La noche ya estaba algo entrada ese día.
Ahora corría detrás de él, desesperado.
-!!Byo!!- Gritó mientras señoras de mediana edad que pasaban caminando voltearon a verle, curiosas. El vocal se giró, le fulminó con una mirada carente de sentimiento alguna. Chasqueó la lengua, rodó los ojos con fastidio.
-Ah... olvídalo Kazuki. Olvídalo- El eco de los pasos alejándose le atravesaron cual cuchillo afilado, lentamente rasgándole el alma. Así como eso, los rayos se reflejaban en las gotas del agua de lluvia; en sus lágrimas.
Una vez dentro del apartamento, donde a duras penas llegó, se tiró al sillón iluminado por luces ligeramente naranjas y muy bajas...Realmente ¿estaba llorando por él? Las frases sin sentido plantadas por el otro no le dejaban de dar aterradoras vueltas en la cabeza; esa voz firme e irritada le hacía un eco ensordecedor. Si, lloraba sin vergüenza alguna, por el Byo que alguna vez fue suyo.
<< Lo diré como es. Quiero terminar contigo. Mira... se que ha pasado un largo tiempo, y no es que con esto te diga que no te quiero; solo que tengo mis razones y sinceramente, a veces me resultas demasiado inmaduro. Podría hacer una lista de las cosas que me hacen molestar últimamente pero bueno, no soy ese tipo de persona. No quiero que digas nada, esta bien? El “nosotros” hasta aquí quedó. Deberías buscar a alguien más; pero, sigamos siendo amigos... He empacado mis cosas ya. Hasta luego, Kazuki-kun. >>
Se derrumbó así, tan fácilmente. A partir de ese día se encerró en casa sin comer, apenas bebiendo un poco de alcohol. Y por más estúpido que pareciera, al recordar todas las memorias que en casi dos años había formado como la pareja de su vocal le hacía brotar las lágrimas con facilidad, así como el gruñido de su estómago o el leve dolor sucesor del hambre que padecía. El sillón era todo lo que existía entonces para el líder. El móvil, el teléfono de casa sonaban indefinidamente pero el timbre solo se llegaba a perder entre el grosor de la pared, llamaban a alguien que nunca contestaría entonces.
Pero para su mala suerte, no colocó los cerrojos necesarios para que nadie le encontrara y le dejaran morir solo ahí. Jin entró al apartamento.
-KAZUKI!-
Gritó aterrado el batero al entrar. Dando la espalda a la puerta de entrada se encontraba el sillón y sobre este el cuerpo ladeado cuerpo del guitarrista con una manta perdiéndose en el reflejo de la pantalla de LCD. La voz de Jin daba a entender cuan preocupado estaba pues temblaba con un tono casi infantil. Caminó frente a Kazuki y le zarandeo con delicadeza y miedo; el líder giró su mirada y seguido la clavó en las cortinas obscuras de las ventanas. El batero en su desespero, en medio de ese silencio terminó aventando los lentes obscuros a un punto de la habitación.
-Hey! Joder Kazuki... ¿Piensas quedarte aquí como puto vegetal? ¿Vas a resolver todo así? Llevas 4 días aquí y... ¿No haz comido nada? Todo el mundo se muere de preocupación e incluso Byo no puede dejar de estar inquieto y tu... ¿AQUÍ!? ¿Tan egoísta eres?-
El nombrado se giró mostrando sus lágrimas sin vergüenza, sus ojos apenas y podían abrirse debido al hinchazón.
-By-Byo?- preguntó en un susurro con apenas un hilo de aire que recuperó de un suspiro.
-Ven Kazu-chan-
Seguido se sentó a un lado de el rodeándole con los brazos y acariciando su cabello protectoramente. Le dio rienda suelta a llorar hasta que. Un rato después, se quedó dormido.
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De golpe sus ojos se abrieron, con un pequeño bostezo los frotó con el dorso de su mano infantilmente a fin de acostumbrarles a la radiante y extraña luz de la habitación, en la cual el aroma irritaba su nariz con el típico olor de los hospitales que tanto odiaba y le hacía marearse. Sin resultado alguno analizó el pedazo de techo que se encontraba sobre su cabeza y no encontró más que el blanco aterrador de hospital. Preguntose en voz baja como es que permanecía ahí misteriosamente.
Buscó mover su cuerpo a fin de entender razones, no tuvo problema hasta que llegó a su pierna derecha; se incorporó recargando la espalda en la cabecera y se encontró con que esta estaba vendada hasta media pantorrilla. Giró la vista encontrándose con la mirada y sonrisa de niño travieso de Jin.
-JIN!!!!!!!!!- Encontrose desesperado viendo su plan de aislarse durante mucho tiempo más que arruinado.
-Eh... ¿Ups?-
-...Explícate, ¡YA!-
-Bueno, veamos... Cuando te quedaste dormido llamé a Manabu para traerte al hospital a que te hicieran una revisión por tu falta de alimento. El elevador no servía y no tenía a quien pedir ayuda por que vería a Manabu en su auto así que te cargué y comencé a bajar las escaleras, pero luego despertaste, me distraje y... nos caímos!-
Antes de una reprimenda más, Jin fue salvado por Byo que entró furioso. La mente de Kazuki fue deshabilitada por sus sentimientos encontrados, pues, ver a su vocal ahí, parecía más que una mera ilusión. El rubio se acercó peligrosamente a él, permaneció al lado de su camilla un poco. Finalmente su mano se estrelló en la mejilla del líder.
-Sos un idiota Kazuki!- Estaba enojado, mucho; sus gritos no demostraban otra cosa más.
-...- Aún volteado su rostro a causa de la fuerza del golpe, las lágrimas amenazaron a salir como río bravo, destellando como las auténticas perlas del corazón de Kazuki.
-¿Termino nuestra relación y tu haces “eso”? Dejas te comer, te deprimes, te aíslas!? Como puedo estar tranquilo si tú, quien más quiero hace esas estupideces!?-
-¿Quien MÁS quieres!!? Byo no seas...-
-BYO! KAZUKI!- El batero intervino entonces interrumpiendo al líder- Kazuki está falto de descanso ¿Puedes dejarle tranquilo un poco? Ya llegará el momento oportuno de hablar. Por favor, Byo-
Una vez viendo a Jin con mirada contradictoria, mordiendo su labios, Byo asintió con la cabeza.
-Cuídalo Jin-chan. Nos vemos.-
El líder se giró sobre su costado, soltándose a llorar hasta quedar dormido otra vez-
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Tres días después habían dádoles de alta. Por Kazuki fue Manabu pues, incluso con Jin que estuvo al lado suyo se había negado a cruzar palabra; a pesar de las reprimendas de los doctores, no había tragado más de la mitad de lo que le servían y eso, fuera lo que fuese, Manabu lo solucionaría no solo por su irrompible lazo amistoso con Kazuki, sino por que el guitarrista principal le guardaba un profundo y secreto amor.
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-¿Conmigo tampoco vas a hablar?- Dijo prendiendo el televisor, minutos después lo apagó- Uhm. No hay nada bueno...Hey! Kazuuu~ Tierra llamando a Kazuki; Kazuki responda~!-
..Y ahí estaba el extremadamente gracioso e infantil Manabu que casi nadie, además de Kazuki conocía. Con una ligera sonrisa el líder le observo feliz y pelinegro le revolvió el cabello con cariño.
-Lo siento Ma-chan...
-Conmigo no hay problema Kazu. Prepararé un poco de pasta, ¿se puede? Mientras deberías llamar al manager-
Y así llamó al manager y le escuchó sin prestar atención un largo, largo rato hasta que la pasta ya estaba frente a él, después de colgar, al ver la comida le causó un poco de asco. Manabu, a duras penas, en medio de engaños y uno que otro golpe, majadería y amenaza logró que el plato quedara limpio de cualquier rastro de salsa. Kazuki le pidió dejarle dormir otro rato más y así, cuando estaba ya semiinconsciente en los brazos de Morfeo, percibió un cálido beso en su frente que le arrulló mucho más.
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El reloj marcaba las 3. Y todavía, no podía pegar el ojo, la madrugada estaba fría y temblaba bajo las cobijas que no hacían más que aplastarle las costillas. Desde aquél día en que le habían dado de alta habían pasado ya 5 semanas donde, cumpliendo estricto a un régimen de cuidados se había recuperado por completo, y mejor aún, tenía ya varias pistas de propuesta para el nuevo single. Jin y Rui le fueron a visitar un par de veces a fin de supervisar que estuviera bien pero, sabiendo que la pieza esencial, o más bien, Manabu, para recuperar a su líder se encontraba a diario con el, les tranquilizó al punto de incluso olvidarse de llamarle al menos una vez.
Tomó un poco de café con unas tostadas francesas que Manabu había preparado una hora antes. Se dirigió seguido al estacionamiento donde el guitarrista principal ya le esperaba golpeteando con ritmo el volante.
-También me tienes que preparar el desayuno?- dijo colocándose ya el cinturón.
-Lo he hecho alrededor de más de un mes. Se volvió costumbre.- Kazuki halagado, se sonrosó un poco.
-Gracias...
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Ese mal presentimiento le aplastaba, probablemente era solo eso lo que no le dejaba dormir pero si hubo algo que pasó mal, completamente en su contra, fue llegar un poco tarde junto a Manabu y Rui; y también, entrar en ese preciso momento a loa sala. No pudo evitar dejar caer una lágrima en menos de un suspiro.
Ahí, acorralado a la pared y correspondiendo, Jin gemía entre un apasionado beso con Byo. Acariciando los costados de su cadera y dejándose acariciar por el vocal.
Tuvo Manabu que carraspear para detenerles ante el acto cruel que vocal y baterista ofrecían al líder, con el descaro encima. Al separarse, el rostro de Jin se cubrió de miedo y el del rubio, de una incomodidad inmensa; por parte del líder, las lágrimas brotaban como nadie lo hubiera pensado. Jin dio un paso enfrente, en una señal clara de que lo único que quería ahí, era proteger a Byo.
-Kazuki, debemos hablar, los tres – sentenció el baterista
-NO. Tu Jin, sal de la sala. Es un asunto de lo que alguna vez fue una pareja y por lo tanto de dos.- Manabu tiró de la muñeca del batero casi como un objeto, sacándole de la sala junto a Rui que aún no reaccionaba y era arrastrado todavía boquiabierto al pasillo.
-Tú no lo entiendes Manabu!! Suéltame!-
-Nada. Es algo de los dos- Dio una última mirada adentro de la sala, viendo fijo como Byo se sentaba cómodamente en el sillón, invitando a Kazuki- Byo, deja de ser un idiota; Kazuki, por favor, no quiero que llores – Sentenció dándole una inmenso valor y fuerza a su líder. Cerró la puerta llevándose a los otros dos con el a la cafetería.
-Fue por esto que terminé nuestra relación.-
-¿P-por Jin?... Jin?...-
-En parte. No lo entiendes.- Eso, era el cable que Byo cortó equivocadamente al tratar de desactivar la bomba.
-¿Qué no entiendo!? Que me dejaste por Jin!? ¿Qué yo ya estoy en la basura y el es tu nuevo juguete!?-
Kazuki, con las lágrimas rodándole en las mejillas no lo aguantó más, se soltó a darle de puñetazos a Byo en todo el torso y un par en la cara. El vocal, los recibió resignado y casi gustoso.
-No me jodas Byo! No me jodas!... No jodas...- Y siguió hasta que su fuerza, enojo y frustración fueron vencidos por sus lágrimas e incredibilidad. Byo le tomó de las manos sentándolo a lado suyo y limpiando con el dorso de la mano el hilo de sangre de su nariz.
-¿Te haz descargado ya? ¿Me haz pegado lo suficiente? Quiero que me escuches, te lo pido por favor- Kazuki asintió secándose las lágrimas cual niño pequeño, Byo le abrazó protector y el líder, tampoco se negó a esto pues, después de mucho desearlo, ahí estaban otra vez rodeándole esos brazos cálidos queridos. - Se que no estuvo bien. Se que dolió, fue confuso y triste pero lo hice a propósito Kazuki.
-Q-que!? – Se separó viéndole a los ojos, quedando a no muy larga distancia.
-Buscaba lastimarte, lastimarte hasta el punto en que me odies. Pero sé que fue una estupidez, yo sé mejor que nadie, por que tu mismo me lo dijiste en la intimidad y con lágrimas en los ojos, que haz sufrido más que nosotros 4 juntos. Y sé también, que la forma única de perderte es diciéndote las cosas a las que tanto miedo tienes... Si preguntas el por qué...; busco aún ganarme tu odio porque lo último que quiero, es seguir lastimándote por mis acciones. Por favor Kazuki, ódiame como si hubiera acabado con tu mundo-
-Ya lo haz hecho... Me haz lastimado demasiado.
Un largo silencio incómodo para Byo siguió a la respuesta del castaño, miró a Kazuki una vez más, éste, aguantaba las lágrimas viendo algún punto perdido en la alfombra. Dispuesto a salir de la sala, se levantó; y fue detenido por las palabras del guitarrista.
-Pero no te puedo odiar. Aún estado lastimado por la persona que me juró protección, no te puedo odiar por que eres lo que más quiero; incluso ahora que ha pasado un tiempo yo también dudo seguirte amando, pero si hablas de cariño, eres la persona más importante para mí. Creo que puedo entender si es que me haz cambiado por Jin, es una muy buena persona; aunque no puedo evitar sentirme traicionado y triste puedo superarlo, nee?¡ ... No... no te puedo odiar Byo.
Tomó la fuerza suficiente para decir esas palabras pero por dentro, su corazón, se estaba cayendo en diminutos pedazos. Se levantó y pasando de lado, salió al pasillo donde a lo lejos, ya se veía a Manabu, Rui y Jin de regreso. Jin corrió a la sala pasando con vergüenza al lado del líder al cual ni siquiera de frente se atrevió a mirar Manabu le dio unas palabras a Rui que se alejó poco a poco, dando la media vuelta. Y Kazuki, corriendo y metiendo al otro guitarrista con el a una sala de vestuario, se ahogó en lágrimas entre sus brazos, siendo ligera y cálidamente acariciando por el otro. Ahogando sus gritos en el pecho del pelinegro, tuvo el coraje para decir todo lo que sentía, todo lo que su gran corazón soportaba.
-Por que Jin es mejor que yo!... Por eso Byo se fijó en alguien que no le molestase, que no le fuera una carga. Y yo, creyendo su amor todo este tiempo aquí estoy como colegiala llorando por el, Manabu. Y encima, no tengo a nadie más, el dejó esa sensación de querer amar!
En una esquina de la reducida salita de vestuario, Kazuki, sintió los tibios labios de Manabu, una vez delicadamente en sus labios, infinitas en sus mejillas y una más, mecedora y tranquilizante, en su cabeza.
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Dos meses pasaron muy rápido. El sencillo había salido al mercado con muy buenas ventas y por consecuencia, dándoles muy buenos lugares en los rankings a ScreW. El manager, les ofreció unas buenas y merecidas vacaciones.
De Byo y Jin, había sido la culminación en la escena tierna de un día, en este caso 2 semanas, de una pareja en la cima de su relación. Kazuki aún curándose poco a poco de la herida no había cambiado en lo más mínimo su comportamiento hacia ambos. Les respetaba como compañeros, convivían y se divertían como amigos, pero más que eso, se apreciaban y querían como hermanos. Hace casi un poco más de mes y medio que eran una linda pareja.
Byo besó al baterista con pasión, terminando de despojarle de toda prenda. Al quitarse el también las suyas, claramente ayudado por el mas bajo, se posó sobre el otra vez devorando su cuello pasionalmente. Con el puro contacto que ya estaba sobre la pelvis de Jin ya le estaba arrancando innumerables suspiros que no hacían más que provocarle. El baterista sabía que si algo era lo que le encantaba a Byo en el sexo, era que gimiera su nombre a todo volumen.
Bajó hasta volver rozar con su lengua la punta del miembro del chico que ronroneaba como gatito para el a causa del final que se veía cerca. Una vez hubo llevándole hasta el cielo, entre jadeos de necesidad se levantó a besar a su baterista. Introdujo su lengua seductora, lo preparó un poco con sus propios rastros de semen y finalmente, con cariño y dulzura acomodándose entre sus piernas comenzó a entrar y dar pequeñas embestidas desde que la punta de su miembro fue atrapado deliciosamente por Jin.
-Ve más rápido Byo.... Ahh...
-Calma Jin, solo relájate. Vamos a hacerlo calmadamente, con el cariño que nunca te demuestro demasiado.
En no mucho tiempo, un suspiro los elevó al cielo. Byo besó con toda pasión y protección a Jin, saliendo de el delicadamente. Lo arropó y lo pegó a su pecho en medio de una enorme sonrisa. Jin se quedó mirándole un largo rato, sin decir palabra alguna. Con el sonido de un aire travieso arrullándoles.
-¿Qué pasa amor?
-Sigo... preocupado por el
-No tienes por que. Kazuki es un chico muy fuerte. Ha salido de esto hace mucho y muy pronto, lo olvidará. Tiene ya quien le ame y aprecie. Por eso, quiero que Jin solo se dedique a quererme a mí. Que me deje quererlo egoístamente.
-No me puedo negar si eres tú.
Besó su frente. Cayeron dormidos a un tranquilo sueño de amor.