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Alianza por okamiyuki

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Alianza

 

Capitulo 2

 

Comentarios

 

 

 

 

 

— ¡Oye, duele! – dijo mientras se sobaba la zona afectada.

 

—De eso se trataba – sonrió con malicia el rubio.

 

— ¿Y bien? ¿Cómo dormirás? –  venganza, pensó.

 

—Bueno…yo… le prestare un pijama a uno de mis hermanos – sonrió ante su genial idea, por alguna razón estaba sonriendo más de lo normal, ¿acaso ese sujeto lo hacía reír? No recordaba haber reído tanto en los últimos años y allí estaba la respuesta, ese tipo lo hacía sonreír.

 

—No puedes. La gente de aquí, como ya te dije, es muy comunicativa, y que salgas de la habitación de tu prometido a altas horas de la noche no se verá bien – dijo recostándose en el que suponía que era su lado de la cama.

 

—No creo que la gente mal piense, después de todo es a mis hermanos a quienes les voy a prestar ropa de dormir –

 

— ¿Y cómo sabe la gente que no te estás yendo con un amante? –

 

— ¡Tú eres el único pervertido que piensa eso!

 

—No, yo solo te digo lo que puede pasar – dijo en tono inocente, ya se había dado cuenta de un punto débil del rubio. Tal vez de mas, esos eran su orgullo, obstinación y que podía ser un poco caprichoso.

 

—No me importa, iré a pedirle un pijama a Conrad – se dio la vuelta.

 

—Alto – dijo poniéndose de pie – hagamos una cosa, a ti no te conviene que desde el primer día se te vea mal, así que mejor compartamos mi pijama– quiso aparentar seriedad

 

—Porque mejor no me prestas una –

 

—Porque no tengo otra – rió,  y es que era la verdad.  Por alguna razón solo encontró esa.

 

—Mientes – apunto acusador.

 

—Puedes revisar, solo tengo esta, pero si quieres te doy la parte de arriba - ¿Cómo se verá? Pensó tranquilo,  todavía no dice que sí.

 

—Creo que mejor duermo con mi ropa – fingió indiferencia

 

—Será muy incomodo – sin más se quito la parte superior – toma total hoy hace calor – dijo con un sonrojo.

 

—Gracias, supongo – dijo sonrojado también, se fue al baño a cambiarse mientras el rey meditaba en:  si hago las cosas con prisa saldrán mal lo mejor es que primero seamos amigos y si se da que se dé, no debo de parecer desesperado.

 

—Listo – dijo saliendo.

 

—Pues bien, a dormir – dijo sin mirarlo, acomodándose en el lado de su cama.

 

—Buenas noches – dijo y se fue a acostar en su lado de la cama.

 

—Buenas noches – contesto como si nada.

 

No había pasado más de 3 horas cuando sintió como algo chocaba con él, abrió los ojos esperando ver una almohada en su cara, pero no.  Su cara se había golpeado, vio donde estaba, se encontraba en el piso ¿Cómo había llegado allí? Sin más se puso de pie para ver a su prometido ocupando toda la cama, entonces… lo notó, su pijama le quedaba grande al rubio y podía ver claramente sus piernas porque no era tan larga, pero no podía describirlo, le quedaba tan sexy.

 

—Tranquilízate, no eres un pervertido ten autocontrol, no es la primera ves que ves a un hombre durmiendo, pero ninguno me había llamado la atención–– se dijo a sí mismo.

 

— ¿Qué es en realidad lo que me gusta de él? ¿Solo su cuerpo y su cara? ¿Estaré siendo muy…? Antes de hacer algo tengo que descubrir si esto es amor o solo una ilusión, no quiero lastimarlo. Y con ese pensamiento busco un lugar en su propia cama para quedarse dormido.

 

Ya había amanecido, por alguna razón no le extraño despertar en el suelo, los hábitos de su nuevo prometido le traerían problemas.

 

—Buenos días – saludó Conrad entrando sin tocar la puerta.

 

—Buenos días – saludó Yuuri desde el piso.

 

— ¿Cómo la paso? – ese tono no daba a la simple curiosidad.

 

—Tu hermano se mueve mucho mientras duerme – dijo levantándose.

 

—Lo sé, siempre ha sido muy inquieto – sonrisa especial.

 

— ¡USTEDES DOS YA CALLENSE QUE NO ME DEJAN DORMIR! – Wólfram les lanzó unas almohadas, una a cada quien pegándoles en la cara, por lo que los dos sujetos salieron lo más rápido posible de la habitación.

 

—Si que tiene su carácter,  y pensar que yo dije que solo era una cara bonita – susurro.

 

— ¿Dijo algo majestad?

 

—No, y es Yuuri – sonrió.

 

No había pasado más de tres semana y los prometidos reales no se veían tan enamorados como todo el pueblo suponía, las peleas no se hacían esperar y eso de ser el prometido del rey se estaba volviendo un problema para Wólfram.

 

—Yo quiero ir a esa misión, solo me han dado misiones para principiantes – dijo molesto ante los cuatro que se encontraban allí, sus dos hermanos, el consejero y su prometido.

 

—Entiende que por ser el prometido del rey alguien podría intentar algo en tu contra – dijo Gwendal.

 

—Se cuidarme solo – dijo conteniéndose de gritar.

 

—No es el caso, piensa en todo lo que te puede pasar–

 

—Con mi tío yo iba a misiones más peligrosas que patrullar la cuidad y ver la desaparición de verduras de un huerto – 

 

—Pero en ese entonces no eras tan importante – dijo Gunter.

 

— ¿QUE NO ERA IMPORTANTE? SOY EL PRINCIPE HEREDERO AL TRONO DE BIELFIELD, ¿Y NO SOY IMPORTANTE?– sin mas había perdido el control – ME VOY A ESA MISION LLUEVA, TRUENE O LO QUE SEA QUE PASE – salió de la habitación hecho una furia.

 

—Wólfram, espera – salió el rey detrás de e.l

 

— ¡No quiero, ya soy mayor, he pasado todo tipo de entrenamiento en la academia y me viene a decir que no tengo la capacidad para ir a cierto tipo de misiones! – decía el rubio, Yuuri corrió hasta que le dio alcance y lo sujeto del brazo.

 

— ¿Podrías calmarte un poco? –

 

— ¡No quiero hablar contigo! – trató de zafarse del agarre de  su enemigo.

 

—Vamos, tranquilízate – dijo mientras lo arrastraba hacia los jardines, una vez que estuvieron lo suficiente mente lejos habló.

 

—Se que no soy la mejor persona con la que quieras tratar este tipo de cosas, pero ten en cuenta que esto no solo te afecta a ti, sino que afecta a todo el reino.

 

 

 

—Lo sé – dijo ya más tranquilo - ¡pero no soporto que me traten como a un bebé!

 

—Te protegen porque te aman.

 

—Pues me aman de una forma muy rara, si me sobreprotegen ¿cómo se supone que voy a aprender  defenderme cuanto ellos no estén?

 

—Mira, te contare la verdad, el pueblo, tanto los humanos como los demonios creen que este compromiso no es más que un farsa – se sentó junto a un árbol.

 

—Como si no fuera la verdad - dijo con sarcasmo sentándose a su lado, ya que no se llevaban del todo mal.

 

—Pero es que no entiendes.  Se supone que este compromiso es una forma de unir mas a los humanos y los demonios, el que el príncipe de la más poderosa nación aceptara el compromiso con un medio humano daba a entender que el reino aceptaba a los humanos sin perjuicios.

 

—Entonces no crees que para todo eso lo mejor habría sido que te comprometieras con un humano

 

—No, los demonios se molestarían, no es lo mismo, no tendría el apoyo de ellos. Que mi madre sea humana me ayuda a que los humanos confíen en mí, pero no ayuda a que los demonios lo hagan, se ofenderían al grado de que no les importe mucho  la decisión del rey Shinou.

 

—Esto es una completa locura – suspiró el príncipe.

 

—Lo sé – suspiró– pero no nos llevamos tan mal ¿o sí?

 

—Solo no te soporto por enclenque –

 

— ¡ahh! no soy un enclenque  ¿Qué pruebas tienes de ello?

 

—No sabes usar una espada, montas del asco, tropiezas casi con todo y no sabes las normas de etiqueta.

 

—Soy nuevo en esto – se quejó.

 

—Y eso, te quejas demasiado – sonrió.

 

— ¡Oye! tú también no eres perfecto, mira que aunque eres muy bonito tienes un carácter del asco – sonrió. 

 

—Lo siento pero tendrás que soportarme mientras esta mentira dure – tono de burla.

 

—Ay sí, que fastidio – dijo jugando.

 

Habían pasado un par de horas desde lo del rubio, todo ya se encontraba en calma. El rey firmaba papeles uno tras otro, parecía como si nunca se acabaran, hasta que una voz lo cazó de su trabajo.

 

— ¿Yuuri no quieres tomar un descanso? – dijo Conrad.

 

—Me falta mucho – se quejó.

 

—Descansa un rato, es lo mejor –

 

— Conrad ¿tú sabes que ropa de dormir le gusta a wolfram?

 

— ¿Ropa de dormir? – dijo confuso.

 

—Sí, es que Wólfram y yo compartimos mis pijamas por que los suyos se perdieron y no hemos tenido tiempo para en cangarnos de ese asunto, creo que sería un buen gesto de amistad que le compre unas, ¿no crees?

 

—Ya entiendo, pues cuando era pequeño madre siempre le ponía camisones rosa con olanes, se veía lindo – se sonrojó al recordar al pequeño rubio con un camisón rosa llamándole Coni-chan.

 

 — ¿Crees que todavía los use?

 

—La verdad no creo, pero los soldados mayormente usan camisones blancos – dijo pensativo mientras llevaba su mano derecha a su barbilla.

 

— ¡Entonces vamos a comprarle unos! – dijo entusiasmado, hacer algo por el que ahora era su amigo lo ponía feliz.

 

Habían logrado escapar de pacto de sangre y de los crueles torturadores, entiéndase como Gwendal y Gunter, esa era la magia de tener a un Conrad a su lado, ¡dios!, debía  dejar de ver anime con su madre, pensó.

 

Llegaron a un bonito lugar, aparentemente allí compraba ropa Cheri para todos, así que tal vez allí podrían ayudarlos a escoger algo para wólfram.

 

— ¡Buenos días maou! – dijo al borde del desmayo aquel  sujeto que los iba a atender, claro con las prisas se le olvido ponerse el disfraz, sabía que por algo la gente lo estaba mirando demasiado.

 

— ¿En que  puedo ayudarlo? – dijo de lo más servicial.

 

—Quiero unos camisones–

 

— ¿Qué tipo de material? –

 

— ¿Material? – dijo confundido.

 

—Ya sabe, algodón, seda, etc. –

 

— ¿Me podría mostrar los de algodón y seda? Conrad ¿cuál usaba de pequeño?

 

—Creo que de algodón – ciertamente nunca lo pensó.

 

—Mire, le traeré varios modelos – dijo mientras emprendía la marcha a buscar lo que le pidieron.

 

—Esto es raro nunca había comprado camisones para un amigo – rio para disimular el sonrojo que había aparecido.

 

—Ustedes se llevaran bien, ya lo verá – sonrisa estilo Conrad.

 

—Yo no quiero solo llevarme bien con él – susurró.

 

— ¿Dijo algo majestad?

 

— ¡No! – contestó tan rápido que no le recordó llamarlo Yuuri.

 

—Bien, ¿Cuál le gusta majestad? – dijo el tipo de la tienda acomodando diferentes tipos de camisones en la mesa, ni se dieron  cuenta de cuando la puso.

 

—también traje pijamas de dos piezas -

 

—Gracias – dijo Yuuri - ¿Cuál comprare?

 

—Mira ese rosa, se parece al que le ponía madre cuando era pequeño -

 

— ¿Entonces nos llevamos este? – entonces volvió la pregunta  a su mente ¿Wólfram todavía tendría esos gustos?

 

—La verdad no sé – la misma pregunta paso por su mente.

 

— ¡Ya sé! nos llevaremos este verde – dijo con una mirada pervertida el rey. Era del mismo tamaño que su pijama, bueno de la parte superior

 

— ¡NO,  ESTA MUY CORTO! –

 

—No es verdad – fingiendo inocencia, ya que de verdad si era corto.

 

— ¡CLARO QUE SI!

 

—Entonces ¿no se lo llevan?

 

— ¡NO!

 

— ¡SI! – dijo el rey, ambos se miraron, negro contra café, era un duelo de miradas en el que se desidia si se llevaban el camisón verde o no.  De repente Conrad parpadeo, entonces Yuuri se volteo hacia el encargado y dijo:

 

—Nos lo llevamos – sonrió de lo más feliz.

 

— ¿Alguno más?

 

—Sí, estos – dijo.  —Momento, otros no tan cortos, pero tampoco tan largos como el de color rosa.

 

Bien, esa pequeña salida les había llevado más tiempo de lo que pensaron, ya había anochecido cuando salieron del lugar. Llegaron al castillo tratando de no ser notados, claro que antes tendría que pasar por el comedor ¿quedaba alguien esperándolos para cenar todavía? Vieron que no había nadie así que salieron con dirección a la cocina para ver que podían obtener. 

 

Cuando llegó a la habitación se dio cuenta que no era tan tarde, solo que ya había pasado la cena.

 

— ¿Dónde estabas? – ese era el rubio, por alguna razón su voz sonaba muy molesta.

 

—Salí al pueblo con Conrad – dijo guardando su pequeña sorpresa.

 

— ¿Estabas con él?

 

—Sí –

 

—Muchas gracias, por lo menos podrías tratar de esconderlo, con esto solo me dejas en ridículo. – estaba furioso.

 

— ¿De qué hablas? – ya no entendía nada.

 

—Si tienes una relación con Conrad por lo menos trata de esconderla mientras yo sea tu prometido, no quiero ser el hazme ir de todos porque mi prometido me engaña con mi hermano bajo el mismo techo – que era esa sensación de preocupación.  

 

—Espera, yo no te engaño con Conrad, es solo un amigo –

 

—No te creo – dijo haciendo un puchero.

 

—Mira, es que yo fui a comprarte un regalo – dijo mostrándole el paquete.

 

— ¿Para mí? – dijo sorprendido haciendo que en sus mejillas apareciera un sonrojo.

 

—Sí, espero te guste.  Conrad me ayudó, bueno, no fue de mucha ayuda pero no se lo digas – sonrió; Wólfram se tiro en la gran cama y como pudo se sentó en ella a abrir su regalo. 

 

— ¿Camisones? – dijo confundido. Esos eran pijamas de mujer, pensó confundido.

 

—Conrad me dijo que tu sueles usar ese tipo de ropa para dormir – dijo apenado mientras se paraba junto a la cama.

 

— ¿Yo? – estaba más confundido que nunca.

 

—Bueno, él mencionó que tal vez ya no los usas – esto está mal, no le gusta, pensó con pánico

 

—Yo solo uso camisones blancos, como todos los soldados – dijo serio – pero fue un lindo detalle - ¿Por qué lo está ayudando a sentirse mejor? ¿Por qué no lo insultaba? No tenía la respuesta.

 

—Te compré uno blanco por si acaso – se subió rápidamente a la cama y entre los otros jalo el camisón blanco, que para su suerte o desgracia era más corto que el verde y sin mangas.

 

— ¡PERVERTIDO! – Gritó al ver lo corto de la pieza – me quedo con el rosa, mañana veré que hago con los demás – se bajó de la cama con la ropa dirigiéndose al baño.

 

—No resulto tan mal – trato de consolarse.

 

Un rato después wólfram hacia aparición con el camisón rosa.

 

—Te ves muy bien – dijo Yuuri desde su lugar en la cama.

 

—Gracias – dijo yendo a su lugar  mientras intentaba ocultar su sonrojo.

 

— ¿Te gustaría hacer un trato?

 

— ¿Qué clase de trato? – preguntó curioso el rubio volteando para quedar frente a frente con su prometido.

 

—Para que la gente no hable mal de ti ni de mi, finjamos ser dos prometidos que se aman, aunque solo seamos amigos.

 

—Me parece bien – pensando que era una buena solución a los problemas que tenían.

 

—Y pierde el primero que se enamore.

 

— ¿Qué? -

 

—Sí, si tú te enamoras de verdad de mi perderás.

 

—No entiendo – más confundido que antes.

 

—Si yo logro hacer que en este tiempo en el que estamos fingiendo tú te enamores de mi perderás, porque tendrás que casarte con migo – dijo serio.

 

—Me estás diciendo que ¿tú vas a cortejarme?

 

—De cierto modo sí, fingiéremos hasta que me ames.

 

— ¿Y si no me enamoro? –

 

—Pues te dejo libre y te vas con la victoria de haber rechazado al maou – a ver que salía de su loco plan.

 

—Está bien…acepto – extendió su mano para cerrar el trato, el rey rápidamente la tomó cerrando así su convenio.

 

A la maña siguiente varios chismes rondaban por el pacto de sangre, lo que provocó que Gwendal metiera a todos en su oficina antes de desayunar.

 

— ¿Qué pasa?- preguntó el rey.

 

—Lo que pasó su majestad, es que el pueblo no está muy contento con los nuevos rumores.

 

— ¿Rumores?

 

—Chismes, por así decirlo – dijo Conrad.

 

—A lo que Conrad se refiere majestad es que la gente está hablando y no de cosas buenas, en primera que su compromiso solo es una farsa, cosa que no negaremos, pero hay otros como que esto solo es conveniente para que usted tenga a dos de la familias nobles más poderosas a su lado sino también a los medio mazokus al tener a Conrad cerca por ser Wolfram su hermano y el mío. Otro se trata de que con su reciente salida al pueblo a comprar ropa provocativa de dormir dicen que solo quiere a Wolfram como diversión y él no puede negarse, aunque hay uno que dice que usted solo está siendo utilizado por mi hermano menor, pero bueno estamos aquí para tratar que toda esta gente se crea que ustedes de verdad se aman – dijo apuntándolos.

 

— ¿Nosotros? – dijeron al unisonó apuntándonos.

 

—Sí, ustedes, tienen que fingir que no pueden vivir el uno sin el otro – dijo Gunter dando vueltas, todos en la habitación casi podian ver los corazones saliendo de su cuerpo.

 

— ¿Pero qué podemos hacer? – dijo Yuuri con una falsa sonrisa.

 

Entonces la puerta de abrió de golpe, asustando a todos.

 

—Buenos días familia – entro gritando la extravagante  madre de el  prometido, con su típico vestido negro, solo que en esta ocasión traía un montón de cosas en las manos que ciertamente asustó a todos, no por nada era la mujer más temida del reino.

 

— ¡Madre! – dijeron los tres hermanos al mismo tiempo con esto se puede comprobar que si tenían cierta conexión de hermanos.

 

—Cariño – respondió, ignorando a los otros dos para dirigirse al que más se parecía a ella.

 

— ¿Qué pasa madre? – contestó antes de verse atrapado entre sus pechos.

 

—Tengo la solución para acabar con estos chismes – respondió de lo más contenta, soltando por fin a su hijo.

 

—No, gracias – afirmaron todos los presentes, tratando de no prestarle atención a la mujer.

 

—De todas formas voy a decírselos y mi gran idea es…- marcó una pauta para ver si con esto se emocionaban aunque fuera un poquito, pero no logró nada – ¡UN BAILE!

 

— ¡UN BAILE! – gritaron todos al mismo tiempo.

 

—Claro, ¿Qué mejor que un baile? – dijo con sarcasmo.

 

—Un comunicado – dijo serio Gwendal que no entendió.

 

— ¡NO! El baile es algo ideal, que mejor muestra de amor del rey a su prometido que organizarle una fiesta para presentarlo formalmente. Reuniendo a todos sus aliados y viendo al príncipe mezclarse tanto con humanos como demonios y la mezcla de estos – desde cuando esa mujer sabia de ese tipo de cosas, no lo sabían pero eso era una señal de que por algo era la ex reina de aquel extraño país.

 

—Muy bien – asintió el general mientras hablaba – se hará lo que madre a propuesto.

 

— ¡Yupi!  Por fin un baile después de tanto tiempo – dijo saltando la mujer – empezaré con todo, primero las invitaciones… sí eso haré, será dentro de un mes para que todo quede perfecto – dijo saliendo del lugar.

 

— ¿Alguien más cree que esto es un error? – afirmó y preguntó al mismo tiempo el rey, la respuesta fue un asentimiento general, pero ya nada podían hacer, el baile se daría.

 

Después de lo que fue un día aparentemente relajado el rey y su prometido se dirigían a su habitación a descansar cuando al rey se le ocurrió jugar un rato, así que sin más espero a quedar atrás de su prometido para así poder abrazarlo.

 

—Suéltame – amenazó el rubio.

 

—No quiero…además quedamos en que te enamorarías de mi – rió, abrazándolo mas fuerte de la cintura, pero sin dejar de caminar.

 

— ¡No! Tú dijiste que harías que me enamorara de ti – estaba molesto, pero al mismo tiempo le gustaba que él estuviera cerca, no era como otros, ese chico era dulce o tierno, no lo sabía solo sabía que empezaba a gustarle.

 

—Ya verás como pronto me amaras – y sin más lo soltó para adelantarse y entrar a la habitación

 

—Idiota – susurro, pero estaba sonriendo.

 

Ya una vez cambiado y listos para dormir

 

—Oye Wolf,  pensé que habías quemado los camisones que te compré – dijo saliendo del baño

 

—Que diría la gente si quemo lo que mi querido prometido me ha regalado – habló con sarcasmo y se metió a la cama, lo cual lo imitó el otro; cuando el rubio estaba por caer de dormido sintió que algo no estaba bien sentía un peso extra sobre él, al abrir los ojos se dio cuenta que el rey se encontraba arriba; tardo unos momentos en comprender que esa posición no era correcta en esos momentos.

 

— ¡Bájate! – dijo tratando de sonar calmado, no se supone que él era diferente a los demás, ¿Por qué hacia eso?

 

—No, hasta que te dé tu beso de las buenas noches – sonrió.

 

—Yo no quiero…beso de las buenas noches – se sonrojó.

 

—Aun así te lo daré…buenas noches – le susurro al oído mientras le besaba la mejilla, se bajo de él y se acostó en su lado de la cama dándole la espalda al rubio que se tocaba la mejilla donde lo había besado. Estaba comprobado, le gusta el rey, sin darse cuenta el rey había empezado a gustarle, ¿de verdad se enamoraría de el? Y con esa pregunta en la mente se quedó dormido.

 

 

 

 FIN DEL CAPITULO DOS!!

Notas finales:

Bueno espero que les guste, lamento haber tardado tanto pero ha ya empezaron mis clases, es tan lindo extrañaba la explotacion de los maestros correr de un lado a otro. sin mas me voy jojojo hoy entro temprano, entre a actualizar.

sin mas muchas gracias por leer!!! nos leemos en la proxima gracias a esas personas que comentan!!


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