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Supongamos por natalia clow

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Notas del capitulo:

Edición 2013: Se subió la versión corregida de los capítulos. 

 

Bueno como siempre tengo una extraña explicación para todos mis fics XD, la explicación para este fic es que jeje bueno, estaba bastante deprimida, creí que me iba a pegar un tiro y recordé lo que yo hacía todas las mañanas antes de irme al colegio XD (Sí, esto está basado en mi mala maña de fantasear todas las mañanas XD jaja) y era ponerme a hacer historias sobre lo que pasaría si hoy pasara X o Y cosa, entonces distrayendome de mi depresión pensé: 

"No sería divertido si esa maña se vuelve un fic yaoi"

Y me empezó a gustar la idea, entonces decidí hacerlo jejej ojala les guste, y pues les advierto que tiene hetero ¬¬ no me gusta, pero, así es como va la historia xD. 

 

Buena lectura!!!

Supongamos que…«Catherin quiere ser mi novia».

Capítulo 1

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un suspiro pesado se escucha cuando se mira en el espejo. La imagen que este refleja no es la más satisfactoria. Como si alguien le estuviese pidiendo una explicación por la lamentable imagen del reflejo, comienza a tener una conversación consigo mismo.

Sí me pidieran la descripción de lo que soy, me describiría en una palabra «Nada». Nunca he destacado durante mis quince años de vida. He tenido mala suerte en cualquier relación humana, ya sea amistad o romance. Mi físico, si quisieras una reseña, no sería precisamente «atractivo» la palabra que me condensaría. Soy el más bajo de mi clase, uso gafas, tengo el peinado que mis abuelos  me obligan a llevar; soy algo gordo y mi ropa sólo me hace ver más como una bolita de carne. Después de esa lista, podrá verse que no cumplo con los estándares de la llamada belleza.

En cuanto a mis preferencias, me gusta leer y es con mis profesores con quienes comparto mi amor por los libros. El mundo que veo en ellos sólo me aleja de quienes no tienen interés en ello.

Mis compañeros son lo que se diría deslumbrantes. Las mujeres son muy bonitas y los hombres cumplen los requisitos para ser llamados atractivos. Todos están en un planeta tan lejano al mío, que en alguna parte del camino después de tantas humillaciones, me volví bastante huraño y agresivo.

La mayoría de las veces estoy con mi mejor amigo que se llama Joshua. Él es bastante parecido a mí, pero es más amigable y siempre está rodeado de personas. Cosa que conmigo no pasa.

A él lo conocí el primer día que entré a la secundaría; nos presentamos y fue bastante  amable y compaginamos increíblemente. Tanto a él como a mí nos gustan los libros y todos los temas relacionados.

Fue bastante agradable encontrar una persona con la cual, hablar es un completo placer y no una obligación, pero no podía negar mi naturaleza humana; yo también quería que la gente me mirara.

No recuerdo cuando fue la primera vez que me gustó alguien, pero sí sé muy bien, cuando fue la primera vez que me humillaron. Me había gustado una niña cuando tenía diez años y yo me le declaré; esa vez estaba tan nervioso que me puse pálido y sentía que me iba a morir frente a ella.

 Contra todos los pronósticos, la respuesta que recibí fue afirmativa. Yo no podía creer que me hubiera dicho que «sí». Cuando comenzamos nuestro «noviazgo» fue cuando comenzó lo peor. Ella no me había aceptado porque me quisiera, sino porque había decidido mortificarme la vida. Me humillaba comparándome con otros chicos y diciendo que yo sólo era un cerdo que no serviría ni para un festín. Nunca en mi vida me habían herido tanto y juré que nunca más iba  a volver a querer a nadie.

Poco después, me volví cada día más y más retraído. Trataba de alejar a las mujeres de mi vida, pero no se puede evitar aquello. Cuando tuve doce, me comenzó a gustar una chica de lo más amable.  Eso fue lo que me hizo bajar la defensa con ella. Nunca me molestó, de hecho decía que yo era bastante lindo. Todo ello me ilusionó y pensé que le gustaba, así que me dije, « ¿Por qué no?» y comencé a tratar de entablar una relación. Todo terminó en desastre. Nunca me imaginé que las palabras amables iban a hacer más daño que las palabras de odio u ofensa.

Su amabilidad me volvió más resentido. Nunca pude entender por qué siempre me iba mal en el amor y poco después deje de pensar en aquella cosa tan insignificante, pero  dos años después, sucedió de nuevo. Ella está en mi clase y es la cosa más extraña y maravillosa que mis ojos hayan visto. Su nombre es Catherin. Es la persona más alegre y a la vez más seria y decidida que he visto. Quizás me empezó a gustar mucho, porque es todo lo que yo no soy. Su amabilidad me engaña y me hace sentir que soy correspondido. Desde ahí, todos los días yo no puedo evitar fantasear en un «supongamos» las situaciones más increíbles con ella.

Su cabello como el ébano y su cara angelical, son deleitables hasta la locura. De igual manera que su cuerpo y su actitud, el único problema soy yo, que no soy ni siquiera de su misma estatura. Soy un maldito enano.

 Todos los días mientras me baño, como y me voy a colegio, mi mente trabaja en las situaciones hipotéticas que viviría yo con ella. Por lo menos soy feliz unos cuarenta minutos, mientras la realidad me despierta.

En aquellas fantasías, soy un galán que no me pongo nervioso. Ella se enamora de mi actitud. Solo son necesarias excusas tan idiotas como que se le cayó un lápiz. Desde ahí comienza nuestro romance. Pero si fuera la vida real, seguramente si ella necesita que le recoja algo, la ignoraría y seguiría derecho. 

Es bastante triste la situación en la que me encuentro. Y solo puedo pensar que estoy más demente por andar pensado que le gustaré a ella aunque sea un poco.

 

Salé de la conversación consigo mismo mientras sus abuelos le despiden en la puerta mientras se va al colegio. El peinado que lleva, es brillante  dado al gel.  Tiene una línea que parte por la mitad sus cabellos; está tan milimétricamente hecha que le da un aspecto bastante extraño. Está tan controlado su peinado, que aunque quisiera desordenarlo, no podría.

Caminaba a paso lento mientras miraba el suelo. Vivía cerca al colegio así que no había necesidad de preocuparse por llegar tarde.

Mirando una pareja que paseaba a su perro mientras trotaban, su mente comenzó a trabajar y de nuevo comenzó su historia.

           —          Bien, supongamos…—Se dijo.

 

           —        Ahora, siéntate. —Decía orgullosa mientras su pequeño perro llamado Igor cumplía con la orden de su ama.

           —          ¡Oh Albricias Catherin! Tienes un perro en verdad encantador.

           —          ¿Eh?— Tartamudea nerviosa, mientras se agacha y abraza a su pequeño perro. — ¿De verdad lo crees?

           —          ¡Claro! ¿Acaso creerías que yo mentiría?

           —          Para nada. —Dijo sonrojándose. —Matthew nunca miente.

Una sonrisa se posó en los labios de Catherin. Matthew se acercó galantemente y acarició a Igor, en eso se percató que las manos de Catherin estaban sobre las suyas.

           —          Dime Catherin. —Sonrió amablemente y tomó una de sus manos entre las suyas. — ¿Te gustaría que lleváramos a Igor a pasear juntos?

           —          ¿Lo dices enserio?

           —          Por supuesto. Sólo si tú quieres, claro está.

           —          ¡Yo…! Yo, es lo que he querido siempre, después de todo… me gustas.

           —          ¿Te gusto? Nunca me lo hubiese imaginado.

           —          ¿Por qué lo dices? Eres atractivo, amable, inteligente, adorable y un gran hombre. Cualquier mujer estaría enamorada de ti.

           —          Pues al parecer no todas las personas piensan lo mismo. No  he tenido mucha suerte.

           —          Pues, era porque te estaban destinando para que fueras mi novio.

Matthew  sonrojándose y bajando la cabeza, besó la mano de Catherin.

           —          ¿Eso crees?

           —          Estoy segura.

           —          Entonces ¿Puedo besarte?

           —          Claro, bésame.

 

 

Matthew contento, caminaba e imaginaba el dulce beso con Catherin. No notó que ya estaba por entrar al colegio. Además que esa mirada perdida, era poco favorable.

Pasó el umbral de la institución. Fue recibido por la bulla del colegio, que estaba en el patio esperando por la campana. Comenzó a buscar con la mirada a su amigo, pero al parecer Joshua no había llegado.

Cuando aquello sucedía, iba al aula de su profesor de español. Un hombre bastante amable de unos cuarenta y cuatro años de edad y amante de los libros. Su eterno compañero en ese amor.

           —          Buenos días. —Interrumpió educadamente Matthew en el aula.

           —          Ah, hola. Pasa. —Sonrió afable el profesor.

           —          ¿Cómo has estado?

           —          Yo, bien supongo. —Respondió algo distraído el profesor.

           —          ¿Le interrumpo?

           —          Eh, no. Solo estaba concentrado en leer esto.

Mientras lo decía le pasó una hoja y este tomándola la leyó superficialmente.

«¿Qué tan fuerte es el pensamiento humano?

Todos pensamos descuidadamente y vemos en nuestras vidas que todos los deseos que tenemos, nunca se hacen realidad. Esto es llamado Ley de atracción. Generalmente se piensa sobre lo que no queremos más frecuente que sobre lo que queremos. Le damos además una energía más dominante a las cosas malas que a las buenas (…)»

           —          Profesor, no sabía que a usted le gustaban ese tipo de temas.

           —          ¿No te parecen interesantes?

           —          Pues, no los encuentro muy viables científicamente.

           —          ¿Por qué? ¿Acaso no notas en tu vida que se cumple más lo que no quieres que lo que quieres?

Asintiendo meditabundamente, se puso a pensar. ¿Acaso todas sus fantasías con Catherin sólo atraían lo contrario? Volviendo a coger la hoja, retomó la lectura.

«(…)¿Cómo hacer para que los pensamientos atraigan lo que quieres en la vida?

Es sencillo. El poder está en tu sentir, tu pensar y tu actuar. Quizás deseas un carro, pero nunca ahorras nada por conseguirlo ¿Sólo con desearlo bastará? No, claro que no. Es por eso que debes actuar. La mayoría de las personas, siempre se quedan en la fase de los sueños y nunca actúan por conseguir lo que quiere. ¿Eres tú ese tipo de persona? La solución es que con pequeños cambios, logras las metas más inmensas. (…)»

La lectura continuaba, pero él ya se sentía lo suficientemente inspirado como para tomarse más tiempo. Era verdad, él sólo se la pasaba fantaseando sobre cómo sería si pasara  tal cosa o tal otra, pero no más, él iba a conquistar a Catherin.

Saliendo disparado del salón del profesor, se adentró en la multitud que había en el patio. Sus ojos desesperados miraban alrededor tratando de ubicar a Catherin. Aquella presencia no quedó oculta por mucho tiempo. Sintió una corriente por su columna. Ese era el momento, ahora o nunca; la primera y última oportunidad; el fracaso o la victoria. Lo sabía, la decisión estaba tomada, la suerte estaba echada y a lo que viniera darle la bienvenida.

Hizo sonar sus zapatos en el suelo mientras avanzaba firmemente hacía Catherin. Su garganta estaba seca y sus manos sudaban. Desordenó con sus dedos su cabello lo más «genial» que pudo. Se guardó las gafas y al estar frente a la borrosa imagen de Catherin, sintió que era todo lo que necesitaba para declararse.

           —          Oye. —Dijo tratando de sonar firme.

           —          ¿Eh?— Volteó Catherin con un ademan de sorpresa. — ¿Qué necesitas Matthew?

           —          Yo… es que, bueno yo… A mí, tú me gustas.

Ya, lo dijo. Sentía que su corazón latía fuertemente hasta el punto de reventarse.

           —          ¿Qué? No sé qué decir. Te agradezco tus sentimientos, pero…

No quería escuchar nada más, simplemente así estaba bien. Sin ser capaz de entender si podría soportar otra negativa, le hizo un ademán para que se callara y se fue corriendo.

No entendía nada ¿Por qué pensó que sólo haciendo las cosas, estas ya iban a funcionar? La vida no se comporta de esa manera y lo sabía. Toda su vida estaba cubierta de la dolorosa carencia de amor. No le bastaba con el amor de sus abuelos, ni con el de sus papás. Si las mujeres no lo querían, entonces ¿Ese amor quién se lo iba a dar?

Estaba en el baño y se colocó bajo la llave del lavamanos. Con el agua disimulaba sus lágrimas. Estaba muy triste, pero a la vez estaba algo más tranquilo. Quizás porque ya se esperaba que las cosas sucedieran así.  Cuando unas gotas traviesas bajaron por su espalda, se irguió sorprendido y se golpeó con el grifo. Un grito lastimero se posó en su voz mientras se sobaba la cabeza. Estando concentrado en el dolor no notó que su amigo había entrado en el baño.

           —          ¡Mat!

El aludido se sorprendió y miró hacia la entrada del baño.

           —          Joshua, hola.

           —          ¡¿Qué hiciste qué?!

           —          ¿Eh? ¡Ah! Sí.

           —          ¿Por qué?

           —          No lo sé, pensé que me iría bien.

Joshua sonriendo lo más puro que pudo, comenzó a reírse inconteniblemente. Hacía 3 años que conocía a Matthew y sabía que era un cobarde, algo huraño, pero muy buena persona. Por lo que se sorprendía ante la acción que pensó que él nunca sería capaz de hacer.

           —          ¿No era que ibas a dejar así?

           —          Pues… eso quería, pero, ¡Ah! —Sonrojándose se agachó y se abrazó las piernas. — ¡Qué vergüenza!

Joshua al ver a su amigo así, se recostó en la pared porque la risa no lo dejaba mantenerse en pie. Era realmente adorable que su amigo se hubiera puesto a hacer eso.

           —          Vamos, de consuelo. —Dijo tratando de ocultar la risa. — Te invito a mi casa.

           —          Está bien y deja de reírte.

Avergonzado a más no poder, se incorporó mientras se secaba la cara y se colocaba las gafas. El cabello le goteaba, pero no le prestó mucha atención. Generalmente se le secaba rápido.

El brazo de Joshua pasó sobre su hombro y le acercó. Caminando hacía el salón, la risa de Joshua se escuchaba fuerte y resonaba por todo el lugar. 

Notas finales:

Bueno este primer capitulo ejem, siento que pude haberlo hecho mejor, pero, XD me da pereza volverlo a escribir así que intentaré mejorar en el próximo capitulo. 

Comenzando con este nuevo proyecto, espero que les guste!!! 

bye boos~~~~


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