Mi celular no dejaba de sonar, esta era la quinta llamada que había dejado pasar. Intentaba conciliar el sueño, pero me era imposible ya que las llamadas eran continuas. Timbró una última vez. Me rindo. Contesté sin ganas, en verdad quería seguir durmiendo.
- ¿Sí, diga? – En mi tono de voz se podía apreciar lo molesto que estaba.
- Son las once y media y ni siquiera te has levantado. No lo puedo creer… ¿A caso olvidaste que nos veríamos hoy para ensayar las nuevas canciones? – Lo que me faltaba, ser regañado como un niño que no entregó una tarea – Hey, Ruki, ¿me estás escuchando? – Kai hizo una pausa para que yo afirmara – Bueno, pues quiero que estés aquí, en el estudio, en menos de treinta minutos, ok?
-Sí, sí… Voy para allá
Terminando la llamada, me desperecé y volteé al lado derecho de la cama. A mi lado había una chica linda… Y desnuda. Para mi suerte seguía dormida. Me incorporé y miré la habitación, estaba hecho un desastre. Me vestí y sin dejar una nota, decidí marcharme. Desperté sin ganas de ser cortés.
El lugar dónde me hallaba no estaba tan retirado del estudio, así que decidí tomar un taxi. En el camino comencé a recordar el por qué terminé en la cama con una chica que no conocía… Aunque no fuese la primera vez que lo hago.
~Flashblack~
- ¿Qué tal? – Esperaba una respuesta positiva de los chicos sobre mi nueva canción.
- Me gusta. Sería genial que la sacáramos en diciembre – Comentó Aoi
-Oh~ ¡qué cruel eres! – Comenzamos a reír después de mi comentario. Era cierto que PLEDGE haría llorar a varios, pero en diciembre… Aoi quiere ver llorar a todo mundo.
- Pero yo pensé que no volverías a hacer canciones así. Digo, odias Cassis – Dijo Reita, terminando de leer.
- Quise experimentar de nuevo, no tiene nada de malo – Se veía desconforme con PLEDGE -¿Se te hace muy “linda”? – Pregunté con sarcasmo.
- ¿Eh? Ah, no, no es eso… Es sólo que… - Todos esperábamos su respuesta. Mientras, yo crucé mis piernas, saqué un cigarrillo y mirándolo detrás de mis lentes repetí lo último que dijo en forma de pregunta – Hablas como si fueses la chica a quien le hacen eso… ¿Acaso eres…?
- ¿Gay? – Concluí su pregunta. Reí y moví la cabeza negando – Sabes… No, saben que yo soy bisexual. No sé por qué te sorprende.
- Puede ser tan conveniente ser bi, ¡eres más creativo! – Esta vez habló Uruha. Aunque él en verdad ya había pasado a ser homosexual, se justificó con que las mujeres ya no le satisfacían y buscando nuevas experiencias se “cambió de bando”
Seguíamos de broma en broma, todo era en cuanto a nuestra orientación sexual. De alguna forma ya nos habíamos acostumbrado, es decir, si en nuestro lugar estuviera Kai, Aoi… O hasta Reita, sería lo mismo, nos burlaríamos de nosotros. Todo iba bien, hasta que al gran Reita se le ocurrió decir…
- Si algún día quieres que te den, no me busques, estaré muy ocupado todas las noches con mi chica - ¡Jódete!... Es lo que le hubiese dicho. Lamentablemente seguí la risa de los demás y dije.
- No te preocupes, iguana, que no eres de mis gustos – Quise no darle mucha importancia a su comentario. Pero para mi desgracia, aquél estúpido sí era de mis gustos.
Después de decidir las canciones que incluiríamos en el nuevo single fuimos a un bar. Por tratar de olvidar las palabras de Reita me pasé de copas, pero seguía consiente de mis actos.
Fue allí cuando vi a una camarera, por la forma en que me miraba y cómo desabrochaba uno de sus botones al acercarse a darme la cuenta supuse que sería fácil llevarla a la cama.
~Flashback end~
Resumiendo: Cada que Reita platicaba cómo le iba con novia, o platicara cualquier cosa en cuanto a su relación, me molestaba. ¿Celos? Posiblemente podrían ser la razón de que terminara refugiándome en las piernas de cualquier chica que se dejara. No lo hacía con hombres porque no son fáciles de engañar, malditos, me salen más interesados. Además de que fui heterosexual hasta los 19. Podía identificar qué mujer se daba a respetar y qué mujer era una puta.
-Hey, pequeño. Ya llegamos – La voz del taxista me despejó de mis pensamientos. Jódase. Mira que decirme “pequeño” cuando estoy molesto.
Bajé del taxi, me acerqué a su ventana y dedicándole un “Vallase al carajo, maldito viejo”, le aventé el dinero y comencé a caminar hacia la entrada del estudio. Pude escuchar cómo el señor se bajaba de su auto, me pare en seco, estaba dispuesto a pelear en ese momento.
Gire mi cuerpo lo necesario para ver lo que ocurría: Reita intentaba tranquilizar a aquél vejete.
¡Genial! Lo único que me faltaba para que el día se jodiera aún más. Aquella iguana por la cual estaba molesto me defendía. Bueno, quiere actuar como héroe, lo dejaré ser un maldito héroe.
Seguí caminando hasta encontrarme en el comedor con los demás, los salude sin ganas y me senté en la primer silla que encontré.
- ¿Te molestó que te despertara después de una noche agitada? – No pude contestarle a Kai que él no era la razón de mi estado. Sabía que si abría la boca podría desquitarme con las personas equivocadas.
Tome aire tratando de calmarme. Sabía apartar el trabajo de los problemas personales. No por el simple hecho de que me moleste que Reita hable de su novia dejaré que estos ocho años se vayan a la basura. No, yo no soy así. Me disculpe con los chicos por haber llegado tarde y por mi comportamiento hasta hace un rato.
- No te preocupes, pero que no se vuelva a repetir – Dijo Kai, refiriéndose a mi retraso. Cada palabra iba acompañada de una sonrisa, característico de él. Entonces, miró su reloj – Ya tardo Reita, y eso que sólo lo mandamos por las bebidas – Lo había olvidado, dejé a Reita con aquél taxista.
Me ofrecí para ir a buscarlo, tenía el presentimiento que algo le había pasado, y si fuese así yo sería el responsable. Desde lejos pude visualizar a un Reita recargado en la puerta con su mano en el estómago. Shit! Me apresuré a llegar con él. Sólo pude ver como el portero lo ayudaba a sentarse.
- ¿Qué demonios te paso, Reita? – Creo que era innecesaria mi pregunta.
- ¿T-tú qué crees? – Note el tono sarcástico – Por defenderte me golpeó el viejo ese… - Hizo una pausa por el dolor, la cual aproveche para hablar.
- No era necesario que me defendieras, además él se lo gano, ¡me dijo “pequeño”! y de por sí ya estaba cabreado – Trate de justificarme - ¿Y tú por qué dejaste que te golpeara?
- ¿Crees que me dejé? ¡Me tomo por sorpresa!
~POV Reita~
Cuando terminé de platicarle todo, Ruki dirigió su mirada al piso y con un poco de color en sus mejillas me dijo “no era necesario”. Lo sé, sé que no es necesario defenderlo, pero algo en mi quería hacerlo. Posiblemente el “instinto de hermano mayor” o qué sé yo.
Yo iba recargado en él mientras caminábamos para encontrarnos con los demás. Aunque sí podía andar por mi cuenta, dejé que me ayudara ya que fue por su culpa que terminé en ese estado. Aunque estuviera cerca el punto de reunión con los demás, tardamos un poco en llegar ya que por el dolor en mi estómago íbamos lento.
- Sabes, tenía pensado mandar a Hana-chan por las bebidas… Qué bueno que no lo hice – Reí un poco después de mi comentario. Era un poco incómodo el silencio, es decir, él y yo somos los que más hablamos.
- … - Hizo una mueca rara con su boca – Creo que ya puedes andar solo - Dicho eso se quitó de repente haciendo que perdiera un poco el equilibrio. Guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y caminó dejándome atrás.
¿Qué demonios hice o dije? ¡Ni siquiera me dio una explicación! Hoy anda más raro de lo común ese enano.
En el transcurso del día trate de hablar con Ruki, pero él me evadía y parecía que lo hacía cada que estaba con mi chica, pero, ¿por qué? Todos saben que estoy saliendo con ella.
Acabando la reunión, los cinco nos dirigimos, en el auto de Uruha, a un bar que estaba cerca del departamento de Takanori. En el camino bromeábamos del cómo yo me ponía de sentimental con Hana-chan, de que a Uruha le gustaba recibir, de cualquier cosa. Pero siempre que yo decía algo, el único que no reía era Ruki. ¡¿Qué demonios le hice a ese enano?! Cuando él se enojaba conmigo siempre lo animaba con bromas. Sólo que ahora no funcionaban.
Estando en el bar, esperé a que Ruki bebiera lo necesario para que se le bajara “lo divo”. Sabía que en su estado sobrio me esquivaría mil y unas veces, pero el alcohol cambia a todo el mundo, y él no es la excepción.
La noche paso y Takanori ya presentaba los primeros síntomas de un ebrio. Kouyou le ganaba, intentaba besar a Aoi de tan borracho que estaba. Y la víctima, aunque lo negara, también estaba un poco mareada. Kai y yo éramos los más sobrios, aunque claro, ya habíamos tomado un poco.
Fue entonces cuando Kai decidió acompañar a Aoi y Uruha a sus casas, dejándome a cargo del pequeño ebrio.
- Quiero otra… - Era apenas entendible lo que decía
- No, Ruki, ya te tomaste un Vodka tú sólo
- ¿Y?... ¡Te estoy diciendo que quiero otra! – Le pedí algo ligero, sake dulce, inventándole que era vino blanco. No tardo en escupirlo y hacer una cara de disgusto, seguida de un puchero – Nee… Llévame a casa
Verlo así; su cabello alborotado, sus ojos rojos y un poco llorosos y con un leve color carmesí en sus mejillas, hizo que yo también me sonrojara. Si también fuera bisexual creo que lo llevaría a la cama… ¡Pero soy hetero! Así que borré ese pensamiento de mi mente y lo acompañe a su departamento.
Fue una odisea subir las escaleras ya que el elevador no servía y su habitación estaba en un quinto piso. Algunos de sus vecinos salían reclamando por el ruido que hacía a altas horas de la noche y él sólo les contestaba con palabras altisonantes las cuales no terminaba porque yo le tapaba la boca.
Una vez en su cuarto, tuve que llevarlo hasta su cama. Se dejó caer en ésta para luego decirme.
- Ayúdame a cambiarme…
De no ser por el berrinche que hizo, logrando que los vecinos comenzaran a golpear la pared, no le hubiese ayudado.
Mientras él alardeaba a Koron el hecho de que lo ayudaría y de que estaba borracho, yo buscaba su ropa. Una vez listo le indiqué que se parará y cómo era de esperarse no pudo, así que lo agarre de sus brazos y lo levanté.
Comencé a desabrocharle el pantalón, y al bajarle el cierre, sin querer “lo toqué” haciendo que Ruki soltara un pequeño gemido, el cual hizo que me ruborizará.
- ¡No hagas esos ruidos, Takanori!
- Pero si tú los provocaste
- Cámbiate tú solo, enano
- Iguana cobarde
Comenzamos una pelea de insultos y sobrenombres. Y sin darme cuenta de cuándo pasó, la pelea terminó en una copulación, en la cual, claro estaba, yo era el seme.
¿Por qué demonios lo hice con él si yo estaba seguro de ser hetero, de querer a Hana-chan? ¿Sólo fue para callarlo y demostrarle que no soy cobarde? ¿O es acaso que quería hacerlo con él?
~POV Ruki~
Desde aquél día han pasado ya seis meses. En el transcurso de ese tiempo hemos tenido más encuentros sexuales, de los cuales, al día siguiente se arrepiente. Sé que está confundido ya que dice quererme de la misma manera qué a Hana y que no puede dejar a ninguno de los dos. Eso me molesta, sí, sin embargo, el día que se decida entre ella y yo no está muy lejano… Y estoy seguro de que se decidirá por mí.