Declaraciones por Mintgreen

Tras una puerta, dos hombres esperan a que les den la señal. Al otro lado, una sala no muy grande, con una mesa de madera oscura y unas cuantas sillas sencillas a juego. Alrededor de ella, diversas personas conversan entre ellas comentando sus quehaceres diarios. Las paredes estan decoradas con ventanas transparentes y gruesas cortinas de terciopelo rojo, que caen creando olas de tela al rozar contra el suelo, que esta cubierto por una enorme alfombra de colores y complicados dibujos que cubre todo el suelo. Unas cuantas arañas de cristal cuelgan del techo, iluminando el lugar con su luz clara. 
Sentado en una de las sillas, un joven de pelo castaño claro con un distintivo rizo en el cabello, que se mece con un gesto de perdido mental mientas murmura palabras sin sentido con una sonrisilla. A su lado y de pie, un hombre fuerte, de rasgos duros, rubio y de ojos azules, posa una mano sobre el hombro del retrasado mientas parece mirar hacia otro lado, como intentando evitar que les relacionen a ambos. Cerca de los dos, un hombre ataviado con una bufanda rosa parlotea sobre el vodka con un hermoso joven de pelo largo y rubio, con pinta de muy seguro de si mismo. Aparte, dispersos por la sala, varios hombres, entre ellos un joven de ojos verdes y piel canela clara; cerca, un hombre de rasgos no muy llamativos, de ojos marrones llanos y pelo negro brillante.
El murmullo de voces atraviesa la puerta, y los dos hombres que faltan escuchan atentamente para ver si sus colegas hablan de algo interesante. Uno de ellos se reajusta la corbata, nervioso, como si le estuviera ahogando. El otro se limita a subirse el arco de las gafas para ver mejor.
-America... Creo que esto no es buena idea...
El hombre de las gafas se gira hacia su compañero, visiblemente asustado. Le mira como un niño pequeño a punto de estallar en lamentos, haciendo que sus ojos se conviertan en vidrio temblante.
-Inglaterra... -suspira América,- Ahora ya no podemos echarnos atrás... Eso seria de cobardes.
-Pero... ¿Y si no nos aceptaran? -los ojos de Inglaterra comienzan a desbordarse de lagrimas calientes,- ¿Y si se rieran todos de nosotros? Yo... Yo...
Intenta hacer un esfuerzo sobrehumano para no estallar delante de America, pero su labio inferior comienza a temblar, y nota como le duele la garganta de las ganas encogidas de llorar. 
Mira hacia abajo mientras su rostro se pelea consigo mismo para controlarse. De repente nota dos manos firmes sobre sus hombros, y mira hacia arriba para descubrir a America mirandole irritado, con el ceño fruncido.
-Escuchame claramente, Inglaterra... Si no te aceptas a ti mismo, ¿Cómo esperas que te acepte yo? ¿Crees que creeré en ti si ni siquiera te atreves a decirle algo a todos? ¡No voy a permitir que te desmorones ahora! ¡No voy a permitir que los comentarios de los demás restrinjan tus emociones!
Inglaterra escucha atentamente a America mientas calla e intenta tranquilizarse. 
-¡Me importa un carajo lo que piensen los demas sobre nosotros! ¡Es lo que realmente pensamos mutuamente lo que debería ser importante!
Mira hacia abajo un momento, mientras recupera el aliento, y retoma el sermón mientras se acerca un poco mas al rostro de Inglaterra.
-Solo quiero que recuerdes esas noches que pasamos los dos juntos, mirando las estrellas... Mientras pasábamos horas enteras mirandonos mutuamente sin decir nada... Si todo eso fue posible era porque lo que sentíamos aquí- America puso una de sus manos sobre el corazón de Inglaterra- era fuerte... Y es esa fuerza la que quiero que utilices para pasar por esto.- America sonríe, transmitiendo tranquilidad a su compañero- Dime, ¿Estas mejor?
Inglaterra se sorbe los mocos con cuidado de no hacer demasiado ruido, y afirma con la cabeza. Una lagrima que resbala por su mejilla es recogida por America con el dedo indice, que luego mete en su boca para saborear el sabor salado de los ojos de su compañero. Cierra los ojos, y vuelve a sonreír, contento. Cuando vuelve a alzar la vista, coge de las manos a Inglaterra, que se estabiliza poco a poco. Este respira, e hipa sin querer. Una mirada penetrante hace que de repente todo lo que hay a su alrededor se desvanezca, y el único espacio que queda es el que hay alrededor de los dos. Pestañea ligeramente, intentando que la mirada de America entre por completo en el y limpie su alma. Unos pocos milímetros.
-Solo recuerda... - susurra casi inaudiblemente America,- Que siempre estaré ahí para ti, pase lo que pase. Porque... Te quiero.
Contacto. El calor de sus labios hace que las entrañas congeladas de Inglaterra se derritan, dejando que una calidez ya olvidada rellene su espíritu. No suelta sus manos, son unas cadenas de titanio irrompible que le mantienen unido a la persona que mas ama. 
Se mantienen unidos unos segundos eternos, en los que los sueños de ambos se unen, e improvisan a su manera. Un recuerdo que quedara marcado para siempre. Una unión consolidad por siempre jamás.
Al fin se separan. Ambos tardan un tiempo en recuperar el aliento tras estar sin respirar tanto rato. America retira los restos de saliva de sus labios con el reverso de su mano, e Inglaterra se recoloca con las manos para estirarse el traje. Se gira hacia su amado, y sonríe con los ojos entrecerrados. Agarra su mano derecha con suavidad, y cuando sus miradas coinciden, este sonríe con calidez, solo para él.
Justo entonces suenan un par de golpes en la puerta.
-¡Ya podéis salir!-grita Francia.
Inglaterra se hincha con aire, da un largo suspiro, sonríe, y gira el picaporte para abrir la puerta, sin soltar la mano reafirmante de America. 
Los presentes se giran hacia los que acaban de llegar, y todos se fijan de inmediato en los dedos entrelazados de ambos hombres. Ambos muestran una actitud nerviosa pero solida, America con una sonrisa, e Inglaterra terriblemente colorado, que agarra con fuerza su mano.
-Ghhh... -Francia intenta contener la risa ante la escena.- ¡¡JA, JA, JAAA!! ¡O sea, que esta era la gran noticia! ¡America e Inglaterra han estado practicando Yaoi todo este tiempo! ¡Impresionante! ¡Y yo que creía que se llevaban fatal! ¿Para cuando la boda?
Mientras Francia les apunta con el dedo y se ríe de su propia broma, ridiculizandoles delante de todos, America alerta de los estragos que esto esta causando en Inglaterra. Parece que va a volver a llorar, y aprieta con mas fuerza la mano de America. Su cara parece un carbon en ascuas.
Sintiendo que no puede dejar a Francia salirse con la suya, coge aire para contraatacar, pero una mano en su brazo le impide continuar. Es Inglaterra, que le agarra para detenerle. Le mira con cordialidad, le suelta el brazo, y se dispone a contestar.
-Francia... Me da igual si seré objetivo de tus burlas durante un tiempo por esto... Porque lo que ha pasado entre America y yo es algo que tu nunca vas a experimentar como lo estoy haciendo yo... Por eso... -con los ojos en lagrima viva, se digna a mirar hacia arriba para dirigirse a Francia, que aun se retuerce de risa.- no te voy a decir nada al respecto. Porque yo también le quiero.
Dicho esto ultimo, se gira hacia America, que le mira incrédulo ante este brote espontáneo de fuerza. Sonríe, feliz de haberlo soltado todo, aun con lagrimas en los ojos, y se tira sobre este con los brazos al cuello. America le agarra de la cintura y acomoda su cabeza en su hombro, mientras el otro empapa su chaqueta. 
-Lo... Lo hice... Y todo es por ti... -consigue articular bajito.
-Estoy orgulloso de ti. Y ahora, el premio.
Delante de todos, ante Francia que no acaba de asimilar el insulto que le han dedicado, y ante el resto de gente que aplaude ante todo lo que ha ocurrido, Inglaterra y America se funden en uno una vez mas. Intercambio de sentimientos profundos y secretos. Solo para ellos dos.