Alianza
Capitulo uno
Junta con el maou
Bien las cosas en esta época podían describirse de la siguiente manera; no todo era paz en algunos países unidos, shin makoku, como la nación de Bielefield; esta nación estaba teniendo problemas por dos razones no querían mucho al nuevo maou por ser un mestizo, lo cual llevaba que la gente humana que vivía cerca les causara conflictos, y la segunda que no aceptaban la ayuda de este. Bueno o no la aceptaban porque a pesar de ser una de las naciones más poderosas, ese conflicto no le estaba ayudando mucho por lo que después de un tiempo no les quedo de otra que aceptar la ayuda del nuevo maou y todo lo que esto traería.
El palacio se había decorado de la mejor manera posible para la llegada de tan importante personaje, cosa que a cierto rubio no le gustaba para nada y más porque se sentía traicionado por su familia, bueno parte de ellos que sin nada y sin ninguna duda habían aceptado al extraño como el rey, así de fácil sus hermanos y su madre lo habían desilusionado, pero viendo que no había más remedio le dijo a su tío que aceptará la ayuda del dichoso rey y más porque no quería ver partir a las soldados y luego verlos regresar sin un brazo o una pierna incluso muertos y de esta forma se terminaría todo, pues bien no quedaba de otra, que su orgullo doliera ya que a él no lo dejaban ir a pelear.
En otra parte, para ser precisos en un carruaje que estaba a pocas horas de llegar al gran y majestuoso castillo de una noble y orgullosa nación.
—bien ¿Qué se supone que debo hacer para que la guerra en esta zona acabe? – dijo el rey decidido
—al parecer el problema con los humanos es debido a que esta nación no lo tolera a usted
— ¿y qué se supone que haga si me odian Gwendal?
—el estar aquí ya que ellos fueron los que te mandaron a llamar, es un gran avance es como decirle a la gente que bueno ya te aceptan – dijo conrad
—Bueno pues daré lo mejor de mí para que todo se solucione – dijo con firmeza
—la unión es lo que me preocupa ¿cómo está él? – dijo el mayor
— ¿Él?- a que se referían, la duda mataba la curiosidad al rey
—Nuestro hermano menor – dio el castaño
—Faltan 5 minutos para que lleguemos – dijo el soldado que conducía
—bien, es hora de prepararnos
La puerta del gran carruaje se abrió para dar paso a la figura de Gwendal y Conrad detrás de el, que al ver a cierto rubio con su uniforme azul de gala suspiraron aliviados para toparse con la mirada seria de Waltorana bielefield al igual que el otro rubio en su uniforme azul.
Las cosas no podían estar más tensas de lo que ya estaban, por fin el gran rey hizo acto de aparición sus vestiduras eran totalmente negras a excepción de la capa roja que llevaba. Todos hicieron una reverencial al verlo bajar.
—Bienvenido – dijo el jefe de la familia haciendo una reverencia al igual que su sobrino
—hermoso – dijo el rey sin darse cuenta de lo que había dicho a ver a un chico casi de su edad pero mucho más atractivo y es que nunca le gustaron los chicos pero este tenía algo especial sus cabellos rubios y ojos verdes lo llamaban a gritos, que no pudo más que hacer que acercarse a él y…
—Wólfram – dijo Gwendal, a lo que el menor que mantenía la vista curioso en el maou fue desviada para verlo lo que le dio tiempo al rey de reaccionar ya que este pensó en besarlo lo bueno es que todos los movimientos lo había pensado, si los hubiera hecho de seguro ese lindo chico pensaría que es un pervertido.
—Hermano – dijo serio no como un hermano que se acaba de encontrar con otro sino un hermano al que no quieres ver.
—Wólfram estábamos preocupados por ti – dijo el castaño
—no lo creo, solo creo que se preocuparon de que yo no muriera porque así no tendrían el control sobre esta nación, como dicen la sangre nos une, sí claro, en la primera me cambiaron por un extraño – no se molestó en ocultar su molestia
—que me hayan apoyado no significa que te hayan dado la espalda –
—usted menos que nadie tiene el derecho de opinar en todo esto su majestad
—si lo dijeras en otro tono más amable creería que de verdad me tienes respeto
—no creo respetar nunca a alguien como usted
—Wólfram – dijo su tío – es mejor acabar con todo esto, que los humanos vengan que hemos aceptado al rey y que esta situación termine de una vez por todas, no quiero más bajas en el ejército ni de nuestro pueblo -
—sí, tío -
—ahora si me siguen para que hablemos esto con calma –
Una semana después los conflictos ya habían terminado por lo intervención del rey que pues se presentó en el campo de batalla diciendo que todo es un mal entendido que esa nación no se había separado de shin makuko, sino que solo fueron rumores y que por lo tanto la guerra no tenía ningún sentido.
— ¿y bien qué es lo que pasa? – dijo el rubio que no estaba del todo feliz de estar en esa reunión, tenía un mal presentimiento a menos que lo regañaran por ignorar al rey, es que ese joven se la paso acosándolo todo el tiempo.
—Bueno, Wólfram debemos hablar seriamente – dijo su tío
— ¿Qué es lo que pasa?
—las cosas no están saliendo como lo planeamos, la única opción que queda para hacer que las cosas mejoren es que te comprometas con el maou por un tiempo…
- ¡¡¡¿Qué?!!! No!! estoy loco para tener una relación con alguien como él – dijo apuntándolo
—oye esto no me agrada a mí tampoco – bueno no mucho pensó
—Nadie te pregunto – mirada asesina
—pero sobrino es la única forma ya que los humanos piensan que solo es un truco
—pero…¿ yo comprometido con él? ¿no puede ser alguien más? –
—no, eres el único y el más importante, además eres el príncipe que más razón eres el orgullo de esta nación
—por eso no puedo rebajarme a esto -
—Wólfram – dijo serio
—está bien! a partir de hoy soy el prometido del rey -
—Y te vas con él a pacto de sangre – mencionó y salió corriendo, no por temerle sino que por más que su sobrino lo amara, cuando este se enojaba no importaba mucho de quien se tratara sus poderes se salían de control.
Una semana, una maldita semana llevaba en el castillo del maou y no podía hacer otra cosa que no fuera morir de aburrimiento, bueno esta iba hacer la primera noche que pasara allí, porque los otros días fueron el viaje, que por cierto estaba está indignado no lo dejaron cabalgar; es verdad para ese día su compromiso ya lo sabrían hasta el fin del mundo.
La bienvenida que se imaginó no fue como resulto, al llegar pudo ver a su madre que no había cambiado en nada pero al igual que sus hermanos no le dijo más que hola y ya fue cuando el gran rey dio un anuncio a todos los empleados y nobles que vivían allí
—quiero comunicarles que esta viaje fue muy útil ya que todo se ha solucionado y regreso con el tesoro más hermoso de las tierras de bielefield
— ¿y qué es heika? – dijo la mujer rubia que pronto seria su suegra sonrío le gustaba la idea
—Wólfram von bielefield
— ¿Quién? ¿ yo? – dijo el rubio ya que no estaba prestando la más mínima atención, solo estaba concentrado en que gracias al cielo había podido traer así a la escolta, por fin algo de diversión, hacer que sus soldados sufran era su mayor satisfacción pero solo porque tenían que ser los mejores.
—claro, eres lo más hermoso que nunca haya visto y hoy tengo la fortuna de presentarle a los que convivirán contigo como mi prometido y si todo sale bien muy pronto como esposo – de donde salían todas esas palabras, ni el mismo lo sabía; solo sabía una cosa y esa era que se había enamorado a primera vista el príncipe.
—no creo que yo llegue a casarme contigo
—Wolfy los hijos fuera del matrimonio no son bien vistos – dijo su madre a lo que solo atino a sonrojarse y bajar la cabeza.
Una vez pasado todo eso todos regresaron a sus labores diarias.
—Bien – dijo entrando a la oficina de su prometido – ¿dónde voy a dormir?
—¿cómo qué dónde? pues en nuestra habitación
—yo no pienso compartir la cama contigo
— ¿Cómo de qué no? Es una tradición, nadie creería en nuestro compromiso si se sabe que no duermes conmigo – dijo serio
—podrías poner otra cama en la habitación
—la gente en este palacio es muy comunicativa así que… no- sonrió – nos vemos en la noche y paso junto a él.
Una vez fuera y lejos el rey dio un suspiro, se puso a meditar, ¡¿qué demonios estoy haciendo?! no puedo obligarlo a dormir conmigo, ahora entiendo lo que dicen que se hacen locuras por amor, pero creo las mías más que locuras son estupideces, y eso que tengo 20 años, pero Wólfram se ve de 17 es tan lindo, waa shibuya Yuuri – se regañó a el mismo – dijo - deja comportarte como una colegiala enamorada, lograré que mi prometido me ame -
Ya en la noche en la habitación del maou, este sin más entro, viendo como en su cama había como 20 almohadas que dividían la cama en dos
— ¿Qué es eso? - señalo
—Es una barrera, tú lado, mi lado – dijo el príncipe orgulloso
—Ahhh – dijo como si nada pues que más podía hacer – está bien por lo menos no dormiré en el sofá - suspiró
—No me des ideas – amenazo el rubio pero extrañamente se estaba riendo cosa que lo hizo sonreír, sin más fue al baño a cambiarse, para que así su prometido se cambiara en la habitación, pero recordó que tenía que bañarse, cosa que el rubio ya había hecho
— ¡MALDICION! – grito el demonio asustándolo
— ¿Qué pasa? – dijo entrando a la habitación
—Olvide mi pijama – dijo entre triste y desilusionado
—Que mal solo te queda una opción – dijo el rey
—Me prestarás una – dijo con un brillito en los ojos
—no, tendrás que dormir en ropa interior –
—No – dijo al tiempo que le daba una cachetada por andarlo desvistiendo con la mirada
Fin del cap.
¿Wólfram dormirá en ropa interior?