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¿Cuánto tiempo más? por Arian_Sly

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Notas del capitulo:

Kyaa~ muchas, muchas gracias por su rvw, aqui esta la conti, espero que tambien les guste. Tome la idea de darle celos a Hiro-san, pero antes Nowaki tiene que sufrir otro poquito.

Oki, a leer XD

Capitulo dos:

 

Se despertó cuando sintió los rayos del sol colarse por la ventana, realmente no tenía ninguna intención de levantarse, hoy podía quedarse en cama todo el día, no tenía que ir al hospital; pero aun así dejo la mullida, acolchonada y deliciosa cama. Era sábado, seguramente Hiro-san abría ido a la universidad a entregar el trabajo en el que se llevo tanto tiempo y regresaría.  Quizá podrían pasar el día, juntos, cuando regresara.

 

Entro a la ducha y se quito  la ropa; aun sentía el cansancio por el día anterior, pese a que pudo dormir un poco, seguía cansado. Reviso con la vista su dedo e intento doblarlo, pero aun dolía lo suficiente como para dejarlo quieto.

 

Tardo poco en el baño y cuando salió se arreglo rápido y se dispuso a arreglar  el apartamento, quien sabe, tal vez Hiro-san llegara de buenas y le compensara por haber limpiado el apartamento él solo. Metió ropa a la lavadora, organizo los libros de su novio, limpio la cocina y preparo el tempura que quería hacer desde el día anterior.

 

Termino de ordenas unas cuantas cosa y se fijo en el reloj, era la una y media, se extraño de que Hiro-san aun no hubiese llegado, pero se sintió feliz de haber podido terminar todo a tiempo, para que su novio viera lo que había hecho. Se sentó en el sillón y encendió la tele comenzando a buscar algo interésate, ¿Cómo era posible que sábado al medio día no hubiera nada bueno en la televisión?

 

Pasaron algo así como quince minutos hasta que escucho la puerta de la casa abrirse –estoy en casa, Nowaki –aviso la voz de su novio desde la entrada –vine por unos libros que olvide –

 

-¡Hiro-san! Qué bueno que llego, ¿no quiere comer algo primero? Prepare tempura –informo Nowaki con una sonrisa y acercándose para abrazo a su novio, el cual lo aparto bruscamente.

 

-los libros… ¿Dónde están los libros que deje aquí? –Pregunto con molestia el castaño, encarando al otro -¡¿Dónde demonios están los libros?! –

 

-¿Hiro-san? Yo… organicé un poco, los lleve a la biblioteca –respondió con un nudo en la garganta el chico de cabello negro –sólo quería ayudar… -

 

-¡maldita sea! –Chillo Hiroki –estaban ahí por una razón, ¡nadie te pidió que los movieras! Ahora me tomara más tiempo regresar a la universidad –

 

-Hiro-san –musito con tristeza Nowaki volviéndose a sentar en el sillón –lo siento mucho, sólo soy una carga para Hiro-san, en verdad lo lamento –

 

-Nowaki, no me empieces a fastidiar con eso de que eres una carga, sólo no te metas con mi trabajo –profirió Hiroki con molestia mientras sacaba su celular y comenzaba a teclear –Miyagi –sensei, me tardare un poco más –

 

El castaño se dirigió hacia la biblioteca a buscar sus libros, dejando al otro en sala.

 

¿Cuánto tiempo más Hiro-san?  ¿Cuánto tiempo más me vas a seguir lastimando así?

 

-sí, sé que voy retrasado –la voz del castaño se seguía escuchando hasta la sala –es sólo que el idiota de mi novio guardo los libros que ya tenía acomodados. Lo sé, sé que es importante, ya lo encontré, voy para allá –

 

Hiroki salió de la biblioteca con el libro en la mano y se apresuro a ponerse los zapatos –no creo regresar a comer, tal vez para cenar, me voy –

 

-que te vaya bien –balbuceo Nowaki, a sabiendas de que la puerta no iría a ninguna lado y que su novio ya estaba muy lejos como para escucharlo.

 

Se puso una chamarra ligera y decidió salir al parque a despejarse un poco. Se sentía triste, tenía un malestar en todo el cuerpo con el que no podía, era como si los sentimientos se agruparan en su garganta y pugnara por salir por sus ojos. ¿Qué es lo que había hecho tan mal? Que él recordara, nada, todo lo contrario, hacia hasta lo imposible porque su novio estuviera contento; y entonces, ¿Qué era?

 

Sus pies lo llevaron sin muchas ganas hasta el parque, el cual se dedicaba a ver de reojo, pues sus ojos estaban pegados en el suelo.  ¿Cuánto tiempo llevaba Hiro-san comportándose de esa manera? Mucho, se dijo, un mes, sino es que más, pero ¿Qué había detonado eso? Una pelea, una discusión… fuera lo que fuera, ya llevaba demasiado tiempo así, ya había pagado con creces cualquier cosa mala que hubiera hecho, pero ahora, incluso él estaba llegando a su límite.

 

Un lastimero suspiro salió de sus labios;  incluso el cielo comprendía cómo se sentía, estaba nublado y parecía que comenzaría a llover en cualquier momento, el cielo derramaría las lágrimas que él no se permitía a sí mismo derramar.

 

Qué triste es amar así, a expensas de que el otro te haga sufrir…

 

Llego hasta la banca donde vio por primera vez a Hiro-san, el lugar donde lo había visto llorar por su amor no correspondido, Usami Akihiko, el lugar donde se enamoro.  Una sonrisa triste adorno sus labios a la par que se sentaba en aquella banca.

 

Tal vez jamás debió presionar a Hiro-san para que lo aceptara, tal vez jamás debió meterse en su vida, y pese a todo ese tiempo, tal vez Hiro-san realmente no lo amaba.

 

Frías gotas de lluvia comenzaron a caer sobre él, y de un momento a otro toda la gente estaba corriendo en busca de refugio. – ¿Por qué Hiro-san no se da cuenta de que me lastima? –cuestiono al aire, dejando caer sus brazos sobre sus rodillas y cubriéndose el rostro con una mano.

 

Escuchaba a la gente chapotear en el agua a medida que corría, escuchaba una que otra risa de niños que querían divertirse en el agua, y escuchaba a sus madres reprendiéndolos de que no era bueno mojarse. Y de repente ya no escucho nada además del ruido de los carros, la briza,  las gotas de agua…

 

-deberías buscar refugio, está lloviendo muy fuerte –anunció un hombre de cabellos obscuro mientras lo cubría con su paraguas –si te quieres suicidar te vendría mejor una navaja, las pulmonías son bastante dolorosas –

 

Volteo lentamente a ver al dueño de, esas, tan consoladoras palabras, para encontrarse con unos ojos grisáceos a través de unos lentes ovalados. ¿Usami-san?, le cuestiono su mente, pero de inmediato desecho la pregunta, ¿Qué tendría que estar haciendo un escritor tana famado en un lugar como ese?, además Usami-san no usa gafas.  

 

-lo siento –se disculpo poniéndose de pie para emprender marcha hacia casa, quizá Hiro-san ya había llegado y tendría hambre.

 

-¿tu nombre? –pregunto el hombre de lentes con un tono realmente rudo.

 

-es cortesía decir el de uno primero, pero ya será en otra ocasión, ahora tengo un tanto de prisa –se excuso Nowaki dándole la espalda al sujeto, que sólo torció los labios en señal de molestia.

 

Comenzó a caminar rumbo a su apartamento siendo seguido de cerca por aquel hombre. Estaba cansado, fastidiado, dolido y para colmo un extraño lo iba siguiendo, se volteo para encarar al sujeto pero a la par que giro, sintió como el mundo giraba con él.

 

-¡oye! –Grito el hombre apenas si alcanzándolo antes de que tocara el piso – ¿estás bien? ¡Oye! –

 

-boca seca al igual que la garganta, visión borrosa, debilidad en las extremidades… no he comido nada desde ayer en la tarde y perdí considerable cantidad de sangre… –enlisto mentalmente Nowaki diagnosticando sus propios síntomas –sólo estoy deshidratado –anunció en voz alta antes de dejarse ir en la inconsciencia.

 

Con trabajos le hombre de ojos grises cargo a Nowaki y logro llevarlo hasta su auto, tendría que llamar a su doctor personal para que tratara a aquel chico, teniendo unos ojos tan hermosos, no podía dejar que lo trataran como a uno más en cualquier hospital.   

 

El salvador de Nowaki llegó hasta su mansión y se dispuso a bajar del auto al muchacho de ojos azules, con un poco de ayuda de su mayordomo, al cual le advirtió que no quería que lo tocara más de lo necesario. Tras haberlo ubicado en una de las muchas habitaciones de huéspedes, llamó a su medio de cabecera, el cual arribó en la mansión en un tiempo record.

 

 -Haruhiko-kun, dime, ¿Qué es lo que te aqueja? –pregunto el anciano doctor sacando su estetoscopio, a penas si poner un pie en la casa.

 

-esta vez no soy yo –enuncio el nombrado Haruhiko –encontré a un chico en la calle, y se desmayo, así que decidí traerlo aquí –

 

-Haruhiko-kun, no es como que puedas ir recogiendo gente, para eso hay hospitales que se encargan de la gente sin hogar, ¿sabes? –Excepto no muy feliz el anciano doctor mientras se acomodaba las gafas –vamos ya, muéstrame al enfermo –

 

-por aquí Kogurawa-sensei –hablo Haruhiko guiando al doctor a las escaleras y más tarde a la habitación de huéspedes –creo que es doctor… -

 

-¿crees que es doctor? –Pregunto incrédulo el anciano viendo detenidamente al joven, para después acercarse y poner una mano en su frente -¡arde! –

 

-¡¿arde?! –Exclamo el hombre de lentes buscando con la mirada el fuego -¿de dónde? –

 

-de temperatura, Haruhiko, de temperatura –explico el doctor negando suavemente con la cabeza –vamos quítale la ropa y pide que traigan compresas de agua fría –

 

El llamado Haruhiko se acerco lentamente y como titubeando en sí quitarle la ropa o no a ese chico que había conocido en el parque. Un leve rubor se asomo por sus mejillas, no era su primera vez desvistiendo a alguien, pero se sentía un tanto nervioso.

 

-déjalo –excepto ya un tanto malhumorado el doctor –llamare a una muchacha para que lo haga –

 

El dueño de la casa negó violentamente y le saco de inmediato la ropa al otro para después cubrirlo con una sabana –iré por las compresas de agua –

 

-¿Por qué decías que era doctor? –cuestiono el médico antes de que el otro dejara la habitación.

 

- porque antes de desmayarse dijo sólo estoy deshidratado –contesto Haruhiko saliendo de la habitación.

 

El médico comenzó a revisar el cuerpo de Nowaki, tenía unas ojeras dignas de un practicante de medicina, su cara se veía realmente demacrada y tenía en el semblante una expresión de dolor, reviso su mano, luego de revisar su respiración y su garganta se dio cuenta de que, en efecto, el chico tenía un severo caso de deshidratación.

 

Haruhiko regreso con el agua y sólo entrar pregunto – ¿Cómo está? –

 

-en efecto, tiene un severo caso de deshidratación el chico –apremio el docto con un poco de preocupación –yo consideraría en llevarlo a un hospital donde le puedan poner suero, pero si puedes darle una botella de suero oral cada hora estará bien –

 

-bien –accedió el dueño de la casa comenzado a poner las compresas de agua fría sobre la cabeza del chico –

 

-Kusama Nowaki, practicante de pediatría. Es bueno tener contactos en los hospitales –enuncio el anciano con un leve sonrisa –te deje unas pastillas para la fiebre, y Haruhiko-kun, cuida bien al chico –

 

El menor sólo atino a asentir con la cabeza mientras seguía mojando la frente del chico en la cama.

 

-Kusama Nowaki, mucho gusto –bisbisó rosando levemente sus labios con los de Nowaki y sonriendo tras hacerlo –eres un lindo tifón… -

   

Notas finales:

¡Espero de todo corazón que les haya gustado la conti! desde ya muchas gracias por leerme.

ne, ¿me meresco un paletita? bueno~ si quieren conti denme una paletita, si tengo alta el azucar me dan ganas de escribir XD

ciao~


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