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Supongamos por natalia clow

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Notas del capitulo:

Osu!!

Quizás los confunda más o puede que la historia comience a dar forma.

Comenzamos a ver la vida de nuestro querido y antisocial Matthew y lo que le espera con la llegada de alguien a que la palabra "cariño" es la última que describiría lo que siente por él.

Espero que les guste :D y buena lectura!!

 

 

Supongamos que… «Hoy seré un hombre insensible».

Capítulo 3

 

 

 

 

 

 

 

 

 

          —         Encontramos que en el contexto histórico de esta novela, la relación con la muerte era prácticamente honoraría. Lo que hacía, que el suicidio  fuera una forma hermosa de morir.

El profesor seguía hablando y como cosa rara, Matthew no estaba poniendo atención. Él estaba en un mundo algo lejano en ese momento. Supongamos, había susurrado hacía más de una hora.

 

          —         Te lo he dicho ya ¿Es que eres sordo o qué?

          —         Pero… —Trataba de refutar con espanto.

El chico más grande del salón se sentía acorralado por el fuerte temperamento de Matthew.

          —         Lo siento mucho Matthew. Es que simplemente, no pude evitar alterarme, pero dejemos las cosas así ¿Vale?

          —         Me parece, después de todo ella es mía.

          —         Pero Matthew, ella te rechazó ayer.

          —         Sólo estaba avergonzada, pero eso no significa que no quiera algo conmigo. Tú cállate y aléjate de ella y de mí.

          —         Sí señor.

Se alejó cobardemente, lo que llenó de un orgullo indescriptible a Matthew. Ahora podía estar en su momento con Catherin.

            —         Lamento  tanto lo de ayer. — Dijo aquella voz suave que llevó a ese cuerpo a juntarse con el suyo.

            —         No te preocupes, Catherin.

            —         ¿Será posible que me sigas queriendo?

            —         Yo siempre te amaré.

            —         Eres el hombre más hermoso del mundo.

            —         ¿Eso  crees?

            —         Sí.

            —         Yo también creo que eres maravillosa. Pero, lo siento. Siempre te amaré, no obstante, no quiero tener nada contigo.

            —         ¿Qué?

            —         Sí. En verdad te agradezco todo. Recientemente me he dado cuenta que no es conveniente que esté en una relación.

            —         ¿Por qué? Si  ayer dijiste que me querías.

            —         Y hoy lo sostengo. Te quiero, pero no soy un hombre que pueda estar en una relación.

            —         ¿Estás seguro? Yo…—Una triste mirada fugaz se posó en los ojos de Catherin. — Yo, siempre te esperaré.

            —         No lo hagas. Sé feliz con alguien que pueda estar a tu lado, porque yo no soy ese hombre.

Catherin se separa abruptamente, tratando de ocultar sus lágrimas. Se aleja de Matthew, quien está cubriendo sus ojos con sus manos. Se repite una y otra vez, que esa era la mejor decisión.

 

Tenía la intención de seguir fantaseando, pero el profesor ya se había percatado de su decida hacia la clase y le estaba llamando la atención.

          —         Vamos ¿Estás feliz en tu ensueño Matthew?

          —         ¿Ah? lo siento.

          —         Es extraño que estés distraído.

          —         Sí, lo siento.

          —         Bueno como iba diciendo… —El profesor siguió explicando.

Matthew dejó sus deseos de evadir la realidad y se fijaba concienzudamente en las palabras y gestos del profesor. 

En el proseguir de la clase, algo golpeó su cabeza. Se volteó intentando buscar a quien le había lanzado esa bola de papel. Al fijarse en Joshua, este le hizo la seña de que había sido él. ¿Qué quería ahora?

¿Estás bien?, ponía el papel. Bufó al leer eso. Tomó su lapicero y respondió —Lo estoy. No soy una nenita emotiva— hizo de la nota una bola de papel  y la devolvió. Joshua miró la nota con incredulidad y rompió el papel. Algo ofuscado, Matthew escondió su rostro en sus manos, sabiendo lo que le esperaría después de clase.

Dicho y hecho, la clase no llevaba más de dos minutos terminada y Joshua ya le había acorralado.

          —         Sé que estás triste por lo de Catherin, pero por favor, no bajes tu rendimiento por ello.

          —         Joder ¿Me ves triste? Ya te lo dije, no soy una nenita sentimental. No es la primera vez que me rechazan, no será la última y yo ya estoy acostumbrado a ello. Este dolor sólo me hace más fuerte, no siento nada al respecto.

          —         ¿A quién intentas engañar?

          —         No estoy engañando a nadie. No sé por qué haces un show, como si hubiera sido a ti a quien hubieran rechazado. Si no me afecta a mí ¿Por qué te va  afectar a ti?

          —         Porqué eres mi amigo y no me gustaría verte triste.

          —         ¿Y es que me ves llorando o qué? Estoy normal.

          —         No, no lo estás.

          —         Bueno como quieras, el problema parece más tuyo que mío.

Matthew no queriendo escuchar más, se levantó. La verdad es que quería huir de ese perfil inquisitivo de Joshua. Al pasar, lo empujó un poco. Este no se molestó en detenerle, sabía que era inútil.

          —         Si quieres llorar…— Intentó decir Joshua.

Fue callado con la mirada encolerizada de Matthew. Este tomó su libro voluminoso que siempre llevaba y salió hacia su escondite de siempre.

¿Por qué me tratan como si fuera débil? ¿Es qué parezco tan poco confiable o qué? No soy una niña emocionalmente inestable, por Dios, se murmuraba molesto.

Llegó a la entrada del colegio y se sentó en un rincón. Abrió su libro y se vio seducido por la complejidad de las palabras, aquellas que lo abstraían de la cruda y poca atractiva realidad.

Dentro de sí, era capaz de detectar una sensación desagradable. Era como si tratara de un agujero. Inmerso en su lectura, se vio interrumpido por la vibración de su celular. Sacó el aparato y  tenía un mensaje. Este llevaba la noticia, de que ya sea para bien o para mal, sus padres regresaban del extranjero.

Cerró el libro y se hundió en sus piernas. El saber que sus padres volvían, le hacía rememorar el hecho de que nunca había tenido una buena relación con ellos.  Todo se debía a que siempre habían estado viajando.

El motivo de los viajes, eran el trabajo de sus padres. Su madre era una representante legal de una multinacional y su padre era un ingeniero civil que trabajaba también con una multinacional. Como esto requería que estuvieran en constante movimiento, trataban de coordinar que les mandaran, aunque sea  al mismo país. Pero eso no se daba en todos los casos. En esas excepciones, su hermano se iba con su madre y él se iba con su padre. Esos periodos de migración duraron desde que tenía memoria. Esto se detuvo, cuando conoció a algunos de sus familiares en su tierra natal, Inglaterra.

Cuando tuvo doce años, cansado de los trajines que conllevaba vivir  con sus padres, les dijo que ya no quería vivir con ellos. Ellos ni siquiera se molestaron en decirle que pensara bien las cosas. Lo que hicieron fue empezar a llamar a sus familiares a ver quién le acogía. Después de la masiva comunicación con todos sus posibles parientes, ninguno le recibió. En ese momento, estaba resignado a seguir como un gitano junto a sus padres, pero sus abuelos dieron respuesta afirmativa a su solicitud.

Apreciaba a sus abuelos a pesar de que no los conocía muy bien. Eran abuelos por parte de su madre, ya que los abuelos paternos, estaban muertos. Desde ese entonces comenzó a vivir junto a ellos.  Incluso, aunque no tenía una mala vida, el que fuesen tan conservadores le mermó mucho de lo que había pensado que sería su experiencia en Inglaterra.

Siempre su abuela era tan estricta y su abuelo con tan poco carácter. Mediocremente se acostumbró a hacer todo lo que decía su abuela. Matthew se limitaba a obedecer cualquier cosa que dijeran, después de todo era un arrimado. Si lo ponemos en palabras crudas. De ninguna manera quería escuchar que sus abuelos le echaran en cara que lo habían acogido. Por lo que siempre trató de ser lo más obediente posible.

Ahora vivía «felizmente» en Inglaterra. Incluso con todos los problemas con sus abuelos, él prefería esa a vida a estar de nómada con sus padres.

Despeinó un poco sus cabellos y se acordó, no supo muy bien por qué, de su hermano Henryk. Él fue el primero en comenzar a desfragmentar la familia. Hasta hacía unos cinco años, todos vivían juntos, aunque viajando y con las vicisitudes que existen por no estar establecido en un solo lugar. Él era un hombre bastante voluntarioso y al parecer no sabía lo que significaba la palabra «Madures» a los veinte tres años que tenía, la última vez que lo vio, parecía él más el hermano mayor que Henryk.

Cuando vivían en Canadá, su hermano se presentó a una agencia de busca talentos, en donde lo aceptaron. Pasados dos meses, anunció que se iría a vivir con su productor y que no volvería. No hubo que dudar de su palabra, así sucedió. Después de ello, no se supo nada de él, aparte de que se había vuelto extra en varias telenovelas. Matthew tenía poco interés por su familia, por lo cual no se había molestado en averiguar sobre ello.

Y se preguntó, siendo inquietado por la visita de sus padres ¿Por cuánto tiempo iban a quedarse? La verdad, no es que quisiera volverlos a ver. No estaba seguro de cómo iba a recibirlos, después de todo hacía tres años que no se habían comunicado constantemente. Para ser sincero, en ese momento, tampoco es que sintiera necesidad de hablar con ellos.

Se levantó y se dirigió hacia el baño. Mirándose al espejo se preguntó si esa era la imagen que sus papás querían ver de él y sintiendo ese sabor agrio que sólo da la desilusión, tapó con la mano su cara que  se reflejaba en el espejo.

Mientras aún se lamentaba sobre sí mismo, su celular comenzó a sonar de nuevo. No con mucho entusiasmo, contestó.

          —         ¿Aló?

          —         Hola, Matthew. — La voz ronca del anciano, rozó sus tímpanos.

          —         Abuelo ¿Qué pasó?

          —         Ve y hablas con el coordinador. Dile que has recibido un mensaje de casa y que tienes que salir.

          —         ¿Vamos a recoger a mis papás? —Con un tono no muy alegre, anticipó el motivo de su salida.

          —         ¿Ya lo sabías?

          —         Sí. Mi abuela me mandó un mensaje.

          —         Bueno, llegan dentro de una hora, así que apúrate y ve.

          —         Sí señor.

          —         Por cierto, Matthew… —Interrumpió el abuelo.

          —         ¿Señor?

          —         Al parecer tu hermano también regresa.

          —         ¿Ah sí?

Trató de sonar desinteresado, pero claramente dentro de sí, había sido afectado. Su garganta tuvo una presión, como si una piedra se hubiese posado allí. Después de todo, habían pasado muchas cosas con su hermano, que prefería no recordar.

            —         Al parecer tus papás se lo encontraron en uno de sus viajes y quedaron en venir a visitarte.

            —         Qué considerados. Acordarse de mí tres años después. — No pudo evitar escupir un poco de su inconformismo.

            —         No seas desagradecido que tus papás trabajan es para poder mantenerte.

            —         Sí, lo siento abuelo.

Una mueca mientras respondía, demostraba su gran desaprobación a la afirmación que decía su abuelo.

 ¿Sabes? La gente no sólo vive de dinero, también está el amor de la familia, pensó. Terminando de escuchar las instrucciones del abuelo, colgó y suspirando se fue a pedir el permiso a la coordinación.

          —         ¿No estás contento?— preguntó el coordinador mientras llenaba el permiso para dejarle salir.

          —         Sí señor. — Contestó conteniendo sus fuerzas en decirle «Más feliz estaría tomando cianuro».

El coordinador, le entregó su permiso. Matthew se dirigió al salón para buscar su maleta y poderse ir. Cuando estuvo allí, empezó a empacar sus cosas y fue interrumpido por Joshua.

          —         ¡Mat! Al fin te encuentro.

Este estaba dirigiéndose a su lado, pero en el momento en el que vio que Matthew guardaba sus cosas, le detuvo. Con seriedad le afrontó.

          —         ¿A dónde vas?

          —         Tengo que ir a recoger a mis papás y probablemente a mi hermano.

          —         ¿Llegaron?

          —         ¿Qué te estoy diciendo? — Indiferentemente respondió Matthew.

          —         Ah, sí, lo siento. Oye y ¿Estás bien?

          —         ¡Joder te lo repito! ¡No soy un enclenque sentimental! Que vengan mis papás no tiene que afectarme.

          —         Lo está haciendo, o si no, no estarías gritándome.  Además también viene tu hermano y él si te afecta, por más que quieras negarlo.

          —         Mira Joshua, te agradezco mucho tu preocupación. Estoy bien. No será mucho tiempo, supongo que se quedarán  tres o cuatro semanas por mucho y mi vida volverá a ser igual.

La mirada de Joshua se amargó. Empujó a Matthew y se volteó tratando de ignorarlo. Le molestaba que siempre pasara lo mismo. La impotencia lo carcomía. Cuando Matthew tenía un problema, siempre lo escondía. Lo peor era que no recibía ayuda, incluso si se estaba cayendo a pedazos.

Con esa extraña visita de los padres de Matthew, dentro de sí se gestó la preocupación ante la posibilidad de que ellos decidieran llevárselo. Como su mejor amigo, sabía bien que Matthew sería infeliz con esa decisión. Cabía agregar, ese deseo egoísta que tenía de su parte. Él no quería separarse de su compañero.

Su sentir trascendía cualquier tipo normal de extravagancia. No supo el momento en el que eso se gestó en su ser, pero antes de percatarse, se encontraba anhelando que Matthew solo dependiera de él. Eso provocó que hiciese una algarabía ante las escasas relaciones humanas que entablaba Matthew. Ser el único que fuese capaz de acercarse a él. El estatus que su mente esto le daba, era algo que le llenaba de un pérfido éxtasis.

Era momento de expulsar esos velados y opacos sentires. Solo era cuestión de esperar que sucediese lo inevitable. Hablaría con él en ese momento, procurando lograr que Matthew se abriese un poco a él.

El único pensamiento alevoso que no se alejaba de su razón,  era ese deseo perverso que el hermano de Matthew no llegase a esta tierra. Podía ser tan sencillo como que se extraviara o  algo tan extremo y liberador como que sufriera un accidente aéreo. De todas formar si muriese ese bueno para nada, sería una ganancia.

Mientras seguía aguantando sus turbios pensamientos, fue rodeado por tres de sus compañeros de recreo. Ellos le arrastraron de nuevo al campo de juego y Joshua no tuvo más remedio que seguirles. Aun así, su mirada estaba pendiente de Matthew, quien ya se dirigía hacia la entrada de la institución. Volteó su mirada irritada hacia el frente y guardó los gritos de disgusto en su garganta. 

 

***

 

          —         Stewart, rápido.

          —         Ya voy Samanta.

La pareja destacaba en ese aeropuerto. Con sus maletas y su singular bulla, fueron rápidamente identificados por los ancianos. Matthew les acompañaba en conjunto con su figura, que se había trastocado durante los anteriores tres años.  Cuando la pareja se hubo acercado, fue un momento emotivo que hizo a la pobre anciana llorar.

          —         Ay Samanta, te extrañaba tanto.

          —         Madre mía, yo también te extrañaba ¿Cómo han estado? ¿Este chico se ha portado bien?

Al terminar la pregunta, la pareja posó sus ojos en el joven que no parecía ser su hijo.

          —         Matthew es un amor. —Respondió el abuelo riendo al final en símbolo de cariño.

          —         ¿De verdad suegrito?

          —         Como que me llamo Charlie.

Su padre con su bien conocida aura de bromista, empezó a reír sueltamente junto con su abuelo. Eso solo hacía el momento más incómodo para Matthew. No sabía en dónde meterse.

          —         Bienvenidos. —Atinó a decir con un todo carente de entusiasmo.

          —         Dios santo, estás hecho un gordito adorable. —Samanta llena de emoción afirmó.

Ese era el eterno problema con su madre. Era una mujer que no sabía decir las cosas. Su ira fue disimulada. ¿Cómo era posible que lo primero que le digas a tu hijo después de tanto tiempo sea «Estás hecho un gordito adorable»? Debía decir que para él, las palabras de su madre eran una completa mierda.

Samanta extendió sus brazos y él solo podía disimular su cólera. Cerró los ojos tratando que su expresión se suavizara y no se viera reflejado su poco conformismo.

          —         Mi muchacho ¿Cómo has estado? ¿Nos has extrañado?

Quizás se debía al tiempo de convivencia con su padre, pero él era un cuento totalmente distinto. Su padre extendió los brazos y Matthew no dudó en abrazarle.  Estaba sinceramente contento de verle. Su padre le besó la frente y le separó.

          —         Bueno. —Dijo la abuela. — ¿Dónde está Henryk?

          —         Nos ha dicho que llegaba entre hoy y mañana. De todas maneras, él nos llamará cuando llegue.

          —         ¿Cómo lo encontraron?—Preguntó con cierto tono desesperado Matthew.

Esa intervención sorprendió a Samanta y a Stewart. Era la primera vez que escuchaban a Matthew preguntar por su hermano.  

          —         Nos encontramos casualmente en España. Al parecer dejó esa ridiculez de convertirse en estrella y se puso a estudiar. Ahora trabaja en una empresa, según nos dijo.

La noticia fue un golpe directo. La expresión de Matthew afloró sin posibilidad de ocultarse bajo la máscara de la cortesía, su verdadera ira se manifestó impositivamente. El hecho de saber que a su hermano le estaba yendo bien, no era de su agrado. 

          —         Ya veo. — Fue lo que su garganta rápidamente dijo, para cortar con la conversación.

El silencio se instauró con ánimo tiránico. Sus abuelos y sus padres, trasmitían a través de sus miradas, las palabras que estaban prohibidas. La abuela fue la primera en hacerle frente a tirano  y cambió de tema.

Mientras su abuela seguía aguerrida en disolver el ambiente tenso, comenzaron a avanzar. Matthew quedó rezagado y al mirar la espalda de sus padres, se hizo otro juramento. Por su bienestar, se convertiría en un hombre fuerte. A tal grado, que algo como la existencia de su hermano no le afectara. No podía hacer más por sí mismo.  

Notas finales:

Espero que les haya gustado y comentarios!!!

^w^ bien mi gente, nos vemos mañana con otro capitulo!!

bye bye~~

quizás mañana haga un dibujo del hermano de MAtthew o del mismo matthew con Joshua

^w^ Eso sí les pido disculpas porque no soy la mejor dibujante del mundo XD

 


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