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Me gustas... por hikayukiaka

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Notas del capitulo:

Sí, me tarde….

Sí, no tengo un perdón…

Y sí también tengo una excusa….

 

Bueno la verdad es que yo tengo tres trabajos (pareciera como si ganara mucho, pero realmente no, es porque cuando entro a la uni, renuncio a dos de ellos para poder concentrarme y lo que gane en el tiempo de vacaciones lo utilizo para mis gastos) y cuando dejo esos dos mi madre me toma como su organizadora, (ho… creo que no lo había comentado, mis padres están divorciados y yo vivo con mi madre, ella trabaja como conferencista y es una líder en una red de multinivel- para quien no sepa que es eso, es new marketing- bueno si quieren saber más de eso búsquenlo ) y suele viajar MUCHO, así que me toma me pone frente al volante y me lleva con ella (no, no afecta tanto en mi trabajo ni en mi escuela por que regularmente son los fines de semana, solo… no salgo) y abecés me lleva a sus eventos, y el 6 de diciembre me llevo a lo que su empresa denomina –Cena de Gala-

Para los que saben que es, bueno si, me pasó todo eso, vestido de noche, tacón, peinado, maquillaje y… uñas. Y es aquí donde está mi excusa, aun no me las he podido quitar y es tan difícil escribir en mi lap con ellas. Para las que ya han pasado por esto, espero que lo comprendan, para las que no ya lo comprenderán.

 

 aclaracion, lo que es dialogo pero esta en curciba, esta a si por que es un recuerdo.

 

Bien después de esto los dejo leer tranquilamente y nos vemos en las notas finales.

Me gustas…

Capítulo 19: Mi corazón y mi razón (Naruto)

 

 

Cuando fui interceptado por Itachi-san  a mitad de mí destino  y llevado lejos del lugar donde Sasuke me había citado, supe que algo pasaba, y no era como si lo sospechara desde antes, por la forma en que días pasados Itachi-san me había escondido para que Sasuke no nos viera.

 

Solo que había algo  raro en todo aquello, esta vez nos alejábamos del lugar, y no para escondernos, no,  era como si me llevase lo más lejos posible, era como si no quisiera que asistiera a la cita que tenía con Sasuke.

 

-¿A dónde me llevas Itachi-san?

 

Se detuvo a mitad de un pasillo, si no mal recordaba era el pasillo que llevaba al lobby, soto mi silla y se arrodillo frente a mí, la verdad es que eso me pudo muy nervioso, Itachi-san tenía una expresión que me preocupo, jamás lo había visto así, alterado, como si hullera de algo  y al mismo tiempo decidido.

 

Intento tomarme de las manos, lo cual en un impulso las aparte, no sabía que era lo que en ese momento estaba pasando, pero su forma de proceder me asusto, la forma en la que me intercepto cuando estaba punto de llegar con Sasuke  y su silencio, su largo y tortuoso silencio el cuál me angustiaba más.

 

¿Era acaso que no quería que me encontrara con Sasuke-san?  Pero ¿Por qué?,  tenía miedo en que me lastimara, eso era imposible, a pesar de que Sasuke-san nunca me puso un dedo en cima, no excluyo que en estos momentos me encontrara en esta situación, tal vez tan solo tenía miedo a que yo volviera a su lado.

 

-Itachi-san… tú ¿no quieres que me reúna con Sasuke-san?

 

-No.

 

Por fin había levantado la cabeza y con ella su mirada se había clavado en la mía, solo que eso en vez de tranquilizarme  me inquieto.

 

-No quiero que te haga más daño, que te lastime, no quiero.

 

Yo tampoco quería, el solo pensar en todo aquel año que “pasamos juntos” aún me asaltaban las ganas de llorar, pero se suponía que para eso era la cita de esta noche, para terminar todo eso, para por fin obtener lo que todos deseábamos desde un principio.

 

-Todo va a estar bien.

 

No sabía que tan cierto era eso, tan solo, me dedique a desviar discretamente mi mano hacia la bolsilla que siempre cargaba en un costado de mi silla, sujetando, solo para comprobar por enésima vez de no haber olvidado ese sobre. Y si las cosas tal vez no resultaron mejor para mí, pero de algo estaba seguro, esto tan solo era una experiencia más.

 

-Por eso Itachi-san tengo que irme.

 

Por fin me atreví a tocarlo, puse ambas manos sobre sus hombros, y le sonreí. Si supiera  la verdad, y es que tal vez estaba más aterrado que él, de lo que iba a pasar esta noche entre Sasuke-san y yo, pero eso no me había quitado el poco valor que había reunido para verlo, lo que rogaba a Kami-sama, fuera la última vez.

Y comencé a alejarme…

 _______________________________________________________________________________________

 

 

-El Sr. Uchiha  Sasuke.

 

-Sí, ya ha llegado, en estos momentos se encuentra con un señor, si me permite anunciarlo.

 

Me congele en cuanto supe que él ya estaba esperándome, bueno era lo más normar me había retrasado poco más de una hora, mejor dicho me sorprendí de que aun siguiera ahí.

 

-No es necesario, yo mismo lo buscare, gracias.

 

Aquel hombre, me señalo una mesa en lo más profundo del restaurante, donde pude distinguir un par de cabelleras negras, ubicando en seguida la de Sasuke-san como la que me daba la espalda y al acercarme más, distinguí la de frente a mi como la de Fugaku-san.

 

 -Padre…lo siento yo…  yo te qui…

 

Me detuve, la voz y las palabras que en ese momento Sasuke-san estaba diciendo fue lo que me detuvo, mire la expresión de Fugaku-sama, y por  todas aquellas emociones que surcaban los rasgos de su cara supe esas palabras lo impactaron tanto u igual  mí, o tal vez era el hecho de verme ahí lo que lo hice entrar en shock.

 

Dude por un segundo en acercarme, tal vez no era el mejor momento, Sasuke-san y su padre estaban hablando, estaban reconciliándose, tome mi silla dispuesto a irme de ese lugar y lo hubiera hecho si la mirada de Fugaku-sama no se hubiera clavado en mi tan fijamente. ¿Quería que me quedara? O tal vez ¿Qué me fuera?

 

-¿Padre?

 

Nuevamente estuve a punto de acercarme, y nuevamente me detuve, Sasuke-san se había inclinado para mover a su padre, el cual no despegaba su mirada de mí, cuando salió de su trance, pensé que era el mejor momento para retirarme, pero nuevamente Fugaku-sama me miro, ¿Quería que me quedara?, miro de nuevo a Sasuke y otra vez a mí.

 

Me apunte y después el lugar en donde estaba ¿Quería que escuchara todo, sin que Sasuke-san me viera? Y cuando soltó un suspiro y asintió, comprendí que eso era lo que estaba tratándome de decir con su mirada.

 

-¿Te encuentras bien padre?

 

-Perfectamente.

 

-¿Seguro?

 

¿Podría en verdad quedarme a escuchar todo lo que platicara Fugaku-sama con su hijo? Dude un par de veces, pero Fugaku-sama seguía mirando hacia donde estaba yo, para corroborar que no me moviera del lugar, lo cual decidí al fin no hacerlo. Me quedaría a escuchar todo.

 

-¿Ya comprendiste que lo que sientes no es amor?

 

¿Por qué soltaba eso justo ahora? Tal vez había sido él el que envió a Itachi-san a retenerme, o quizás el verme ahí le servía para hacerle decir la verdad a Sasuke-san.

 

-Yo amo a Naruto.

 

¿Por qué  insistía tanto? Yo no estaba presente, no tenía que fingir nada, después de la confesión que  había hecho Fugaku-sama, de los verdaderos sentimientos de Sasuke-san hacia mi persona terminaron con cualquier remota duda.

 

Y por la expresión de Fugaku-sama se encontraba igual de confundido que yo por la supuesta afirmación del amor de Sasuke-san hacia mí.

Que yo no creía…

Ni remotamente….

 

-Hijo, por favor…

 

-Por favor a ti padre, quiero que lo entiendas, sé que te resulta muy difícil creerlo y no te culpo por no hacerlo, he de confesarte que yo aún ahora me cuesta entenderlo, el saber que lo amo, a Naruto, aun doncel, es aún muy confuso.

 

Me quería enloquecer, si eso era, ya había acabado con mis ilusiones y poca confianza que aún mantenía, que había sido la que me ayudo a enfrentarme  mi padre, y ahora quería terminar volviéndome loco, quería jugar con mi mente, hacerme sufrir, torturarme hasta estar satisfecho. Y a pesar de todo esto solo me quedaba una duda y era ¿Por qué no aceptarlo delante de su padre? ¿Por qué seguir con esa farsa?

 

-Sasuke hijo, sé que ahora crees amarlo pero entiende no es más que el remordimiento y la culpa, el sentimiento que todo esto es tu culpa, que deseas reparar tus errores…

 

Ho tal vez Fugaku-sama tuviera razón y Sasuke-san solo sintiera culpa por lo que me paso… por mi actual estado…

 

-No

 

-… pero hijo solo estas confundido, con el tiempo tu mente se aclarara, entenderás y veras las cosas más claras…

 

…estaba sintiéndose culpable no por mí, sino porque pensaba que una persona le había cambiado la vida de la noche a la mañana…

 

-No

 

-… entiendo que ahora mismo sientes que es lo correcto y eso me hace feliz, el que intentes reparar tus errores, pero esta no es la forma Sasuke…

 

…quería hacer algo, limpiar sus culpas, ayudar a esa pobre alma para calmar su alma y pesadillas.

 

-¡NO!

 

¡NO LO NIEGES!

Quería gritare, simplemente  sentía el deseo de acercarme y aventarle aquellos dichosos papeles, papeles por los cuales me había hecho todo aquello, y ahora salía con esa incoherencia.

 

No sé qué esperaba, o siquiera que pensaba, porque una cosa era que intentara  engañarme a mí y otra era a su padre, a su propia familia. Por qué ciertamente nadie parecía creerle, así que simplemente le quedaba enfrentar la verdad.

Porque simplemente no lo aceptaba…

 

-¿Y esperas que crea que realmente lo amas hijo?

 

No sabía que era exactamente lo que esperaba que pensaba, si es que acaso que yo crearía en ese amor o mejor dicho en esa mentira.

 

Y por la cara que en ese momento vi en Fugaku-sama comprendí que él pensó como yo, por que sentí como los vellos de mis brazos se enchinaban de tan solo verlo, era como si aquel hombre amable desapareciera y solo quedara esa parte fría que no mostraba ningún  sentimiento.

 

-Lo hago.

 

¿En verdad me ama?...

NO Naruto reacciona, es solo un engaño, por un segundo pensé… imagine que él… pero no eso ya no seria, no, más bien nunca fue, porque yo nunca fui mas que el bache en su felicidad, y mucho menos creería que dejo de despreciarme y de la nada se enamoró de mí.

 

-Digamos que te creo, que creo que lo amas, pero podrás decirme lo mismo con el tiempo, podrás asegurarme con esa determinación que lo seguirás amando…

 

Me sentía terrible, yo era más que consiente que no podía asegurarlo, y por lo que le dije aquella noche en la recamara, era consiente que con el tiempo se cansaría de mí, de mi estado, de que hablaran a sus espaldas y se burlaran de él por estar con alguien como yo…

Simplemente comprendería que no me amaba…

No  me amaría…

 

-Yo ame a tu madre hijo, y al mismo tiempo la odie. La ame cada vez que preparaba mi platillo favorito, o cuando los trajo a tu hermano y a ti a este mundo, amaba cuando sonreía y cuando se preocupaba por mí… pero hijo cuando recordaba que gracias a ella me encontraba lejos de  Deidara, no sabes cuánto la odiaba, cuando sabía que jamás volvería a estar de nuevo con él, que aquellos hijos podrían haber sido con él, que mi vida entera había podido haber sido con él yo hijo en esos momento la aborrecía, odiaba tanto a tu madre…

 

No quería ser como la esposa de Fugaku-sama y de igual forma tampoco quería ser como ese joven, Deidara-san, no permitiría que Sasuke-san me hiciera sentir como alguna de esa dos personas, aunque pensándolo bien, no, a la única persona  que me parecería seria a Mikoto-san, y ya no estaba dispuesto a ser ni utilizado, ni como dijo Fugaku-sama, amado y odiado por la persona que más amo.

 

Y por la expresión de Fugaku-sama sabía que él más que nadie entendía lo que yo estaba pensando, sabía lo que mi corazón  estaba sintiendo, y como lo veía él era consiente de como terminaban las cosas, de que esto no resultaría, que simplemente terminaríamos como Fugaku-sama, más tristes que nunca y  más arrepentidos de lo que jamás se imaginara.

 

-No quiero que pases por ello, ni que hagas pasar a nadie por eso, porque el amar y odiar a alguien es destructivo, hijo sé que te encuentras confundido y por eso aseguras amar al joven Naruto, créeme yo llegue a sentir parecido con tu madre, pero quiero que entiendas una cosa y es que para amar a alguien es amar todo ahora y en el futuro, lo que es y en lo que posiblemente se convertirá, lo que conoces y desconoces de esa persona… Es verla y simplemente amarla.

 

Amar, me sentía tan bien cuando hace un año podía decir que amaba a Sasuke, que aun a pesar de que él nunca supiera de mi existencia.

 

Y pensar que cuando nos casamos me convencí a mí mismo de que lo intentaría, porque yo lo amaba,  incluso después de aquellas palabras que me dañaron en  aquella cocina lo seguiría amando, yo estaba convencido que mi amor le bastaría para comprender que mi intenciones eran sinceras, que como él no sabía nada de mi futuro marido pero que cuando supe que era él, me encontraba si confundido, y al mismo tiempo muy feliz, ya que había sido mi primer amor, con el cual realmente desee pasar toda mi vida a su lado, Sasuke-san fue el primer varón del cual no importaba cuantos pudieran pasar siempre me los imagine a su lado.

 

Y aun así seguía doliendo, el pensar en lo que pudo haber sido… que mi amor fue tan  insuficiente.

 

-Gracias padre pero no me pasara lo que te paso a ti, porque yo estoy seguro que amo a Naruto y que lo seguiré amando y es por eso que te puedo asegurar que no importa cuánto tiempo pase seguiré amándolo.

 

¿Qué era lo que le daba esa seguridad? Es que acaso no podía imaginar la magnitud de aquellas palabras, es que acaso no se daba cuenta que yo jamás podría cambiar lo que era, era un doncel,  que si yo pensara en darle otra oportunidad – en creer en su amor – solo me haría más daño cuando descubriera que lo que realmente sentía por mi no era amor.

               

-¿Estas completamente seguro de esto hijo?

 

Me dolía la cabeza ¿Sasuke-san Realmente me amaba? Pero por que hasta ahora, porque no se dio cuenta antes, era por mi actual estado, entonces… ¿Solo quería reparar su daño?   Verme un poco feliz para sentirse mejor, pero yo ya le había dicho que no tenía que llegar tan lejos por mí, así que no tenía que hacerlo, y el solo pensar que tal vez tan solo lo hacía por amor…

Y si no era por amor…

Y si era amor...

 

-Si padre.

 

¿Qué pensar?

Se oía tan seguro, tan convencido de su amor por mí, pero y si no era, que pasaba si tan solo me dijera que descubrió que no era amor lo que sentía, y si pasaba al revés que en verdad  pudiera pasar nuestras vidas juntos, que en verdad me amara como se lo dijo a Fugaku-sama.

 

-¿A pesar de todo hijo?, de que sea un doncel, de su condición, de su actual estado, a pesar de que es probable que él nunca más quiera estar cercas de ti, que encuentre a alguien o que jamás vuelvas a verlo.

 

Su titubeo me asusto, pensar que esa seguridad lo abandonara en el último minuto era por lo cual en estos momentos mi corazón dolía aún más, o era acaso el hecho de que en verdad creyó en la posibilidad de que yo pudiera amar a alguien más, no para eso necesitaría jamás haberlo amado a él, porque para que negarlo, su presencia  aun me inquietaba, me ponía nervioso, y el estar lejos de Sasuke-san, él simplemente se mantendría muy presente para mí.

 

-Hai padre, lo amo a él, a Naruto, al doncel y  lo amare aun cuando él ya no me ame, lo amare aún más sin importarme nada ni nadie, aun cuando no vuelva a sonreírme o a dirigirme la palabra, aun cuando él pueda encontrar la felicidad con alguien más lo seguiré amando aunque no lo vuelva a ver.

 

Lleve ambas manos a mi boca, solo para callar el llanto que en ese momento amenazaba por salía de mi garganta, mientras mis ojos aún seguían clavados en Fugaku-sama, sabía que él más que nadie podría decirme si lo que en estos momentos comenzaba a sentir era normal o simplemente había perdido la cabeza, su mirada de felicidad me asusto así como la de tristeza que me dedico ¿Qué se suponía que bebía entender con eso?, porque lo único que logro fue confundirme aún más.

 

Y al verlo levantarse seguido de Sasuke-san me asuste, me vería, pero por lo que en ese momento hizo Fugaku-sama el que me viera fue   una mínima preocupación.  Sasuke-san estaba abrazando a su padre, y Fugaku-sama correspondía a esa muestra de amor. 

 

-Te quiero padre…

 

Jamás hubiera pensado que en ese momento Sasuke-san le dijera aquello a su padre,  y mucho menos que volviera apretar aquel abrazo, se veía como lo que era, una reconciliación padre e hijo.

 

-Perdón y gracias hijo.

 

Y yo nuevamente me sentí como un intruso, un intruso llorón y aún muy confundido, y podía afirmar que esa reconciliación era sincera.

 

-No, perdóname tu padre, fui un tonto.

 

Cuando se separaron Fugaku-sama tomo el rostro de su hijo y le dio un beso en la mejilla antes de alejarse, con una sonrisa en su rostro, ya no había más peleas  entre ellos.

 

-Sé que esta vez lo harás bien.

 

Me congele, note que esas últimas palabras no eran precisamente dirigidas a su relación, no por la forma en que me miro y toco mi hombro antes de salir completamente del lugar eran más para mí  que para Sasuke-san.

 

¿Cómo hacerlo bien? Es que acaso quería que volviéramos Sasuke-san y yo, había descubierto él que en verdad me amaba su hijo, que podía aceptar esta oportunidad que me estaba pidiendo, sin miedo a que en algún momento de su vida se arrepintiera por lo que esta noche había dicho.

 

O era acaso que supo que ese amor no era verdadero, que tan solo esperaba que terminemos lo mejor posible, que como su padre era feliz al darse cuenta que su hijo era capaz de amar y  perdonar, y que esperaba que la próxima vez supiera escuchar y entender…

Pero en ese momento tan solo me había confundido aún más… 

Porque deseaba no saber…

Porque me asustaba…

Porque quería decir…

 

-Yo también te amo… teme.

 

 

Lo vi levantarse de la silla como si esta tuviera brazas, girándose hacia donde yo estaba, admito que sentía como todo mi cuerpo  se había entumecido ¿en qué momento  paso eso?,  había sentido la palma de la mano de Fugaku-sama  entonces había sido después, tal vez fue en el momento en que solté aquellas palabras en vos alta o tal vez fue en  el momento en  que esos ojos negros me observaron.

 

-Na…Naru…to.

 

Parecía aún más  sorprendido de lo que creía, posiblemente era por la inesperada confesión que acababa de escuchar.  Y debía de ser sincero, yo sospechaba que tenía una expresión parecida a la de él, ya que no me había planteado confesar y mucho menos exteriorizar lo que en ese momento había declarado al alcance de los oídos menos deseados.

 

-Yo… yo…

 

No sería muy tarde para huir ¿verdad?, aun podría alcanzar a Fugaku-sama, tal vez si tenía un poco de suerte  se había entretenido en alguna parte del pasillo, en la tienda de regalos o en el mini var que se encontraba cercas. Kami-sama por favor que este ahí.

 

Comencé a alejarme muy, muy lentamente, no podía arriesgarme a que Sasuke-san tomara mi silla y me retuviera, mucho menos a que saliera detrás mío, porque por mi condición estaba seguro que no podría llegar muy lejos.

 

-…-

 

Prefería no decir nada, ya me había alejado lo suficiente, estaba seguro que unos pocos centímetros más y llegaba a la puerta del lugar, y en ese momento agradecía tanto que Sasuke-san aun estuviera en shock.

 

-Yo… ¡espera!

 

Había reaccionado, a milímetros de la puerta Sasuke-san se había dado cuenta de que ya no me encontraba a esa escasa distancia.

 

Corrió hacia donde me encontraba, impulsivamente me aferre a las ruedas de mi silla y comencé a maniobrarla de tal forma que me pudiera girar, para huir de él,  lo cual para mi desgracia y preso por el pánico al verlo acercarse, no logre.

 

-Estas aquí, realmente viniste.

 

Te arrodillaste para estar a mi altura, y pensé que ese sería el mejor momento para continuar con mi escape, desgraciadamente tu mantenías mi silla fuertemente sujetada impidiendo mi escape.

 

Supe que ya no podía escapar y lo único que podía hacer era suplicar, incline mi cabeza, no quería llorar y mucho menos deseaba que vieras lo mucho que me afectaba tu cercanía.

 

-Déjame ir…

 

No podía, pensé… creí que me había preparado lo suficiente para volver a estar frente de ti, pero simplemente no podía volver a ver tu rostro, no  después de aquella inesperada y  estúpidamente repentina confesión.

 

-No…

 

¿Por qué? No vez que en estos momentos no podía si quiera ver tu rostro, no vez que en este momento sentía hasta mis orejas arder, no vez que me estaba muriendo de la vergüenza.

 

-No puedo dejarte ir Naruto… nunca podre…

 

¿Por qué sentía tan avergonzado? Es que acaso era por lo que había escuchado decir a Sasuke-san a su padre o era acaso por lo que había dicho yo en un momento de debilidad, en el momento en que mi mente había dejado de juzgar y había soltado lo que por un segundo mi corazón había sentido (N/A: lo curioso en esta última frase, es que cuando mi Psicóloga me pregunto qué era lo que pensaba del corazón? Yo tan solo respondí: es un órgano que funciona todo el día y todo el tiempo y que mantiene la “sangre limpia” separada de la “sangre sucia”… ha y que te puede dar un infarto por su culpa) 

 

-Por… Por favor…

 

-Lo de hace un momento, lo que dijiste…

 

Kami-sama porque me ponías en esta situación, eres consciente de que  Sasuke-san ha sido mi primer amor y que también ha sido el hombre que más daño me ha hecho, y ahora me pides que sea lo suficientemente fuerte para seguir frente a él, que enfrente mi pasado y que me haga responsable de una frase que nunca debió haberse dicho y menos haberse escuchado. Por favor no seas cruel solo con migo.

 

-…-

 

-Por favor no te quedes callado.

 

Yo mismo admito que en estos momentos, en nuestra actual situación, y con aquellas palabras aun sin esclarecerse, era el peor momento para  volverme mudo, y es solo que sentía que si mis labios se separaban era capaz de decir otro disparate.

 

-Por favor Naruto háblame, o tan siquiera mírame.

 

No podía, me sentía tan vulnerable, tan liado con mis pensamientos y mi corazón, que por un momento llegue a pensar que en verdad ambos entrarían en una batalla por forzar a mi boca a soltar cada cosa que sentían y pensaban, y simplemente tu rostro, tus ojos tan obscuros como un poso sin fin me harían perder todo lo que aún me quedaba.

 

-Yo…

 

Mi voz temblaba, mis dientes comenzaban a doler por la presión y mis nudillos se tensaron tanto que un color rojizo comenzó a asomarse, pero debía soportarlo, debía hacer y terminar todo lo que en mi boda debió ser. Debía liberarnos.

 

-Naruto…

 

La seriedad con la que te pusiste de pie me aterro, es que acaso te habías disgustado, y cuando sentí mi silla siendo empujada al interior del restaurante, más concretamente a la mesa que anterior mente compartiste con tu padre, pensé en la mejor forma de morir.

 

Tal vez si mordía mi propia lengua, o si en cuanto llegara a la mesa tomara el cuchillo que se encontraba listo para ser usado en alguno de los platillos de ese lugar y simplemente terminaba con una agonía que a cada paso que dabas se volvía aún más sofocante.

 

-Gracias señor.

 

Cuando nos encontramos frente a la mesa, elegantemente puesta del lugar me inquiete aún más, pero aquella voz, me hizo levantar mi cabeza para observar como el señor que anteriormente se encontraba en la puerta recibiendo a los huésped ahora se encontraba justo al lado de Sasuke-san.

 

-No, disculpe las molestias, que le he causado.

 

Sasuke-san se disculpó y el hombre a pesar de mirarlo con molestia tan solo hizo una pequeña reverencia y se volvió a alejar para dejarnos solos.

 

¿Estaba nervioso? Si, ¿deseaba regresar el tiempo? También, como me hubiera gustado permanecer con Itachi-san, al menos con él no temía por soltar algo indebido.

 

 

-Sé que escuchaste todo lo que le dije a mi padre, y se también que eso no cambia todo el daño que te he hecho…

 

Parecía decaído, su voz era por demás suplicante, sonaba como la voz de un niño que ofrecía disculpas, o como si acabase de ser descubierto diciendo algo que no debía.

 

-Yo…yo no…

 

No quería que hablaras de eso, si lo hacía entonces también hablarías de lo que escuchaste que dije.

 

-Está bien.

 

¿Por qué hasta ahora me mostrabas esas emociones en tu rostro?, ¿Por qué me sonreías tan comprensivamente?, es que no vez que cuando haces eso me duele el pecho, y yo que hace un año anhelaba al menos una mirada, ahora dudas en estirar por completo tu mano para tocar la mía, con esa angustia y dolor en tu mirada.

 

-¿Por qué?

 

-Bueno tú no llegabas y mi padre… él dijo,  después yo…

 

No quería saber qué fue lo que paso para que tu soltaras todo aquello, yo quería saber el por qué lo hiciste… ¿Por qué ahora…? ¿Por qué aquí…? ¿Por qué a mí…?

 

-Tú no…

 

-Yo te hice mucho mal, a ti y a muchas personas que me rodean, y sé que merezco todo lo malo, yo lo sé, como estoy dispuesto a aceptar la decisión que has tomado.

 

Cuando tu mirada por primera vez se desvió de mi rostro hacia el sobre amarrillo que traía en mi regazo, sentí un escalofrió recorrer toda mi espalda, era como si tú ya supieras cual había sido mi decisión y aun así habías sido tan noble.

 

-Tú… Tú ya…

 

-Sí, no es como si fuera muy difícil de adivinar, después de todo “amarías a alguien del quien solo has recibido maltratos y humillaciones”.

 

Ya no sabía qué hacer, no podía evitar un bienestar en mi pecho cuando escuche aquellas palabras, era como si una parte de mí por fin pudiera sanar. Pero por otro lado estaba el hecho de  sus acciones, los recuerdos y aquella tristeza que siempre sentí.

 

-Quiero que  vuelvas a ser él mismo de antes, que recuperes tu sonrisa…

 

Habías dejado tu lugar, y por unos instantes pensé que te marcharías, pero no lo hiciste, te acercaste a mí con una expresión tan serena y sin saber qué hacer, me sentía nervioso, estabas muy secas, más de lo que alguna vez estuviste en todo ese año. Me aterre, y cerré los ojos, pero por más que espere a que hicieras algo, o que al menos dejara de sentir tu cercanía y por desgracia ninguna de las dos cosas pasaban.

 

-Yo…

 

Por fin sucedió algo, y a pesar de que aún estaba por demás aterrado, cuando sentí tus manos sujetando las mías, con tú vos sonando como súplica, que me atreví a abrir los ojos, solo que no esperaba aquella escena delante mío, y por más que evite no sonrojarme, por tu expresión supe que no lo había logrado.

 

Pero en verdad que no me esperaba eso, más bien no lo creía, no puedo pensar que ni siquiera me lo estaba creyendo en este momento. Pero ¿Quién podría creerlo? Sasuke-san, el chico que no solo es mi primer amor, si no el que fue el de muchas y por las expresiones percibí al entrar al lugar, seguirá siendo la fantasía de muchas más, ahora estuviera incado delante mío sujetando mis manos con tanta amabilidad que podía sentir como tus manos temblaban y por su expresión estaba seguro de que él… Sasuke-san iba a…

 

- Solo quiero que seas feliz…

 

No me hagas esto, por favor tan solo sigue siendo el de antes, sigue actuando como ese Sasuke-san al quien no le importaba, ese Sasuke-san que deseaba alejarme de él y volver a ser libre, por  favor vuelve a ser ese Sasuke-san.

Por favor esas palabras no…

Por favor no digas eso…

Por favor no tú…

 

Y es que este Sasuke-san me hacía sentir tan mal, era como si de un momento a otro yo me hubiese convertido en el cruel y mal esposo que solo hacia infeliz a su amado, y no me gustaba, no me gustaba en lo absoluto sentirme así.

 

“No me miren así, por favor no lo hagan” ese pensamiento me estaba taladrando en la cabeza y es que Sasuke-san no se movían en lo absoluto, muy al contrario parecía como si se hubiera clavado en ese lugar, y a causa de eso todas las personas que se encontraban cenado en ese lugar habían concentrado toda su atención en nositros y aún más en mí.

Y eso me ponía nervioso…

Eso me asustaba…

Y quería llorar…

 

-Sasu…ke-san por…por fa…vor…

 

No hagas esto, no me hagas sentir como el villano de la historia, no me  hagas volverme a sentir así, no seas tú el causante que vuelva a sentir esas miradas, por favor no…

 

 

_________________Recuerdo________________

 

 

Esa mañana había sido tan perfecta que jamás creí que pudiera volver a ser de otra forma, parecía como si mi deseo de navidad se hubiera hecho realidad, y es que era como un milagro que yo me hubiese levantado temprano un sábado en plenas vacaciones y así como paso ese milagro estos continuaron, con la sorpresa que mi papito no se había retirado temprano a la oficina y que la cocinera hubiera enfermado y mi mamita hubiera preparado el desayuno, waffles, tostadas y un poco de jugo y leche, si podría ser muy simple si lo comparábamos con los de la cocinera-san, pero no era solo la comida lo que me hizo saber que Kami-sama había escuchado mis oraciones la noche anterior, el ver a mis papitos juntos con migo desayunando y sonriendo, fue lo que me hizo saber. 

 

-¿Una reunión?

 

Mi papito había dejado caer la mermelada de su tostada, manchando el mantel favorito de mi mamita, cuando mi mamita dijo que tendría que salir, yo también me sorprendí, se suponía que ese día la pasaríamos los tres juntos. O almenas eso es lo que pedí en mis oraciones la noche anterior.

 

-Hai, parece que llegara un socio el cual duro varios años en el extranjero  hoy y quiere revisar algunas clausuras de los contratos que mantenemos con él, para hacerles unas modificaciones, si es que se requieren.

 

Mi mamita tomo su vaso de jugo y dio un largo trago hasta dejar solo una pequeña parte del jugo en el vaso, después con una sonrisa le dijo a mi papito.

 

-No pasa nada Minato, estoy segura qué solo son algunas dudas que quiere aclarar, tu sabes cosas como las utilidades, los pagos y eso.

 

-Pero…

 

Yo no quería que mamita se fuera, yo había planeado pasar todo el día con ella y papito, además había dicho que pasaríamos por la pastelería donde vendían mi tarta favorita y por el puesto de ramen de oji-san además si se iba no podríamos ir.

 

-¡No, no quiero que te vayas!

 

Me levante de mi asiento y Salí corriendo hacia el jardín, donde  teníamos el árbol más bonito de todo el mundo. O eso pensaba yo. Por qué mi papito me había construido un  fuerte entre sus ramas, subí lo más rápido y me hice bolita en una de sus esquinas, no quería que mamita se fuera y me dejara solo.

 

-Naru amor ¿estás aquí?

 

No quería hablar con ella,  si se iba a ir, que se fuera después de todo siempre lo hacía, ella y papito siempre estaban muy ocupados y era muy poco el tiempo que podíamos estar junto,  y no era exageración aun recordaba como el mes pasado cuando fue mi cumpleaños número 5, habían llegado muy tarde, casi todos mis amiguitos ya se habían cansado de esperar para que yo partiera mi tarta la cual me había reusado a hacer si no estaban con migo.

 

-Naru amor no estés molesto, mamita no tardara y regresara rapidísimo para jugar con tigo.

 

-Hnm…

 

No me convencería, ya sabía lo que intentaba, quería que yo no estuviera enojado con ella, porque si no nos contentábamos, mamita se portaría mal y en navidad no le traerían nada de regalo.

 

-Ho… mi amorcito esta enfurruñado.

 

-hnm...

 

Definitivamente y de verdad que no la perdonaría si se fuera, ese día era nuestro día, para jugar y ella se quería ir.

 

-Naru sabes que tengo que ir.

 

Me había tomado entre sus brazos y me había colocado entre sus piernas que estaban dobladas en flor de loto, y me habías dado muchos besos en toda mi cara, pero yo no te iba a perdonar solo con eso.

 

-No vayas…

 

Pedí en un susurro mientras mi mamita se había concentrado en acomodarme mi nada obediente cabello.

 

-Naru sabes que no puedo hacer eso.

 

Me volví a enojar con mi mamita, ella siempre se iba y me dejaba solo, y después solo se disculpaba y me hacía muchas cosquillas hasta que yo ya no podía estar enojado y me contentaba.

 

-Pues… pues… ya no te voy a querer.

 

La verdad es que no quise decir eso, pero estaba muy, muy enojado y a pesar de que sabía que papito también salía muy seguido, hasta había días que no llegaba a dormir, no me gustaba cuando mamita hacia eso, porque ella siempre abrazaba mucho y me daba un montón de besos.

 

-Pero yo te quiero mucho mi niño hermoso.

 

-Entonces ¿por qué te vas?

 

-Mmmm…

 

Mi mamita me había bajado de su regazo quedando de espaldas a ella, y cuando escuche como ella se comenzaba a mover por como las tablillas de manera crujían pensé que ya se iba a ir y sin pensar en otra cosa me voltee muy asustado de ya no verla.

 

-¡No te vayas mamita, yo te quiero!

 

-Y yo a ti mi pequeño.

 

Me alegre mucho cuando descubrí que mi mamita no se había ido, muy al contrario estaba sentada del otro lado de mi fuerte y con sus brazos extendidos para abrazarme.

 

-Ven aquí mi pequeño Naruto.

 

Corrí hacia mi mamita, y cuando llegue ella me abrazo tan fuerte que por un momento sentí dolor cuando respire, lo bueno de los abrazos que me daba mi mamita era que no solían durar mucho, porque siento que si lo hacían acabaría con un huesito roto.

 

Y solo hasta que me separe note ese collar que antes no traía y ahora sí, un collarcillo de una hermosísima piedra azul, con una bolitas a sus costados, y no fue hasta que la levante que me di cuenta en cuanto le dio un pequeño rayo de sol, los hermosos colores que salían de la piedrilla.

 

-¿Te gusta?

 

-Hai.

 

-Me alegra, porque a partir de ahora es tuya.

 

-¿De veritas?

 

Mi mamita se acercó a mí y susurrándome a la oreja me dijo.

 

-Además es un amuleto que te traerá mucha suerte.

 

No podía creerlo, mamita me estaba dando su collar, ahora ya me acordaba de él, siempre lo traía con ella, era como lo había dicho hace mucho tiempo mi Oba-chan, un amulleto de la suerte, de esos que hacen que tengas muchos dulces y juguetes.

 

-Sí.

 

-¿De veritas, veritas?

 

-Sí, si amor.

 

-Pero… pero es tuyo.

 

No quería que mamita se fuera y que me diera su collar favorito solo para hacerme feliz y no dejarme.

 

-La verdad cariño, es que ese collar no es mío, era de tu tátara abuela, ella se lo dio a su hija y su hija a su hija y así como un día mi oka-san me lo dio a mí, ahora yo te lo entrego a ti solecito, con la esperanza de que algún día tú se lo entregues a tu hijo.

 

Me dio mucha pena cuando mi mamita me dijo eso, yo no sabía aquello, pero entonces al sostenerlo, supe que cuando yo sea así de grande como ella y papito yo  me casare y tendré un hijo. Ay qué pena.

 

-Jojojo… ¿Qué está pensando esa cabecilla tuya cariño?

 

-Mamita…

 

Me daba mucha pena preguntarle, pero era mejor que lo preguntara ahora.

 

-Si cariño.

 

-Cuando sea grande, yo tendré que…que…

 

-¿Qué? ¿Qué pasa hijo?

 

-Bueno yo tendré que be… besar en la boca a mi esposo, como tú y papito.

 

Escuche como mi mamita, como de costumbre cuando decía algo que me hacía sentir la cara muy caliente, ella soltaba una carcajada haciendo que mi carita se sintiera as caliente y haciendo que yo hiciera un puchero.

 

-No te rías Oka-san.

 

-Comen, comen cariño, es solo que me sorprendió mucho tu pregunta, bueno Naruto, para eso falta aún mucho tiempo.

 

-Y si no quiero, y si a mi esposo también le vuele la boca como a papito después de comer garnachas, fuchila.

 

Mi mamita se volvió a reír tan abierta y sonoramente como solo ella lo hacía, y eso me alentó a que yo también lo hiciera, claro que más bajito.

 

-Está bien solecito no es necesario que lo beses en la boca si no quieres.

 

-¿En serio?, entonces por qué mamita si lo hace.

 

-hehehe… ay cariño ¿Cómo te lo explico?... ha ya se, recuerdas cuando ese compañero tuyo dijo que tu dibujo estaba muy feo.

 

-Hai, no me gusto que me dijera eso, porque ese dibujo yo lo había hecho especialmente para mamita.

 

-Bueno Naruto pues a mamita si le gusto y mucho, pero eso fue porque me lo dio mi lindo y queridísimo hijo y es lo mismo con papito yo dejo que me bese en  la boca porque el que me besa a mi es tu papito, que además es muy guapo.

 

Mi mamita me sonrió y al terminar de decirme aquello, me giño su ojo derecho, como cuando se hace una travesura, haciendo que yo también quisiera giñar mi ojo y terminando cerrando y abriendo mis dos ojos.

 

-Naruto cariño cuando seas grande, habrá un montón de muchachos a los que les gustes, porque mi pequeño es el doncelillo más lindo y  bonito de todo el mundo, y con suerte para uno de ellos a ti también te gustara, y te casaras y formaras una linda familia, así como  mamita y papito han formado, y mamita solo espera que su pequeño solecito sea muy feliz.

 

 

-Te quiero mucho, muchísimo mamita.

 

-Y yo a ti pequeñito, y espero que comprendas que mamita tiene que irse.

 

-Solo si prometes traerme un…

 

-Un enorme pedazo de tarta y un gran plato de ramen.

 

-Hai

 

Mamita me conocía muy bien, y siempre que salía cuando regresaba ella traía consigo un enorme plato de mi ramen favorito y si tenía suerte toda una tarta de esa pastelería donde la crema y las frutillas eran las más deliciosas.

 

-Muy bien cuidad de papito hasta que yo regrese, y Naruto… no le digas a papito que mamita le dijo que es guapo ¿Si?

 

-Hai, que te vaya bien y regresa pronto mamita.

 

 

_____________ Muchas horas después…___________

 

 

El sol ya hacía mucho tiempo que se había ido y el cielo ahora estaba muy obscuro, pero esa no fue la razón de que supiera que mi mamita había tardado mucho en regresar, era el que en este momento traía puesta mi pijama naranjita con dibujos de pequeños tazones de ramen y era muy raro que mamita no llegara antes de que me pusiera mi pijamita.

 

Pero cuando escuche un carro  y la reja de nuestra casa abrirse no mude evitar saltar de mi cama y correr hacia la ventana, tal vez era mamita que ya había regresado y traía mi ramen  y mi pastel, pero cuando mire por mi ventana, me sentí muy triste porque no era mamita la que había llegado sino papito el que se iba.

 

-Naruto-kun ¿Qué hace aun despierto ya es muy noche?

 

La señora que venía de vez en cuando a cuidarme cuando mis papis salían en la noche, había sido llamada hoy, y me cargaba de regreso a mi cama para arroparme.

 

-Pero mamita aún no ha regresado y ella dijo que traería mi comida favorita.

 

La señora, me miro muy triste después de que yo le dijera eso, tal vez le dolía la pancita, esa cara yo ponía cuando me dolía por comer muchos dulces y chocolates, así que intentaría animara.

 

-solo duerme si Naruto-kun.

 

-Hai, pero me despierta cuando llegue mi mamita.

 

Un día mi mamita me había dicho que cuando viera a una persona muy triste y me dijera que hiciera algo, no la desobedeciera porque se pondría más triste, y por eso me cubrí con mi frazadita azul y me quede dormido casi al instante.

 

___________ Dos días después_________

 

 

La señora me que cuida de vez en cuando en las noches no se había ido en dos días completos, lo que me tenía muy triste porque cuando ella estaba, ni mi papito ni mucho menos mi mamita estaban con migo y era cierto porque mis papis tampoco se habían aparecido en eso dos días, lo que provoco  estuviera muy molesto con ellos dos justo ahora.

 

-Naruto-kun ¿se encuentra aquí?

 

La señora había subido a mi fuere, y al verme no dudo en regañarme por haberla desobedecido de no salir de mi cuarto, pero es que ya me había aburrido y además desde mi fuerte podía ver toda mi calle y sabría si mis papitos llegaban antes que nadie.

 

-No debe desobedecerme así, por favor vaya a su cuarto y póngase el traje que le he dejado sobre la cama.

 

Con la cabeza agachada por no solo ser descubierto en  mi fuerte si no que me regañaran y me obligaran a volver a mi aburrido cuarto, camine hacia este y al entrar pude ver sobre mi cama perfectamente tendida un trajecito de color negro por completo, parecía como de esos trajes que se ponen los barones en las películas que veo con mamita, en donde se casan y entra la novia o el doncel con un conjunto completamente blanco.

 

¿Tal vez voy a ir a una boda?, si tal vez mi mamita y papito se van a casar y por eso no han podido venir a la casita, lo más rápido que pude me quite mi ropa y me use ese incómodo y triste trajecito negro.

 

-¿Ya estás listo?

 

La señora también se había cambiado, ahora traía una larga falda negra y una blusa del mismo color solo que esta tenía un pequeño adorno en su cuello con unas piedritas brillantes.

 

 -Hai ¿Iremos a ver a mis papis?

 

-Sí Naruto-kun, te llevaré a que te despidas de tu mamita.

 

No sabía que decir ¿despedir?, ¿a mi mamita?, ¿mi mamita se iba a algún lado? No ella no me había dicho nada de un viaje o que tenía que ir a un lugar, tal vez la señora se haya equivocado, y en vez de despedir quiso decir encontrarme con mi mamita, si tal vez es solo eso.

 

No quise preguntarle nada más, después de todo, hoy volvería a ver a mi mamita y ella se iría, y al fin podríamos pasar mis papis y yo todo el día junto. En todo el camino no dije ni una sola palaba y solo me dedicaba a mirar el  collar que mi mamita me había dado el día que ya no volvió, había planeado decirle que no lo quería ya que nunca me iba a casar porque quería estar por siempre con ella y papito.

 

-Naruto-kun ya hemos llegado.

 

Baje a toda prisa del coche, sin prestar atención a los gritos de la señora para que no corriera, pero no me detuve y corrí hacia la entrada de ese enorme lugar, pensé que en cuanto atravesara el gran jardín que lo rodeaba me encontraría con una enorme casa donde su puerta tendría un lindo arco lleno de flores y por dentó el lugar estuviera lleno de adornos y cuadros, con enormes bancas decoradas con flores con muchas personas muy contentas sentadas en ellas y con mis papitos en el fondo esperándome.

 

Pero cuando llegué no encontré nada de eso, bueno si había muchísimas flores pero tenían algo muy raro no estaba acomodadas como en las películas que veíamos mi mamita y yo, además había muchas personas pero ninguna de ellas estaba sonriendo, parecían muy tristes y todas estaba vestidas del mismo color que yo, pero cuando vi al fondo del lugar en vez de ver a mi mamita con ese traje blanco que siempre sale, vi una enorme caja con adornos a su alrededor y una foto grande de mamá.

 

-¿Qué estás haciendo aquí?

 

Me asiste y peque un brinco cuando escuche como una voz sonó muy cercas de mu espalda, no había notado cuando alguien se me había acercado, y cuando me voltee para saber de quién era esa voz que me dio tanto miedo.

 

-¿Papito?

 

-¿Por qué estás aquí?

 

No estaba seguro, ese señor se parecía muchísimo a mi papito, tenía el mismo pelo y cara pero su voz no sonaba como la de mi papito.

 

-Señor Minato, lo siento el niño…

 

-¿Por qué lo trajo?, ¿Qué no ve que este no es lugar para él?

 

Me estaba asustando, ese señor me estaba asustando, parecía como si me fuera a dar una nalgada, y antes de que me la fuese a dar me escondí detrás de la señora.

 

-Señor Minato por favor cálmese, este no es el lugar para esto.

 

-No debió traerlo.

 

-Es su madre tiene derecho a despedirse de ella.

 

Mi mamita, ella ¿realmente estaba aquí?, pero ¿Dónde? Por más que la he estado buscando no la he podido encontrar tal vez ¿está escondida dentro de esa enorme caja? Si y por eso es que todos están tristes, porque no la habían podido encontrar, yo la encontraría y ya nadie estaría triste y papito dejaría de dar tanto miedo.

 

Sin que nadie me viera corrí hacia la enorme caja  y me asome dentro de ella, si aquí estaba mi mamita, pero ¿Por qué estaba dormida? N me gustaba como se veía parecía que tenía mucho frio ahí adentro, porque toda su cara estaba muy pálida y  ¿Por qué había un vidrio?, por eso no me podía escuchar, quería que se lo quitaran.

 

-Mamita, por favor abre los ojos… soy yo Naruto… mamita no…

 

-¿Qué estás haciendo?

 

Mi papito se me había tomado de mis nanos y me agarro tan fuerte como nunca lo había hecho

 

-Busca a la señora y vete a casa.

 

-Pero mamita…

 

-¡Que te vayas!

 

Lo vi alejándose de mi con una cara tan triste que sin poder evitarlo comencé a llorar,  ¿Por qué mi papito estaba tan enojado?... ¿Por qué mi mamita está dentro de esa caja?... ¿Por qué nadie la sacaba de ahí?... ¿Por qué todos me miraban?

 

-Vamos Naruto-kun.

 

La señora que me cuida tomo mi manita y comenzó a llevarme a la salida de ese lugar, pero a pesar de que llevaba mi cabecita agachada podía sentir las miradas de todas esas personas sobre mí y no me gustaba,  no me gustaba para nada, porque me miraban con tristeza, con mucha pena, con enojo, con reproche, con compasión pero sobre todo con muchísima, muchisisima… lastima.

 

 

________________Fin recuerdo _________________

 

 

-Yo también quiero ser feliz…

 

Me sentía un poco confundido, aun me dolía el pecho y la cabeza comenzaba a darme vueltas, se sentía como si mi corazón y me cabeza estuvieran teniendo una batalla, no creo que era una guerra declarada, y hasta que una no ganara esto iba a continuar.

 

Tu mirada se levando conectándose automáticamente con la mía, me sentía tan extraño, había pensado que no volvería a sentirme así, y en el momento menos esperado llegaba de donde menos espere, todo era tan extraño en mi vida.

 

-Yo… yo entiendo.

 

Te levantaste con mucha calma, parecía como si no deseabas hacerlo, pero cuando estuviste completamente de pie, y vi tu mano estirándose y tomar ese mencionado sobre amarillo, un impulso, como si fuera una respuesta automática sujete la otra esquina antes de que te lo llevaras por completo de mi alcance.

 

-Naru…

 

-…quiero ser feliz… juntó a ti.

 

Por fin había dejado de sentir esa temible guerra en mi interior, y por más que intente no era capaz de averiguar quién era el que había ganado, solo podía sentir como mis ojos se empañaban y las  lágrimas comenzaba a resbalar por mi rostro... y aun a pesar de eso no me sentía triste.

 

 

 

 

 

 

...

 

 

 

Notas finales:

Ha…

 No sé qué decir, en mi defensa y por si no le entienden al capítulo diré que una gran parte del capítulo ya había sido escrita por su autora, si esta es la parte donde les conto que ya tena avanzada muchos capítulos anteriores, y fue por lo que les comentaba que era un poco difícil para mí poner el capítulo, ahora mi aclaro si fue modificada ligeramente, en serio casi nada solo era para poder agregarla al capítulo, y es por eso que no podía ponerla antes había planeado que algo así surgiera espontáneamente,.

 

Ho.. Creo que ya he contestado caso todos los rw’s que me han enviado, tanto de este fic como del  otro…

 

Y últimamente he sido llamada muy seguido por el sicopedagógico que está en la universidad, si parece que mi maestra no pudo guardar la respectiva confiabilidad y  se lo conto a las sicólogas las cuales me citan dos veces al mes… u.u…

 

Bien como soy del pensamiento que no tengo amigos muy allegados, me pidieron que con las personas con las que más contacto tenga (cuando me dijeron eso no entendí mucho la parte de “contacto”) les preguntara sobre dudas que tuviera de ellas, y les contara algo sobre mí, es por eso que desde hace días he estado haciéndoles un par de preguntas,

Zanzamaru

GatitaKukaku

Y lectores en general… (Apropósito, muchas gracias por sus comentarios)

Pero cuando le conté de como las he estado, no sé, se sorprendió y me dijo que no podía seguir haciendo eso, y después de una leve exposición de puntos (yo dije que si no era a ustedes, lectores en general de l@s cuales ni su verdadero nombre conocía, era a mi familia, ya que no le hablo ni a mis vecinos, ni a mis compañeros de trabajo y en vacaciones ni a mis compañeros de clase, y créanme que a mi familia con trabajo) termino aceptando que siguiera siendo mis preguntas a ustedes, pero que antes necesitaba su autorización.

 

¿Me permitirían hacerles un par de preguntas?... les aseguro que no es nada muy extraño y mucho menos que comprometa o haga sentir incomod@s... No es obligatorio, y entendería que no aceptaran…

 

P.D.: en estos momentos me duele tanto la cabeza que desearía rompérmela como si fuera una nuez, aunque las nueces no me gustan.

 

P.D.2: Este capítulo lo quería subir ayer como regalo de reyes magos, ya que yo soy de Michoacán, y ahí no se festeja navidad solo reyes.

 

P.D.3: alguien sabe que paso con la persona que estaba escribiendo “Despierta por favor”  lo encontré hace días y está incompleto y de verdad que quisiera terminarlo de leer (es que nunca me ha gustado dejar nada a medias y cuando encuentro un fic que me gusta y no está terminado, ha me siento muy mal).

 

Bueno hasta pronto…


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