Me gustas…
Capitulo #16: Un lo siento, un recuerdo, una verdad y un amor (Sasuke)
Cuando ingresaste por la puerta de aquel despacho, tenía claro una cosa, y no me importaba cuantas personas me dijeran que era imposible, cuanto mi padre se esforzara, cuanto mi hermano te amara y comprendiera y mucho menos cuanto amor te profesara ese peli rojo, tú jamás te alejarías de mi lado.
-Lo siento…
Sé que en estos momentos te encontraras más confundido de lo que tu cara intenta aparentar, y aun a pesar de que tu boca se abría y serraba esforzándose para formular tú duda, me daba cuenta lo extraño que era para ti que te dijera esas palabras.
-Lo siento Naru…
Sé que no tenía ningún derecho, no, aún más, sé que no me merezco el siquiera mirarte, y no te culpo en que en estos momentos lo que más deseas es alejarte de mí, que este viaje solo sea una tortura para ti, y aun a pesar de todo eso no te dejare ir.
-Un día me dijiste que querías que lo intentáramos… que si lo deseara podíamos ser amigos.
-En la… boda.
Evadiste mi mirada tan rápido que incluso me costó entender un poco lo que dijiste, ahora lo recordaba con claridad, en la fiesta de nuestra supuesta “boda” tú me llamaste e intentaste hablar con migo, intentaste explicarme, explicarme el por qué eras tú mi esposo, intentaste entenderme y darme una opción de convivencia pacífica.
Ese día delante del juez cuando te pregunto si me aceptabas como tu marido, esa confusión y sorpresa en tu rostro, hasta ahora lo comprendía, tú realmente no sabías que yo era el hombre con el que tu padre te había comprometido.
-Y si ahora soy yo el que te propongo que si podemos ser amigos.
No te volviste para verme, ni siguiera te moviste, seguras con la cara desviada, impidiéndome ver tu cara, pero pude notar ese ligero temblor en tu labios.
- ¿Amigos?
Tu voz era como un susurro, un susurro corto que intentaba ocultar o al menos contener algo que por falta de visibilidad a tu rostro aun no podía descifrar que.
-Sí, así como lo dijiste en la bod… en esa noche, yo no deseaba casarme, y te mentiría si no te dijera que me moleste mucho con mi padre por comprometerme y obligarme a casarme pero…
Cuando tu cara se giró en su totalidad y me viste de lleno con tus grandes ojos azules, aquella seguridad que había recopilado para decirte todo lo que llevaba atorado en mi garganta parecía haber desaparecido y aquellas palabras habían caído a mi estómago, desintegrándose por culpa de los ácidos gástricos.
-Pero… sé que te sonara estúpido y descabellado pero me acostumbre a tu presencia…
Que tu mirada se mantuviera fija en mí, que esta no reflejara nada más que sorpresa y que tú ahora impuesto mudismo, no me ayudaba en nada, y sumando el hecho en que nunca me visualice en esta situación, en la que yo, el gran Uchiha Sasuke se viera pidiéndole a un doncel que permaneciera a mi lado, que de una u otra forma me había acostumbrado a sus atenciones, a su presencia, a su… amor.
-Sé que no tengo ningún derecho a pedirte esto pero… pero regresa a casa, vuelve a sonreírme, vuelve a cuidar el jardín, a cuidarme a mí.
Me sentía patético, como un miserable rogón, uno de esos estúpidos hombres que morían por su esposo(a), que eran incapaces de mantenerse en pie lejos de la otra persona, de esos hombres que me prometí y jure nunca ser. Y mirarme ahora así, delante de Naruto, anhelando que él aceptara mi propuesta, que de un momento a otro aceptara y me sonriera como lo hizo el día en que me llamo detrás del edificio principal del internado.
-Lo notaste ¿no?
Tu expresión se suavizo un poco, solo que no era precisamente alentadora, al contrario parecía dolida. Levantaste tu mano derecha y rosaste tus mejillas con la yema de tus dedos, y lo comprendí.
Aun podía sentir como tu cuerpo se había estremecido con el contacto de mis manos, y como por todo tu cuerpo se encontraban esas marcas, esas marcas que recorrían cada parte de ti, que te obligaban a mantenerte oculto tras esas calurosas ropas.
-Cuando me rechazaste… cuando me dijiste lo que te provocaba, cuando te enredaste con esa mujer, Karin, fue cuando comprendí.
-Lo siento Naruto yo…
-No es ningún reclamo ni mucho menos un reproche Sasuke… yo siempre supe que no te gustaban los donceles, incluso antes de que me declarara, también intente entender tu disgusto por la boda y tu forma de actuar hacía con migo, de verdad que tan solo quería que nos lleváramos bien, que aunque no fuéramos amigos nos tratáramos y respetáramos… un… poco.
Estrujé la servilleta entre mis manos, quería pararme y hacer algo para impedir ese llanto que ya comenzaba a deformar tu voz y cristalizar tus ojos, pero sabía que aunque me pusiera de pie y fuera a tu lado tan solo me pararía frente a ti como un idiota, incapaz de tocarte, incapaz de decir o hacer algo para consolarte.
-Soy consciente de que la forma en la que actué no fue la correcta, que te hice mucho daño… que lo que te pido no tiene sentido.
Y el recordar lo que ese mapache sin cejas te dijo, me haca darme cuenta cuan descabellada era la propuesta que te hice, era más que evidente que si se tratase de otra persona me hubieras arrojado todo lo que estuviera en la mesa, gritado una que otra verdad y marchado sin ni siquiera prestarme la más mínima atención.
-Cuando yo llegue al internado Konoha, pensé que mi estadía seria como siempre, pasaría desapercibido y me mantendría al margen…
Tu voz a pesar de que no era muy fuerte podía escucharla claramente y cuando hiciste un silencio, a causa de la pareja que paso por detrás tuyo, supe lo tarde que era, tan solo seguíamos ahí un grupo de chicas que chuhechaban y se reían cuando te miraban y me saludaban según ellas muy sexy's.
-Pero cuando me declare y fui rechazado por ti, mi primer amor y mi padre me informo del matrimonio, me prometí intentarlo al máximo, Sasuke-san. Me intente convencer que era lo mejor, que podría intentarlo...
-¿Intentarlo? Te refieres al matrimonio.
Naruto me estaba diciendo que, había planeado intentar con otro lo que había estado haciendo con migo, a que todas aquellas intenciones y amor así como me lo dio a mí se lo pudo haber dado a alguien más.
-Convencerme que ese matrimonio podría ser algo bueno, y así como estaba dispuesto a esperar a que él que fuera ha ser mi esposo me aceptar también estaba dispuesto a olvidarte Sasuke-san.
Continuaste como si yo no hubiera dicho nada, tu mirada en ningún momento se apartó de la mía y hasta que guardaste silencio, supe que tan seria fue esa declaración al igual de como yo lo había arruinado todo.
-Perdóname.
-No hay nada que perdonar, tu actuaste según tu juicio y para ti eso era lo correcto, tan solo pido que así como tu deseabas tu libertad, ahora me entregues la mía.
Tomaste la pequeña palanquilla de tu silla que te hizo retroceder de la mesa, habías dado por terminada esa plática, habías rechazado tajante y claramente mi oferta y comprendía que a pesar de todo no podría seguir reteniéndote, no podía simplemente seguir siendo egoísta.
-Lo siento.
Estaba más que seguro que en ese momento era la peor disculpa que había existido, muchas veces le dije a mi padre que un simple “Lo siento” no valía nada, que esas palabras no resarciera el daño ya hecho y que no podrían regresar jamás a lo que fue un día.
Pero cuando levante la vista tú ya no estabas en aquel restaurante, creo que ni siquiera había escuchado mi última disculpa, que tu alejamiento ahora era el pago que recibía por mi propia estupidez.
-Sé que al principio es muy difícil, que quisieras golpear al tiempo y que darías todo para volver a donde inicio, a reparar los errores y hacer las cosas bien… pero hijo eso ya no se puede hacer.
(N.A.:/ una pequeña interferencia, en la uni, me paso algo extraño, cuando inicie este semestre llegue temprano a mi clase – Lo cual es bastante raro… he ahí o extraño u.u°- y me senté justo en medio del salón, bueno para no hacerla larga, este se fue llenando muy rápido y a ambos lados de donde me senté yo, se sentaron una pareja gay, de la cual me hice amiga –Obvio- pero al final del semestre terminaron –La razón: según yo una estupidez, ha pero bueno- y no sé como pero me salió esta frase, que fue con la que inicie este cap.)
La mano en mi hombro y esa corriente de aire que refresco mi nuca, me hizo sentirme aun peor, si eso era posible, gire un poco mi nuca para ver a mi padre y este se encontraba haciéndole señas a algunos meseros, aparentemente para que nos permitieran estar más tiempo ahí.
-¿Qué haces aquí padre?
Me incorpore tan rápido de la silla, no solo para quitar su mano de mi hombro si no para alejarme de él, el solo pensar que justamente mi padre es quien hubiera escuchado aquellas palabras, simplemente no lo podía aceptar.
-Se suponía que en este viaje estaba prohibido cualquier interferencia, o acaso viniste a persuadirme de que firme, no ya se, vienes a burlarte de mí por mi reciente confesión.
No podía evitar sentirme miserable, pero eso no quitaba que las palabras de mi padre me habían atravesado mi orgullo, si, tenía razón, quería volver el tiempo a cuando nos casamos, no aún más atrás, mejor a cuando se me declaro, recibir sus chocolates, decirle lo que esa noche iba a decirle (N/A: para los que no se acuerdan, Sasuke iba a darle las gracias por los chocolates), ir al baile juntos, que todos me vieran con el rubio y sintiéndose feliz de estar del brazo de mí, al igual que haber sido la envidia de todos.
Descubrir lo maravilloso que era ese oji azul y en un futuro no muy lejano, proponérsele al Uzumaki como era debido. Ho... que tan diferentes hubieran sido las cosas si al menos hubiera aceptado que aquel doncel no me era del todo indiferente.
-¡Basta de sentir lastima de ti mismo Sasuke!
La voz de mi padre retumbo por todo aquel cuarto, y por loco que suene, me pareció ver que hasta los vitrales retumbaron de miedo que provoco su voz, y no solo ellos, y podía asegurar que si no me mantenía aun sujetado de los hombros, me hubiera desecho en mi silla ya rato.
-Déjalo ir hijo... sé que será mejor así para ambos.
-¡NO!
Me negaba siquiera a pensar en la idea en que Naruto se alejara de mí, en que no lo volvería ver nunca o lo que era aún peor en que lo viese con alguien más sujetando su brazo, y me frustraba la idea en que él pudiese ir al lado de aquel mapache sin ceja.
-Hijo no es bueno estar con alguien solo por compromiso o el agradecimiento.
-No me vengas con eso ahora, y menos tu padre.
-Porque soy yo quien te dice esto, deberías de entender mis palabras, y lo sabes.
Me enfurecía, el ver su rostro aun me causaba odio, el saber que nunca me quiso, nos quiso, ni a mi madre ni a mí, y que tan solo fuimos un percance, un estorbo para su “verdadera felicidad”, y ahora después de que la desgracia pasaba de que la culpa lo carcomía venía a pedir perdón, era bajo, era justo como actuaba ahora y eso, era lo que más odiaba.
-Y esperas que en verdad crea que lo sientes, que después de años de abandono te perdone así como si nada...olvide lo que nos hiciste, le hiciste a mi madre y corra a tus brazos y te diga que estoy feliz de que volvamos a ser una familia.
-Tan solo espero que comprendas que las cosas no fueron como tu madre te lo contó,
-¿Qué no fueron así?
Me sentía a punto de explotar, quería maldecir a medio mundo, arrancarle las vísceras a cualquiera que se atravesara en mi camino, rogarle a Kami-sama que en este momento no me diera la oportunidad de matar a mi padre, por que en verdad que estaba siendo tentado, y eso no me ayudaría en nada para con Naruto.
-Sasuke escúchame.
Y es que aun recordaba todo tan claro y vivo que dolía, quemaba y atormentaba, era como si cada parte de mi ser se alterara por la simple mención de aquel desastroso acontecimiento, y ¿cómo no sentir odio por el ser que destruyo todo tu entorno? El que arruino tu familia, tu infancia y el corazón de tu madre, el que te volvió el ser frío y descorazonado...
________________________flashback 'T^T__________________________
Ese día me levante como cualquier otro no aún mejor esa día no era como los otro, era el día en que mi padre iría al fin a si escuela, aun no lo podía creer, había esperado por años ese día, el día en ser reconocido por la persona que más admiraba.
Me cambien tan rápido y baje corriendo por las escaleras hasta llegar a la cocina, no quería que mi padre se escabullera para no llevarme a su trabajo, había estado persiguiéndolo por más de un mes rogándole que me llevara con él.
-¿Y la señora, sigue encerrada?
-Hai, no ha salido en tres días, ¿Quiere que llame al médico?
-Si esta tarde no sale, te lo encargo, la copia de la llave está en el cajón de siempre, esta noche no llegare a cenar, asegúrate de que Sasuke se acueste temprano.
- Que le vaya muy bien señor.
Cuando la voz de la cocinera se escuchó mientras se abría la puerta principal, sabía que era ahora o nunca, me deslice por la puerta que daba a la piscina, corrí hasta poder colarme dentro de la camioneta de mi padre, mientras me tapaba con algunas cosas que se encontraban ahí.
Sentí como el motor era encendido y en menos de un minuto ya estábamos atravesando la calle principal del fraccionamiento en donde vivíamos, me asome tan solo un poco cuando sentí como la camioneta de mi padre se detuvo frente a una casa pequeña.
-Pap….
-Fuga-chi
Cuando vi a mi padre bajar de la camioneta lo único que se me ocurrió hacer fue salir de mi escondite y preguntarle el que hacíamos ahí, pero antes de que pudiera hablar, una persona corrió hacia mi padre abrazándola.
-Fuga-chi realmente viniste.
-Si tú me llamaste, era imposible que no viniera mi amor.
Por el vidrio de la camioneta pude ver como mi padre, ese hombre que yo siempre pensé que era perfecto, tomaba a un chico un poco más alto que mi hermano mayor, de cabello largo y rubio, delgado y un poco delicado, un Doncel.
Mientras que ese chico rubio tomaba del cuello a mi padre y lo besaba, y mi padre no hacía nada para alejarlo, al contrario lo tomaba de la cintura y lo acercaba a él para mantenerlo más cerca.
-¿Ha estado bien?
-Hai Fuga-chi.
Vi a mi Oto-san sujetar al chico mientras lo besaba.
-Sr. Uchiha, ¿Qué está haciendo fuera de la casa de un Doncel bien?
-Pues mas le bale prepararce porque que lo seguire haciendo todos los días Joven Deidara.
-¿Es una amenaza?
-Tal vez, pero si lo quieres averiguar que te parece si te lo digo en una semana.
-Hmn eso es en mucho tiempo.
-Jajaja... no no es tanto anda entra que Nagato se enojara con migo si te distraigo por mas tiempo.
-Prometeme que te cuidaras y que volveras.
-Jamas te dejaria, y volvere es una promesa.
Y en un movimiento rápido el joven rubio se dio la vuelta beso a mi padre y al separarse mi padre se dio la vuelta para subirse de nuevo a la camioneta, yo me volví a esconder y todo el camino que hizo a su oficina se la paso en silencio.
Se fue por las escaleras del estacionamiento mientras yo aún seguía quieto y escondido miraba por donde se fue mi padre hasta desaparecer por las escaleras.
Después de que mi padre se fue hacia la planta alta del edificio, no me moví de la cajuela de la camioneta, pasaron unas largas horas hasta que regreso, y pensé que iría otra vez a esa casa donde salió ese rubio, a tener esa cena, pero no, fuimos a un campo donde mi padre fumo un cigarrillo y volvió a casa.
_____________tiempo despues... ;^;____________
- Y POR QUE NO MEJOR TE VAS CON TU AMANTUCHO!!!
Esa mañana cuando fui a la habitación de mi madre, sus gritos se hacían escuchar por toda la casa y mi primera impresión fue que algo malo le había pasado, pero después de haber llegado a su puerta preferí entrar y encerrarme en mi habitación.
-Mikoto cálmate por favor…
-¡¡¡NO ME CALMO, NO PUEDO CREER QUE AHORA TU VENGAS A HACERME ESTO!!!
Cuando entre lo primero que vi fue a mi madre hecha una mar de lágrimas rodeada de pedazos de papel, y a mi padre intentando calmarla.
-Padre…
-¡SASUKE, HIJO VEN!
-Sasuke por favor vete, este es un asunto entre tu madre y yo.
-¡¡¡NO!!! ¡Sasuke no se va, él tiene que enterarse de lo que su padre está por hacernos!
Estaba un poco confundido, mi padre, parecía que deseaba, no que anhelaba que me fuera de ese cuarto, y es que la verdad no deseaba irme, desde ese día que me cole en la camioneta de mi padre y vi a ese joven y como mi padre lo trato, empecé a darme cuenta de cosas que pasaban en la casa.
-Sasuke sal por favor…
-No padre, me quedo, quiero saber qué es lo que tienen, que es lo que ha estado pasando entre ustedes.
Estaba cansado del comportamiento que habían adoptado mis padres desde que mi hermano se fue al internado, de cómo mi padre ya no dormía en la habitación con mi madre, que no se hablaban que no se miraban, que como llevaban meses separados y parecía que Vivian en distintos países.
-Sasu amor, lo que pasa es que al parecer tu queridísimo padre nos quiere abandonar…
-¡Basta Mikoto, no metas a nuestro hijo en esta pelea absurda!
Mi padre estaba fuera de control, y mi madre a pesar de estar sentada y con un mar de lágrimas en sus ojos, no dejaba de levantar la voz, tan fuerte y clara como la de mi padre.
-Ahora resulta que es nuestro hijo.
-Jamás lo he negado.
-No seas hipócrita Fugaku Uchiha, si hasta hace dos minutos querías abandonarnos.
Esa declaración me dejo frio, mire a mi padre directo a los ojos después de que mi madre se abrazara de mí, no lo podía creer, debía ser una confusión.
-Basta Mikoto, y tu Sasuke sal de la habitación.
-Él no se va, o es que acaso no le vas a contar a “nuestro” hijo lo que su integro padre ha estado haciendo con aquel jovencillo.
¿Mi madre ya sabía de aquel chico rubio? Ahora no entendía nada, y no es que en mi corta edad sepa exactamente cuál era el significado de que mi padre estuviera abrazando y besando en la boca a ese rubio, lo que si podía entender es que no era muy bueno, y eso lo sabía porque mi Oka-san tenía la mirada triste y con lágrimas además de que estaba llorando.
-Mikoto ya tune suficiente de esto, sabes a la perfección que nuestro matrimonio siempre ha sido una cortina de apariencia.
-¡¡¡Eso no es verdad!!!
Mi Oka-san me sujeto contra su pecho y debo de admitir que me lastimo, y por un momento sentí que algo realmente malo iba a pasar, pero lo único que paso en ese minuto fue el suspiro de mi padre.
-No voy a volver a discutir esto con tigo, y mucho menos delante de Sasuke-kun, como lo mencione antes espero que aceptes las cosas como son realmente y que firmes.
Después de esas palabras, mi padre salió del cuarto con una pequeña maleta en mano, y antes de que le pudiera preguntar a mi madre que fue lo que pasaba, ella me sujeto tan fuerte mientras lloraba tan fuerte que jure que todos en la casa pudieron escucharla.
______________fin flashback...T^T___________________
-Después de ese día mi Oka-san no volvió a ser la misma, se fue sumiendo en una depresión que termino por consumirla.
Y mis palabras salieron con tanto odio que solo Kami-sama supo cómo contenerme para no saltarle a mi padre y hacerle pagar por todo el dolor de mi madre.
-Y reconozco que la manera en la que procedí no fue la correcta, pero Sasuke tu madre sabia de Deidara incluso antes de que nos casáramos…
Fui incapaz de ocultar la sorpresa de mi cara, mi Oka-san ya sabía de la existencia de aquel Doncel incluso antes de que mi hermano naciera.
-hace años yo vivía en el barrio Uzumaki, había tenido una pelea con mis padres sobre mi futuro, ahora que lo pienso mejor te pareces mucho a mi antiguo yo, hijo…
-Eso lo dudo mucho.
Conteste casi de inmediato, como esperaba que aceptara que era igual a él después de todo era como aceptar que cometería los mismos errores que él cometió.
-Je… sé que no lo parece pero en ese tiempo me cabrie tanto con mis padres que preferí irme de casa y dormir en las bancas que regresar a casa y casarme con la mujer que ellos eligieron.
-Y esa mujer era….
-Sí, era tu madre.
Me miro directo a los ojos, como si quisiera que entendiera algo, algo que aún no podía creer, mi madre se había casado con mi padre sin amor, y sabía que mi padre amaba a alguien más, esto era demasiado para creerlo.
-¡NO!, No puede ser, mi Oka-san jamás…
-En esta vida terminamos haciendo cosas de las cuales juramos nunca hacer… yo soy la mejor prueba de esto Sasuke, me había prometido que jamás les haría lo mismo que mis padres me hicieron a mí, que respetaría sus decisiones, que sería un ejemplo y mírame.
-Tú eres de lo peor, solo intentas manchar el recuerdo de mi Oka-san.
Ahora comenzaba a entender un poco, y no podía creer que tan bajo había llegado mi padre para que firmara un estúpido papel, manchar la memoria de mi madre, era ya el límite de su sinvergüenza.
-Escucha me bien Sasuke, porque esta historia es tan dolorosa para ti como para mí.
-No creo que sea dolorosa para ti, después de todo tú fuiste el que nos abandonaste.
Te vi suspirar con tanto cansancio, como si cargárgaras una tristeza aún más grande que la mía.
-Como te lo mencione antes, yo viví un tiempo en el barrio Uzumaki, cuando me fui de la casa apenas si llevaba un quinto y fui muy afortunado al llegar al hogar de Kushina y Minato Uzumaki, los padres de Naruto.
Cuando te callaste sentí que esa pausa nunca terminaría, que tendría que hacerte reaccionar, solo que cuando sacaste un anillo de tu bolsillo, fue todo aún más confuso para mí, ese anillo definitivamente no era el de mi madre y mucho menos era el de Naruto, ahora que reflexionaba un poco, a Naruto jamás le había dado un anillo.
-Eran una pareja increíble, y a pesar que en ese tiempo aun eran novios, en el poco tiempo que estuve viviendo con ellos pude notar que estaban hechos el uno para el otro.
-Es muy interesante escuchar de los padres de Naruto, pero aún no sé qué tiene que ver ellos con lo que le paso a mi madre.
-Kushina tenía un primo, Un primo Doncel, Nagato era su nombre y él tenía a su vez un hijo doncel muy hermoso llamado Deidara Uzumaki.
Esto cada vez era peor, no sabía si mi padre había perdido la razón o simplemente su vida había estado llena de situaciones curiosas, quería interrumpirlo, pero por el gesto que me hizo me dio a entender que lo dejara terminar y que después él aclararía todas mis dudas, y la verdad estaba un poco intrigado, aun mas, quería saber cómo era que mi madre sabiendo de la existencia de ese rubio acepto casarse con mi padre.
-Debo admitir que cuando lo conocí quede completamente flechado por él, y no dude en conquistarlo… jem si te soy sincero tuvimos muchos problemas en nuestra relación, el principal fue la rotunda desaprobación de Nagato por los 10 años de diferencia que había de por medio… Cuando logre tener la aprobación de Nagato, con la ayuda de los padres de Naruto de que yo en verdad amaba a su hijo, fue todo lo que necesite para enfrentar tanto a mis padres y defender la decisión que había tomado.
-Entonces ese anillo era para ese Doncel.
Y más que una pregunta fue una afirmación, una afirmación que no necesito otra cosa que ver el interior del anillo para comprobarlo “Tu arte y mi amor FyD”, no sabía que era lo que me tenía más confundido si ver a mi padre el siempre imperturbable Fugaku Uchiha con una historia que parecía sacada de una novela romántica de esas que leían las jovencillas y mujeres de mediana edad o saber por qué si estaba tan decidido a pasar la vida con aquel rubio al final termino con mi madre.
-Pero Sasuke recuerdas lo que te dije, la vida siempre pasan por las cosas más extrañas, y yo no fui la excepción, como lo suponía mis padres se negaron a mi decisión y a pesar de sus amenazas yo no estaba dispuesto a ceder y por supuesto que le explique las cosas a tu madre, fue ahí cuando dije definitivamente adiós a mi familia
Ho pero esta vida Sasuke, esta vida tenía otros planes para tu padre, y entre ellos no estaba Deidara… había tardado una semana en resolver los asuntos pendientes que deje en casa, así que cuando llegue ya el daño estaba hecho…
Deidara había estado emocionado con una oportunidad para entrar a la escuela de artes centrar de Konoha, él había nacido con un gran don y sabía que llegaría muy lejos, y cuando volvía de su entrevista el autobús en el que viajaba se voltio y di gracias al cielo que estuviera vivo pero sucedió algo, algo que ni siquiera yo estaba preparado para esto hijo…
Tomaste ese anillo entre tus manos, y lo observaste con tanta tristeza, pude notar lo bien tratado que estaba, como si lo acabases de sacar de la joyería, y a pesar que era por mucho más barato del que mi madre uso, este aun lo tenías con tigo todo el tiempo.
-Amnesia anterógrada…
-¿Amnesia anterógrada?
-Un trastorno cerebral, donde el tejido del lóbulo temporal y el hipotálamo son bloqueados impidiendo convertir la memoria de corto plazo a una a largo plazo, también conocido como el síndrome de Goldfield, en términos más complejos es lo que te ayuda a recordar los sucesos pasados.
-Entonces lo abandonaste.
Nunca creí que mi padre fuera tan cobarde como para no enfrentar la condición del que se suponía estaba enamorado, que al mínimo problema este se alejaba.
-¡Por supuesto que no! Jamás lo abandone.
-Pues la presencia de mi hermano y mía, me dice todo lo contrario.
-La condición de Deidara, sabes ¿de qué trata?... su memoria se ha limitado a una semana…
-Me estás diciendo que sufre una especie de pérdida de memoria.
-El daño que sufrió en sus tejidos cerebrales le impiden retener información después de una semana, Deidara ha vivido más de 25 años levantándose cada semana creyendo que ese día me marcho a visitar a mis padres y él a tomar esa prueba para la escuela de arte.
Y respondiendo a tu siguiente pregunta… No, no tiene cura…
Cada semana era una historia distinta, las primeras veces intentamos explicarle lo de su condición, y así como unas veces lo aceptaba otras teníamos que esperar a que pasara la semana, después comenzamos a inventarle historias, a convencerlo de hacer otras cosas, pero siempre era lo mismo… semana tras semana era lo mismo y en menos de un año nos vimos envueltos en una gran mentira…
Aun no le creía del todo, mi padre estaba intentando convencerme de que ese rubio olvidaba absolutamente todo lo vivido después de una semana, era más que fantasioso, era absurdo, pero por el semblante de mi padre pude deducir que no era un engaño, ahora solo me bastaba una sola explicación para estar conforme con su explicación.
-¿Y si no lo abandonaste, porque te casaste con mi madre?
-Un trato.
-¿Un trato?
-Cada vez era más difícil explicarle las cosas a Deidara, él poseía un carácter muy explosivo, y llego el momento en que fue imposible de sobrellevar y fue ahí cuando tus abuelos me ofrecieron su ayuda…
Ellos cuidarían de Deidara, harían que todo marchara según la semana que él recuerda, toda su vida sería pacifica para él…
Pero a cambio yo tendría que dejarlo, me casaría con tu madre y formaría la vida que ellos habían planeado para mí, y de la cual tu madre estaba dispuesta aparticipar...
Pero cuando tus abuelos fallecieron no puede simplemente seguir con mi vida, no pude evitar buscarlo y a pesar que ya había formado una familia, de tener una buena y amable esposa no pude llegar a olvidar ese amor y aun sabiendas que mi dicha se limitaba a un beso a la semana, volverlo a ver era suficiente para mí…
Sé que esto no es lo que todo hijo quiere escuchar de su padre pero estoy aquí para ser completamente honesto con tigo hijo… y la verdad es que por tu madre solo llegue a sentir un gran aprecio pero mi amor siempre ha estado aquí.
No sé si esto era sorprendente o inesperado, mirar el anillo con aquella frase de amor que mi padre había estado conservando por demasiados años, sentía que podía comprenderlo, no, más bien una parte de mi quería comprender sus acciones, pero otra me gritaba que era un maldito y que había tenido tan pocos pantalones para mantener una familia unida e ir a los brazos del que fue un amor, destrozándole la vida no solo a mí sí no también a mi querida madre.
Ahora me sentía como Naruto, me autoproclame mudo y es que en verdad eso no me lo esperaba, bueno después de años de alejamiento entre mi padre y yo… ahora que recordaba él siempre fue a mis graduaciones, a todos mis eventos escolares y cumpleaños.
¿Había sido yo el que se distancio de él? Sonaba tonto pero creo que sí, yo había comenzado a cancelar nuestros paseos, me negaba a estar cercas de él, lo odiaba tanto que simplemente fui y me instale en un internado.
-Sasuke sé que cometí muchos errores en esta vida, y que después de conocer mi versión, tu opinión sobre mí puede que no cambie mucho, pero hay algo que siempre te quede claro y es que te amo hijo, y que todo lo que he hecho ha sido por amor.
Continuara...