Por que todo había salido mal, por que no podía creer que ahora, justo ahora, ellos aparecieran como si nada, como si todo el dolor o todo el sufrimiento por el que pasaron no significase nada. ¿Por qué todo tenía que torcerse tanto?. Ellos habían logrado la felicidad, el éxito y la aceptación de cada una de las personas que siempre, siempre, les habían dicho que nunca lograrían nada solos pero ahora, todo parecía coger una perspectiva diferente y su mente trabajaba a mil por hora, sin saber que hacer, decir o como fingir que todo estaba bien; que hacer cuando el dolor y aquella rabia inundaban su corazón y obligaban a su cuerpo a actuar. Por que sí, estaba celoso …
… Horrible y asquerosamente celoso …
¿Por qué?
Por que la persona que amaba estaba en brazos de otro, por que no podía evitar sentir aquel fuego que quemaba sus entrañas con furia y rabia. Apretó las mandíbula, sus puños y sus ojos se afilaron al punto en que su mirada refulgía de odio … Pero sobre todo, de decepción, de tristeza, de engaño y supo, como una certeza aplastante que se cuela entre los recovecos más profundos y oscuros de tu mente, que aquello que veía no era una ilusión, no era una alucinación de su mente cansada y torturada. Que no era nada más que una realidad, que pensó que su amor era en verdad correspondido, que su felicidad se había vuelto plena y que ya no necesitaba nada más para vivir.
Se equivocó.
Y aquel error le llevó a la rabia, la rabia al odio y del odio al dolor … Y de este, a la autodestrucción. ¿Qué hacer cuando tu mundo se desmorona?. ¿Qué pensar ahora cuando ves a la persona por la cual entregaste todo y más está besando de aquella forma dulce y entregada unos labios que no son tuyos?. ¿A dónde mirar cuando un cuerpo que creías tuyo se abraza, entregado, a un cuerpo que no es el tuyo?.
… ¿Qué hacer cuando tu corazón sangra y piensas que ya no puedes detener el dolor?
Incapaz de seguir mirando, cerró los ojos con fuerza mientras ladeaba el rostro, agachándolo, negándose a ver una realidad que lastimaba su alma. Dio media vuelta, yéndose por donde había venido, con expresión fría y orbes entrecerradas, con sus ojos quemando por las lágrimas que se negaba con toda su alma a dejar fluir por que nadie le vería llorar, no de nuevo, no otra vez, no después de tantos años en los que las lágrimas era lo único que aliviaba aquella carga que su corazón soportaba. Y le dieron igual aquellas voces que le llamaban, que exclamaban su nombre entre suspiros urgentes por que todo había acabado, todo había terminado y el telón había caído.
Al menos … para ÉL.
Por que si seguía mirando sabía que podría cometer una estupidez, sabía que terminaría por hacer algo que no quería pero, su corazón dolía tanto y latía tan fuerte, que pensaba que se saldría de su pecho en cualquier momento. Muchos trataron de detenerle, diciendo que tenía que hacer la presentación, que no podía irse ahora pero él sólo les dedicó su mirada más fría y furiosa y pronto estaba frente a las puertas de aquel gran edificio. Hacía frío, pero, ¿de verdad importaba?. Y fue ahí, mientras su vista se elevaba al cielo que las lágrimas se liberaron; el dolor apareció de nuevo, mucho más fuerte, mucho más punzante que nunca y pensó que se asfixiaba por que su pecho ardía, su garganta quemaba y sus ojos dolían del fuerte llanto.
¿Qué hacer … Cuando lo has perdido todo?
¿Cuando no quieres seguir luchando por que las heridas son demasiado profundas?
¿Qué hacer … Cuando no sabes que hacer?