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El ultimo revolver por Luna Michaelis Lawliet

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-Adiós, Tomy-susurro Bill llorando. El arma temblaba y su dedo no podía apretar el gatillo. Tom le sonrió tristemente, aun así su sonrisa y su mirada eran dulces y amorosas.


 


-Te amo…-susurro Tom


 


-Lo siento-dijo mas fuerte Bill y llorando disparo el gatillo.


 


~ ~ ~


 


Bill camino hacia su árbol de cerezo. Frunció el ceño al ver a un chico ahí. Era alto, su cabello era negro y de trenzas. Sus ojos eran de café oscuro y su nariz era ancha. Estaba serio. Se había recargado en el árbol mirando hacia el cielo. Bill se acerco serio.


 


-Oh no le había visto!-repuso el joven al mirarlo, no era mayor que el.-Buenas tardes-dijo e inclino levemente su cabeza.


 


-Buenas tardes…-murmuro Bill.


 


-Soy Shimizu Bill-se presento el azabache.


 


-Yo Furukawa Tom…hey nuestros apellidos se parecen!-comento Tom (refiriéndose a que Furukawa=río antiguo y Shimizu=manantial de agua)


 


-Si me di cuenta…-dijo Bill pensativo. Tom vestía una túnica negro opaco con mangas, una larga y filosa katana colgaba en su cintura.-Que desconsiderado soy! Ya es la hora de comer y lo mantengo aquí charlando…quiere ir a comer conmigo? Sirve que nos conoceremos mejor-


 


Bill lo miro receloso. En su clan le habían enseñado a desconfiar de todos, nunca sabes quien es amigo y quien enemigo.


 


“Aunque es simpático…y muy despistado, además he de admitir que es bastante guapo…”pensó.


 


-Seguro…vamos a donde tu quieras vale?-respondió Bill y Tom sonrió. Tenía una sonrisa calida y muy agradable. Tomo su mano y lo llevo a un restaurante. Comieron juntos, y así comenzó una estrecha amistad entre ambos. Tom era un policía, más bien guardián de las calles, que buscaba cierto grupo de asesinos a sueldo.


 


Paso el tiempo y finalizo la primavera. Bill sentía que ya no solo quería a Tom…un poderoso y sincero amor crecía en su interior y solo era para el…el alegre y despistado Tom.


 


 “En primavera me enamore de ti”


 


 Ese verano, como cualquier verano en Japón, se inicio el festival de la Tanabata.


 


-Etto…Bill…quería pedirte si…podíamos pasar juntos el festival.-pregunto Tom algo sonrojado.


 


-Me encantaría Tom-dijo Bill sonriéndole.


 


-Genial!! Te vengo a buscar mañana a tu casa pero…-


 


-NO!!!-bramo Bill interrumpiéndole. Si descubría la verdad…-Yo…te esperare aquí, en nuestro cerezo vale?-


 


-E-Esta bien…-accedió Tom muy sorprendido por la reacción de Bill.-No olvides tu yukata vale?n_n-


 


-Vale vale n_n-respondió Bill sonriente. Normalmente era un chico serio, tímido y reservado, con la mala costumbre de hablar en puros susurros. Pero Tom sacaba al verdadero Bill, un chico sonriente y conversador.


 


-Tengo que ir a patrullar…últimamente asesinan mas de lo acostumbrado-dijo serio Tom.


 


-Esta bien, te veré mañana aquí, a las 10 vale?-Tom asintió y Bill poso sus labios en la mejilla de su amigo, causándole un sonrojo. El amaba a Bill y tanta cercanía le encantaba y le dolía.


 


-Seré puntual.-susurro atontado Tom y se fue. Bill regreso a su casa, su padre y sus hermanos Yu y Strify lo esperaban impacientes.


 


-Tardaste mucho nii-chan-le reprocho Strify, cogiendo su espada. Yu tomaba dos dagas y su padre una larga escopeta.


 


-Lo siento, me distraje pero ya estoy aquí-susurro el azabache y tomo su pequeña pistola, aunque bastante poderosa. Aun recordaba cuando se la habían dado, tenia apenas 10 años y ya le preparaban para matar…


 


 


--------------------Flash back. Navidad hace 10 años----------------------


 


-Wiiii!!! Ya vino Santa-san!!!!-exclamo un niñito sonriente. Su cabello estaba erizado totalmente y sus ojitos miel brillaban de alegría. Vestía un camisón largo, igual que su hermanito.


 


-Ya se!! Nii-chan estoy emocionado!!!-exclamo otro niño mas bajito de 8 años, de cabello muy rubio y ojitos azules.


 


-Ya ya los llevo a la sala-dijo la voz adormilada de un muchacho de 12 años, su cabello negro con mechones rojos estaba casi tan erizado como el de Bill. Sus ojos verdes estaban medio cerrados.


 


-Onii-sama apúrate!!-dijeron los niños con tono apremiante, tomando cada uno una mano de su hermano mayor. Bajaron y había varios regalos para cada uno.


 


-Regalos!!!!!-exclamaron fuertemente los menores, despertando así a su padre.


 


-Abran sus regalos hijos-dijo adormilado y sonriente. Era un hombre muy alto y fuerte, de ojos azules y cabello negro. En la foto familiar se veía una hermosa mujer de pelo muy rubio y ojos verdes. La madre difunta de los Shimizu, Simone.


 


Los niños abrieron precipitadamente sus regalos. Juguetes, libros, para Yu algunos cuchillos y libros de poesía…Entonces Bill abrió su ultimo regalo. Una pequeña pistola con sus balas y todo.


 


-Que es esto oto-san?-pregunto desconcertado.


 


-Un revolver de verdad. Es momento de que te empiece a enseñar el negocio de nuestra familia, hijito-dijo con cariño el hombre y acaricio la cabecita de Bill.


 


-Revolver…?-


 


--------------------------Fin del Flash back-----------------------------


 


-A quien mataremos hoy?-pregunto suspirando Bill.


 


-Yo y Yu iremos por un tío que le debe dinero a Himeya-san, tu y Strify irán por el señor Watanabe…una venganza al parecer el mato a la esposa de un cliente nuestro-enlisto Gordon. Sabia que los menores solo mataban a la gente mala que había hecho algún daño…aun así eran muy buenos, en especial Bill. Se encaminaron a sus respectivos objetivos.


 


-Te toca primero hoy, otouto-kun(hermanito menor)-susurro Bill mirando al hombre que debían matar. Strify asintió y salio disparado, ágil y sigiloso. Le clavo su espada en el pecho al hombre, que aulló de dolor. Bill salio y le apunto a la cabeza.


 


-Bastardo…-murmuro y le disparo. Al volver a su hogar, los tres hermanos prepararon sus yukatas. La de Yu era roja con los bordes negros, además de dibujos de dragones. La de Strify era blanca de bordes amarillos y dibujos de hojas de bambú. La de Bill era negra de bordes dorados, tenía dibujados ramas de sauce.


 


-Mañana estaré con Tomy-les aviso y ambos sonrieron maliciosos.


 


-Hm con que Tomy eh? F3-dijo el más joven y el mayor rió burlón.


 


-Cállense bakas-susurro y se acostó a dormir. Al día siguiente, los tres hermanos se pusieron sus yukatas y salieron. Bill se desvió hasta su cerezo, donde Tom aguardaba, recargado como siempre en el árbol. Su yukata era azul con bordes plateados, tenia dibujos de animales.


 


-Vamos-dijo Tom después de saludarlo con un beso en la mejilla. Se dirigieron hasta los puestos de comida, juegos y tantas cosas conmemorando la fiesta.


 


-Si!! Lo hice!!-exclamo triunfante Tom. Cortaban figuras. El encargado le dio un muñeco de peluche, que Tom le entrego a Bill. Este se puso muy rojo.


 


-G-Gracias Tomy-balbuceo el azabache. Oscurecía, los fuegos artificiales iban a empezar, le encantaban a Bill.-Vamos!! Hay que ver los fuegos artificiales!!!-exclamo entusiasmado.


 


-Se donde se verán maravillosos-le comento Tom y tomo su mano, echando a correr. Llegaron a una colina solitaria justo cuando comenzaban a lanzar el primer fuego artificial. Era verde. Los miraron, juntos y abrazados. Estaban felices.


 


-Tengo una sorpresa para ti en nuestro cerezo-le susurro Tom cuando acabaron los fuegos artificiales. Ambos caminaron hasta el cerezo. Los pétalos caían con la brisa. Tom tomo entre sus brazo a Bill y lo abrazo con fuerza.


 


-Te quiero-susurro en su oído y lo beso dulcemente. Estuvieron juntos por un largo rato, un largo y dulce rato.


 


-Te quiero…-susurro Bill, hundiendo su cara en el pecho de su amado.


 


-Siempre estaremos juntos no importa nada-le dijo Tom sonriendo.


 


Se tomaron de las manos y se miraron un largo rato. Después cada quien fue a su hogar.


 


“En verano hicimos muchos recuerdos especiales”


 


Volvió a pasar el tiempo muy rápido. A diario se veían en ese cerezo, fiel y asiduo testigo de su amor. Y en otoño paso algo que cambio el curso de su relación.


 


-Empezaran a matar policías. En su mayoría son mafiosos, pero también es hora de que maten a sangre fría y no sólo por ayudar al prójimo-declaro Gordon


 


“Tomy…no puedo dejar que te mate nadie…”pensó desesperado Bill y corrió hacia el cerezo, que tenia las hojas marrón, rojo y amarillas.


 


-Tomy!! Tengo…tengo que contarte algo!!!-exclamo desesperado el azabache. Tom se sorprendió y se irguió perplejo pero listo para escuchar.


 


-Dime cielo-incito y Bill, que apretaba los puños, suspiro.


 


-Yo no soy lo que tú crees…-susurro pensando como decirle la verdad.


 


-Hm? Oh mierda…Eres…eres heterosexual???-pregunto asustado Tom. Bill bufo


 


-Claro que no baka!! Yo…recuerdas a los asesinos a sueldo?? A esas bandas que persigues??-pregunto Bill bajando la vista.


 


-Claro que si por que?-pregunto Tom ingenuamente.


 


-Pues veras…mi familia…por generaciones se ha dedicado a eso…yo soy un asesino, al igual que mi padre y mis hermanos…yo nunca quise matar, pero mi padre me obligo para seguir tradición…yo…yo odio matar…por eso solo mato gente mala y cruel…pero el quiere que matemos otra gente y no quiero… No me odies Tomy…-balbuceo y sollozo.


 


Tom tenía los ojos desmesuradamente abiertos. Era imposible que un chico tan tímido y serio, fuera un ser tan cruel…Su Bill…era uno de los criminales por los que el siempre patrullaba… Pero aunque debía arrestarlo, debía matarlo, debía odiarlo… Era imposible. El era la única persona que amaba, era su chico perfecto, lo que más la importaba en el mundo. No le importaba que fuese un asesino. Lo amaba.


 


-Te amo-susurro y lo abrazo-No me importa lo que seas…no me importa nada…te amo como jamás creí que amaría a alguien…-murmuraba mientras acariciaba el largo cabello de Bill.


 


-De verdad no importa que no tengamos mucho en común?-pregunto Bill.


 


-Claro que no… Te amo-le replico Tom y lo beso apasionadamente. El beso subió más y más de tono, y Tom comenzó a deslizar su mano por el pecho de Bill.


 


-Aquí??-fue lo único que pregunto jadeante el azabache.


 


-Nadie nos vera…-murmuro Tom y lo beso desesperado. Le quito el chaleco gris y la playera negra sin mangas, besando delicadamente su pecho. Bill soltaba gemiditos leves y acariciaba el cabello de su amado. Tom lamió sus pezones levemente, cosa que éxito más a Bill.


 


-Es…es…mi primera…vez…-dijo entre gemidos, algo avergonzado.


 


-No importa…me alegra ser el primero...-susurro Tom sonriéndole. Le quito los pantalones negros y Bill se zafo las botas negras. Tomo el rostro de Tom entre sus manos y lo beso con ternura, sus manos le desabrocharon la túnica que usaba como uniforme. La katana cayó con un ruido sordo y metálico. Ambos estaban medio desnudos, hacia frío pero les daba igual.


 


Tom beso el cuello de Bill, dejándole algunas marcas. Bill sentía que su miembro se endurecía, y, para su vergüenza, también el de Tom. Este lo estrecho con fuerza y lo beso apasionadamente, jugueteando con su lengua y la perforación de esta. Su mano le quito la ropa interior y empezó a acariciar su miembro. Bill soltó un profundo gemido de placer.


 


-Ah…Se siente muy bien…-gimió. Tom lo acariciaba lento y rápido, haciendo círculos con sus dedos. Bill gemía con fuerza y de pronto se corrió en la mano de su Tomy. El sonrió ante el avergonzado rostro de Bill y empezó a lamer los restos de su orgasmo. Se quito la ropa interior y condujo el rostro de Bill hasta su miembro erecto. El azabache comenzó a lamerlo lentamente, Tom jadeaba y gemía levemente.


 


Bill introdujo el miembro de Tom en su boca y comenzó a succionarlo y a lamerlo completamente, arrancando gemidos de placer en su Tomy, que sostenía su cabeza, dándole caricias en el cabello. Pronto consiguió que Tom tuviera su propio orgasmo.


 


-Te amo…-susurro este y lo recostó en el suelo. Las hojas aun estaban frescas, así que eran un cómodo lecho para Bill. Tom se sentó y con cuidado deposito a Bill en su miembro aun erecto. Bill gimió de dolor y placer, estaba estrecho.


 


-Te duele amor?-pregunto dulcemente Tom, moviendo lentamente su miembro en círculos.


 


-Un poco…sigue…-susurro Bill y empezó a moverse al ritmo de su Tomy, cada vez más y más rápido. Tom comenzó a embestirlo rápidamente, ambos gemían con fuerza, sentían que su segundo orgasmo se avecinaba. Justo cuando llegaban al final, se abrazaron y se besaron soltando un último gemido. Permanecieron así un largo rato y luego se incorporaron. Tom comenzó a vestir a su Bill, dándole caricias y besos, haciendo que el se sonrojara. Bill hizo lo mismo y se despidieron.


 


”En una noche de otoño nos hicimos uno”


 


-Con que paso eso nii-chan??-pregunto sonriendo Strify, su confidente. Estaba más que al corriente de su relación con Tom.


 


-Si…fue lo mejor porque…sentí que nos hicimos uno.-murmuro sonrojado Bill.


 


-Que bueno nii-chan nwn-exclamo sonriendo el rubio.


 


-Lo malo es que ya casi es invierno…no me gusta el invierno, aunque hay nieve, es otro aniversario mas de usar un arma-murmuro triste Bill mientras tachaba el calendario. 7 de diciembre.


 


Pasaron dos semanas y media. Paso Navidad. Y le encomendaron a Bill la misión que tanto quería evitar y que tanto temía. Esa noche, un 27 de diciembre, su padre les repartió asesinatos, como siempre.


 


-Bill, debes asesinar solo hoy. Mataras al policía Furukawa Tom. Esta acosando demasiado a nuestro colega, Kikumaru-san-dijo Gordon y salio con sus hermanos. Bill estaba petrificado, temblaba violentamente y sollozaba. Matar a su Tomy? Al ser que mas amaba en el mundo? Maldito sea el día en el que le obsequiaron su primer revolver, el día en el que lo iniciaron en esa asquerosa carrera. Se encamino al cerezo, que ya no tenía hojas.


 


-Bill!-exclamo Tom, pero no se le acerco. Bill saco su arma y sollozo.


 


-Adiós, Tomy-susurro Bill llorando. El arma temblaba y su dedo no podía apretar el gatillo. Tom le sonrió tristemente, aun así su sonrisa y su mirada eran dulces y amorosas.


 


-Te amo…-susurro Tom


 


-Lo siento-dijo mas fuerte Bill y llorando disparo el gatillo. El cuerpo de Tom se desplomo en un charco de sangre.


 


-Estar siempre juntos…es lo que nos decíamos…-murmuraba Bill llorando. Tiro el arma pero lo pensó y la recogió.


 


-No tardara mucho-murmuro y se disparo en la cabeza.


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