Sueño Nocturno
-Yone…kuni… ah… para… por favor no… ah!!!.
El delegado se encontraba en su cama completamente rendido a sus pies, Yonekuni, succionada una de sus tetillas con fuerza, mientras que Presi suspiraba y encorvaba debajo de él. Dejando un camino de saliva, el rubio se deslizo a su parte baja y con sus dientes desabrocho los pantalones del pequeño lobo, se levanto y miro al presidente, el cual tenía la boca medio abierta, sus ojos estaban cristalinos y su rostro sonrojado. Madarame metió tres de sus dedos de la mano derecha en la boca de Shiro y este inmediatamente comenzó a chiparlos, el rubio los sacaba y los metía como si de sexo oral se tratase, mientras que Fujiwara como buen perro obedecía cada uno de los mandatos de éste.
Una vez estuvieron lo suficientemente lubricados, los saco de su boca y beso al Presidente, entrelazando sus lenguas y mordiendo un poco su labio inferior, mientras que con su mano lubricada jugaba con las tetillas del delegado, con su otra mano lo despojo de sus pantalones, levanto sus piernas y se dispuso a introducir, sus dedos dentro de él.
-Ah!!!... ah… no… detente…-Decia el delegado con inmenso placer. Mientras el rubio introducía sus dedos en su estrecha entrada
-Inchou… ¿cómo puedes decirme eso? Solo mira como estas- Yonekuni sostenía el miembro del pelinegro con su mano libre y lo masajeaba rápidamente
Ah… ah…-gemia Shiro, mientras trataba de ocultar sus lágrimas y sonrojado rostro con una de sus manos, mientras que con la otra sostenía el hombre de madarame.
-Vamos… Inchou.
El tembloroso y seductor presidente, asintió lentamente con la cabeza, y el rubio no pudo evitar mostrar una leve sonrisa de lado en forma de victoria. Después, se dispuso a robarle otro apasionado beso, esta vez mas húmedo y largo que el anterior, entrelazaban sus lenguas una y otra vez succionaban y exploraban cada parte de sus bocas, parecía que cada uno de ellos deseara demostrar al otro, lo bueno que era besando, en un determinado momento el beso fue roto por Fujiwara que, desviando la vista le anuncio que ya estaba listo, al rubio se le subió la presión hasta las orejas, pero eso no lo detuvo, rápidamente coloco en cuantro a Shiro y con un rápido movimiento de preparación coloco a su “pequeño yo” en la entrada del delegado, y de una solo estocada su miembro entro en la cavidad.
Cada embestida era más rápida y más fuerte que la anterior
Mas… mas… Yonekuni… mas rápido-rogaba el delegado debajo del. Sin un solo reproche Madarame obedecía las exigencias de su lobito. Cada vez mas rápido, cada vez mas intenso, las objeciones del Presidente iba en aumento, pero eso no era algo que molestara al rubio, al contrario el estaba feliz de complacerlo.
Mientras embestía lamia y mordisqueaba la ojera derecha del pelinegro, logrando sacarle pequeños y seductores suspiros, con una de sus manos masajeaba el erecto miembro del presidente y las bolas de este.
Ah… Yonekuni… te amo!!!... Yonekuni…
En el momento del climax, el Presidente se coloco sobre él,y se disposo a mover sus caderas por si mismo, cada embestida era aun mucho más rápida y variada, cosa que el rubio disfruto sin objeciones. De arriba a bajo, de un lado a otro, con pausas o corrido, el presidente era una criatura insaciable. Mientras el rubio contemplaba feliz la cara de lujuria de su amado, sus ojos aturdidos, su lengua relamiendo sus labios y rogando por más, se podría decir que estaba a punto de tener un orgasmo, y Madarame estaba feliz de ser el quien se lo diera.
-AHHHH!!!!-dijeron los dos al unisonó. Yonekuni habia terminado dentro del delegado y un apacionado Presidente lo miraba directo a los ojos.
Para terminar, se dieron un suave, tierno, pero rápido beso.
Yonekuni…-dijo el delegado- Creo que este debería ser… -sonrio-el final.
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Ah!!!-exalo Madarame. Todo había sido un sueño, un hermoso y seductor sueño con el Presidente.
-Un sueño… todo fue un sueño…por que? Inchou…