Injusto
Era injusto, era insensible.
-porque?- necesitaba saber, si ambos lo intentaban podrían soportalo, cambiarlo. Podrían permanecer juntos.
-solo no lo soporto…- Solo poner todo en orden, esos horribles cds que tanto odia ahora, las imágenes inmóviles y frias, doblando con nulo interés la única ropa que considera necesaria. Necesario, no como el que se quedara ahí, parado y esperando. Asustado.
-ni siquiera por mi?- sabe la respuesta antes de que llegue pero desear oírla para poder romperse de una vez es su deseo, intentar odiarlo. -no, lo siento…-
-le diré a nuestros padres, así podrían hacerte entrar en razón- “podrían obligarte quedarte a mi lado”
-no, no lo harás regulus. Sé que no lo harás.-
La maleta esta lista, por más que sirius la intentara hacer lentamente ha terminado, ahora solo se debe ir. Debe arrancarse de allí. De él, de su regulus.
-volverás?-
-no creo, espero que no…-
-adi…-
-Te amo, te amo muchísimo…pero quedarme implica que cambiare, moriré y lo que amas de mi cambiara y morirá conmigo. No permitiré que me dejes regulus, prefiero ser yo quien se de la vuelta y se vaya…pero me ire con tu amor y a ti te dejare con el mío- El chico baja la cabeza, reconociendo la apabullante verdad. Los labios le tiemblan, deseando llorar. Siente unas manos tomar las suyas, amorosa y tiernamente. Sirius se inclina ante el descansando su frente junto a la suya. Se abrazan por ultima vez esa noche.
Sirius se va. Es libre. Es fuerte. Es feliz.
El se queda. Débil. Cansado. Triste.
Piensa que es injusto, la forma en que el destino juega con ellos, con sus sentimientos y su corazón. Es injusto que sirius ría tan alto en el comedor. Es injusto que el debe volverse cruel y frio solo para poderle sujetar la mirada, de esos ojos plata, Quiere gritarle cobarde y traidor cada vez que por accidente se encuentran en la misma aula o pasillo. Entonces sirius sonríe y olvida como siempre el rencor. Lo evita. Pero el mayor envía una lechuza, deja un mensaje, le hace un gesto y vuelven a empezar. Un beso, una bofetada, una mirada enojada y un insulto murmurado entre dientes, sirius lo recibe con calma, sin quejarse. Son dejar de mirarle o sonreír. Más suavemente mas melancólico. Es cuando sus manos se vuelven a encontrar, en un encuentro secreto a los ojos curiosos. Podrían estar de vuelta a la infancia y no lo notaria. El mejor consuelo son sus besos. Los suyos saben a amargura y pesar, los de él saben a culpa y remordimiento. Es perfecto, cada toque y roce de locura. Pero nunca dura demasiado, regulus le empuja y tira lejos, con un enojo tan vivo y ardiente como el de la noche que se fue.
-estúpido Gryffindor. Sabes? El verde y plateado harían lucir tus ojos hermano. Lástima que ni para eso tengas buen gusto o sentido común- y se gira, da la vuelta y se va. Como siempre desde aquella noche es el menor quien parte primero de sus encuentros. Asegurándose no volver a ser el abandonado.
-lo siento…- sirius sonríe con ternura y melancolía, encogiéndose suavemente de hombros a pesar de saberse ignorado. Apreciando secretamente el ardor en su mejilla izquierda hasta que la próxima semana el chico volviera a dejarle otra marca. Es lo mas justo.