Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuidado con el Bullying... por hatsumiyo momichi

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

ojala que lo disfruten, encuentro que hay muy pocos fanfics de mi pareja favorita WILLIAMXGRELL... así que me encargaré de llenar la seccion de fanfics kuro con estos dos... XD muajajajaja

Notas del capitulo:

 este es el primer capitulo, y es bastante... no se. LEANLO!! willy es bastante uke para mi gusto... y eso lo hace interesante XD  (((ARREGLADO creooo... intente arreglar el problema, ojala lo haya solucionado, pues había un problema con este cap y otros...)))

 

<!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} -->

Los estudiantes hablaban casi a gritos dentro del salón, ignorando al profesor que intentaba entrar en la sala y callarlos.

 

-Chicos… por favor, cállense… o llamaré al director como lo hice la última vez!!- la amenaza logró su propósito, ya que todos los muchachos buscaron su asiento y se callaron de mala gana. Todos excepto uno. El muchacho de cabello corto y rojo se asomaba por la ventana mirando como pasaba la gente, ignorando al profesor que lo miraba furioso.

 

-Grell Sutcliff!! Toma tu asiento, por favor! Voy a comenzar la clase.- el joven profesor se había puesto un poco pálido al enfrentar al pelirrojo, sabiendo que corría peligro si llegaba a enojarse solo un poco. El muchacho se dio la vuelta y lo miró fijamente.

 

-Tus clases son una mierda, profesor Wright.- el pelirrojo sonrió ampliamente mostrando sus filosos y blancos dientes, apoyándose contra el marco de la ventana abierta. Sus compañeros lo miraban un tanto nerviosos, pues sabían que si los atrapaba mirándolo, se entretendría desquitándose con ellos después de clases. El profesor desvió su mirada al suelo, y caminó lentamente hasta su escritorio. El pelirrojo encontró que esta reacción no fue para nada entretenida, así que decidió irse a su puesto, chasqueando la lengua en señal de insulto antes de eso. Grell se sentaba al fondo del salón, sin un compañero al lado de él. El ultimo muchacho que había tenido la mala suerte de sentarse a su lado, rogó de rodillas al profesor para que lo cambiara de asiento, pero nadie quiso relevarlo, así que acudió al director para que lo cambiaran de curso. Pero no terminó de sentirse inseguro en ese lugar, y acabó por irse del colegio, para no volver más. El muchacho anterior a ese, se había suicidado al mes.

                                   

                        -Ajem… hoy estudiaremos un poco sobre los padres de la Física… oh! Pero antes de eso hay que presentar al nuevo estudiante…- escaneó fugazmente la sala. -donde está?-

 

-Me pareció verlo hace un rato… estaba en la oficina con un mapa en la mano… me parece que estaba perdido.- El muchacho habló un tanto entretenido, y todos comenzaron a reírse suavemente, burlándose del chico nuevo antes de siquiera conocerlo. El profesor suspiró un tanto molesto, pero casi de inmediato la puerta se abrió. En el pasillo había un hombre adulto de cabello rojo canoso, un tanto robusto, y un muchacho alto de cabello negro. Sus lentes brillaban con la luz del salón, y este se los arregló tímidamente, dejando ver sus verdes esmeraldas.

 

-Esta es tu sala muchacho.- dijo el hombre amigablemente, echando un vistazo dentro de esta. Encontró el rostro de Grell, y le sonrió ampliamente. El chico miro hacia otra parte. -Anda, no seas tímido- el hombre se aseguró de que el pelinegro entrara en la sala antes de irse. –Compórtense muchachos, hasta luego.- El pelinegro oyó como el adulto había cerrado la puerta, e inconcientemente se acercó al profesor.

 

-Dinos tu nombre- el profesor estaba parado junto a él, y tenía una mano sobre su hombro.

 

- William T. Spears.- fue todo lo que dijo el pelinegro, monótonamente, con el cabello sobre los ojos mientras miraba al suelo.

 

-Que bien… por qué tardaste tanto?- el profesor dejó solo al muchacho frente a todos, mientras este se iba a su escritorio y comenzaba a buscar sus papeles y plumones.

 

-Es que yo… no sabía donde quedaba la sala…- algunos muchachos se rieron calladamente mientras un ligero rubor se hacía presente en los pómulos del joven.

 

-Que bien… de donde vienes?-

 

-Soy de acá… de Londres.- el pelinegro daba pequeños vistazos a sus compañeros, escaneando la sala de a poco, calculando donde se sentaría para no hacer el ridículo después sin saber donde sentarse.

 

-mmhh… que bien. Oye, siéntate, vamos a comenzar con la clase. Trajiste tus libros verdad?- El muchacho asintió. Will aún no había decidido donde se sentaría. –Eh… oye, siéntate aya.- El profesor quiso que agilizara el paso y apuntó a un asiento vacío. William no se hizo de rogar y se encaminó entre los pupitres de sus compañeros sin mirarlos a la cara. Hubo un nervioso murmullo y todos, esta vez, miraron al pelinegro mientras se acercaba al final de la sala. Algunos hasta se atrevieron a mirar a Grell a la cara.

 

-Ssshhh, oigan, silencio por favor.- El profesor miró a sus alumnos y no le dio mayor importancia al asunto. Él era un poco nuevo en el colegio y no había sabido de los incidentes relacionados a Sutcliff-Kun. No había notado el horroroso error que había cometido al sentenciar a William a tal castigo. William se sentó rápidamente y notó las miradas asustadas, y otras divertidas que lo acosaban. “¿Tendré algo en la cara?” no pudo evitar pensar, y se llevó una mano a su rostro. Notó que su compañero de banco apoyó su codo en la mesa, y ahora lo miraba fijamente. William, con lentitud, volteó su cabeza y miró al muchacho. Se encontró con unos ojos penetrantes rodeados de espesas pestañas negras detrás de unos rojos lentes, y una maliciosa sonrisa, la cual malinterpretó como amistosa.

 

-Hola…- William le sonrió levemente, mirándolo de vuelta por unos segundos, hasta que algo le dijo que debía dejar de mirarlo. Se había ruborizado. Comenzó a sacar los libros de su mochila, y comenzó a incomodarse. El pelirrojo lo seguía mirando de la misma forma. Sacó su lápiz, y abrió un cuaderno en blanco; se puso en posición para escribir. Y el Pelirrojo lo seguía mirando fijamente con la misma sonrisa inmóvil en sus labios. El profesor comenzó la clase apresuradamente, y todos estaban callados intentando prestarle atención. Todos rasgaban las puntas de sus lápices sobre el papel, tomando apuntes concentradamente, y William intentaba hacer lo mismo, decidido a n quedarse atrás con los estudios. Pero aunque intentaba oír la culta voz del joven hombre frente a la clase, a cada rato terminaba por darle golpecitos al papel distraídamente, dejando surcos delgados de tinta, mientras se ruborizaba intensamente, sin lograr concentrarse. El muchacho pelirrojo lo seguía mirando. Este dejó escapar una silenciosa y suave risita. William no sabía si debería decirle que lo dejara en paz. Algo le decía que aunque estuviera en su derecho hacerse respetar, no estaba en posición de mandar al otro. Hizo el nuevo intento de concentrarse en la clase, y decidió que ya no había comprendido nada. Entonces se preguntó si su compañero también tenía en su destino cercano una F en sus notas de Física. Dejó su lápiz sobre su cuaderno en blanco, y volteó su cabeza para mirar al pelirrojo directamente a la cara. Se lo quedó mirando por unos cuantos minutos, decidido a no dejar de mirarlo a los ojos solo por el hecho de querer devolverle el favor. Pero el pelirrojo no desistía. Era una escena un tanto lamentable: Grell con su aire de superioridad, y William rojo como un tomate a causa de la penetrante mirada. De pronto el pelirrojo bajó su codo de la mesa, y suspiró profundamente, cerrando los ojos. -¿Qué? ¿Acaso ya te aburriste?- William susurró desafiante, sin quitarle la mirada de encima.

 

- No, es solo que me duele el cuello y se me cansó el codo.- Grell le habló normalmente, interrumpiendo al profesor. Algunos chicos se dieron la vuelta. Grell bostezó en grande, y luego dejó caer su cabeza sobre el escritorio, comenzando a roncar casi inmediatamente. William se lo quedó mirando sorprendido y hasta avergonzado.

 

- ¡¡Grell Sutcliff!!- el profesor le lanzó el plumón que tenía en la mano, y este rebotó en la cabellera roja del muchacho, sin obtener señales de vida. Derrotado, el profesor siguió con lo suyo como si nada, ignorando los ronquidos. William pensó que talvez ahora si sería capaz de poner atención a la clase, pero en vez de eso se tentó y se quedó mirando a un dormido Grell.

 

-Que lindo…- susurró con una voz imperceptible, apoyando el codo en la mesa, mirando embobado al apacible rostro del pelirrojo. De todas maneras, el pelirrojo acaparó toda la atención de William toda la clase, a pesar de ni siquiera haberlo notado.

 

A la hora de almuerzo, el pelirrojo se despertó súbitamente, y se levantó de su pupitre bostezando. William había pensado que talvez podría almorzar con su nuevo y extraño amigo. Pero este salió rápidamente de la sala, dejando a William sentado solo. Un muchacho con cabello rubio se acercó a él a toda prisa.

 

-Hola!!- su risa era amistosa y muy bonita. –me llamo Ronald Knox. Un gusto conocerte. Deberías cambiarte de salón cuanto antes amigo, pues aquí nadie cambiará asiento contigo.- Ronald le hablaba parado junto a él, demasiado temeroso de tan solo tocar el pupitre de Grell.

 

-Eh? Para que querría cambiar de asiento?- El pelinegro no lo entendía muy bien. Claro, era un poco molesto el hecho de que lo hubiese mirado eternos minutos sin parar… pero pensó que talvez solo estaba aburrido y quería jugar.

 

-Estas loco? Ah… debe ser porque eres nuevo… Mira, es por tu propio bien, ese tipo no…- y para continuar se acercó mucho al oído de Will. –No está bien de la cabeza.- William de alguna forma se sintió ofendido por esto, sintiendo que estaba siendo demasiado duro con él.

 

                        -No me gustaría juzgarlo antes de conocerlo…- murmuró entonces el pelinegro, levantándose de su asiento. Ronald observó como el muchacho se iba de la sala, y sintió un poco de lástima por él. William se encaminó al baño… sin saber muy bien para donde iba. Recorrió el colegio, lleno de muchachos de todo tipo. Le encantaba el colegio, ahí podía ver tanta gente junta! Y todos tan distintos… auténticos seres humanos, cada uno con su propia forma de ser. Caminaba un poco despistado cuando de pronto un par de chicos chocaron de golpe contra él, logrando que casi cayera al suelo.

 

                        -Lo siento mucho!!- uno de ellos hizo una pequeña reverencia en señal de disculpas.

 

 –Deberías venir, el lunático de Sutcliff acaba de machacar a golpes a un chiquillo!!- dijo el otro y ambos se fueron corriendo. “Sutcliff?” de pronto la imagen del muchacho de cabello rojo y ojos verdes se hizo presente en su mente de manera imponente, y sin saber exactamente por qué, se echó a correr persiguiendo a los dos muchachos con los que se había topado. Corrió entonces como si su vida dependiera de ello, y pronto divisó una gran masa de muchachos que gritaban a unísono:

 

-¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!- alrededor de algo que William no lograba ver. Llegó hasta la masa, y agradeció el ser alto, pues nadie deseaba cederle el espacio para que pudiera ver. De pronto todos se callaron. Pudo ver a Grell parado en medio, desafiante, mirando furioso a un chico de cabello castaño largo que estaba arrodillado junto a un muchacho moreno que estaba tirado en el suelo, moreteado en todo el rostro y con sangre en la nariz.

 

-¡Eres un maldito! ¡Ojala te vayas al infierno, hijo de puta, y que te devore el diablo mismo!- dicho esto el castaño escupió a los pies del pelirrojo, emputecido. Grell solo lo miraba desde lo alto, como si mirara un insecto.

 

-Como sea.- puso extremo cuidado en pronunciar cada palabra a la perfección, modulando como si se le fuera la vida en ello. Luego le regaló una dulce sonrisa. El muchacho moreno comenzó a toser con fuerza y a gemir del puro dolor, derramando sufrientes lágrimas. Al muchacho castaño le comenzaron a arder los ojos a causa del deseo de llorar… pero se aguantó su humillación.

 

                        -¡No se queden ahí parados! Ayúdenme a llevarlo a la enfermería.- Unos muchachos que estaban junto a él le obedecieron al instante, agarrando al moreno de los brazos, como podían. Lentamente se llevaron al adolorido chiquillo. Comenzó a hacerse presente un ruidoso murmullo.

 

-¿Tú sabes por qué le pegó?-

 

-¿Y yo que sé? Tú sabes que el tipo está loco…-

 

-A mi me parece que esta vez si que lo expulsan… ya es demasiado.-

 

-¡Alguien tiene que hacer algo!- los chicos criticaban, opinaban, especulaban… y Grell tan solo miraba en dirección del ausente cuerpo del muchacho moreno, y no decía nada, ni se movía. William intentaba no hacer caso a las curiosas voces que lo interrogaban a él de vez en cuando, sin saber que él no tenía forma de saber absolutamente nada. En cambio se dedicó a mirar a Grell por sobre la entrometida gente, preguntándose por qué lo había hecho. Sintió el deseo de ir hasta él y preguntarle, pero luego se detuvo a si mismo, sabiendo que ni siquiera tenía derecho a hacer tal cosa. Él no lo conocía. Al poco rato llegó el director del colegio, y se llevó a Grell violentamente de un brazo, tironeándolo. Para sorpresa de William, aquel era el mismo hombre amistoso que lo había ayudado a llegar a su sala aquella mañana quien ahora poseía un semblante furioso. Con su cabello rojo casi idéntico al de Grell, excepto por las blancas canas, le parecía que se veía cansado y viejo… cansado de lidiar con estorbos. William se decidió a seguir a los pelirrojos con cautela, dispuesto a averiguar algo. El director se llevó Grell a su oficina y William solo pudo observar desde lejos como el mayor arrastraba al pelirrojo hasta el interior, cerrando la puerta detrás de él. Grell alcanzó a ver como William los miraba fijamente, y como nerviosamente le habló a una secretaria como si le pidiera ayuda con algo.

Notas finales:

 

<!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} -->

Will definitivamente no sabe disimular. Se nota mucho que William es un curioso… pero la curiosidad mató al gato, William… deberías tener más cuidado. Ahora mismo se está preguntando si el pelirrojo en verdad es tan lunático como lo pintaba su compañero Ronald… y si acaso es una mera coincidencia el hecho de que el director se parezca a Grell. Entenderá William que han acabado con el resto de su vida el día en el cual decidieron ponerlo en la misma secundaria que Grell Sutcliff? Porque estas cosas las dicta el destino, y aunque hubiera estado en diferentes clases, él de todas maneras… pues yo creo que deberían seguir leyendo XD

Ah… que puedo decir, me encantan los mentalmente insanos *¬* XD este fanfic se me ocurrió de la nada luego de haber visto parte de la OVA de William… Babación. Es que ver a mi Grellcito con su cabello tan cortito me pareció hermoso, así que decidí hacer un fanfic con el en sus años de juventud… Para que recordar que este es un universo alterno en todo caso…XXXD

Y es que me pareció tan sexy la idea de Grell actuando como una puta agresiva :P Les recuerdo que este es un fanfic de William como UKE… aunque mas en el sentido sexual, pues Grellcito es un condenado romántico ^^

Cualquier cosa, déjenme saber en un review :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).