El estridente sonido de su voz, las notas graves retumbaban en todo el escenario y el recinto, era un concierto como cualquier otro, el local lleno hasta la última fila, todos emocionados, coreando las canciones y disfrutando del espectáculo. Por su parte, ellos haciendo cada uno su trabajo, la batería, las guitarras, el bajo y por sobre todo lo que había hecho de la banda lo que era hasta hoy… su voz.
Todo salía perfecto, tocaban obscure y Kyo se vio obligado a cerrar los ojos producto del dolor y del cansancio, esta vez se había sobrepasado un poco haciendo en sus ya tradicionales heridas, un tanto más profundas, sumándole que estaba aquejado de unos raros síntomas que hacían que le doliera más allá de la cabeza, sino que sentía un ardor a nivel de su cerebro, como si cada vez que cerraba su mandíbula y apretaba los dientes este se retorciera dentro de su cráneo produciéndole un dolor aun más intenso, pero él no era una persona débil, por lo que aguantaría hasta el final, sin mostrar ningún signo de flaqueza. Tan solo tres canciones más y podría descansar, se repetía constantemente, pero en medio de la canción sintió una fuerte ráfaga de aire frío y dejo de escuchar cualquier sonido proveniente de los gritos de los fans, le pareció extraño pero más siguió al mismo ritmo que llevaba, sus ojos seguían manteniéndose cerrados, un gran pesar se habían apoderado de ellos lo que le impedía abrirlos, pocos segundos después el bajo se apagó, ningún sonido proveniente de aquel instrumento ni de su dueño, -que problema Toshiya estaba teniendo inconvenientes de sonido pensó-, pero poco después también se apagó el sonido de las ambas guitarras ¿extraño? Si muy extraño, estaba ya dispuesto para darse vuelta y ver qué rayos sucedía para terminar escuchando el último sonido del platillo proveniente de la batería y sus ojos ya una vez abiertos no daban crédito a lo que veían: esqueletos, todo aquel desbordante público se había convertido en esqueletos con las ropas que antes pertenecían su antiguo público, se dio la vuelta y vio que sus amigos y compañeros de banda también habían sido reemplazados por aquellos tétricos esqueletos.
- ¿Qué clase de broma es esta?
Dijo con un tono irónico mirando a Toshiya, acercándose a él.
- Já, ya sé, esto es de plástico
Pero al momento de tocar aquel esqueleto proveniente de su amigo, bastó un pequeño roce para que este se hiciera polvo, algo que comprobaba que no era un esqueleto de plástico, sino una estructura ósea genuina. Y así uno a uno se fueron convirtiendo en polvo… Toshiya, Kaoru, Die, Shinya, el Público, los miembros del staff. Un blanco polvo cubrió todo el lugar, -quizás todo esto es producto de mi distorsionada mente- pensó y volvió a tomar el micrófono y comenzó a cantar:
Y así, la violencia y la oscuridad de ardiente calor se entrelazan en mi corazón.
Exponente.
Una lluvia abundante que es contenida por el débil cielo
se derrama fuertemente como el suicidio del futuro,
enterrada en el mar.
Debemos fomentar el carácter, alabar la inmortalidad.
Saluda a la astucia en crecimiento.
Amor verdadero y un parpadeo de placer
pseudo suicidio
no me importa cómo luces.
La estación de ansiedad, la primavera llega como un asesino fantasma
el conejo que cuenta mentiras, encuentra su lugar.
El jardín rojo brillante y la descomposición de las cenizas
se cubre a sí mismo de un blanco puro
alcanzando a otro, arrepintiéndose hasta la muerte...
repitiéndolo una y otra vez.
La violencia y la oscuridad de ardiente calor se entrelazan en mi corazón
y se cruzan con el inquebrantable hecho de una mañana.
El otro lado de la muerte.
Una lluvia abundante que es contenida por el débil cielo
se derrama fuertemente como el suicidio del futuro,
enterrada en el mar.
Así una a una de las estrofas fueron cantadas a capela hasta acostumbrarse y convencerse de que se encontraba solo, de que nadie de aquel reciento volvería a estar jamás, de que esto no era una broma y que a pesar de que no entendía lo que sucedía comenzaba a aceptarlo. Su última estrofa antes de terminar aquella horrenda escena.
Debemos fomentar el carácter, alabar la inmortalidad.
La peor existencia...
Sumérgete como el infierno y destruye
Era tan extraño parecía que la música había vuelto y que todo era normal
Muéstrame tu yo lascivo.
Fue lo último en pronunciar antes de caer de espaldas al piso del escenario, los cuatro miembros de la banda corrieron a socorrerlo, más ya era tarde, Kyo recitaba algo imposible de entender, haciendo extraños sonidos y riendo macabramente, su mirada desorbitada, comenzando a vomitar sangre… grandes cantidades de sangre...
“Murió ahogado… en su propia pesadilla”