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LUNE por Rikkathum

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Notas del capitulo:

aqui les dejo el capi numero dos!!!

espero que les guste, segun yo iba a actualizar los sabados y miercoles pero hoy adelante porque mañana festejo mi cumpleaños que fue ayer jajaja ya tngo 23 años de vida como ven jeje

regalenme un Review porfiiis!!!

se los agradecere de corazon jejeje

 

2.- CABALLEROS?

Un rubio de ojos dorados caminaba rápidamente hacia la Universidad Central, no podía sacarse de la cabeza lo que recientemente había presenciado, como era posible que un chico que parecía chica por lo exótico de su cabello y el cuerpo fino que aparentaba tener, les hubiera puesto una paliza a dos de los hombres que intentaron atacarlo y a uno de ellos hacerlo correr con tan solo mirarlo, era algo que no se lo creía ni aunque lo vio.

También debía admitir que lo que más le llamo la atención de ese acontecimiento fue el chico, un muchacho pelirrosa que para si no pasaba de los veinte años, ver esos ojos violetas lo impresionaron bastante, nunca había visto a un niño con esas características físicas, ya que también su cuerpo era delgado, pero se veía firme, no era muy alto por lo que si le pusieras una peluca y pechos parecería una chica demasiado hermosa, con lo que se queda es que era un chico demasiado lindo.

Verlo moverse de esa manera, como si estuviese acostumbrado hizo que se quedara inmóvil, se dijo así mismo que si las cosas se ponían feas el intervendría para ayudar al chico pero nunca se imagino que el pelirrosa arremetiera con todos y el no tener ni el mas mínimo rasguño.

Después de eso vio como seguía su camino, el se quedo un momento analizando lo que había pasado, miro su reloj y ya tenía media hora en ese lugar, salió corriendo hacia la universidad, ya que se iba a encontrar con uno de sus amigos que da clases de Diseño de páginas Webs, entro a su oficina, encontrándose a su amigo viendo unos libros.

- lamento llegar tarde K – le dijo el rubio a otro, solo que con la diferencia de que K tenía el cabello largo.

- no te preocupes Yuki, en este momento estaba por terminar de repasar mi clase de hoy – miro a su amigo y lo vio algo inquieto – sucede algo, te vez algo pálido.

- no creerías lo que vi – dijo Yuki mientras se sentaba frente a su amigo.

- si no me lo cuentas menos – dijo en tono burlón.

Yuki lo miro con cara de enfado – a eso voy, ahora que venía vi a un chico, parecía no mayo de veinte años dándole una paliza a unos tipejos del doble de su complexión y hacer correr a uno con tan solo mirarlo.

- oh! Vamos Yuki, no crees que más bien tu imaginación para hacer libros te hizo una mala jugada?

- claro que no, se lo que vi – Yuki Eiri es un famoso escritor de novelas románticas, aunque también incluye muchas veces algo de intriga y de suspenso en sus obras, por lo que las hacen muy interesantes y el mejor escritor del momento.

- bien si tú dices… - K miro por la ventana que estaba justo a un lado de donde se sentaba, vio pasar a un pelirrojo de cabellera larga corriendo, lo reconoció y no pudo evitar que una sonrisa lo invadiera, aquel chico era Hiroshi Nakano, casi nunca faltaba a sus clases y si lo hacía era por algo medico, ese chico le llamaba mucho la atención por lo serio y responsable que es, aparte de que es muy atractivo por lo cual decir que solo le llamaba la atención era quedarse corto.

- porque no le pides una cita en lugar de quedarte mirándole como una chica boba enamorada – fue sacado de sus pensamientos abruptamente por la voz del escritor, el cual al verlo tan metido en la ventana pudo ver que el profesor no dejaba de ver a un pelirrojo que corría a su salón de clase.

K se levanto de su lugar tomo sus libros y decidió ir al salón ya que al parecer iba tarde – quieres callarte, acompáñame – le dijo al escritor este solo sonrió y le siguió – dime, al final si vas a dar clases en la facultad de música.

- no que me callara? – pregunto en sentido de burla.

- si ya, y tu eres muy obediente no?

-  pues sí, voy a dar clases de composición – poniendo una cara de fastidio que no puede con ella.

- si no quieres porque lo haces?

- por favor como si no supieras la respuesta.

- Thoma Seguchi.

- tin tin tin!!, respuesta correcta, como premio te dejo que invites a ese pelirrojo a salir – le dijo ya que cuando llegaron al salón el profesor no dejaba de ver al a Hiroshi de reojo.

- YUKI!! Recién regresas de América y vienes a molestar? – todos los estudiantes a excepción de Hiro voltearon a verlos por el grito del profesor.

- oh vamos!! No te enojes, mira ni si quiera volteo a verte cuando gritaste – le dijo el rubio burlonamente – para él no existe más allá de profesor alumno y si quieres que eso cambie invítalo a salir – se dio la media vuelta – nos vemos mas tarde.

- sí, sí, adiós – entro por completo al salón y cerró la puerta, volteo a ver a Hiro el cual seguía concentrado en su computadora – bien comencemos con las clases – y entonces el pelirrojo volteo hacia el frente – “demonios, al parecer Yuki tiene razón solo me ve como su maestro, necesito acércame de otra manera, si no siempre lo voy a estar viendo como una colegiala enamorada, diablos Yuki!!, hasta ahorita estaba bien así, porque tenias que venir y hacerme entender esto” – dejo de quejarse internamente y comenzó a dar la clase.

Por mientras el escritor caminaba por la escuela, no dejaba de pensar en ese pelirrosa, como le gustaría poder volver a verle, no sabía porque pero esa independencia que mostraba era digna de admirar.

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En el aeropuerto de Italia tres pelinegros iban hacia el avión que los llevaría a su nuevo hogar, el cual, era nada más ni nada menos que Japón.

- demonios Itachi vamos a llegar desempacando y al siguiente día a clases – se quejaba uno de los azabaches – no puedes ser mas organizado?

- vamos Sasuke, hermanito, no me regañes, tenemos todo el fin de semana para descansar  – respondió Itachi Uchiha, el cual era el hermano mayor de Sasuke – porque no aprendes a Sai, el no se queja y acepta las cosas como son.

- ese idiota no sabe ni en qué mundo vivimos – respondió Sasuke con enojo al sentirse comparado con su primo Sai Uchiha.

- ooh primito no hay que ser tan agresivos – le dijo con su eterna sonrisa falsa en el rostro – aparte para que quejarse si las cosas ya salieron de este modo.

- muy sabelotodo no? – dijo con ironía Sasuke.

- la verdad…

- oh cállate ya…

- dejen de pelear, nuestro vuelo ya ah llegado así que alístense de una vez – dijo un poco arto de verlos discutir.

- yo no entiendo porque nos cambiamos a Japón – dijo Sasuke aun algo renuente con la idea.

- porque el tío así lo pidió – respondió Itachi con cierta molestia, para ser sincero con el mismo no le agradaba para nada la idea de tener que regresar a Japón, ya que hacerlo significaba recordar cosas dolorosas.

Sasuke e Itachi eran unos niños cuando la muerte de sus padres los agarro de sorpresa , no sabían qué hacer, Itachi era muy joven para hacerse cargo de él, por lo que su tío Madara Uchiha decidió “hacerse cargo” de ellos, mandándolos a un internado en Italia, pero no los mando solos, también mando a su hijo Sai con ellos, fue una decisión algo rara ya que era su propio hijo al que mandaba al confinamiento de un internado.

Ahora tanto Sai como Sasuke comenzaban a cursar sus últimos semestres de preparatoria ya que tenían la misma edad, en cambio Itachi se encontraba en la universidad estudiando música, lo bueno es que Madara les daba la libertad de estudiar lo que les plazca ya que habían heredado toda la fortuna de sus padres, en cambio Sai si en un futuro demasiado no lejano quería estudiar una carrera como arte o música tenía que hacerlo conjuntamente con la de Economía y eso le ponía los pelos de punta porque a él lo que le interesaba más que nada era poder pintar, en el internado hizo barias exposiciones y en todas había tenido criticas formidables, ya lo tenía decidido era a lo que se quería dedicar, pero por su padre también tenía que estudiar una carrera que no le interesaba en lo más mínimo pero con tal de poder estudiar arte lo haría.

Sasuke por su lado no tenía ninguna presión, no sabía aun que quería estudiar pero tenía como opción Derecho, aunque para que mentirse si la gastronomía no se le daba para nada mal, podía estudiar las dos carreras al mismo tiempo aunque sabía que si escogía también la de Derecho el tiempo se le aria demasiado corto y terminaría dejando una de las dos, así que por mientras seguía pensando a que se quería dedicar.

- solo espero que Japón no sea aburrido –decía Sasuke ya dentro del avión y en su respectivo puesto.

- como si el internado fuera divertido – le dijo Itachi.

- pues nos dejaban salir y había cosas muy interesantes.

- a lo mejor lo que te molesta es que en Japón tal vez ninguna chica te encuentre apetecible y quedes como el feo de la clase jajaja – le dijo su hermano burlon.

- eso a lo mejor te pase a ti ya que probablemente tus profesores sean unos viejos gordos y no mujeres hermosas que te ligabas con tal de tener buenas calificaciones – lo contrarresto Sasuke.

- aaah! Eso solo paso una vez y la verdad no estuvo nada mal, aunque al que le viene de perlas el cambio es a nuestro primito.

- porque? – pregunto Sai.

- hay muchos japoneses lindos y tiernos a los que les vas a poder enseñar lo que aprendiste en Italia y la materia será Saiplacer jajajaja – se reía Itachi.

- jaja tanto se burlan de mi por mis preferencias sexuales que ustedes terminaran enamorándose de un hombre y para su mala suerte no se los van a poner fácil – dijo con toda la confianza del mundo Sai.

- claro que no!! – respondieron los dos hermanos al mismo tiempo.

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Kyoraku solo miraba de vez en cuando a su Koi, lo veía estremecerse un poco del frio, por lo que decidió levantarse y taparlo pero al parecer no era suficiente, así que tomo la decisión de meterse a la cama con él, lo abrazo por las espalda y le daba algo de su calor, agradecía que la tos ya hubiera menguado aunque la preocupación por el no disminuía ni un poco.

Levanto un poco la cabeza de Ukitake y puso su brazo para que lo usara como almohada, pero al parecer despertó a Ukitake – Kyo…ra…ku… - dijo con su voz un poco débil.

- shhh, tranquilo, la medicina está haciendo su efecto pronto pasara el malestar – le dijo mientras lo abrazaba y lo acercaba más a su cuerpo.

- gra…cias – dijo mientras tomaba con fuerza los brazos que lo tomaban con tanto cariño.

Kyoraku sonrió, amaba a ese peliblanco que tenía entre sus brazos, quería hacer lo imposible por él, tenerlo seguro en algún lugar donde pudiera recuperarse de su enfermedad, donde no conociera el tener que lastimar a otros para no ser herido o morir, quizás, que aunque no quisiera admitir, un lugar donde pudiera pasar sus últimos momentos de la manera más feliz que pudiera.

Pero esos lamentablemente son meros sueños ya que ellos no vivían con opciones, estaban encadenados y no por personas malas aunque si por sus causas, pero era por el amor hacia otros, ese amor era el que los esclavizaba.

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Un peliplata de ojos bicolor, uno negro y el otro rojo, iba despertando en su habitación, se sentía de lo mejor, tenia mas de varios meses que la serpiente ponzoñosa que lo metió en un mundo sin retorno, nada pero nada agradable que con su presencia lo hacía mucho peor.

Pero tampoco era toda su culpa, él le amaba y por ello se dejo engatusar hasta el punto de meterse en ese mundo.

Ya últimamente la víbora no se aparecía cerca de él, solamente lo veía en las noches de los sábados, tenían sexo y cada quien para su casa, aunque tenía que reconocer que cuando lo hacían la víbora parecía que estaba poseído, lo hacía fuerte y toda la noche, parecía que lo que necesitaba era agarrar fuerza para ser paciente, lo supo cuando en una de las envestidas que le daba lo llamo “Iruka”, inconscientemente agradecía a esa persona que ahora era la fuente de obsesión de Orochimaru ya que significaba que pronto seria libre.

Pero no podía dejar de sentir pena por ese sujeto que tal vez pronto caería en las garras de ese sádico que alguna vez quiso, aun recordaba como lo había metido en ese mundo, engañándolo, diciendo que su vida corría peligro y el tontamente fue a sacrificarse por él, tonto había sido también en creer en su palabras de amor y dejar que lo poseyera, nunca le había pasado, había salido con chicas y chicos, siempre el dominante, no entendía hasta la fecha como se dejo, después se arrepintió porque con el tiempo el dejo de ser su Koi para convertirse en su dueño y al hacerlo dejo de preguntarle y simplemente lo tomaba, de forma brusca y dolorosa, aparte de que también era humillante por las palabras empleadas por esa víbora.

Sentía asco de ese sujeto y de sí mismo por permitir que las cosas llegaran a ese extremo, pero tal vez pronto seria libre y eso le alegraba aunque sintiera un poco de pena por el que se quedaría en su lugar.

- bueno, tampoco es que mi importe – pensó en voz alta, porque preocuparse por alguien que tal vez nunca conozca, aparte esta la opción de que Orochimaru se quede con las ganas si es que ese tal “Iruka” no era tan tonto para caer como lo hizo el.

Iba a incorporarse para darse una ducha e ir al bar donde siempre le preparaba algo de desayunar, cuando de repente su celular suena, por el tono era un mensaje – “ nos vemos el sábado, tendrás nuevo compañero” .

- no me digas que lo consiguió? – se quedo pensando un momento – tampoco es probable que sepa pelear, así que tal vez sea otra persona la que consiguió como mi compañero – se dijo a sí mismo para después levantarse e ir a prepararse para salir.

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Otro de los que apena se iba levantando era el dueño de un bar, había tenido una noche de lo más pesada y eso que era miércoles, pero era de paga por lo que se acumulo más gente, no podía quejarse de eso vivía.

Vio hacia el reloj notando la hora, la cual era las diez de la mañana – demonios!!! – se levanto lo más rápido que pudo, tomo una rosa y la puso en una botella con algo de agua, iba a salir pero se dio cuenta de que iba solo en calzoncillos ya que así dormía en esa época del año, regreso corriendo y se puso una playera y una pantalonera negra, regreso por la flor y salió de su casa, miro hacia un lado y al otro cruzando la calle llego hasta un poste, uno de los más grandes de Japón, se inclino para dejar la rosa y después volteo hacia su derecha.

Regularmente cuando dejaba la rosa era cerca de las siete y media de la mañana, no era que fuera una persona que se levantara a esas horas, mucho menos si atendía un bar, es solo que una vez que no podía dormir fue y puso una rosa a esa hora, cuando miro hacia su derecha un joven lo miraba muy atentamente, el por su parte se hacía como el que no lo notaba pero veía por el rabillo del ojo al chico, parecía de preparatoria y tenía el cabello largo pero siempre era sujeto por una liga, después el chico seguía su camino, desde ese día el chico le llamo mucho la atención por lo que desde hace un poco más de dos años era rutina llevar la flor a esa hora, pero ese día se quedo dormido y ya eran casi más de tres horas de tardanza – que lastima – se dijo a sí mismo.

Iba regresando cuando un peliplata cuya mitad del rostro lo tenía cubierto por una bufanda – hola Azuma.

- no tienes calor Kakashi? – le pregunto mientras que se dirigía a la puerta que estaba enseguida de la de su casa, la cual era la de su bar.

- nop, ya es costumbre  - dijo al parecer con una sonrisa por lo curveado de uno de sus ojos ya que el otro lo tapaba su cabello, el ojo visible era el negro – dejándole una rosa a Kurenai?

Kurenai era la esposa de Asuma, ella había muerto por ser atropellada por un conductor ebrio exactamente en el poste donde deja la rosa todos los días, su cuerpo había quedado en medio del automóvil y el poste, al cual ni una fisura se le hizo por el impacto, desde entonces es el lugar donde él le reza.

- sí, pero hoy se me hizo tarde – dijo mientras le daba pasada a Kakashi.

- no sabía que tuvieras hora para eso Azuma.

- desde hace unos cuantos años – dijo restándole importancia.

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- Kuchiki-san las estadísticas que me pidió!! – Kuchiki Byakuya era un gran empresario el cual era destacado por los grandes negocios internacionales que hacía, aparte de que era uno de los más codiciados solteros de todo Japón, hasta la fecha no se le conocía pareja por lo que muchas artistas o modelos andaban tras de él, pero el simplemente las ignoraba, sabían que lo buscaban por su dinero y atractivo físico, eran puras arpías y materialistas según él.

- gracias – el era un elegante joven de unos 28 años, su cabello negro y ojos negros cautivaban a cualquiera y lo que no sabía era que no solo mujeres andaban tras sus huesitos si no también hombres pero el simplemente no los ve.

- Ku-Chi-Ki-San – le llamo su mejor amigo en tono burlón.

- sucede algo Gin? – pregunto sin poner mucha atención a su amigo el cual se sentó frente a él cruzando una de sus piernas, recargando sus codos en el escritorio y entrelazando sus dedos para recargar el mentón mientras sonreía.

- deberías buscarte una novia o… - dijo haciendo una pequeña pausa - … novio.

Kuchiki lo miro y después regreso su mirada hacia las estadísticas – para qué?

- S-E-X-O.

- Gin!

- te estás haciendo amargado, hace cuanto que no tienes sexo con alguien, ah?

- mi vida personal no te importa.

- tsk que aburrido.

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Sebastian Michaelis se encontraba ya fuera del aeropuerto de Japón esperando a que le trajeran a su “amo”  el “paquete” para llevarlo a casa, todavía no entendía muy bien lo que planeaba su amo con el muchacho pero él no era nadie para preguntar, aparte de que ni siquiera le importaba.

Aun recordaba cuando saco al chico de la casa, cuando lo vio por primera vez, esos ojos azules lo sacaron un poco de balance, cosa que jamás pasaba, tal vez porque jamás había visto una criatura como esa, el muchacho no pasaba de unos catorce o quince años, su piel pálida y cabello azul obscuro hacían juego con esos ojos azules claros y brillantes, se podría decir que era un niño hermoso.

Recordó haber hecho un gesto de desagrado cuando su amo segó de un ojo al chico ya que le quito el brillo, no solo la visión, hubo un momento donde sus ojos rojos se concentraron en el chico, le llamaba la atención sobre todo cuando el chico le regreso la mirada, aunque no solo lo miraba a él si no que también a su “compañero” Claude.

Suspiro con pesadez, honestamente adiaba a los rubios, eran algo idiotas y berrinchudos para su gusto, no entendía por qué su amo tomaba la decisión de ir a Japón y sobre todo cargando con el muchacho, tuvieron algo de suerte de que no revisaran el “paquete” ya que hubieran descubierto al pequeño.

Vio a su amo el cual platicaba alegremente con el otro mayordomo, en realidad le caía mal y deseaba ya no tener que servirle, pero había un contrato que no podía ser cancelado fácilmente, salió de sus pensamientos al ver a un rubio acercarse a su “amo” al parecer, por la cara, ese sujeto no traía nada bueno, si definitivamente odiaba a los rubios.

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Un escritor de novelas románticas y BL llamado Usami Akihiko despertaba a eso de las once de la mañana con cara de pocos amigos, se había quedado hasta terminar la novela que tenía que entregar esa misma mañana.

Se levanto perezosamente y se dirigió hacia la cocina, bajo las escaleras pasando también por la sala donde encontró una nota de su editora, al parecer ya había pasado por el libro y le dejo de regalo un  pastel de fresas, el no era muy amante de ello, lo que lo hizo recordar que esa tarde tenía una reunión con su mejor amigo, el cual le presentaría por fin a su hermano menor.

Hablando de hermanos, miro de nuevo hacia arriba percatándose que su hermano ya no se encontraba en el departamento ya que su cuarto se encontraba abierto de par en par, cosa que hace cuando se marcha a trabajar.

Suspiro pesadamente y decidió llevar el pastel a la comida, como quiera y al pequeño hermano de su amigo le gusta el pastel.

 

Notas finales:

wiii que les parecio!!

me meresco un Review por mi cumple y x el capi??

saluditos

nos vemos el sabado jejeje


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