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Psychedelia por Hikari Sayuri

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Notas del fanfic:

Volvi!!! :D Bueno... como muchos sabran me cagaron la anterior cuenta, bla, bla una estupidez pero bueno.

Vuelvo a subir este fic! asi que antiguos y nuevos lectores son muy bienvenidos! ^^

Notas del capitulo:

Tal vez no sea feliz, pero todo estará bien.

Prólogo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Últimamente el gran vacio que siento dentro se ha vuelto como un gran pozo, oscuro y sin fin. Ya no recuerdo por cuanto tiempo he estado cayendo, lentamente, adentrándome en ese pozo de paredes oscuras, ¿Dejare de caer algún día? al volver a mirar atrás solo logro ver una resplandeciente y blanquecina luz… ¿Así era mi vida antes?... ¿Llena de luz? Pero ahora ya no logro distinguirla como antes, la oscuridad va absorbiéndola poco a poco y solo logro ver lo que antes era… un frágil recuerdo, un evanescente susurro… que se apaga… poco a poco.”

 

 

Las nubes parecían descender sutilmente del cielo, ocultando cualquier rayo de sol que pudiera haber, nublándolo por completo.
Observaba el gran ajetreo de la ciudad desde su gran ventanal, sentado sobre su cómodo sofá apoyando el rostro en su mano.

 

 

“¿Por qué no pueden ir más lento? ¿Por qué no toman siquiera un respiro?... ¿Alguien habrá notado como las grises nubes bajan silenciosamente del cielo?”

 

 

Una pequeña gota se deslizo sobre aquel ventanal, dejando un rastro casi transparente mientras caía hasta el final, otra gota se deslizo también y así otra más. En pocos segundos varias gotas pequeñas golpeaban sutilmente el vidrio, él observaba como las calles comenzaban a humedecerse, algunas personas se cubrían con un paraguas u otras que simplemente se cubrían con lo primero que tenían en mano.
Las gotas comenzaron a golpear el vidrio con más fuerza, el sonido que producían al caer resonaba en aquel apartamento, él cerró los ojos, apoyando su cabeza en el brazo del sofá.

 

 

“Siempre me gusto escuchar el sonido de la lluvia, siempre me pareció que aquellas gotas tratan de decir algo, cuando nadie las escucha siempre golpean el suelo con más fuerza para ser oídas –Trato de entender lo que dicen… ¿Estarán contando alguna historia? ¿Estarán cantando alguna canción? ¿Estarán gritando? ¿Estarán llorando?...

Supongo que nunca lo sabré, por más que trate jamás podre descifrar lo que expresan”.

 

 

Abrió sus cansados ojos, se levanto del sofá con pesadez con un ronco quejido, a paso lento se dirigió al baño, abrió el grifo del lavamanos, refregó el rostro con agua tibia y lo seco con una pequeña toalla, al terminar se quedo observando al espejo frente suyo y el reflejo de su pálido y exhausto rostro en él. Solo sentía un gran vacio al ver sus ojos, ni siquiera tristeza, ni odio, ni alegría… nada.

 

 

“Pensé que después de todo seria feliz, ahora estoy completamente seguro que el dinero nunca te hará feliz, las cosas materiales vienen y van, después de un tiempo sientes que debes poseer todo. Que equivocado estaba antes, solo preocupándome por tener y no dar.

Ahora mi cuerpo se cansaba con facilidad y el estrés aumentaba junto con el trabajo. Al buscar una salida fácil, solo termine volviéndome adicto a aquel líquido de sabor amargo pero exquisito.”

 

“Trate de seguir mis sueños, volverme exitoso con el talento que alguna vez tuve, anhelaba con alcanzar eso que me decían que era imposible. Pero tome el mal camino, no fui capaz de distinguir la mascara que llevaba aquel camino, no supe ver a través de sus encantos que me invitaban a pasar “un buen rato”. Ahora que ya no recuerdo lo que era antes ¿Qué era lo que estaba buscando en un principio? Ahora que lo tenia todo y a todos a mi merced ¿Qué es lo que faltaba?”

 

 

Estaba rodeado por un gran grupo de personas, algunos conocidos y otros que jamás había visto. Las luces de neón de varios colores le molestaban la vista cada vez que lo iluminaban directamente, la música parecía llenar sus oídos, no lograba comprender el compás de esta, parecía desordenado y sin ritmo alguno. Pero los demás parecían disfrutar de esa música, bailaban como si en verdad sintieran el flujo de aquel compás en sus cuerpos.

 

 

“Quisiera haber vuelto a ser como era antes, tal vez hubiera tomado otro camino, uno muy diferente a este: Adinerado, famoso, todos deseaban estar conmigo solo por conveniencia, fiestas por doquier, trabajo, fiestas, trabajo, alcohol, trabajo, drogas, cansancio, más dinero, sexo, más trabajo; sin orden alguno, repitiendo lo mismo… una y otra vez ¿En que me había convertido? ¿Por qué no hallaba una salida a esta vida? ¿Por qué no dejo de caer?”

 

 

Un muchacho de cabellera castaña y posesiva mirada se acercaba a él, en su rostro esbozo una hermosa sonrisa, formándose hoyuelos en sus mejillas, realmente encantador. Lo abrazo por la cintura y se acerco a su oído.

 

 

-          Vaya, vaya cuanto tiempo sin verte Takanori.

 

 

Sonrió al escuchar su nombre, hacia tiempo que no escuchaba su verdadero nombre, siempre le llamaban por su apodo.

 

 

-          Demasiado tiempo diría yo –respondió con una leve sonrisa.- Kai –dijo en tono seductor

 

 

“Tal vez otro camino… ¿Realmente hubiera sido feliz?... podría ser, renunciar a mis sueños y seguir los sueños de mis padres, lo que ellos querían para mí. Ser profesional, encontrar un buen trabajo y después de un tiempo tal vez encontrar a una linda mujer, que le agrade a mis padres y decida casarme con ella, tener hijos y educarlos… después de algunos años ya no me interesara cumplir con mi esposa, porque estaré aburrido de ella y solo me dedicare a… seguir trabajando, tratando de evitar estar en casa, después me divorciare porque ella cree que la engaño. Que más da, tal vez no sea feliz… pero todo estará bien.

 

Que patético, jamás hubiera podido realizar todo eso… ¿Qué sentido tiene entonces esta vida? ¿Por qué al final acabare insatisfecho y hastiado de la vida? ¿Cuál es mi propósito?
Mi infancia fue de lo mejor, no lo niego, tengo los mejores padres que jamás pude tener, jamás me dieron la espalda, ni siquiera cuando les dije que soy homosexual, me apoyaron a pesar de los patéticos planes que tenían para mi, no importa, me dieron su cariño al final. Pero nunca podre recompensar su cariño, solo trato de persuadirles que todo anda bien, sin problemas, que soy tremendamente feliz con mi nueva vida”.

 

 

Ambos se encontraban en el baño, ahí podían hablar sin gritar por la música.
Kai, ese muchacho de hermosa sonrisa y una presencia realmente seductora, una mascara que ocultaba sus verdaderas y oscuras intenciones.

 

 

-          Vitamina K –dijo Kai esbozando una leve sonrisa, mientras apoyaba una mano sobre el rostro de Takanori

-          ¿Te refieres a Ketamina? –pregunto elevando una ceja

-          Claro –dijo acariciando su rostro

 

 

“Un mundo en el cual la salida era cada vez más lejana, o tal vez esta más cerca de lo que creo. Ya no consumiría drogas ni alcohol, esta seria la “ultima vez”. Ya estoy cansado de consumir solo para sentirme bien, ahora le daré un uso verdadero y nunca más volverá a pasar. Se olvidaran de mi después de un tiempo, solo recordaran los pocos logros y las grandes fallas que tuve”.

 

“Todo estará bien, lo prometo.”

 

 

 

-          Creo que me serviría algo –acerco su cuerpo más hacia él, observándolo seductoramente -¿Qué tal si me das lo suficiente para sobrevivir en la semana?

-          Vaya ¿Estarás tan ocupado? –pregunto entre risas –bueno, supongo que tengo lo suficiente como para matar a un caballo –dijo pasando sus dedos sobre la cabellera de Takanori, acariciando su nuca suavemente.

 

 

Con una mano, saco varios paquetitos de papel de su pegada chaqueta, sonriéndole seductoramente se acerco a su oído

 

 

-          Esta de más decir, que lo uses “sabiamente” –dijo en un leve susurro, rozando sus labios en el cuello de Takanori y metió los paquetitos en el bolsillo trasero de los pantalones de Taka –Mmm… hueles bien –dijo besando sutilmente la delicada piel de su cuello.

 

 

Rodeo su cuerpo con sus brazos, acercando más sus cuerpos, él esbozo su típica tierna sonrisa sujetando su rostro con ambas manos, fuertemente pego sus labios. No era un beso apasionado y lento, era uno lleno de lujuria y furor. Mordía fuertemente la sabrosa piel de sus labios y luego frotaba ansiosamente su lengua con la de Takanori, enterrando sus dedos en su nuca mientras sentía como se formaba un bulto entre sus pantalones.

 

 

“Pretendiendo… solo pretendiendo ser parte de este mundo, nunca alcanzando la felicidad que antes anhelaba, perdiendo lo que antes sí tenia, perdiendo… perdiendo. Todo se ve tan lejano ahora, tan inalcanzable, en este mundo sin sentido solo siento como la oscuridad me rodea mientras observo como todo se va desvaneciendo, como ahora soy nada más que un objeto, sin sentimientos. Pero estoy bien, en serio y todo seguirá bien.”

 

 

Alejo su cuerpo de él, caminando lentamente hacia la puerta sin expresión alguna en su rostro. Escuchando las leves carcajadas de el muchacho que caminaba detrás de él.

 

 

-          Se queda pendiente entonces –dijo Kai guiñándole un ojo, mientras tomaba su propio camino.

 

 

Se repetía a él mismo, que todo estaría bien ahora, ya no más de su misma rutina. Trabajar hasta que el estrés nublaba sus pensamientos y salir de ellos con drogas y alcohol, todos los días la misma rutina, mientras ese vacio crecía y crecía, olvidando todo lo que antes era.

No era feliz, de eso estaba seguro, nadie era feliz a su lado, de eso parecía estar convencido.

 

No encontraba sentido a la vida, no importaba el camino que habría tomado, todo terminaría de la misma forma al final, sin sentido.

 

Hoy era el día en que estaba dispuesto a terminar su vida sin sentido, era el día en que egoístamente iba a inducirse una sobredosis tan fatal, que terminaría todo como él quería. En sus propios términos, todo iba estar bien ahora, ahora que ya no estaría más sujetado a esa vida, a ese mundo tan despiadado. Sí, todo estará bien.

 

 

 

Cada pequeño paquete de “Vitamina K” que tenia entre sus manos, solo uno solo bastaba para desconectarse de sus sentidos. Abrió solo un paquete y observo aquel polvillo con una leve sonrisa y aspiro fuertemente todo lo que pudo, dejando el pequeño pedazo de papel vacio.

 

La música parecía ir cada vez más lenta, al igual que el movimiento de las luces. Se encontraba con una botella de su bebida favorita, Ron. ¡Que reconfortante era aquel sabor que parecía avivar la sangre de sus venas a cada sorbo que daba! Rodeado del mismo grupo de personas, reía, bailaba y tomaba junto con ellos.

A cada segundo que pasaba, la música parecía ir tomando un compás lento y rítmico, las luces pasaban lentamente por encima de su cabeza y él trataba de tocarlas con los dedos. El suelo parecía moverse a ambos lados lentamente, como si también estuviera bailando.

 

Sentía como su corazón palpitaba con fuerza, al ritmo de la música también. Mientras la sangre que recorría sus venas parecía llenarlo de un gran calor, provocándole más sed, él la calmaba tomando más de su bebida.

 

Palpo sus bolsillos con ambas manos, de los cinco paquetes que Kai le había dado, solo había usado uno hasta ahora. Sin pensarlo dos veces, tomo otro paquete e hizo lo mismo que con el primero.

 

Esta vez sintió como un calor realmente agradable recorría cada poro de su piel, no era un calor opresor como el que le provocaba el alcohol, este era realmente exquisito, sentía un leve cosquilleo a medida que el calor recorría su cuerpo. Las paredes comenzaban a tomar un color azul tan brillante, como nunca antes había visto.

 

Pero entonces sintió un dolor en la cabeza, que parecía punzarla sin piedad con una grande y afilada aguja, parecía que la música ahora aumentaba de volumen y le provocaba otro dolor punzante en los oídos y la cabeza, todo parecía dar vueltas y vueltas. Todo le causaba un gran malestar, la música, las luces, las risas, el sonido del trago vertiéndose sobre los vasos, el olor del cigarrillo, la multitud que rozaba su cuerpo al bailar, todo.

 

Tomo una botella de ron entre sus manos y a paso tambaleante salió de aquel lugar, casi se tropieza con algo invisible justo antes de llegar a la calle. Todo parecía moverse lentamente, hasta los edificios, y todo parecía cambiar de color. Pero a medida que fue caminando sin rumbo entre las calles, apoyando una mano en las paredes, su malestar desapareció. Tomo un gran sorbo de su botella y sintió como todo su cuerpo se relajaba.

 

Todo había cambiado de color, eran colores realmente hermosos y brillantes, colores que nunca antes había visto, cerró los ojos y vio figuras maravillosas pasar, de tantos colores y formas encantadoras y como se movían de manera rítmica, muy similar a los caleidoscopios que le encantaba observar cuando era niño.

 

Esta vez tomo dos paquetes de sus bolsillos y vertió el polvillo en la botella de ron, tomo un gran trago como si tuviera sed y tratara calmarla con agua. Inmediatamente los colores se intensificaron más, tenían un brillo casi igual al de las estrellas y parecían estar bajo una luz extraña ¿Pero de donde venía esa luz?

Levanto la vista hacia la luna, ¡Ahí estaba la fuente de luz! La luna ya no tenía ese aburrido brillo plateado, ahora tenía un brillo intenso tan semejante al brillo de una luz ultravioleta.

 

Ahora solo quedaba un paquete que decidió guardar por ahora. Las calles tomaban formas curveadas y divertidas, la punta de los edificios parecía derretirse. De las paredes comenzaban a dibujarse esas figuras caleidoscópicas y comenzaban a bailar en un solo ritmo todas juntas. Tomo otro gran trago de su botella mientras seguía caminando, deleitándose y divirtiéndose con todos esos colores y figuras de resplandor fluorescente.

 

El suelo comenzó a cambiar de forma, sintió como si sus pies estuvieran descalzos y caminara sobre arena, como en una playa. Y ahora de las paredes, se formaban otro tipo de figuras, grandes espirales de muchos colores que de repente se despegaron de la pared y parecían volar en el aire, se acercaron a él y bailaron alrededor de su cuerpo mientras él reía y tomaba pequeños sorbos de su botella.

 

Sintió como su cuerpo comenzaba a flotar, las espirales lo iban elevando hacia la luna. Estiro un brazo hacia ella y vio como sus dedos se alargaban y cambiaban de color, comenzaban a formarse en ramas y luego salían hojas de un color naranja fluorescente, sintió como sus ramas tocaban la luna.

 

 

-          ¡Wow! Parece de gelatina –dijo en tono infantil entre risas

 

 

Tomo el último gran trago que le sobraba de su botella, sintió como su cuerpo iba descendiendo hasta llegar al suelo. Levanto la botella hacia la luna, y varios colores recorrían el vidrio de la botella como un arcoíris, vio una pequeña gota de licor al pie de la botella, comenzaba a elevarse mientras cambiaba de forma, era algo extraña similar a un conejo hecho de goma dulce, flotaba en la botella y extendió un bracito y le saludo sonriéndole. No pudo evitar reír y saludarle también, el conejito salió de la botella, flotando con una tierna sonrisa que le hacia recuerdo a la de Kai.

Tomo al conejito entre sus dedos, observándolo con cierta fascinación, de color celeste fluorescente, dos puntitos negros que formaban sus ojos, una naricita azul y redonda con largos bigotitos brillantes, dos orejas acolchonadas y una pancita tan regordeta que le dieron ganas de apretarla. Y lo hizo, apretó al conejito de su panza con sus dedos, este gritaba… un sonido encantador y leve.

 

De pronto exploto en pedacitos y varios conejitos se formaron de los pedacitos, algunos tomaban colores diferentes, todos flotaban a su alrededor, cantando en un idioma que no conocía pero la melodía era contagiosa y se puso a tararear mientras caminaba siguiendo al grupo de conejos fluorescentes que volaban delante de él.

 

La arena en sus pies era realmente agradable, el aire tenia un olor hechicero y dulce, la ciudad brillaba en sus colores fluorescentes, sus calles distorsionadas, los edificios que se derretían poco a poco como velas, las figuras que se despegaban de las paredes y flotaban a su alrededor, todo era encantador, todo era tan fascinante.

 

Se encontraba en lo más profundo de lo que muchos usuarios de la Vitamina K llamaban, “El hoyo K”. Un mundo de colores y formas infinitas.

 

Los conejos seguían cantando y bailando en el aire, hasta que llegaron a un gran árbol. Era inmenso, las ramas eran tan oscuras como el ébano y las hojas de un verde tan fluorescente brillaban más que todos los edificios, había criaturas de tantos colores tan resplandecientes colgándose de sus hojas, volando alrededor de él, criaturas muy semejantes a dibujos de algún dulce o animal.

Todos cantando al unísono, en un tono sutil y encantador, que Takanori no pudo evitar reír con todas sus fuerzas y luego cantar con ellos también, mientras tocaba las hojas de los arboles que cambiaban de color apenas sus dedos las palpaban.

 

Saco el último paquetito de uno de sus bolsillos, y en menos de dos segundos ya estaba vacio, siendo arrastrado por la corriente del viento.

 

No podía evitar tararear esa canción tan pegajosa, dando saltitos alrededor de aquel árbol con ambos brazos levantados hacia arriba. Y ese calor tan agradable que recorría su cuerpo como si fuera la más leve descarga eléctrica y le producía un cierto cosquilleo. Estaba tan inmerso en ese mundo colorido, esa ciudad de formas espectaculares, ese suelo tan suave como la arena de una playa, bañado bajo la luz fluorescente de la luna, rodeado de esos seres fascinantes.

 

 Su cuerpo comenzó a sentirse entumecido, movía con cierto esfuerzo sus brazos y sus piernas. Se sintió tan cansado, se sentó al pie del árbol, apoyando la espalda en su tronco.

 

 

 

 

 

 

Pero en realidad se encontraba sentado al pie de un contenedor de basura, en un estrecho y oscuro callejón, seguía tarareando alguna canción tipo infantil, con los ojos cerrados y una gran sonrisa, moviendo levemente su cuello de un lado a otro. Mientras su cuerpo estaba siendo empapado por sudor, sus rubios cabellos pegados a su rostro. Su corazón palpitaba desesperado que se notaba como saltaba su yugular sin parar.

 

Dejo de mover su cuello y empezó a tararear en tono casi inaudible, sus brazos estaban inmóviles desparramados en sus piernas estiradas en el suelo.

 

 

-          No, no puedo levantarme aun sigo cansado –dijo jadeando en tono bajo y lento.

 

 

Su cuerpo cayo hacia un lado, seguía con los ojos cerrados y esbozando una sonrisa.

 

 

-          Jajaja, esperen… ¿Qué hacen?... eso hace cosquillas –dijo entre leves carcajadas

 

 

Su cuerpo aun seguía adormecido en el suelo, su corazón palpitaba con tanta fuerza y el sudor que salía por cada poro suyo comenzaba a pegar sus ropas a su piel. Dejo de sonreír y frunció el ceño con los ojos cerrados.

 

 

-          No encima mío… no… no puedo… respirar… quítense… - decía en tono casi evanescente y entrecortado, tomando bocanadas de aire

 

 

Su pecho se movía con desespero hacia arriba y hacia abajo, sentía como si el aire le faltara, daba bocanadas de aire con la poca fuerza que le quedaba, su cuerpo se adormecía a cada segundo que pasaba y su respiración perdía fuerza poco a poco.

 

Una gota pequeña que cayo del cielo se deslizo sobre su frente, otra le siguió y luego otra más cayo sobre su rostro, dentro de poco la lluvia comenzaba a intensificarse, las gotas de agua eran más pesadas y golpeaban todo su cuerpo, empapándolo y mezclándose con su sudor.

 

Si hubiera tenido las fuerzas suficientes aun seguiría sonriendo, pero su cuerpo estaba completamente entumecido, su respiración era tan tenue casi inexistente, entreabrió los ojos con la poca fuerza que le quedaba. Jamás había visto una lluvia de colores, los charcos que se formaban en el suelo parecían estar rellenos de algún arco iris líquido.

 

 

 

 Pero esta vez al volver a cerrar los ojos, todo era oscuro, el sonido de las gotas caer al suelo iba desvaneciendo, se alejaba poco a poco hasta que todo quedo en silencio. Ni siquiera escuchaba su respiración.

 

Inmerso en la oscuridad, diviso esa misma blanquecina luz a lo lejos, deseaba poder alcanzarla pero ahora se había alejado tanto, ya no iba poder alcanzarla… nunca más.
Sintió su cuerpo caer eternamente, y como se alejaba de aquella luz que ahora se había vuelto un punto blanco en el vacio.

 

 

Escucho el leve y casi evanescente latir de su corazón, parecía que no quería rendirse, quería seguir palpitando. De repente la oscuridad parecía desvanecerse.

Solo pestañeo una vez y ya se encontraba en un lugar diferente. Una fresca y leve brisa recorría su cuerpo, danzando alrededor de él. El sol crepuscular acariciaba su rostro, se sentía tan agradable. Escucho como las olas del mar resonaban en aquel lugar, se dio cuenta en donde estaba, esa playa que tanto le gustaba.

 

Antes solía ir allí, cuando los rayos del sol eran tan purpúreos  y naranjas, cuando el sol ya se ocultaba en aquel extenso azul horizonte, le encantaba sentir la arena entre los dedos de sus pies, tan suave, tan delicada.

¿Pero cuanto tiempo ya había pasado desde la última vez que fue ahí? Ya lo había olvidado, ¿Había pasado tanto tiempo? Bueno, ahora ya no importaba. Estaba ahí, todo era tan palpable y encantador como siempre lo había sido.

 

 

Sintió como sus pies eran levemente acariciados por el rastro que dejaban las olas en la orilla, no dudo en caminar hacia el mar, observando al frente con una pequeña sonrisa, no sentía miedo, más bien sentía una gran satisfacción que le llenaba por dentro.

 

La mitad de su cuerpo ya estaba dentro, estiro ambos brazos a los lados y con las palmas de las manos tocaba la fresca agua, mientras seguía avanzando. El agua llego hasta su cuello y ya sintió como su cuerpo comenzaba a flotar, cerro los ojos y sumergió todo su cuerpo. Aun podía escuchar el evanescente pero insistente palpitar de su corazón.

Abrió los ojos y solo pudo distinguir como los últimos rayos de sol acariciaban al mar, su cuerpo parecía ser absorbido por la superficie, observaba como se alejaba de los tenues rayos solares.

 

 

Volvió a cerrar los ojos, el palpitar de su corazón comenzaba a perder fuerza, se desvanecía lentamente. Ahora era solo un eco que se perdía en la profundidad, hasta que al fin ya no escucho nada, todo era oscuro y silencioso.

 

 

 

 

 

“Todo estará bien ahora”.

Notas finales:

Muchisimas gracias por leer!! por tomarse el tiempo de leer tanta cosa ._. wuuu!

Que tal un lindo review??? *---*

 

Hikari.


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