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MI MATRIMONIO (resubiendo) por MELODIA_PRINCESITA MIL

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Notas del capitulo:

volvi a subirlo con la ayuda de Mati quein me ayudo a corregirlo espero les guste

 

agradesco que se tomen un poco de su tiempo para leerlo

Cuando llegué a casa esa noche mientras mi esposo servía la cena, lo tomé de la mano y le dije que tenía algo que comentarle.

Solo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos.
De pronto  ya no sabía cómo abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que pensaba.

-  Quiero el divorcio......le dije lo más suave que pude.

Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me preguntó el porqué

Evité su pregunta con mi silencio, eso le hizo enfurecer.

Tiró los utensilios y me gritó, ¡no pareces hombre!

Esa noche, ya no hablamos más. Él lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber qué le había pasado a nuestro matrimonio.

Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria. Mi corazón ahora le pertenecía a Sakura. Ya no lo amaba, solo me daba lástima.

Con un gran sentido de culpa, redacté un acuerdo de divorcio en el que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa

Después de leerlo él lo rompió en pedazos.

El hombre que había estado diez años de su vida conmigo ahora era un extraño para mí.

Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdició conmigo. Todo eso que yo nunca le podría reponer.

Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Sakura.

Por fin mi esposo soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba desde el principio.

 Verlo llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca.

Al siguiente día, llegué a casa muy tarde y él estaba en la mesa escribiendo algo.

Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con sakura y tenía más sueño que hambre y mejor me retiré a dormir.

Desperté en la madrugada, él todavía estaba escribiendo. La verdad no me importó y solo me acomodé de nuevo en la cama y seguí durmiendo.

En la mañana me presento sus condiciones para aceptar divorciarse:

No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio,

 Me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible.

Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio frustrado de sus padres.

Eso era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me pidió que me acordara cómo lo cargué el día de nuestra boda.

Quería que cada día de este mes, lo cargara de nuestro cuarto hasta la puerta de la casa... pensé que se estaba volviendo loco. Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o malos momentos.

Le platique a Sakura de las condiciones que puso mi esposo...se rió bastante y pensó que era muy absurdo.

No importa los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad de que se van a divorciar —dijo en tono burlón.
Desde que le expresé mis intenciones de divorcio mi esposo y yo no teníamos ningún contacto íntimo.

 El primer día que le cargué se me hizo un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo —Papá, me da gusto que quieras mucho a mi papá—dijo.

Sus palabras me causaron un poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente caminé como diez metros con él en mis brazos.

él cerró sus ojos y me susurro al oído que no le dijera al niño del divorcio. Me sentí muy incomodó, lo baje y él camino a tomar el autobús para ir a trabajar.

Yo manejé solo a mi trabajo.

El segundo día fue un poco más fácil. Él se recargó ligeramente en mi pecho. Podía oler la fragancia de su camisa.

Me di cuenta que desde hace tiempo no le había puesto mucha atención a este hombre.

También me di cuenta de que ya no era tan joven, había  algunas arrugas en su cara, su pelo ya mostraba canas.

Ese era el precio de nuestro matrimonio. Por un minuto me pregunté si yo era el responsable de esto.

A l cuarto día, cuando lo cargué, sentí que regresaba un poco de intimidad. Este era el hombre que me había dado diez años de su vida.

El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez. No le platiqué nada de esto a Sakura. Conforme los días pasaban se me hacia más fácil cargarlo. Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más fuerte.

Una mañana lo vi que estaba buscando un algo para ponerse, pero no encontraba nada que le quedara. Solo suspiró y comentó que todas sus prendas le quedaban grandes.

Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil cargarlo. Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgado.

De repente entendí la razón...estaba sumergido en tanto dolor y amargura en su corazón. Inconscientemente le toqué la frente.

Nuestro hijo entró en ese momento –Papá, es tiempo que cargues a mi oto-chan (papi). El ver cargar a su oto-chan todos los días se le había hecho costumbre.

Mi esposo le dio un fuerte abrazo. Yo mejor miré hacia otro lado por temor a que esta conmovedora imagen me hiciera cambiar de planes.

Entonces lo cargué, y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acaricio mi cuello, y yo lo apreté fuerte con mis brazos, justo como el día que nos casamos.
Pero su estado físico me causó tristeza. Ese día, cuando le cargué sentí que no me podía ni mover. Nuestro hijo ya se había ido a la escuela. Lo abrasé fuerte y le confesé que nunca me había dado cuenta de que a nuestra vida le hacía falta algo así.


Me fui a trabajar...salté fuera de mi auto sin poner llave a la puerta. Temía que cualquier momento podría cambiar de opinión...subí las escaleras, Sakura abrió la puerta. Le dije que lo sentía mucho, pero que ya no me iba a divorciar.



No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me tocó la frente y me preguntó si tenía fiebre.

 Quité su mano de mi frente y le insistí de nuevo —Lo siento, ya no me voy a divorciar… mi matrimonio era muy aburrido porque ni él ni yo supimos apreciar los pequeños detalles de nuestras vidas. No porque ya no nos amaramos.  Ahora me doy cuenta de que, desde que nos casamos y le cargué por primera vez, esa responsabilidad… es mía hasta que la muerte nos separe.
 
Sakura en este momento salió del shock y me dio una fuerte bofetada, y llorando cerró su puerta. Corriendo bajé las escaleras y me fui de ahí.

Paré en una florería, ordené un bonito ramo para mi esposo. La chica me preguntó qué le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí, " siempre te llevaré en mis brazos hasta que la muerte nos separe"

Esa noche cuando llegué a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa en mi cara, subí a nuestro cuarto... solo para encontrar  un pequeño sobre en medio de la cama con un hermosa flor roja con un lacito

Querido y  amado esposo mío,  Sasuke

Verás, los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación. No la mansión, el carro, propiedades o dinero en el banco. Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo. Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa, y tómense todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio  yo de mi parte me he alejado de ti,  te dejo un beso y un abrazo, espero que de verdad seas feliz con Sakura.

Con todo el amor del mundo de quien siempre fue tuyo, Naruto Uzumaki

Adiós por siempre,  mi amado Sasuke

Notas finales:

gracias por leer y espero les haya gustado espero ansiosa sus nuevos comentarios

 

sayo

 

=^_^=


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