Me gustas…
Capitulo #5 boda… (Naruto)
Me levante un poco temprano hoy seria, el día en que conocería al hombre con el cual compartiría mi vida, o al menos durante un año.
Fui a mi closet, vi como el kimono blanco que compre para el baile de la semana pasada aún se mantenía en esa bolsa, lo rose con la yema de mis dedos con tristeza.
Había soñado que cuando me le declarara a Sasuke, él me aceptaría e iríamos juntos al baile de verano, me sentí un poco tonto aun recordando eso.
Mire el reloj, faltaba menos de una hora para conocerlo, me duche y me puse ese kimono, no tenía mucha ropa, realmente nunca la había necesitado, eran cuatro cambios, el uniforme de invierno y verano, el traje del coro y un cambio para salir, el cual raramente lo hacía.
Y por eso era uno de los más nuevos, Nunca salía de esa instalación y ¿Cómo hacerlo? Si tu único pariente y padre se rehúsa a siquiera verte en pintura, y si una que otra ropa pero nada fuera de lo normal solo la que había ido a comprar junto a Ino.
Termine de cambiarme, el chofer que fue por mí me informo que mi padre me estaría esperando en el lugar citado, y pensar que tenía la ilusión de que me llevaría a conocerlo.
Llegamos a la residencia, era más que impresionante, no la podía comparar con nada, ni con la mía, ya que hace más de catorce años que no ponía un pie sobre ella, vi como mi padre me esperaba con ansias, me jalo del brazo mientras me introducía a la casa.
-Bienvenidos…
Una voz nos recibió, cuando por fin logre girarme un hombre de aproximadamente la edad de mi padre, de pelo y ojos negros alto, note como desviaba su mirada hacia mí, por un momento me asuste, pero aquel hombre me sonrió de una forma tan cálida que inconscientemente a mí también se me escapo una.
-Buenas tardes.
-Hijo él es Fugaku U…
-Si vamos a ser familia, quiero conocer más de Naruto-kun, digo si no te molesta Minato.
Aquel hombre miro a mi padre como esperando a que este dijese algo, mi padre me miro de una forma que me dejara claro que no echara nada a perder yo solo asentí con la cabeza mientras que enterraba mi mirada en el piso.
-Por supuesto.
-Entonces pasemos a la sala, mi hijo aun no llega pero sé que no tardara en hacerlo.
No me sentí mal porque mi fututo marido no estuviera, obligado a casarse con migo, alguien que tampoco conocía nada de él.
-Padre ¿Quiénes son?
Un hombre parecido al primero bajo del segundo piso, lo reconocí de inmediato, aquel hombre se llamaba Itachi, lo conocí hace cuatro días, cuando fue a hablar con migo, según lo que tenía enterado, él era el hermano mayor de mi prometido.
-Buenas tardes Itachi-san.
Hice la reverencia correspondiente, tratando de comportarme como mi padre lo había indicado, cortes, refinado y educado.
-Naruto-kun si vamos a ser familia no tienes por qué ser tan formal.
-Lo siento.
-Vamos toma asiento, quiero conocer todo de mi futuro yerno.
Ambos hombres de mirada penetrante me miraban con curiosidad, gire un poco mi cabeza para ver a mi padre, el cual parecía estar más interesado en apreciar la casa.
-Primero Naruto-kun espero que no lo tomes como una ofensa si no como un alago pero te ves muy hermoso.
Me sonroje sin poderlo evitar, era la primera vez que alguien me decía eso provocando esa reacción en mí, en cierta forma sentía que ese hombre era demasiado parecido a Sasuke tanto que miraba en Fugaku-sama a Sasuke.
-Gra…gracias Fugaku-sama.
-Sé que todo esto te resultara extraño y padres arreglando matrimonios de sus hijos y todo eso.
-Un poco…
-Hijo.
La voz de mi padre llamándome hizo que de nuevo mi piel se erizara, aun no me acostumbraba a que me llamara “hijo” me hacía sentir de una forma rara, era en cierta forma… incomodo.
-Me tengo que ir, es un asunto sumamente importante, Fugaku nos disculparías.
-Minato, no te preocupes, pero ¿Por qué no dejas a Naruto-kun con nosotros?, nos encargaremos que llegue al internado sano y salvo.
-¿Enserio? Gracias.
Mi padre me abrazo, yo lo correspondí mientras que disfrutaba de él, pero mi burbuja de felicidad se rompió en cuanto el susurro un “No lo eches a perder Naruto” y se alejaba despidiéndose sin ni siquiera verme, ya de nuevo estábamos solos, yo me encontraba sentado en frente de los dos peli negros.
-Naruto-kun tranquilízate.
-Hai Fugaku-sama.
-¿Qué tal si empezamos con preguntas sencillas? Para que te relajes y mientras esperamos a mi hijo.
-Padre lo asustaras.
-No… etto, esta… bien.
Dije mientras que trataba de no sonar nervioso, además quería evitar el tema de porque acepte la propuesta. Nunca me había imaginado en esa situación, como era mi padre pensé que me encerraría en un convento o en mi casa.
-¿Cómo eres?
-Si cuéntanos, te gusta el internado, que materia te agrada y cuál te desagrada.
-Buen… todas me gusta.
-¿Enserio? No hay ninguna que te desagrade.
-No…etto… un poco la de historia…
-A mí siempre me desagrado la de historia, cuando tenía tu edad, el abuelo de Itachi me castigaba por que la reprobaba.
-Es cierto Naruto-kun un día yo vi un de sus boletas, en todo tenía diez menos en historia.
-Itachi, Naruto-kun no tiene por qué enterarse de los días de juventud de tu padre.
-jeje…
Sin darme cuenta una risa ya se había escapado de mis labios, y es que ambos peli negros, se encontraban peleando de una forma bastante infantil, me recordó en las peleas que tenía con mi madre, cuando dirigí de nuevo mi vista al frente ambos me miraban fijamente, había metido la pata seguro que no querían a alguien que se riera de ellos.
-Lo…lo siento.
-No te preocupes Naruto-kun, me alegra que te sientas más cómodo.
-Si estoy seguro que nos llevaremos muy bien Naru-chan.
No supe en que momento, ni cuando se me había pasado el día, Fugaku-sama e Itachi-san eran unas personas bastante divertidas y entretenidas, coincidimos en muchas cosas, nos desagradaban otras y de vez en cuando nos reíamos de tonterías, no recordaba hace cuanto que me sentía tan feliz, era como estar en… familia.
Había olvidado todo, mi frio y desinteresado padre, el motivo por el cual estaba ahí, tan solo me dedique a disfrutar, todo marchaba a la perfección hasta que una de las empleadas de la casa entro a la sala avisando que era bastante noche.
-Itachi ¿podrías llevar a Naruto-kun al internado? Tengo un asunto pendiente que tratar.
-Hai padre.
-Compermizo, Fugaku-sama.
Estaba a punto de salir cuando su voz me interrumpió.
-Naruto-kun, mi hijo me acaba de llamar, le fue imposible llegar, dijo que espera que lo disculpes, pero que está ansioso para que llegue el día de la boda.
-Lo entiendo… yo también estoy ansioso.
No tena porque esforzarse, era claro que su hijo no deseaba casarse con alguien como yo, pero mi voz salió demasiado apagada, haciendo que los dos hombres me miraran.
-Itachi, espera tengo que decirte algo… en privado.
-Compermizo.
Dije al salir de la habitación, sabía cuándo no me querían en un lugar y ahora era uno de ellos, solo esperaba que si el compromiso era anulado, pudiera seguir visitando a Fugaku-sama e Itachi-san, me habían caído muy bien.
-¿Qué sucede padre?
-Itachi, trata de demorar el camino.
-Padre…
-Pensé que Naruto-kun solo había aceptado la proposición de matrimonio, por interés, pero en verdad que tan solo es una víctima de su padre.
-Entonces ¿Es cierto?
-Hai, me temo que Minato, solo comprometió a su hijo por el interés que tiene sobre nuestros socios.
-Y Naruto-kun.
-Aún no se si está enterado de lo de su padre, pero lo que si te puedo decir que él sería capaz de matar para que su padre lo quisiera.
-Pobre.
-Lo sé, según lo que me dijiste no sabe ni el nombre de su prometido.
-No, cuando fui a visitarlo, se sorprendió cuando le dije que era el hermano mayor de su prometido, pero no tiene ni idea de que es Sasuke y que va en el mismo internado.
-Sabes, me hubiera gustado conocerlo de otra manera, físicamente no se parece en nada a Kushina-san, pero emocionalmente es idéntico.
-Cuando fui a visitarlo no lo note, pero es iguala a Kushina-Oka-san, ahora sé por qué dices que él es el único que puede estar con mi Ototo.
-Lo sé, ella era como una brisa fresca en el desierto, ve hijo no quiero que Naruto-kun sospeche y recuerda, ni una sola palabra de esto.
-Hai padre.
Cuando llegue al internado, era bastante noche, Itachi se despido de mí con una enorme sonrisa y me aseguro que él personalmente se haría cargo de la boda, en lo único que me encararía yo era llegar temprano.
Me dirigía a mi dormitorio, era bastante noche y solo quería dormir, tendría que despedirme de todos, pero una voz familiar me detuvo.
-¿Padre?
-Naruto, ¿Cómo te fue? ¿El matrimonio sigue en pie?
No sé qué me sorprendía, a mi querido padre solo le interesaba una cosa y esa no era yo.
-Hai, él no se presentó, pero Fugaku-sama me dijo que la boda se celebraría este miércoles en su casa, a las seis.
-Eso es excelente, bien hecho Naruto sabía que lo lograrías, eso era todo me voy, nos veremos el miércoles Naruto, trata de no llegar tarde y no me avergüences como sueles hacerlo.
Cuando se perdió por la obscuridad, no tarde en quitarme los zapatos y correr hacia mi dormitorio, mi padre era despreciable, serré los ojos por un momento provocando que casi me callera, escuche cómo la tela se jalo hasta romperse, pero no me detuve, entre a mi cuarto y trate de serenarme, esa noche solo tenía una cosa en la cabeza y era… que me casaría en tres días sin importar que.
-Naruto date prisa, todos están esperando por ti.
Esas palabras eran como una sentencia de muerte, me mire por última vez en el espejo, e intente sonreír, después de todo ese se suponía que era el día más feliz de mi vida, acomode la cintilla azul que se posaba en mi cuello para que no se viera.
-Deja ese pedazo de porquería, después de todo nadie lo vera.
Sentí ganas de llorar, no por las palabras que había dicho mi padre, sino porque era encaminado a mi muerte, llegamos al salón, el me tomo con recelo de mi brazo, aun que tratara de disimularlo y sabía que le resultaba fastidioso, nunca había podido superar el hecho de haber tenido un hijo Doncel en vez de un varón.
-No lo estropees…
Susurro por ultimo en mi oído al dejarme al lado de mi prometido, negué con la cabeza, si su felicidad dependa que me casara con el hombre que tenía a un lado, así lo aria.
No quise mirar al hombre que sería mi marido, daba igual, apreté con fuerza mí pecho en una forma discreta, pude sentir la piedrilla que colgaba y me concentre en ella, mientras trataba de mantenerme sereno, pero los murmullos de las personas no me dejaban y por un extraño que pareciera me pareció escuchar la voz de Sai.
-Joven…
Reaccione cuando el Juez me llamo, todos se encontraban viéndome, en ese momento reaccione, e inconscientemente levante mi mirada al hombre que se encontraba a un lado mío.
Quede mudo, no aún más que eso, quería pellizcarme para asegurare de que era real, que no era una jugarreta de mi mente, que todo era bastante real, pero a pesar de que no lo hice supe que no era un sueño.
Sasuke… Sasuke Uchiha se encontraba parado a mi lado derecho con un elegante y fino traje color negro, mirándome, como esperando a que dijera algo, no lo entendí hasta que vi al juez viéndome de la misma forma.
-¿Se encuentra bien?
-Hai…
-En ton ces seguiré… Naruto Uzumaki ¿Acepta como marido a Sasuke Uchiha como marido?
¿Marido? ¿Me estaba diciendo que Sasuke era con quien me iba a casar? No debía de estar bromeando, si eso, una broma aunque lo dudaba, dirigí mi mirada a Fugaku e Itachi quienes se encontraban en el lado derecho del salón y me sonrieron.
¿Sasuke era su hijo? Pero eran tan parecidos, bueno yo y mi padre éramos el mejor ejemplo de parentesco, quería decir que no, pero ya estaba ahí y no podía arruinar los planes de mi padre, después hablaría con Sasuke-san, por ahora solo estaba decir…
-Acepto.
-Y usted joven Uchiha Sasuke ¿Acepta a Naruto Uzumaki como su esposo?
-Sí.
-Por el poder que me confiere el estado, los declaro marido y esposo… puede besarlo.
Cuando dio lo último me congele, quería evitar esa parte, y por cómo veía a Sasuke el también, pero era inevitable, me tomo por los hombros y me beso, fue lo más alejado a lo que había imaginado, todo fue demasiado rápido, se acercó dio un casto beso y se alejó, ni siquiera pude serrar los ojos.
El resto de la “Fiesta” fue bastante tranquila, tan solo eran algunos invitados y las familias, diría con seguridad que no pasábamos de veinte en mi nueva casa, si cuando termino todo me entere que el señor Fugaku-sama me la había obsequiado como regalo de bodas.
Pero en ese momento tenía que hablar con Sasuke-san, no entendía porque pero era más que evidente que se encontraba molesto con migo.
-Sasuke-san ¿Podemos hablar… a solas?
Pregunte, al verlo en una esquina de la casa con Sai, su primo, no dijo nada pero comenzó a caminar hacia la cocina, lo seguí en silencio, ya dentro se giró y se me quedo viendo, no sabía cómo empezar, había planeado decirle que no me viera como su enemigo, que si deseaba podíamos comenzar por ser amigos para conocernos, bueno no precisamente a él, sino al que sería mi marido.
-¿Qué quieres?
Su fría voz me saco de mis pensamientos, respire hondo y tome un poco de aire para empezar.
-Yo…. Etto, si deseas… podemos ser amigos, sé que no querías casarte… pero…
Calle en el momento en el que él golpeo con su mano la barra desayuna dora, haciéndome temblar.
-¿Crees que soy estúpido?
-No…
No entendía el porqué de esa pregunta, pero nunca lo creí, yo creía y sabía que Sasuke-san era muy inteligente.
-¿Es tu venganza cierto? No pudiste soportar el hecho de que te rechazara y obligaste a tu padre para que el mío me obligara a casarme con tigo.
-No…
-¡¡¡No mientas!!!
Sentía miedo, me miraba de una forma que parcia que me quisiera matarme, y podía notar como su cuerpo temblaba por la ira que sentía en ese momento, no lo podía culpar, si estuviera en su lugar también creería que esa era la razón.
-Sasu…
-¡¡¡Cállate!!! ¡¡¡Escúchame podremos estar casados, pero tú y yo jamás seremos nada!!! ¡¡¡Nunca podría sentir más que asco por ti!!!
No me dio tiempo de decir más, paso a un lado de mí, saliendo de la cocina azotando fuertemente la puerta, me quede ahí, de pie sin poderme mover, mientras que sentía como las lágrimas resbalaban por mi rostro.
-¿Naru-chan?
Cuando escuche esa voz, puede reaccionar, rápido me seque las lágrimas y el rastro que estas habían dejado, pero aquella persona se acercó a mí y las comenzó a retirar con una servilleta.
-Darle tiempo… mi Ototo-baka necesita tiempo para que se acostumbre a la idea, estoy seguro que en pocos días se acostumbrara.
-Ha…hai sniff.
-Vamos debes de salir a despedir a los invitados.
-Hai…
En cuanto Salí de la cocina mi cara se transformó, una enorme y radiante sonrisa surco mi rostro mientras que mi voz salía con tanta tranquilidad como si en unos momentos no hubiera llorado.
continuara...