-joven amo, despierte.
Decía Sebastián desde el fondo del abismo de donde se habían aventado, todo estaba obscuro, no había vida alguna, solo la de ellos dos,… aparentemente.
-Bochan, despierte- Ciel estaba en los brazos de Sebastián; comenzó a abrir lentamente sus ojos- vamos joven amo.
-Sebastián bájame.
-como ordene joven amo.
-¿Qué es este lugar?
-este lugar es el limbo señor.
-¿el limbo? ¿Pero como? Si nos arrojamos…
-¿del acantilado?- dijo Sebastián interrumpiéndolo- así es señor pero, el limbo es donde van las almas de los niños humanos.
-¿a que te refieres?
-estamos en el acantilado, pero también en el limbo, ya que usted no vive como humano.
-deja de decir tonterías Sebastián- dijo esto con un seño de furia, pues no tenia ganas de escuchar a Sebastián- hay que buscar… -se quedo en silencio y agacho su cabeza.
-¿Qué hay que buscar joven amo?- voltio a verlo y sonrió maliciosamente, sabia que se refería a comida que nunca podría ingerir.
-Sebastián busca un refugio, es una orden.
-estoy obligado hacerlo joven amo después de todo soy su mayordomo.
-calla y ve.
-si MY LORD.
Se inca frente a Ciel, quien lo vio con repudio y malicia y se retiro para obedecer la orden, mientras, Ciel se sentó en el suelo y alzo la cabeza para observar un pequeño rayo de luz que venia de la superficie.
-con que el limbo ¿he?, eso no tiene sentido, es algo en que los demonios creen- gacho la cabeza y la oculto entre sus piernas- ¿Por qué me siento cansado? ¿Eso debería pasar?- se empezó a recostar en el suelo poco a poco al notar que se quedaba dormido- espero que Sebastián encuentre algo rápido.
Atrás de unas piedras observando a Ciel estaba un ángel, estaba vestido de un color muy peculiar, era azul marino como los ojos de Ciel, tenia el cabello largo de color blanco, las puntas del mismo eran azules, su cara era igual de fina que la de Ciel y por la forma en la que miraba a Ciel, pareciese que lo conocía desde hace tiempo. Empezó a caminar hacia Ciel y lo tomo entre brazos.
-hola mi pequeño niño…- sonrió- no, ya no eres un niño, ahora eres un demonio. Ven vamos te llevare a un lugar seguro y cómodo. Empezó a caminar y desapareció a simple vista.
Mientras tanto, Sebastián, solo caminaba buscando una cueva o grieta entre las paredes de rocas para poder refugiar a su amo. El sabía que el lugar era muy peligroso y que le había mentido a Ciel. En realidad el lugar era una especie de portal que dirigía a varias dimensiones y que recibía miles de seres.
Flash back
-¿Qué es este lugar?- pregunto Ciel.
- es el limbo joven amo.
-¿el limbo? ¿Pero como? Si nos arrojamos…
-¿del acantilado?- dijo Sebastián interrumpiéndolo.
Fin del flas back
-jajaja- dejo salir una pequeña risa- el limbo; tal vez no sea eso, pero, muy parecido, bochan ¿Cómo estará ahora?
-¿preocupado Sebastián?- dijo una voz de mujer muy conocida.
-imagínate si un sirviente de la casa Phantomhive no pudiera hacer eso- voltio y le sonrió a la dama.
-¿tu nunca cambias verdad?-dijo la mujer regresándole la sonrisa.
-yo solo soy un simple demonio mayordomo,… madame red…- este se inclino mientras se lo decía.
-y dime Sebastián… ¿Cómo esta mi sobrino Ciel?
-madame, en este momento esta en la entrada de este lugar.
-¿Qué?- dijo sorprendida madame red- ¿Por qué esta aquí? ¿Qué acaso ya murió?
-no- dijo en un tono de voz seco- ahora es un demonio.
-¿Cómo sucedió esto?- lo voltio a ver con una cara seria.
Sebastián, le comenzó a contar lo ocurrido a madame red, a la cual ya le tenia mucha confianza; como ella ya estaba muerta y solo era un espíritu que viajaba entre mundos, ya se la había encontrado varias veces, en las cuales siempre conversaban.
-y eso fue lo que pa...- AHHHHH- fue interrumpido por un fuerte grito.
-¿Qué fue eso?- pregunto madame
-esa voz… ese es… BOCHAN….