La música sonaba fuerte, mi corazón latía lentamente, mil imágenes venían a mi mente. Una palabra, una acción, mis lagrimas, el latido de mi corazón, un recuerdo y dolor, mucho dolor, como cuando cae en tu ojo una gota de limón, solo eso podía pensar y sentir en mi interior, una lucha entre el corazón y la razón , entre perdonar y olvidar o simplemente dejarte atrás .
Mi garganta seca, mis latidos en mi cabeza, mis ojos luchaban contra las lágrimas, que clamaban por ser derramadas, mi corazón contra la opresión, que causaba un inmenso dolor.
Una blasfemia lance al viento, recordando que por ti es mi sufrimiento, solo por tu estúpido comportamiento, es que a caso no valgo nada, a caso no te da remordimiento, causar en mi tanto sufrimiento, claro que no, por que de ser así estarías aquí junto a mi.
Maldije el día en que te metiste en mi vida, pensar que aun recuerdo como vestías, un vestido rosa pastel, con tu cabello suelto y largo, te veías tan angelical aquella vez, lastima que cambiaras tanto después, “¿quien hizo esto de ti?”, me pregunte mas de una vez, jamás obtuve respuesta.
Con tu sonrisa me cautivaste y con la mirada me hipnotizaste, cafés como las hojas de los arboles en otoño, me sonreíste y saludaste, juro que tras de ti había un brillo destellante, de mi apariencia de chica fría me sacaste y una conversación lograste, “desearía que regresaras a ser esa chica tímida y algo torpe de antes, pero cambiaste y quizás nunca regreses a ser a de antes”.
Los días pasaron y amigas ya nos considerábamos, aun así yo deseaba mas que una amistad, un abrazo, un beso, una relación quizás, algo que evitaras que te fueras de mi lado y te llevaras ese calor que me habías dado, pues yo jamás tuve a nadie, mi familia murió cuando tenia seis y mis padrastros conmigo no se llevaban bien, creo que siempre les estorbe, pero tu me hiciste ver que no todo es tan malo, veras con el tiempo en el amor deje de creer, pero con tu inocencia me hiciste renacer, “eras muy bella y buena, pero cambiaste”.
Un día me anime y un beso te robe, pensé que me detendrías, pero, tu no te opusiste e incluso me correspondiste, debo admitir que al cielo me llevaste. Me preguntaste la razón y yo te respondí me robaste el corazón, me sonreíste y abrazaste mientras te atrevías a besarme.
Y así comenzó la relación, cada día te ganabas mas mi corazón, pero mi cuerpo te deseaba con mas devoción, pero quien me culparía eres hermosa y yo una simple humana enamorada. Me dormía con tu aroma en mi mente y en mis sueños tu te hacías presente, con gemidos y gritos mi nombre clamabas claramente y así te hacia mía solamente.
Despertaba sudada y con la respiración agitada, mi cuerpo te deseaba y mi mente ya no controlaba, no podía verte a los ojos sin pensar en mis sueños y mi cuerpo sobre el tuyo, imaginando la sensación que causaría tal acción.
Una noche mi deseo se cumplió y tu cuerpo finalmente mío se volvió, en la puerta de tu casa, paradas sin hablar, me miraste e invitaste a pasar, entre besos y tropiezos a tu habitación me hiciste llegar. La ropa estorbo se volvió y tras besos y caricias desapareció.
Terminamos en la cama con tus manos en mi espalda y las mías en tus bragas, bajando lentamente hasta tu entrada, tus gemidos a mis oídos llegaban y lentamente fui entrando para terminar con una sola estocada, descubriendo que de esa manera nunca habías sido tocada, que tu pureza yo profanaba. “Ese día fui tan feliz”, al saber que me entregabas tu virginidad, pero no todo era risas nada mas.
Desearía saber cuando te perdí, quizás fue una de las noches que saliste sin mí, o tal vez simplemente te aburriste de mi y mis celos, o de mi frio comportamiento, desearía que supieras cuanto lo siento, pero comprende que expresarme nunca fue mi talento, quizás me lo merezco lo se pero aun así no me adapto a la idea de vivir sin ti, y es que me convertí en una dependiente de ti y tu risa de siempre incluso de tu malos tratos hacia mi, quizás sea masoquista o simplemente necesitada de calor humano y de amor.
No se a quien odio mas si a ti por hacerme tanto mal o a mi por no poderte olvidar, de una u otra forma te sigo amando y se que si sigo así tu terminaras matándome de dolor, quizás nunca me maltrataste pero si me engañaste, muchas veces estoy segura, cada día me pregunto como la sumisa se convirtió en dominante y como esta fría chica se trasformo en una dependiente masoquista.
Pero aun así mírame ahora, revolcándome aquí de dolor por ti, en medio de música, drogas y alcohol, perdóname si no muy a menudo te dije cuan importante eras y eres para mi, pero finalmente ambas nos hicimos mal, quizás sea mejor olvidar.
Ahora aquí caminando por las calles, un poco ebria ya y con dolor de cabeza, escucho un sonido familiar, levanto el rostro escondiéndome tras un poste y vaya sorpresa, eres tu riendo con un muchacho al lado, pero que ironía tu riendo y yo aquí muriendo, no sabes las ganas que tengo de acercarme y partirle la cara a ese sujeto, ese que te cambio, que con palabritas bonitas de mi lado te alejo, me pregunto si algún día lo lamentaras.
Me alejo sin decir o hacer nada, ya eh tomado una decisión te dejare en libertad, para que a ese tonto puedas amar, espero, y te ame tanto como yo lo hago y que nunca te arrepientas de haber matado este corazón que tanto te ah amado.
Ya a amanecido, seguro, y pasaste la noche con el sujeto ese por que en toda la noche no hubo señales de ti, me levanto y baño, no desayuno, no tengo apetito en este momento, tomo mis maletas y dejo una carta sobre la mesa, espero, y al menos la leas.
Tomo un taxi y llego al aeropuerto estoy decidida esta vez no voy a retráctame voy a dejarte, aun no puedo creer que regrese a Inglaterra no tras haber vivido tanto tiempo aquí, en los ángeles junto a ti. Un recuerdo el motivo por el cual venimos aquí, fue para alejarnos de mi familia, para evitar que nos separaran, nunca les agradaste, ahora se que quizás debí escucharlos mas y no dejarme llevar por tu carita de niña buena, como solia decir mi madre.
Escucho como mi vuelo ya esta abordando, volteo antes de entrar al pasillo, quizás esperaba que al menos vinieras a intentar pedir perdón como siempre, pero creo que este es el adiós definitivo.
“Adiós” susurro ante la ventanilla observando como el vuelo despega “adiós para siempre Amelia” una lagrima baja por mi mejía al pronuncia tu nombre y siento como mi corazón se llena de opresión.
“Hola” escucho decir a alguien junto a mi, “hola” respondo algo queda, observando a la chica junto a mi de pies a cabeza, con su cabello un poco debajo de los hombros y su flequillo tapando su ojo derecho, ojos verdes y lo que mas destacaba una sonrisa tan angelical que hasta los ángeles la envidiarían, realmente era hermosa.
“Me llamo Elizabeth” dijo con otra sonrisa “Fernanda” dije sin perderla de vista “un gusto conocerte, y ¿por que razón viajas?” pregunto, seguro y seria un vuelo largo.