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HOLY TERROR por Nny

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Notas del fanfic:

Hola, y bienvenidos a mi primer fic.

Sí, suena un poco patético cuando lo pongo así u___u" pero es la triste y humilde realidad. He tomado prestados los personajes de Masashi Kishimoto, para el entretenimiento gratuito y agradable que es la lectura Yaoista *¬*

Esta idea surgió de leer un artículo en internet acerca de la famosa Ouija, ¡TRANQUILIZACIÓN, GENTE! *se que es la peor falta de ortografía escribir esa palabra, pero es un chiste local taaaan hilarante que inconciente me hace reír.* No voy a aplicar las mismas reglas de aquel juguete espiritual y/ó endemoniado. Crearé otras reglas ;D

Digo, ya que entre demonios y ninjas estamos, ¿porque no aplicar un poco de diversión y sabor al asunto, ne?

Notas del capitulo:

Tomando en cuenta que me encantan los personajes de la primera temporada y la manera en que se veían juntos como un grupo de amigos, decidí no agregar más a este circulo (recibo jitomatazos por parte de los fans de Sai). Así que personalmente prefiero verlos (aunque ya mayorcitos) pero en el mismo círculo como los sexys ninjas que son *babea un poco* 

Este capítulo no hay mucha acción, pero un poco de dialogo y misterio. Explico varias cosas, y dejo a medias otras; expongo algunas parejas y otras no,... creo que dando un verdadero resumen, dejo medio a medias todo =w=" sean pacientes, lo ruego, apenas estoy entrando a este roll de la escritura D:

 

Gracias por leer TODAS las notas, las cuales son importantes porque hago menciones, y agradecimientos especiales, además de hacer preguntas curiosas cómo...

¿Prefieren a Sasuke-teme UKE ó SEME? ^^

 

Naruto caminaba por las vacías  y estrechas calles de Konoha en ciertas horas de la madrugada. Con la mirada clavada en el suelo, cada paso que daba se le hacia mas pesado que el anterior, como si tuviese amarradas dos pesas que le impidieran avanzar. El insomnio en sus ojos se hacia presente en su mirada, pues  aquella noche se le había hecho imposible dormir.

 

 

 

Sus cabellos revueltos, las ropas medio puestas por el mismo cansancio y sus ojos entrecerrados, le daban un toque de ternura y capricho. Pero de repente algo le hizo alzar la mirada atento, como un ciervo se diera cuenta de su cazador, sentía como si lo mirasen; la sensación profunda de que unos ojos le estudiaban, no se le quitaba, pero estaba alerta, cualquier cosa que sucediera iba a estar preparado pues esa noche tendría que asegurarse de que nadie lo siguiera.

 

 

 

El rubio miró a su alrededor sin rastro de alma alguna. Negó con la cabeza pensando que era un efecto secundario por el sueño y siguió su camino. Se aferró a su chaqueta negra al sentir una brisa helada rozarlo. Y al devolver su mirada al suelo, notó que estaba parado sobre la tierra semihúmeda de las afueras del bosque; parpadeó unos segundos mirando hacia al frente, y después de unos momentos comenzó a caminar.

 

 

 

Con paso firme avanzó sin bacilar, y su semblante de sueño en la mirada cambio por uno frío, decidido y con un toque de misterio. Sus sentidos se agudizaron y su mente comenzó a trabajar rápidamente, pues esa noche, seguro seria agitada. Metió sus manos en los bolsillos de la chaqueta y camino por un largo rato, viendo únicamente la inmensa cantidad de árboles enmohecidos que ahí se encontraban, logrando escuchar con atención el sonido de los grillos y sapos que se encontraban a su alrededor, pero ninguna alarma de que alguien estuviera detrás de el.

 

 

 

Un crujido a su costado lo hizo detenerse de golpe apretando sus puños, y viendo con el rabillo del ojo, logro distinguir la sombra de uno de sus compañeros para después soltar un suspiro cargado de aburrimiento.

 

 

 

-“Te retrasaste.”- le reprochó una voz fría desde las sombras.

 

 

 

-“Calla, teme… todavía no es la hora.”- susurro algo molesto volteándose para verlo de frente.

 

 

 

-“Siempre serás igual, dobe.”- contesto saliendo de su escondite mirándole fijamente.

 

 

 

-“Deja de decir tonterías, Uchiha…”- dijo contestándole con otra mirada, este solo hizo una mueca y desvió la mirada, Naruto miro su reloj y avanzo con paso lento hasta su lado. El moreno alzó una ceja viendo como el otro clavó su atención hacia enfrente perdiendo la mirada en la oscuridad, con una extraña expresión en sus ojos.

 

 

 

-“Baka.”- susurro seriamente Sasuke comenzando a caminar, Naruto le siguió aun sin bajar la guardia, pues aunque ahora no estaba solo, podrían tenderle una trampa a los dos. Pasaron varios minutos en un silencio imponente, cuando a tan solo unos pocos metros se divisaba la luz de una fogata.

 

 

 

El crujir de los pasos de Naruto y Sasuke, alarmaron a los demás que se encontraban allí, todos vestidos de negro; pero al reconocerlos se tranquilizaron y algunos hasta les sonrieron en son de bienvenida (a decir verdad solo uno). Las expresiones de los recién llegados no cambiaron, Sasuke imponente como todo Uchiha, serio y frío como normalmente, pero en cambio Naruto se encontraba perdido en sus pensamientos con un semblante diferente, algo le pasaba, pero sabía disimularlo muy bien, algún sentimiento tendría allí arrinconado, y todos lo percibían.

 

 

 

-“Naruto?”- le llamo alguien, haciéndolo salir de sus pensamientos.

 

 

 

-“Eh?”- alcanzo a decir alzando la mirada y ver que un par de ojos azabache le observaban.

 

 

 

-“¿Te encuentras bien?”- preguntó el chico que lo miraba intrigado.

 

 

 

-“Si, Lee… estoy bien. Ahora, a lo que vinimos,”- dijo serio tratando de evadir su pregunta. Todos tomaron asiento alrededor de la fogata intercambiando miradas,  se encontraban todos presentes, rodeados por un silencio de ultratumba.

 

 

 

-“¿Alguien ha hablado de esto a alguien?”- rompió el silencio una voz ronca y firme, todos le miraron y negaron con la cabeza –“Bien… ¿quién se atreve a comenzar?”- pregunto acariciando a su mejor amigo, Akamaru.

 

 

 

-“Yo”- dijo secamente el rubio.

 

 

 

-“¿Seguro?”- pregunto con incredulidad Kiba. Todos lo miraron esperando su respuesta, este solo asintió –“Ok, solo recuerda recuperar tu control, ¿vale?…”- Naruto se enderezó seguido de las miradas de sus amigos y se dirigió hacia un árbol. Este se encontraba completamente muerto, sin hojas y sin animales habitándole, su color era pálido pero se veía verdusco por el moho… Y juntando un poco de chakra en su mano, levantó un pedazo de corteza del tronco para sacar de su interior una caja blanca con un símbolo negro en la tapa.  Pegó de nuevo la corteza al tronco y se paro frente a la fogata.

 

 

 

-“A divinis a fortiori, A novo, Ab inmemorabili ab irato, Abiit, excessit, evasit, erupit… Ab intra abyssus abyssum vocat in voce.”- dijo claramente al abrir la caja. Todos inclinaron la cabeza y sólo Naruto vio como la caja expedía una gran cantidad de chakra embriagándolo de su poder; dentro de ella el hueso mas raro que en la vida había visto, estaba un poco astillado y amarillento. Sentía un calor tremendo aun que el clima en el bosque era helado. El hueso le llamaba, mientras dos voces en su cabeza hablaban entre si en un idioma que desconocía, alcanzando a reconocer a una de ellas, la del kyuubi.

 

 

 

Hablaban sumamente rápido, confundiéndolo por completo; cuando un fuerte dolor en la cabeza le hizo apretar la caja, pero aun sin despegar la mirada de lo que contenía.

 

 

 

Los jóvenes ninjas que estaban a su alrededor escuchaban atentamente sin alzar la mirada; se escuchaba la fuerte respiración de Naruto y gruñidos muy parecidos a los de un gato erizado y molesto.

 

 

 

Lee, miraba sus pies esperando que su amigo no saliera de control entrelazando sus dos manos y jugando con sus pulgares, Neji a su lado le miraba de reojo queriendo tener su turno, Shino tenia la mirada fija en la húmeda tierra donde escuchaba lo que las hormigas decían, Chouji trataba de tranquilizar sus nervios para no abalanzarse a su mochila y comer toda la bola de golosinas que traía allí, Shikamaru torneo los ojos al notar a su compañero, Kiba con una sonrisa maliciosa, acariciaba muy pacientemente a su amigo que temblaba de terror, y por ultimo Sasuke, que recargaba su barbilla en sus manos con la mirada perdida en el fuego.

 

 

 

Morían de curiosidad del saber que le sucedía a su compañero, pero las reglas eran las reglas, y hasta que Naruto no tomara el hueso nadie debía mirar nada.

 

 

 

El deseo y poder se fusionaban reflejándose en sus ojos, lo sentía, sentía una sensación de libertad como nunca lo había sentido en su vida. El poder de hacer lo que quisiera a tan solo un movimiento.  Era muy fácil, solo tenia que agarrarlo.

 

 

 

-“Vamos Naruto… sé que lo deseas…”- siseo una voz en su cabeza haciendo reír al otro que se encontraba también en su mente.

 

 

 

-“Naruto, tómalo.”- le ordeno una voz que últimamente había escuchado.

 

 

 

No vacilaría, estaba seguro de lo que quería, y esa oportunidad no se le iría de las manos. Cerró sus ojos suavemente y con una sonrisa de triunfo en el rostro, lo tomó. Lo que sucedió por consiguiente no fue exactamente lo que todos pensaron.

 

 

 

Las llamas que los alumbraba y les brindaba calor se apagó de golpe, sobresaltando a Lee e inquietando mas de lo normal a Akamaru, quien se escondió de inmediato en las ropas de Kiba. Era la señal, y ante esto, todos alzaron la mirada y vieron como Naruto soltaba la caja estruendosamente, agarrado del hueso. Aun tenía los ojos cerrados, y un extraño pero visible chakra rojizo le envolvía ferozmente como si de una antorcha humana se tratase.

 

 

 

Este soltó una risita maliciosa creando un escalofrió en cada uno de los presentes.

 

 

 

-“Esto… se siente tan bien.”- dijo burlonamente el rubio apretando un poco los ojos, dejando soltar un suspiro con una sonrisa zorruna adornándole sobrenaturalmente.

 

 

 

-“¿Naruto?”- se atrevió a preguntar Sasuke mirándolo fijamente, todos temieron de su reacción. Naruto, algo serio giró ligeramente la cabeza a un lado para escuchar mejor y llegar a reconocer casi al instante de quien le llamaba. Lentamente comenzó a abrir sus ojos, aquellos ojos que eran azules, se tiñeron de rojo, pero no de cualquier rojo, no… estos eran, rojo sangre, poniendo aun más serio a Sasuke.

 

 

 

-“¿Quién eres?”- reclamó Neji con una mirada de obviedad.

 

 

 

-“Veo que eres listo, heredero de los Hyuuga.”- reconoció el rubio –“Soy el demonio que lleva encerrado dentro de este humano por diecisiete años.”- explico con una voz ronca y grave.

 

 

 

-“¿¡¿Donde esta Naruto?!?”- grito Lee al borde de la desesperación.

 

 

 

-“¿Qué no logras entender? Esta aquí conmigo, disfrutando de su libertad.”- sonrió melosamente mientras se acercaba peligrosamente a él, pero alguien más rápido le protegió. Lee sintió como los brazos fuertes de Neji le cubrían.

 

 

 

-“No le tocaras.”- ordenó molesto mirándolo con el rabillo del ojo, el rubio alzo una ceja.

 

 

 

-“¿Quién dijo que le tocaría?”- preguntó irónico. Neji había cambiado su semblante por el de intolerancia, mientras el de ojos rojos se acercaba lentamente provocando que le abrazara sobreprotectoramente. Naruto estiro un brazo y delicadamente le quito un kunai al cejas pobladas.

 

 

 

-“Queremos respuestas.”- dijo Shikamaru rompiendo el silencio, el rubio le miró con los ojos entrecerrados –“¿De qué demonio pertenece aquel hueso?”- soltó la pregunta.

 

 

 

-“Mi nombre es Toohnaijen.”- susurro una voz desde la oscuridad, todos miraron aquel punto tratando de buscarle –“El demonio del dolor…”- rió dejando mostrar sus ojos amarillos, Naruto sonrió ante la presencia del otro –“Ahora mi curiosidad es… ¿Cómo encontraron mi hueso?”- los ninjas intercambiaron miradas sin espetar palabra alguna.

 

 

 

-“Nosotros sentimos una presencia muy fuerte aquí hace tres noches.”- dijo Sasuke secamente y mirando con desprecio al demonio, el cual solo dejaba ver sus ojos. –“Y hayamos tu estúpido hueso. Lo único que decía en el pergamino que enrollaba su contenedor, decía que esperáramos dos noches y que alguien invocara tu poder con las palabras mencionadas allí.”- susurro escupiendo las palabras.

 

 

 

Mala respuesta. Aquellas palabras de desprecio, lo único que provocaron fue que en los orbes del demonio, un brillo de deseo y malicia naciera, sonrió y se hundió de nuevo en la oscuridad.

 

 

 

-“Que bueno eres Sasuke… ¿Podrías hacerlo enojar aun mas?”- pregunto Kiba molesto mirándole con rabia.

 

 

 

-“¿Perdón?”- contesto Sasuke ofendido con tono neutro –“Si yo fui quien dio la cara por unos cobardes que no responden a las preguntas del demonio que les dará su poder en una bandeja de plata.”- contestó desafiante, pero antes que pudiera decir otra cosa mas, un gruñido les hizo callar.

 

 

 

–“Son una bola de imbéciles.”- ronroneo con asco un Naruto desquiciado, repasándolos con la mirada.

 

 

 

-“Naruto…”- susurro Lee aun entre los brazos de Neji.

 

 

 

-“No, Lee… shh.”- trato de callarlo.

 

 

 

-“¡¡No!! Naruto…”- trato de decir, pero la mirada de este lo paralizo de miedo.

 

 

 

-“Esto es tan problemático.”- se quejo Shikamaru cruzándose de brazos.

 

 

 

-“No podemos seguir así…”- espeto por primera vez en la noche Shino –“Naruto, ocupa tu fuerza como desees esta noche, solo déjanos en paz.”

 

 

 

-“En una hora regresaré, y mas vale que todos estén aquí… Por que si no, realmente me harán enojar.”- concluyo antes de comenzar a caminar, Sasuke negó con reprobación. Inconforme con las ordenes, simplemente y sin excusa alguna, el Uchiha se levantó de su lugar. Nadie esperaba que se quedara, ni siquiera Naruto.

 

 

 

El kyuubi por primera vez, había permitido que Naruto saliera a aprovechar aunque sea esa única vez el verdadero placer del poder de la libertad dejándolo completamente solo, sin molestarle.

 

 

 

Corría como si fuera la presa de un depredador; parecía que las piernas no le alcanzaban impulsándose con sus brazos. Quería ser rápido, y lo era. Sentía el poder, un poder tan frágil y feroz al mismo tiempo. El poder de hacer lo que el quisiera sin que nadie lo detuviera.

 

 

 

Sentía la helada brisa golpearlo entumeciendo su rostro, y a todo árbol por el que pasaba lo rasguñaba con sus garras (bonus del kyubi)  por el simple gusto de descargarse. Quería literalmente, perder el control atacando algún contrincante. Sin restricciones. Y era aquella misma sensación de destruir algo, lo que corría por su mente y por sus venas. Nunca se había sentido así de bien, y le gustaba, realmente le gustaba.

 

 

 

Sasuke por otro lado, caminaba a paso lento mirando a su alrededor, tenía que alejarse de la imagen de Naruto. Pero la demora de unas garras en su espalda, y una lengua corriendo a lo largo de su mejilla, saboreando su frío sudor, eran una explícita negación. 

 

Notas finales:

MUCHAS gracias, sí pudieron leer no se les caeran los dedos para dejar un pequeño comentario (:


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