sonríe tal iluso, entregándose a él con el fantasma del que cambiara, que te elegirá a ti, que solo es por el momento, manteniendo esa mentira en tu cajón de sueños, sueños por realizar, tratando de hacerla real como aquellas caricias, las que sus manos pálidas y pesadas otorgan llave a ese sueño, asiéndolo sentir dañado en el interior, donde la cordura está intacta, su rostro y mirada intensa mantienen cautivo a aquel ser de cualquier pensamiento vagó, sometiendo su inocencia y dudas, al estrechar sus manos bajo la luz de la alcoba tintilla el reflejo de aquel anillo metálico con el cual estas encadenado a m, no puede corresponderte pero en estos momentos sus besos, caricias y palabras tienen dueño, nuevamente te ve marchar, en tu apacible rostro se contempla una leve sonrisa, será de felicidad o de burla por estar usándolo así, su cuerpo corazón y mente, luego de ver la puerta cerrarse su mirada se ensombrece para luego derrumbarse, las lágrimas se evidencian y piden ayuda muda, porque se había fijado en el...
Ese día caminaba por la ciudad, hacia una semana había terminado con su novio y estaba algo deprimido, facilmente le dio por entrar a una discoteca, se sentó en la barra y pidió un trago, no era muy aficionado a beber pero debió suponer que una no le aria daño, aun que no sabía lo que pidió comenzó a tomarlo contemplando el lugar, había mucha gente, el sonido y la iluminación eran muy altos, tanto que comenzaba a marearle, al darle un buen trago a la bebida le provoco nauseas, vomito irremediablemente, teniendo la suerte de no bañar a nadie, después del ridículo se dispuso a irse, hoy no era precisamente su día, a la ora de salir del lugar choco contra alguien, seguro producto de las luces segadoras, el joven con quien había chocado rió ante su torpeza y le empujo cayendo sobre un señor que muy amablemente le dio la mano, seguro creyó estaba ebrio, el creyendo que encajaban bien empezaron a salir sin que él menor tuviera idea de en lo que se metía en realidad,
la obscura verdad o no era masque el ya estaba casado, el no quería creerla, quería seguir soñando con su mundo perfecto, que él lo amaba, que le correspondería, no quería aceptar esa verdad que se hacía más presente y menos al vernos de frente, ahora llora con remordimiento y furia reprimida, porque se había enamorado, segando su razón y asiendo crecer mas su adictivo veneno, porque no había mencionado antes su condición?, porque solo lo estaba usando, el se sentía tan poca cosa que ahora suplicaba sus caricias, conformándose con compartir calor unos míseros momentos que le hacían feliz y miserable, creyendo que después de todo el amor entregado lo orillara a reconsiderar el quedarse con él, eso no pasara y lo comprende bien,...
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Un pasillo vació y obscuro se alarga y tuerce, anulándose y disparatándose, creando un laberinto, oculto y siniestro, una ventana al fondo invita a pasar sin hallarse una puerta solo una habitación sellada yace dentro, ahora el reflejo del espejo plasma una silueta fantasma que ralla entre la realidad, inundada de duda y confusión, una que disfruta y se alimenta de aquellos durmientes con el susurro de sus pasos que se adentran, desquiciando y alterando su sobriedad, la esperanza ni emoción o dolor existe, solo es el descanso de aquella sombra que cuida de aquel corredor, corredor que abarque la fragilidad de aquel ser pensante, la existencia misma de un tu solo es ruido, uno que transita y se aferra de este ser, cadente de razón, la seda que divide los escenarios las ase solidas, las alimenta de dudas y temores, anhelos y odio, el subconsciente solo es un espejismo de un gris que retrocede, que escribe verdades y juega con tus emociones, porque no sabe qué es ser el, que es tu realidad solo esperando en el tiempo, con el susurro del silencio sin escala…
