El silencio es un poco abrumador, cansador, intento levantarme de la cama. La habitación se siente húmeda y vacía, como si nadie estuviera viviendo aquí durante años.
El frío se apodera de mi cuerpo y, poniéndome un polerón para apaciguarlo, me coloco frente a la pequeña ventana que al menos, me deja alguna conexión con el exterior.
No hay mucho que ver, el día está algo nublado, y por lo tanto, oscuro.
No quiero prender la luz.
Observo también, la gente que camina por la calle, despreocupada, indiferente, algunos con una sonrisa, otros con rabia, pena. Todos viviendo una realidad distinta. Así como yo, así como la que estoy viviendo yo.
Me alejo de ese vidrio y cierro la cortina, la habitación se oscurece aun más, pareciera que fuera de noche y todavía son las 4 de la tarde. Me paseo en círculos, cuadrados, pentágonos, los polígonos que existan, no sé qué hacer. No sé para dónde mirar.
No sé qué pensar.
“Eres un buen amigo, te lo agradezco”
Vaya, soy un buen amigo, un buen amigo para él, para sus necesidades, para sus sentimientos, Debería estar feliz. ¿Y la sonrisa en mi cara? ¿Dónde se metió?
Me vuelvo a tirar a la cama, esas vueltas marearon mi cabeza, tengo un hambre inmenso y sin embargo, no quiero levantarme, no quiero salir de este lugar.
“Nunca me abandones”
Imbécil.
No lo haría aunque quisiera. Aunque quiero. Pero no quiero a la vez. Esto es difícil, me marea, quiero vomitar.
“¿Cierto que nunca lo harás?”
Maldita conversación que tuvimos, y yo mostrando las mejores de mis falsas sonrisas ante ti, ante ti…
“Claro que no Jinki hyung, hazlo! Esto te hará bien”
¿Y a mi qué? ¿Que me vaya al diablo?
FLASH BACK
- Me ofrecieron un viaje a Japón para presentarme como solista, una empresa de allá lo dijo, y bueno, ya habló con esta empresa, extrañamente piden mi opinión –ríe levemente-, ¿qué piensas tú? –me miraba con confusión y algo apenado, seguramente esto no lo veía tan bueno como sonaba.
Lo miraba a los ojos serenamente, intentando mantener la calma. Estábamos solos conversando, me dijo que yo tenía el carácter para tomar una buena decisión respecto a esto. Yo creo que soy el menos indicado.
- Yo creo que está bien… -miento.
- El problema está que el contrato es por 2 años… -guarda silencio bajando la mirada- Yo… soy el líder acá, no creo que sea algo bueno irme y dejarlos acá.
Su voz diciendo “dos años” hacía eco en mi cabeza.
- Es una oportunidad que la vida te ofrece, no debes dejarla ir –quédate acá- además, fortaleces tu canto, y muestras tu talento, creo que es lo mejor para ti –trago y trago saliva.
- No lo sé Jonghyun, tampoco sé cómo lo tomarán los demás…
- Ellos deben dejar que también hagas tus actividades –mi estúpida sonrisa saliendo a flote ¿por qué estoy diciendo algo que no siento?
No soy un egoísta, no soy un envidioso, no es que no quiera que hagas como solista y te popularices por allá. Sólo soy un maldito posesivo de ti.
- Maldición, esto es complicado, en serio no quiero dejarlos solos…
- Jajajajaja Hyung! –lo abrazo- No nos pasará de nada, deja de preocuparte innecesariamente, nosotros siempre estaremos en contacto contigo –por qué mierda hice eso, el nudo en la garganta que está apareciendo impide que hable bien.
No quiero que se vaya, no quiero dejarlo de ver cada día, no quiero quedarme sin su sonrisa, sin su alegría, sin ser parte de un pedazo de su vida.
- Eres un buen amigo, te lo agradezco…
- No te pongas melancólico ¿si? –mantengo mi sonrisa con dificultad, realmente quiero llorar.
FIN FLASH BACK
Mis mejillas empapadas, mis ojos rojos, mis párpados hinchados, mi pecho apretado. Mi voz lanzando sollozos.
Por qué te tienes que ir, por qué te aconsejé que lo hicieras.
Malditos por qués, quisiera callar a mi cerebro, dejar de pensar, quedarme en esta habitación por siempre, no salir, no aceptar la realidad que hay afuera, la realidad de esas maletas frente a la puerta de la casa.
No puedo salir de aquí con esta cara, con estas lágrimas, pero siento que mi vida se derrumba, que mis sueños se caen a pedazos.
Tan sólo porque… te vas tú…
Cómo quisiera tener el valor para decirte que te necesito aquí, que sin tu presencia ya nada es igual, nada es como yo lo quiero ver y sentir.
Tan sólo porque… te vas tú…
Odio ser tan sensible, tan fácil de quebrar, me creo un hombre completo y aún así lloro como una niña cuando algo me emociona, ni siquiera a Taemin que es más pequeño le pasa eso, es increíblemente estúpido.
- Jonghyun! Sal de ahí, que Onew ya se va… -avisa la masculina voz de MinHo, cosa que realmente era lo que menos quería oír.
Tengo miedo de mirarlo a los ojos, de contemplarlo, con su chaqueta puesta, intentando sonreír para no hacerlo un momento melancólico, con sus dos manos cargadas con sus maletas, listo para la marcha, para el adiós.
Me levanto de la cama, y con mis manos tiritando tomo la perilla de la puerta para girarla lento, abriéndola suavemente y dejando entrar una luz insoportable que agredió a mis ojos.
Ya acostumbrado un poco camino por el pasillo hasta llegar a la entrada. Y ahí estás, con esa estabilidad y equilibrio que quieres implantar en los demás para no dejarnos tristes.
Giro mi mirada hacia Key que tiene sus ojos llorosos, dándome cuenta que está sufriendo mucho, demasiado. Mas no como lo estoy sufriendo yo.
MinHo, a él lo veo tranquilo, pero sé que por dentro está dolido, pero al menos cree que es lo mejor para él, y por eso de alguna forma lo apoya y está contento.
Está bien, lo admito, soy un maldito egoísta que ni siquiera me pongo contento por él.
Taemin…
- Hyung –interrumpe mis pensamientos con un susurro el recién nombrado, y con un rostro más serio que triste, solicita- ¿Y si te quedas un día más? Todo esto fue tan rápido y, ni siquiera hicimos algo de despedida, algo que podamos compartir entre los cinco.
- No depende de mi, Taemin… si pudiera de verdad lo haría…
- Miente… -fue la única palabra que pude decir, fijó sus ojos en los míos y me observó, sé que notó mis ojos hinchados, mi rostro desgastado en lágrimas, a lo mejor vio hasta cómo mi corazón se partía en pedazos- di que tienes una presentación a último momento, y no puedes faltar… son ellos los que te necesitan a ti, no tú a ellos. Sabrán esperar… -mi cara no mostraba expresión alguna, pero mis pocas palabras demostraban lo que me dolía verlo partir, alejarse de nosotros.
- Lo… intentaré… -frente a nosotros toma su celular y, mientras marcaba los números, yo me mordía el labio con ansiedad, con nervios de la respuesta que recibirá de esos idiotas que quieren alejarlo de mi…- Ho-hola… -silencio- Sí, eso estaba haciendo, pero se me presentó algo ahora y no puedo faltar, es un compromiso importante con mi grupo –silencio- Sí, comprendo… ajam…. Si, si, si… Está bien… Ok…
Mirábamos expectantes y con mucha atención, Onew parecía no haber recibido el “permiso”. Vi cómo cortaba el teléfono y nos miraba a cada uno con un gesto decepcionado.
- Me dijo que… -sonríe- si… -no debería haber hecho esa broma con su mirada, realmente tenia el alma en un hilo.
Corremos y lo abrazamos, simplemente era un alivio, una felicidad, una razón para reír y disfrutarlo, aunque sea sólo un día más. Al parecer fui el más rápido al correr (y eso que estaba más alejado que los demás) porque yo era el único que lo tenia abrazado completamente, lo apretaba contra mi por su cintura, su calor, su dulce calor.
No te das cuenta, no te fijas, todo lo que significas para mí… Y lloro, lloro en silencio y las gotas las escondo en tu camisa, y te aprieto contra mí, y te siento, tus manos correspondiendo mi abrazo y el de los demás.
Sólo abrázame a mí…
Corazón egoísta…
- Ya que tenemos un día más, más bien, una noche más porque, porque ya estamos a la mitad, y, y, y, tenemos que preparar algo delicioso también –Kibum a veces es muy gracioso, se emociona mucho cuando se trata de celebraciones, siempre quiere preparar todo y no sabe cómo empezar.
Yo reía sin soltar a mi líder de mis brazos, a él no le extrañaba porque siempre he sido efusivo, y eso es una ventaja para mi… y así no sospeche…
Sospechar que te quiero, que te quiero más que a nadie… que te quiero de otra manera…
Como dijimos, preparamos todo, y comimos demasiado, hasta alcohol hubo y eso que ni tomamos (no porque no nos guste, sino por el hecho de que no nos apasiona hacerlo). Lo malo fue no haber controlado a Taemin, que ahora estaba dormido por haberlo hecho sin comer nada entremedio, siendo afectado muy rápido. A veces soltaba unos lindos ronquidos ¿Los ronquidos pueden ser lindos? Los de él sí.
Key reía por todo, hasta del dibujo que tenía la alfombra, era ridículamente divertido. MinHo a veces lo miraba de reojo.
.—
Desperté de un salto, y eso provocó una punzada en mi espalda. Demonios, dormir sentado no es bueno pensé, y, mirando a mi alrededor, vi que todos dormían en el sillón, se veían muy angelicales. Mis ojos pasean por todo el lugar, hasta que algo llama obsesivamente mi atención.
Tu rostro.
Magnífica escena, ahí estás, durmiendo plácidamente, tu cuerpo casi desparramado por el sofá, tu pelo desordenado, estás algo sonrojado, con tu boca entreabierta y un vaso apoyado en tu pierna.
Tus piernas. Honestamente me encantan. Tu mano apoyaba el vaso levemente y sin fuerza. Subía mi mirada gustoso a tu abdomen, tu pecho, tu cuello. Tus labios... tus ojos cerrados…
Suspiro, mis ojos se entrecierran por inercia. Pensar que ya no te tendré así, como estás ahora. Me entristezco, me acerco a ti… quisiera tanto disfrutarte, al menos, esta noche, quedarme con algo de ti antes que te vayas, mas son ilusiones de un imbécil enamorado que apenas lo reconoce él mismo.
La vista es… perfecta. Suavemente con mis dedos tomo algunos cabellos de su flequillo y los muevo hacia un lado, tenía la sensación de que le molestaba. Continué rozándolos contra su piel, su mejilla suave, le contemplaba sin dejar ningún detalle sin mirar, sin apreciar, sin distinguir. Mis yemas bajan a sus labios. Estaban algo secos.
Que ganas de humedecérselos…
Mis ojos se nublaron de agua salada, y sin pudor, sin más vergüenza, sin pensar en si va a despertar o no, junto mi nariz y mi frente con la de él, y veo sus labios. Cierro fuerte mis párpados y mis lágrimas caen por mis mejillas, Quiero que esto no termine jamás.
Y en un pausado movimiento, luego de mojarme los labios con mi lengua, coloco mis labios junto a los de él, y presiono contra ellos, contra su respiración.
No te vayas hyung, no te vayas…
Mi corazón se apretaba y mi estómago me entregaba cosquillas agradables, mi mano seguía tocando su mejilla, y yo sólo me limitaba a disfrutar el contacto de nuestras bocas, ya no sé si despertó, no sé si me está mirando, yo sólo quiero vivir esto, esto último que puedo hacer antes de que se aleje de mí.
- Te amo… Jinki hyung… -murmuré en sus labios.
.—
A la mañana siguiente nos estábamos despidiendo, tenía que irse temprano, nosotros ya no podíamos hacer nada, ni pedir un día más, ni una hora. Sólo quedaba aceptar.
Tenía apretada la garganta, ya no quería llorar más, no quería hacerle más difícil su viaje. Cada uno lo abrazó, y yo, no quería hacerlo. Sabía que explotaría entre sus brazos, sabía que sentir su aroma, el calor de su cuerpo haría necesitarlo más, haría extrañarlo más, haría amarlo más.
Pero no pude escapar, sus brazos rodearon mi cuerpo y me apretó. Yo no quería corresponder, mis labios tiritaban, mi corazón ya no podía más con todo esto.
Que se vaya de una maldita vez…
Lo sentía tan cerca, tan extrañamente cerca. Colocó su cara en mi cuello y respiraba en él, su cuerpo temblaba un poco.
Quería consolarlo, decirle que todo pasará rápido, que estaremos en contacto siempre, y no podía. Si hablaba, todos mis esfuerzos por aguantar el llanto no valdrían la pena. Correspondí el abrazo y olí su cuello. Esto era demasiado para mi.
Me soltó rápidamente y para mirar a los demás expresó una sonrisa forzada y abriendo la puerta, sale de lugar, dejando todo en silencio. Todo en vacío, todo apagado. Sin vida. Yo sólo corrí a mi habitación, a la oscura y fría habitación.
Como una niña, si, como una niña lloraba su ausencia, su ignorancia de mis sentimientos…
Una luz habita en el lugar, una luz que iluminó casi todo. Miro el velador y ahí estaba, el celular vibró unos segundos. Mensaje de texto.
“Soy un desgraciado cobarde. Lo siento tanto. Sólo puedo decirte gracias por el regalo de anoche… Y por favor no llores… Nos volveremos a ver luego”
- …Idiota –mis mejillas arden y sólo puedo sonreír, no puedo dejar de hacerlo.
Nunca dejarás que esté triste, nunca te irás sin antes hacerme sonreír, jamás.