Después de haber recorrido casi la compañía entera… por fin había dado con el paradero de aquella persona que ansiaba tanto encontrar…
Abrió aquella puerta un tanto vieja y entró de a poco, notando la silueta de aquella persona que se encontraba sentada junto a la pequeña y única ventana que había en esa habitación; se acercó lentamente a él y se sentó a su lado intentando saber qué era lo que veía.
El otro sólo volteó a verlo por unos segundos y sin expresión alguna volvió la vista al punto que anteriormente veía.
Ambos quedaron en silencio por unos minutos… no era un silencio tan incómodo, pero lo sería si permanecía por más tiempo, así que el mayor se decidió y habló primero.
-¿Por qué estás aquí?...- apenas audible, pero el menor logró escucharle perfectamente.
El menor guardó silencio por un poco más hasta que soltó un gran suspiro y volteó a verlo.
-Quería dejar de pensar en todo…-
-¿A qué te refieres?- preguntó el mayor en cuanto el menor había acabado la frase.
-Estoy cansado… de que se repita lo mismo día tras día… ya es un tanto aburrido tener que hacer lo mismo… y esperar lo mismo de…- fue bajando el tono de voz hasta que logró escucharse él mismo lo que estaba a punto de confesar.
-¿De…?- dijo el mayor dudoso.
-Nada… - volteó su rostro para que no pudiera ver el pequeño sonrojo que tenía sobre sus tibias mejillas.
-Ahora piensas dejarme con la duda nee…- susurró de nuevo
-No va a cambiar nada… ni pasará nada si lo sabes… ¿para qué quieres saber?- le miró fijamente a los ojos esperando una buena respuesta.
-Simplemente… porque me importas.-
El menor le miró sorprendido y no habló más, tenía un sonrojo que no podía ocultar, el otro, al verle sonrió y tocó su mejilla, provocando sólo un sonrojo más notorio.
-¿Me dirás?...-
-Estoy cansado de esperar lo mismo de ti- dijo susurrando y desviando un poco su mirada
-¿De mí? Explícate…-
-¿Cuánto tiempo más tendré que esperar a que me digas “Me gustas”?- le dijo seguro, cierta persona muy cercana al mayor le había contado sobre “ese” tema… su comentario lo había puesto tan feliz… pero pasó el tiempo y el mayor no había querido tocar ese tema por nada.
-T-tú cómo… sabes que…- dijo aún más sorprendido y con un sonrojo que logró ocultar gracias a su banda que cubría parte de su nariz y mejillas.
-Me lo dijo Uruha…- susurró el menor, mientras que el mayor aún estaba sorprendido de que ya supiera lo que sentía por él. Su corazón latía rápidamente y en un impulso abrazó fuertemente al menor, aprisionándolo con sus brazos. El menor solo correspondió y guardó silencio, esperando a que hablara.
-Me gustas…- dijo por fin, después de unos segundos, estas palabras hicieron conmover al menor.
-Y tú a mi…- mencionó después y levantó su mirada hacía la del mayor. Se miraron sonriendo por un instante para después unir sus labios en un cálido, lento y tierno beso.
-Reita… no te separes de mí… nunca…- susurró el menor mientras se acomodaba sobre el pecho del mayor.
-Prometo, que estaré contigo siempre, Ruki…- besó los cabellos del menor mientras seguía rodeando su cuerpo con los brazos, protegiéndole.