo caminando del salón y me dirijo al baño, para echarme agua en la cara.

Al salir del baño, me dirijo al salón pero siento una fuerza que me presiona de un momento a otro.

¡No!

No debo regresar al salón. Desde hace unos días, ella ha estado más junto a mí y ha comenzado a notarme. Tal vez, se dé cuenta  y se le haga fastidioso.

Me retiro hacia las escaleras y aunque poco a poco la vista se me está empezando a nublar, sigo caminando.

Cruzo la escuela; me río, es la primera vez que veo que mi escuela es extremadamente grande.

-  ¡Cherry! ¡Cherry! – alguien me grita. ¿Quién es?

Sabe mi apodo, así que tal vez me conozca. No quiero causar problemas. Seguiré a la enfermería como si no hubiera escuchado.

¡Continua Casey! ¡Continua!

Ya veo la enfermería, la enfermería esta cerca. ¡Por fin! Pierdo el equilibrio. Espera, ya casi llego. Espera.

Todo comienza a nublarse y de pronto, todo se pone oscuro y mientras caigo al suelo, escucho que alguien me grita

-  ¡Casey!

Ya faltaba poco. Era tan poco y no lo logré. Me pregunto a quien le cause tantos problemas. Espero que no se enoje conmigo. Espero me perdone.

 

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Desperté con un intenso dolor de cabeza y desubicada.

-  ¿Te encuentras mejor, Casey? – escuche una voz suave y amble que mostraba preocupación. La voz era hermosa, se parecía a la de…

¡Oh por dios! ¡No! Por favor que no sea ella. Que no sea ella.

Por favor…

Al voltear, la persona que estaba a mi lado, era ella…

Era Lily...

Lily me veía preocupada…

-  ¡Hey! ¡Casey!  ¿Estás bien? ¿Sabes quién soy? – Yo no respondía pues tan solo me quede absorta en mis recuerdos.

FLASH BACK

-  ¡Mami! ¡Mami! – comenzaba a llorar una pequeña niña.

-  ¿Qué te pasa pequeña? – contestaba una amorosa madre. La pequeña niña, no paraba de llorar y solo podía gritar, pues el llanto y el dolor le ahuyentaban la voz. - ¡Cállate! ¿Qué te sucede? Habla niña. ¡Habla! ¿Por qué rayos sigues llorando? ¡No llores! – la amorosa madre se convirtió en la violenta y molesta madre que era ahora.

FIN DEL FLASH BACK

Desde ese momento, deseé no enfermarme nunca más. Mi madre era esa “madre amorosa” y lo único que conseguí al enfermarme, fue un regaño y un golpe de parte de sus padres.

“¡No te quejes!” “¡Me molesta que te enfermes!” “¡Qué fastidio!” “¡Niña defectuosa!” “¡Tonta!” “¡No llores!” “¡Aléjate! Puedes contagiarme”

Mis padres se la tomaban contra mí, cada vez que estaba enferma y como todo pretexto que encontraban, se comenzaban a pelear entre ellos.

 

-  ¡Casey! ¡Casey! – dijo Lily sacándome de mi trance - ¿Qué rayos te sucede? ¿Por qué rayos te enfermaste? ¿No pensaste que tendría que cuidarte? ¿No pensaste que podías volverte una molestia? ¡Eres tan estúpida!

¡Lo sabia! Sabía que no debí de haber venido. Solo le cause problemas a Lilian, pero no, tenias que venir para ver a tu “amiga”, sí. Ella no es diferente. Ella no te quiere a ti. Ella también te odi… - pensaba mientras las lágrimas empezaban a correr por su rostro.

-  ¿Casey? ¿Casey? ¿Te sientes mal? – decía Lilian preocupada - ¿Te duele algo?

-  Lo siento… Lo siento… Siento tanto haberte causado problemas… Lo lamento tanto… Por favor, perdóname. – decía suplicante.

-  ¿Perdonarte? ¿Por qué debería? – decía ella, un poco molesta. Si, ¿Cómo podría perdonarme? Le cause tantos problemas y molestias. De seguro me va a odiar por el resto de su vida. – ¡No! – lo sabía. Sabía que no me perdonaría. – No te perdono pues debiste de haberme dicho que te sentías tan mal. Me tenías preocupada. Me asuste tanto cuando te vi caer.

¡Sí! Ella me odia…

¡Espera!

¿Qué?

¿Ella acaba de decir que la preocupe? ¿Está enojada por que no le dije nada?

¿No me acaba de decir que…?

¡Oh~! Lo comprendo. ¡Lo imaginé~!

En el momento en que me di cuenta que yo había imaginado lo que me había hecho llorar, comencé a reírme a carcajadas.

Reía y reía, mientras Lily trataba de detenerme, pues estaba hirviendo en fiebre. Ella tan solo se rindió y comenzó a reírse junto a mí.

Realmente estaba feliz, ella se había preocupado por mí. ¡Qué gran día había sido hoy!

 

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El día en que me enferme fue realmente el mejor día de mi vida, pues me di cuenta de que le interesaba a alguien; me di cuenta que alguien me quería por ser quien era y no porque hacía lo que querían.

Desde ese momento, comencé a llevarme mejor con Lily; es cierto, tengo que mencionar que tenía más amigos que me adoraban, pero Lily…

Lily era la única persona en el mundo que me había visto llorar y era la única que había logrado que yo sonriera realmente~~

Así que, el tiempo pasó y poco a poco me sentía más y más cómoda con ella, comencé a entender que adoraba a esa niña y comencé a verla de una forma diferente.

Comprendí que esa chica era una joya en mi vida, esa chica era la luz que yo necesitaba.

Un viernes por la tarde, Lily y yo íbamos de regreso a casa en el metro bus, era una tarde como cualquier otra e íbamos platicando con nuestros otros amigos, acerca del exceso de tarea y de las obligaciones extras que nuestros padres nos ponían.

El día había sido bastante duro, pues había tenido clases seguidas de puras materias extenuantes (Cálculo integral, Física avanzada, Químico Orgánica, etc.)

Lily y yo íbamos paradas frente a nuestros amigos, pues nos habían ganado los asientos.

-  Entonces, ¿Cómo viste al profesor de química?

-  ¡No~! Es horrible, el tipo piensa que es súper inteligente, pero en realidad es una de las peores clases que pueden existir de química; por dios, ¿Cómo puede dar clases un profesor de esa categoría?

-  Bueno, yo creo que… - comenzaba a participar en la plática, pero una pequeña caricia me interrumpió.

Volteé en dirección de ese cálido contacto y me percaté de que una mano estaba tomando la mía. Seguí la dirección de está y me di cuenta que era de…

Ella…

Lily tomaba mi mano y su rostro estaba radiante…

Ella me sonreía nerviosamente mientras yo no sabía qué hacer ante tal situación.

-  ¿Tú qué crees, Casey? – me dijo Lily interrumpiendo mis reflexiones.

-  ¡Ah~! Bueno, yo creo… que… - todo el mundo me observaba. ¡Kyaaaa! ¡Qué vergüenza! – Lo siento, se me olvido. – dije dejando caer mi cabeza…

Todo el mundo comenzó a reírse a carcajadas y yo no podía levantar el rostro de vergüenza, no por haber olvidado lo que quería decir, sino porque no sabía que pensar ante la mano de aquella persona que me hacía sentir tantas cosas extrañas.

No sabía qué hacer~

Así que, tan solo pensé:

Si ella tomó mi mano…~ ¿Por qué no corresponderla?

Cerré mi mano y al igual que yo anteriormente, ella se quedó callada y volteó a verme.

Yo…

Tan solo sonreí~

Todo el camino a casa fue un juego de miradas divertidas y sentí una enorme tranquilidad al tener de la mano a aquella chica que sonreía nerviosamente.

Al llegar a la estación en la que yo me bajaba normalmente, me costó demasiado soltar la mano de Lily y al soltarla sentí un hueco inmenso en mi corazón.

-  Bueno, ya me tengo que ir… - comenté, mientras empecé a despedirme de mis amigos de beso y me sentí tan nerviosa cuando fue el momento de despedirme de ella.

Tenía miedo que esto terminará, tenía miedo que solo sucediera una vez y que esa pequeña situación que para mí había significado todo, para ella no significara nada.

Tenía tanto~ miedo.

Que al besarla me dio una pequeña ráfaga de viento fresco. Me sentí tan~  bien al besarle la mejilla que me quedé un rato ahí. Y cuando se abrieron las puertas me salí corriendo sin siquiera voltear, pues si lo hacía, no creí que pudiera controlarme.

Sin embargo, al bajar del metro bus escuché un pequeño susurro.

-  Casey te quiere mucho ¿verdad? – comentó uno de mis amigos.

-  No lo sé. – dijo Lily un poco molesta.

Eso, realmente me molesto e inconscientemente volví a subir al metro bus.

-  Pero ¿qué haces? – me preguntaron mis amigos.

-  Mmmm… Creo que me siento a gusto con ustedes. Los acompañaré. – dije mientras observaba a Lily.

¿Por qué hice eso?

No lo sé. Realmente no sabía que pasó, pues cuando me di cuenta, ya estaba arriba del metro bus y las puertas se estaban cerrando.

¿Qué rayos sucedió?

Me acerqué a Lily y nos pusimos en la misma posición que antes, solo que esta vez, la que tomó su mano fui yo.

-  ¿Por qué te volviste a subir? – susurraba Lily para que nadie la escuchará.

La risa que causó una tonta broma de mis amigos, fue apagada poco a poco y me puse seria.

-  Tengo miedo. – dije mientras temblaba.

-  ¿Miedo? ¿Miedo de qué? – me dijo Lily un poco molesta.

-  Tengo miedo de que esto no sea más que un sueño.

-  ¿Esto? – dijo sorprendida ante mi respuesta - ¿Qué es esto?

-  Esto. – dije señalando nuestras manos unidas.

Lily comenzó a sonreír y me vio emocionada.

-  Si, ¿pero qué es esto? – dijo divertida, con una sonrisa traviesa. Maldita. ¿En serio, piensas hacerme decirlo? No puedo creerlo. ¿Por qué rayos me haces sentir esto?

-  Esta situación…

-  ¿Qué significa esta situación? - ¡Rayos! No pienso decirlo. ¿Y si se está burlando de mí?

-  Creo que… - dije con el rostro rojo, hasta más no poder – Creo que “Te quiero”

En ese momento, en su rostro apareció una sonrisa inmensamente brillante y se me hizo tan hermoso que quise tocarla~

Quería tocar su rostro y quería besarla~

Lily se dio cuenta y me empujo hacia afuera, pues en ese preciso momento, se abrían las puertas del metro bus.

-  ¿Qué te sucede? – decía Lily enojada aunque en realidad seguía teniendo esa hermosa sonrisa que tanto me estaba llamando. – ¡Deja de verme! – decía sonrojada. - ¡Vámonos de aquí! – decía Lily evitando mi mirada.

Sin embargo, la detuve y la jalé de la mano.

-  ¡No! Por favor… No hay que salir – dije suplicando. – Si salimos… Tal vez… Tal vez esto sea un sueño y si salimos… tal vez esto se acabe… tal vez simplemente despier… - Lily me dio un fugaz beso en los labios - …te.

-  ¡Todo estará bien! Te lo prometo. –Decía con esa sonrisa burlona que tanto me había impresionada, así que como un adicto a su droga, yo simplemente me rendí y dije

-  ¡Sí! – mientras suspiraba embelesada.

Caminamos juntas hacia la salida de la estación y de pronto…

¡Me desperté!

¡Desperté en mi recamara!

-  ¡Rayos! Le dije a esa niña que no saliéramos. ¡Pero ella es tan estúpidamente necia! – decía molesta, mientras sentía una extraña sensación en mi espalda. Así que traté de rascarme la espalda, pero…

Nunca toqué mi espalda…

Algo había donde se supone que tenía que sentir mi espalda; pero era extraño, pues también sentía que algo me tocaba.

Así que, asustada me volteé y vi algo fantástico…

-  ¿Quién es estúpidamente necia? – me decía una linda muchacha a mi lado.

-  Nadie. No la conoces. Es alguien demasiado molesta para que alguien tan tierna como tú, pueda conocerla. – decía mientras sonreía alegremente.

-  ¿Á si? – decía Lily mientras me empezaba a hacer cosquillas.

-  ¡No! ¡No! Espera. – gritaba mientras trataba de detenerla, al mismo tiempo que reía sin parar. Cuando finalmente se detuvo, la primera pregunta que se me vino a la mente fue… - ¿Qué haces aquí?

-  ¿Qué que hago aquí? Tú me invitaste ¿recuerdas? – decía mientras se acurrucaba en mi pecho y cerraba los ojos – Después de salir de la estación, vimos un letrero de un festival cultural que se celebraría mañana, así que llamamos a mis padres y pedimos permiso para que pudiera quedarme en tu casa. ¿No lo recuerdas?

 

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-  ¡Mami! ¡Ya nos vamos! – gritaba mientras trataba de sacar a Lily de mi casa.

-  Ve con cuidado nena. – ahí está de nuevo. Esa hipócrita voz que mis padres hacen cuando hay un extraño en la casa.

Qué vergüenza, ¿Cómo se me pudo ocurrir invitar a Lily a mi casa?

¿Acaso no recordaba que mis padres son horribles?

-  ¡Lindos padres, Cherry! – decías Lily.

Pero, ¿Qué dices? Son horribles. Pensaba mientras solo le sonreía a Lily.

Como mi cotidiana vida, entramos al metro bus y nuevamente comencé a sentirme triste y al igual que siempre me quedé cerca de la puerta.

Comenzaba a deprimirme, nuevamente, cuando Lily tomó mi mano.

-  ¡Te quiero! ¡Te quiero mucho! – yo no sabía que decir, simplemente asentí con la cabeza. “Muy pronto te aburrirás, tenlo por seguro” pensaba. Sin embargo, Lily me sacó de mis pensamientos al darle un tierno beso en los labios. – Cuando te diga te quiero. No quiero que me ignores. ¡TE QUIERIO! Y pasé lo que pasé, nunca me aburriré de ti.

Leyó mi mente…

Ella leyó mi mente tan fácilmente, que lo único que pude hacer fue sonreír mientras las lágrimas comenzaban a recorrer mi rostro.

-  ¿Por qué lloras? Acabo de decir que te adoro. – decía Lily preocupada.

Yo, no supe que contestar y lo único que hice fue besar a Lily en los labios, mientras la atraía hacia mí, para después abrazarla.

Sin embargo, al igual que todos los días, la puerta se abrió e interrumpió un momento tan romántico.

Pero, al contrario de todos los días, en vez de deprimirme. Vi a Lily y comenzamos a reírnos a carcajadas mientras nos tomábamos de las manos, para irnos a sentar.

 

Tal vez mi patética no haya cambiado mucho…

Tal vez, mis padres sigan siendo las horribles personas que conozco…

Las horribles personas que tanto hacen de mi vida un fastidio…

Tal vez nada cambie tan rápido

Pero al menos…

Ahora…

En este momento…

Ella está…

 CONMIGO…

 

Notas finales:

Les gusto...???

Espero que sea pasable. Al menos.

Primer Yuri. No sean duros si???

Oh no~! Sean duros, para ir mejorando.

Los quiero...

Reviews plis ^^


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