Ya han pasado diez años desde que tomé el cargo de la compañía familiar, porque mi padre falleció.
No ha sido difícil sobrellevar el control del grupo, claro que no.
El problema es que es demasiado tedioso el mundo de las finanzas, me aburro constantemente e inclusive he llegado a tener crisis nerviosas por la presión que a veces me deja.
Lo he pensado mucho, no tengo que trabajar debido a la obscena suma de dinero que me dejó papá cuando se fué, tuve que quedarme con la parte que le correspondía a Akihiko que rechazó sin dudarlo.
Aunque no he podido dejar mi empleo, porque si me voy ahora, ¿entonces quién sucederá a la familia Usami?
Akihiko me dejó todo a mí... ese maldito... ni siquiera se presentó a la repartición de los bienes que dejó papá...
Y yo... no tengo otro hermano... ni siquiera un hijo, jamás me casé.
En cambio él, contrajo matrimonio con Takahashi-kun apenas hace tres años... pero aún así no han adoptado un bebé... y dudo mucho que él deje a su hijo o hija entrar a la compañía Usami.
No ha sido difícil, no...
Pero... con lo que no puedo cargar... es con el recuerdo que tengo de la sonrisa de Takahashi-kun...
Realmente es un chico extraño, a pesar de todo lo que le pasó por culpa mía amablemente me invitó a su boda, por supuesto que iba acompañado por Akihiko. Él no parecía muy contento con la idea... pero eso no le importó a Takahashi-kun...
Han sido diez años... qué rápido pasa el tiempo. Quizá...
Aún me entristezco un poco por recordarlo... qué estupidez.
Bueno, nada va a cambiar si sigo así ¿verdad?
Ahora hay muchas familias que dependen de mi trabajo. Así es, mi trabajo es lo que más debería importarme.
Sí, ahora soy feliz, puedo tomar clases de arquitectura sin que nadie me cuestione, sin nadie a quien rendirle cuentas. Puedo hacer lo que yo quiera.
-Haruhiko-sama
Han abierto la puerta repentinamente, es mi secretaria.
-¿Qué sucede, Nagisa?
Ella hace una leve reverencia, se despeina un poco al subir de nuevo
-Su cita de las tres ha llegado.
Me dice sin mirarme siquiera, qué grosera.
-Dile que pase.
Le respondo tranquilo y escribiendo algo en mi ordenador en el escritorio, Nagisa se va y casi de inmediato entra Ryuichirou, un amigo de infancia
-¡¡BUENAS TARDES, HA-RU-HI-KO!!
De nuevo ha entrado gritando...
Cierra la puerta de golpe y corriendo se sienta en mi escritorio
-Y bien, ¿finalmente aceptarás mi proposición?
Me pregunta jugando con un lápiz como un gato, lo va rodando con sus pequeñas garritas.
-Ya basta Ryuichirou...- lo regaño calmadamente, le arrebato el lápiz y él hace un puchero, me sorprende que aún haga eso... si ya es un adulto.
-Buuuueno... yo sólo venía a preguntarte acerca de tu decisión sobre "aquello".
-Creo haberte dicho mil y una veces que no.
Ahora estoy molesto, doy un suspiro y él se ha quedado callado, eso es algo bueno.
-De acuerdo- dice de repente... que susto... -Si no quieres, entonces no hay ningun problema, pero... ¿qué dirías si te dijera que... no tendrá nada que ver con él?
-¿Con él?- le pregunto, muy interesado, Ryuichirou sonríe
-Así es, él no está trabajando de momento con nosotros, ese traidor se ha largado a Onodera... y nos dejó muchos pendientes, así que por eso no lo verás en un laaaaaaaargo tiempo.- responde de manera convincente... -Bueno, si él no estará ahí... no habrá ningun problema ¿verdad? ¡Vamos Haruhiko! ¡¡DÍ QUE SÍ!!
Maldito Ryuichirou... sí que sabe como persuadir a la gente...
Pone una cara de gatito... o... de cachorrito... es difícil decirle que no cuando hace eso...
Está esperando a que le dé una respuesta... pero nop quiero hacer ese trabajo... estoy harto de las editoriales, aunque si acepto este negocio mi experiencia en este negocia irá incrementándose... ni modo...
-No tengo opción... - le digo cerrando pesadamente mis ojos, a Ryuichirou se le ilumina el rostro... -Sólo será mientras Akihiko no esté trabajando para Marukawa, ¿cierto?
-¡Así es, sólo hasta que él decida regresar! ¿entonces eso es un sí?
¡¿De dónde demonios ha sacado una cola esponjosa?! Este tipo me asusta... ha empezado a moverla de un lado a otro... ¡¡QUÉ EXTRAÑO!!
-D-de acuerdo... acepto la propuesta... - le contesto nervioso... entonces Ryuichirou, de la bolsa delantera de su chaqueta saca unos papelitos de colores
-¡¡¡¡HUUUUUURRAAAAA!!!!- grita a los cuatro vientos, Dios mío... creo que necesitaré ayuda para superar este extraño trauma...
-Bueno entonces, nosotros nos vamos.- dice saltando sobre mí y tirándome de la silla
-¡¿Qué?! ¡Pero si tú...!
-No, no, no, no, no, no, nos iremos enseguida, y no dirás nada en el camino, ¿de acuerdo?
De alguna forma... logró teletransportarnos hasta Marukawa...
Padre... ¿puedo asesinar a alguien utilizando mis influencias?