Una tarde de primavera en la residencia Usami se encontraban casero eh inquilino discutiendo una de las cosas por las que acostumbradamente discuten: los celos del escritor.
-¡Vamos! ¿Por qué no puedo ir al bar con mis amigos?- se quejaba el castaño.
-No me agrada que salgas con esos alcohólicos ¡siempre van al bar!- argumentaba el peli-plata.
-No son alcohólicos simplemente les gusta juntarse allí ¡no tiene nada de malo!-
Los ánimos se estaban empezando a calentar en ese lugar el menor estaba más que molesto porque no había salido con otras personas en meses y el novelista no había dormido en dos días ya que estaba terminando el manuscrito que tenía pendiente.
-¡claro que tiene algo de malo! No eh podido estar contigo en estos días por mi maldito trabajo-
-Pues eso te pasa por irresponsable ¡además no me has dejado salir en 3 meses!- grito el universitario.
-¡Y no saldrás en todo el año si es necesario!- sentencio el oji-violeta.
Ambos se miraban mutuamente verde vs violeta, obviamente la penetrante mirada del novelista era más inquietante pero después de varias discusiones el menor ya había aprendido a sostenerla.
-No me parece justo que no confíes en mí, llevamos 3 años viviendo juntos y aun no me tienes la suficiente confianza para dejarme salir unas horas ¡y eso que tú te vas a fiestas de la editorial toda la noche!-
-eso es porque a mí me obligan y a ti nadie te está obligando a ir- el escritor estaba llegando a su límite, siempre que no dormía estaba de MUY mal humor y está discusión no le ayudaba en nada.
-Se que nadie me obliga ¡YO SOY EL QUE QUIERE IR!-
-¡YA CALLATE! ¡HABESES ERES DEMASIADO MOLESTO MISAKI!- grito el oji-violeta sin piedad alguna dando en el punto más débil del castaño.
Pequeñas lágrimas se formaron en los ojos verdes del estudiante lo que izo al mayor reaccionar.
-Misaki…- antes de que pudiera decir otra cosa el joven salió corriendo lo más rápido posible rumbo a su habitación.
-¡Misaki! ¡Espera! No quise decir eso- pero era demasiado tarde el menor ya se había encerrado en su cuarto. El escritor subió y quiso abrir la puerta pero está tenia seguro.
El castaño adentro se había sentado recargado a la puerta mientras sollozaba.
-¡Lo sabia!- pensaba –yo solo soy una molestia para usagi-san y no solo para él si no para todos, por mi culpa mis padres murieron y no hice otra cosa más que causar problemas a nii-chan y no solo a él si no a todo mundo ¡COMO DESEARÍA NO HABER NACIDO NUNCA!-
Después de un rato de llorar el menor se puso de pie, entreabrió la puerta para comprobar que su casero ya se había ido de allí. Rápidamente salió del departamento para despejar su mente un rato.
-Habeses pienso que la vida sería más fácil para todos si yo no hubiera nacido nunca- dijo mientras se sentaba en una banca del parque al que había llegado.
-Ese sería un gran inconveniente- pronuncio un joven atrás de él.
-¿Eh? ¿Quién eres?- pregunto el castaño volteando la cabeza para ver al alto chico de cabellera rubia y hermosos ojos azules.
-Me llamo Sanosuke, soy tu ángel de la guarda- le respondió sonriente el alto muchacho.
-¿Mi ángel de la guarda?-
-Sí, así es-
-Pff claro- dijo sarcástico al castaño ya que la idea de que su ángel de la guarda le estuviera hablando era una bobada.
-¿Tú no deseaste no haber nacido?- pronuncio con su voz suave y tranquilizadora.
-¿Eh?- esto sorprendió al chico pero mejor decidió pensar que lo había escuchado hace un momento.
-Ya veo sigues sin creerme pero no importa, yo haré tu deseo realidad-comentó con alegría.
-¿A qué te refieres?- Misaki siguió con la vista al muchacho que comenzó a rodear la banca.
-A partir de este instante ya no existes- se para delante de él.
-Como si te fuera a creer es ridículo, mejor me largo de aquí- se levanta decidido a marcharse hasta que la voz del oji-azul lo interrumpe.
-¿A dónde iras? ¿Con Akihiko? El no te conoce tu nunca naciste- menciono burlándose ligeramente al final.
-¿C-como sabes que vivo con él?- Era sumamente raro que un chico que jamás había visto sepa con quien vivía.
-Ya te dije que soy tu ángel de la guarda y acerca de lo que dijiste que el mundo sería mejor si no existieras… temo decirte que estas muy equivocado- se cruza de brazos.
-¿Por qué lo dices?-se voltea para quedar de frente al alto joven.
-¿Quieres ver? Podemos darle una visita a tu hermano antes de irnos-
-¿Irnos? ¿A dónde?- El ángel no contesta solo se limita a tomar a Misaki del brazo y tronar los dedos de la otra mano.
-¿D-donde estamos?- exclamo sorprendido ya que no se encontraban en el parque, ahora estaban en una casa grande muy bonita.
-Es la casa de tu hermano- dijo admirando la gran casa.
-¿Eh? No es cierto, la casa de nii-chan es diferente-
-Entonces ¿quién es él?- menciono apuntando hacia la ventana donde se podía aprecias a un hombre de lentes cargando a un niño pequeño.
-Nii-chan se ve muy feliz- pronuncio Misaki viendo a la ventana.
-Así es, el pudo continuar estudiando, se graduó y consiguió un empleo mejor y también se casó con Manami y su hijo es Mahiro digamos que en lo ultimo no ha cambiado mucho-
-Lo vez, nii-chan es más feliz ya que yo nunca nací, no se tuvo que hacer cargo de mí, pudo seguir estudiando y todo- suspiro el joven castaño mientras seguía mirando tan encantadora escena con melancolía.
-Sí, pero bajo esa persona que se ve feliz, bajo ella hay otra persona…-
-¿Eh? A que te refi…- El oji-verde no pudo terminar su frase ya que el ángel lo tomo del brazo y lo llevo a otro lugar repitiendo la acción de la vez anterior.
Aparecieron en un lugar bastante conocido para el universitario, el lugar que iba a visitar cada año…
-¿Por qué estamos en el cementerio?- pregunto confuso el menor.
-Vinimos acompañando a tu ex hermano a la tumba de sus padres-levantó un brazo apuntando al hombre peli-azul que estaba incado en frente de una lápida.
-Nii-chan… Un segundo- reacciono - ¿La tumba de nuestros padres? Pero… ellos murieron por mi culpa- dijo dolido.
-Ellos iban demasiado rápido en la carretera ¿De dónde sacaste que fue culpa tuya?- le miró directo a los ojos.
-Pues… yo les dije que regresarán rápido y por eso…- desvió la mirada.
-Misaki- le tomo el rostro con ambas manos –Eso no es, fue o será tu culpa nunca- lo suelta –Si hubiera sido tu culpa Takahiro no estaría allí incado ya que recuerda que tu nunca exististe-
-tal vez… eso no haya sido mi culpa pero ahora nii-chan está mejor- sus enormes ojos verdes se llenaron de agua.
-Tal vez aparenta estar bien pero dentro de él no lo está, cuando tú estabas con él aun tenía familia, pero como nunca exististe el estuvo 10 años sin familia, solo- el menor bajo la cabeza dejando caer salinas gotas que al momento seco con sus mangas.
-Bueno ahora hay que visitar a Aikawa ¿Te parece?-
-¿Por qué ha Aikawa-san?- sin responder a su pregunta como las veces anteriores lo tomo del brazo y desaparecieron juntos.
Re-aparecieron en un pequeño departamento donde estaba una mujer pelirroja desarreglada, en bata de baño sentada en un sucio sofá café sosteniendo un periódico en la mano.
-Haber… algún empleo en el que pueda trabajar y ganar lo suficiente para comprar una cama…- susurró para ella misma la mujer mientras mordía un lápiz.
-Ella… ¿es Aikawa-san?- mencionó con la boca abierta el oji-verde al ver a la pelirroja que siempre veía arreglada y perfectamente maquillada gritándole una y otra vez a su novio que se pusiera a trabajar.
-Así es, ella es- dijo sin prestar atención el oji-azul mientras se revisaba las uñas de la mano derecha.
-Pero… ¿Qué…-
-Le pasó?- termino la pregunta poniendo más interés.
El castaño asintió.
-Bien, verás como Akihiko dejó de escribir buenas novelas ella fue despedida y con la depresión de no haber podido cumplir correctamente su trabajó con él, no pudo trabajar con ninguna otra persona y fue despedida de la editorial-
-¿Eh? ¿Usagi-san no escribe?- se desconcertó el universitario.
-Un escritor sin inspiración no llega a mucho ¿Lo quieres visitar?- sonrió el rubio y el castaño asintió nuevamente.
-Entonces vamos- desaparecieron nuevamente.
-¿Qué hacemos en la casa del hermano de usagi-san?- preguntó al notar que aparecieron en la gran mansión Usami.
-Aquí vive Akihiko junto a su hermano y su padre- comenzó a caminar hacia una puerta.
-E-eso n-no es p-posible porque e-él y h-hermano…- se alteró el pobre oji-verde sin poder decir una oración sin tartamudear.
-¿Quieres ver a Akihiko?- pregunto el ángel para callar al chico que no paraba de tartamudear incoherencias.
El castaño se acerco a la puerta junto al mayor el cual atravesó sin ningún problema.
-¿Vas a pasar o no?- dijo asomando la cabeza entre la puerta el oji-azul al ver que el otro se quedaba viendo fijamente la puerta-
-¿P-puedo a-atravesarla?- Sin ganas de contestar el ángel tomo del brazo al castaño y lo jaló dentro de la habitación.
Dentro se podía apreciar a un hombre de ojos violetas sentado detrás de un escritorio revisando unos papeles con desinterés.
-¿u-usagi-san?-menciono tímido el universitario.
Akihiko suspiro, se estiro un poco y se levanto de su asiento para mirar por la ventana con cierta nostalgia.
-¿A él qué le ocurrió?- pregunto preocupado al verlo tan triste.
-Jamás se atrevió a decirle la verdad a Takahiro ya que se casó y formo una familia, él dejó de escribir novelas Bl porqué no tenía inspiración y dejó de escribir novelas normales porque estaba demasiado deprimido pensando que jamás logrará tener un amor verdadero- con las palabras del rubio las ganas de llorar se hicieron presentes en Misaki.
-Como no podía escribir decidió regresar a esta casa a trabajar para la compañía de su padre- la puerta se abrió –Y hablando del rey de roma…-
En la puerta se encontraba Fuyuhiko Usami mirando con aparente alegría a su hijo menor.
-¿Qué desea aquí?- dijo sin voltearse el peli-plata.
-Solo vengo a darte buenas noticias hijo- El oji-violeta volteo con un poco de interés.
-¡Te conseguí una prometida!- exclamó con alegría.
Tanto Misaki como Akihiko se sorprendieron
-¿P-prometida?-tartamudeo obviamente sin ser escuchado más que por el ángel.
-Yo no me casaré- le dijo de manera seria mientras lo veía a los ojos.
-Claro que te casaras, tu hermano ya se caso con Kaoruko-
-Es por qué él es un cobarde incapaz de enfrentarte pero yo no ¡no me casaré!-sentencio despiadadamente.
-Lo lamento hijo pero te casarás el próximo mes con Hikari Yamada, hija de mi socio, te agradará ella es muy hermosa tiene el cabello largo, castaño, también unos grandes ojos verdes además que es muy voluptuosa- trato de incitarlo describiéndole a la mujer lo mejor que podía haciendo énfasis en algunas palabras para despertar el interés del antiguo novelista.
-No me importa no me casaré- le dio la espalda para dirigir su vista hacia la ventana.
-Perdón, pero esa no es decisión tuya debes hacer lo qué es mejor para la compañía- diciendo esto el mayor cerró la puerta para dejar “solo” a su hijo.
Akihiko golpeo fuertemente la pared con el puño por la frustración y el enojo sentido.
Mientras que Misaki estaba totalmente choqueado ante tal noticia.
-Solo falta una persona, afortunadamente está a punto de llegar-
-¿Qué… persona?- habló lentamente ya que seguía sin poder creer lo que minutos atrás había escuchado.
-Ya llego- al decir esto se abrió la puerta dejando ver a una persona muy conocida para Misaki en la puerta.
-¿S-sempai?- tartamudeo de nuevo el joven al ver a su amigo parado en la puerta.
-¿Me necesitabas?- pronuncio sonriente el de lentes, que al ver la falta de contestación del mayor se le acerco y lo abrazo por atrás.
-Te ves tenso ¿necesitas ayuda con eso?-le susurro sensualmente en el oído a lo que el peli-plateado se volteo aprisionando al otro contra la pared.
-Qué bueno que llegaste, estoy demasiado molesto y quiero desatar mi furia con alguien- Desesperadamente Akihiko empezó a morder fuertemente el cuello del joven de anteojos que gemía ante la acción del mayor.
-P-pe-per-o ¿q-qu-e? – trato de decir el joven pero la voz no le salía ante la impresión que tenía.
-Será mejor que salgamos de aquí es de mala educación ver eso- el rubio tomo de la camisa a Misaki y lo jaló fuera de la habitación.
-¿Quieres que te explique cómo es que se conocen?- el menor asintió ya que no le salía la voz.
-Mira ese chico ah estado enamorado de Akihiko por mucho tiempo en una de las reuniones de la editorial, antes de que dejara de escribir, allí se encontraron eh hicieron un trato-
-¿Q-qué trato?- tenía miedo de saberlo pero la curiosidad lo mataba.
-Pues cada vez que quisiera tener sexo iría con él se podría decir que es como un juguete para Akihiko pero Sumi cree que con el tiempo terminara amándolo, cosa que tanto tú como yo sabemos que es completamente imposible-
-Él es el único que está feliz sin mi-pronuncio triste viendo fijo a la puerta –Ellos… ¿están…-
-Así es- nuevamente le quito la palabra de la boca –Ellos solamente están teniendo sexo lo cual es muy triste, en mi opinión las personas deberían hacer el amor en lugar de solo sexo- Pronuncio mientras se recargaba en la pared.
-¿Qué no es lo mismo?- pregunto confundido.
-Valla que eres ignorante- se cruzo de brazos mientras movía la cabeza en señal de negación –Tal vez sea el mismo acto pero es diferente el sexo es solo la satisfacción del arrebato carnal, en cambio hacer el amor es cuando dos personas se aman y están dispuestas a entregarse la una a la otra en cuerpo y alma sea hombre o sea mujer- esto dejo pensando un momento al menor, las palabras del ángel era muy ciertas ahora se sentía estúpido al pensar que eran cosas iguales.
-De a cuerdo, es hora de irnos- Dijo el ángel mientras se estiraba un poco.
-¿Irnos? ¿A dónde?- pregunto volviendo a la normalidad
-¿No es obvio? Tu no naciste por lo tanto no existes en este mundo así que te llevare allá arriba-
Contestó como si nada el ángel mientras se acercaba al castaño para irse.
-¡N-no! –Gritó -¡No me iré! ¡Quiero que todo sea como antes!- gritó con lágrimas en sus enormes ojos verdes.
-Yo solo ice tu deseo realidad ¿No era lo qué querías?- su voz cambio ya no era suave y un tanto sínica, ahora era intimidante.
-¡Ya no! Si está es la vida si no existo ¡entonces quiero seguir viviendo!- gritó más fuertemente mientras trataba de alejar al rubio
-Deja de intentar escapar no lo lograras- Dijo mientras veía como retrocedía más y más y lo veía con miedo.
-¡No me iré! ¡Quiero seguir al lado de Usagi-san!- exclamó lo más fuerte que pudo mientras cerraba los ojos y las lagrimas fluían con más facilidad.
-Misaki… Misaki… ¡Misaki!- el castaño volvió a abrir los ojos para toparse con la cara llena de preocupación del novelista.
Ante esto se sorprendió demasiado ¡estaba de vuelta en su habitación! Estaba sentado en el suelo como antes de que se levantara y se fuera al parque para toparse con Sanosuke.
-Al fin despiertas- suspiro aliviado –Ya me estaba preocupando, escúchame Misaki yo.. Lo lamento mucho, no debí haberte dicho eso, perdón- se disculpo mientras el menor lo miraba con ojos llorosos.
-U-usagi-san- El oji-verde no cabía en la felicidad ¡si existía! Sanosuke no le había cumplido el deseo de no haber nacido
Después de asimilar las cosas unos segundos el castaño se acerco a abrazar fuertemente a su seme y empezar a derramar lágrimas de felicidad.
-¿Qué es lo que tienes?- pregunto extrañado ante la acción de su Uke ya que nunca se había dignado a abrazarlo.
-T-te a-amo u-usagi-s-san- Al escuchar esas palabras de su amado, rápidamente el oji-violeta rodeo completamente el cuerpo de su niño para darle un apasionado beso en los labios.
De inmediato el menor correspondió el beso abriendo su boca dejando pasar a la juguetona lengua del mayor que recorría por completo la cavidad de su amado saboreando el dulce sabor de sus salivas mezclándose.
Se separaron lentamente y el menor se recargo en el pecho del más alto aun abrazándolo por el cuello y sollozando calladamente mientras sus lágrimas mojaban la camisa de su novio.
-Cálmate no pasa nada, estoy contigo- Anteriormente habían tenido peleas fuertes pero esa no se comparaba con una que otra que habían tenido en el pasado donde no se hablaban en días pero en esta ocasión solo no se habían visto en máximo 2 horas y la conducta del pequeño preocupaba al novelista que solo se dedicaba a acariciar la espalda de su castaño para reconfortarlo y que dejara de llorar –Realmente lo lastimaron mis palabras- pensó haciendo más fuerte, sin llegar a ser brusco, el abrazó que mantenía con su niño.
-Estoy feliz- susurro aun sollozando.
-¿eh?- eso no se lo esperaba después de lo que le gritó y lo encontró llorando mientras dormía en el suelo ¡¿Estaba feliz?!
-¿Por qué estas feliz?- tenía que preguntarlo ya que le extrañaba la conducta de su joven amante.
-Estoy feliz de que Sanosuke me haya dado otra oportunidad- sonrió aun con lágrimas saliendo de sus orbes esmeralda pero ya no sollozaba.
-¿Quién es Sanosuke?- Lo separo un poco sin deshacer el agarre para poder mirarlo a los ojos.
-Mi ángel de la guarda- de todas las respuestas que le pudo haber dado esa era la que definitivamente menos se esperaba ¿En qué momento se puso a hablar con su ángel de la guarda? ¿Y de qué oportunidad hablaba? La actitud del castaño en ese momento era un misterio para el novelista.
-¿De qué estás hablando Misaki?- Akihiko no podía disimular la cara de incertidumbre que tenía.
-¿En qué momento regresé?-comento ignorando la pregunta del peli-plata.
-¿A dónde fuiste?- El comportamiento de universitario comenzaba a asustar al peli-plata que solo se estaba limitando a preguntar cosas de las incoherencias que su novio decía.
-Me fui por horas ¿Cómo no te diste cuenta?- levanto una ceja viendo directamente a los ojos a su amante que solo lo observaba desconcertado.
-Misaki estuviste aquí adentro todo el tiempo estuvimos a lo mucho 2 horas separados mientras buscaba la llave del cuarto para poder abrir la puerta-
-Entonces… ¿Todo fue un sueño?- ahora todo tenía más lógica para el oji-violeta al parecer su adoración tuvo un sueño que parecía muy realista y debió haber pensado que pasó en realidad.
-Cuando entre estabas dormido aquí en el suelo mientras llorabas, me preocupe mucho- el castaño se sonrojo un poco.
-Eso significa… ¿Qué lo soñé todo?- Se le hacía imposible ¡¿Cómo pudo haber sido un sueño?! Todo era tan real pero aplicando algo de lógica todo tenía sentido.
-¿Qué fue lo que soñaste?- la curiosidad empezó a azotar en el cuerpo del más grande, después de todo lo que le dijo el pequeño era obvio que querría saber cuál fue el tan partículas sueño que tuvo su niño.
-Soñé… que salía de departamento a un parque, desee no haber nacido y apareció Sanosuke diciendo que era mi ángel de la guarda y después me enseñó cómo sería todo si no hubiera nacido-
El mayor sonrió levemente mientras acercaba el rostro de su niño para poder besarlo nuevamente.
Primero junto sus alientos para después unir sus labios levemente y a cada momento volverlo más profundo.
En cuanto se separaron el escritor con toda la delicadeza del mundo recostó al menor el suelo para comenzar a repartir pequeños besos a lo largo de su cuello mientras que con sus manos desabotonaba la estorbosa camisa de su castaño.
Al darse cuenta de lo que hacía su seme izo que el rubor apareciera en las mejillas de Misaki pero en ese momento no planeaba resistirse a las caricias del mayor ya que debía admitirlo… él también lo deseaba.
Al terminar de desabotonar la camisa de su querer empezó a bajar por su pecho dando besos, lamidas y ocasionalmente mordidas dejando pequeñas marcas que se tardarían en ir.
Prontamente el peli-plata llego hasta el botón derecho de su adoración y dio inicio a la serie de caricias que siempre le daba para excitarlo tanto como él lo estaba al verlo de esa manera.
Mientras brindaba atención a los erectos botones del oji-verde, deslizo una mano debajo de su pantalón y ropa interior para empezar a acariciar su miembro semi-erecto.
El menor dejo escapar un gemido muy definido al sentir esa fría mano acariciándolo en un lugar tan intimo, sin duda esas acciones de su novio hacían que se excitara de sobre manera.
Después de jugar un rato con los puntos débiles de su Uke, Akihiko empezó a bajar saboreando cada milímetro de piel mientras aumentaba la velocidad de su mano.
-U..Usagi-san ¡b-basta! ah… yo voy a.. ¡Ahh!- Gimió manchando con su esencia la mano de su seme que al sentir como su pequeño le regalaba su semilla, saco su mano de su pantalón para quitarlo por competo junto con su ropa interior.
Le dedico una mirada lujuriosa mientras empezaba a quitarse su camisa, acto seguido levanto las piernas de su pequeño para empezar a prepararlo para lo que por obviedad vendría.
Al tener el cuerpo de su pequeño castaño ya listo para su intromisión, empezó lentamente a abrirse paso entre la estrecha entrada del universitario quien se dedicaba a gemir y jadear una y otra vez el nombre de su seme mientras cerraba los ojos por la excitación sentida.
Las embestidas comenzaron lentas pero después de un rato comenzaron a hacerse más rápidas y profundas.
Sus labios se juntaban una y otra vez mientras el peli-plata moldeaba el cuerpo de su uke empellado en hacerlo sentir un placer inigualable y para esto acerco su mano derecha a su entre pierna para empezar a masturbar su miembro nuevamente y dejar un tipo los labios del menor pero no exactamente para dejar de consentirlo pero para arreglar las cosas que le había dicho anteriormente debía decirle una y otra vez que lo amaba y que sin él su vida estaría vacía hasta que no haya una pizca de duda en todo el ser del castaño sobre el amor que le tenía aquel hombre de tez blanca que una y otra vez entraba en su cuerpo haciéndolo gemir incontrolablemente.
-Misaki-susurro sensualmente en su oído haciendo que su cuerpo se estremeciera –Te amo, te amo demasiado-
Ante las palabras del oji-violeta, el estudiante de economía se sonrojo más peor no estaba dispuesto a callar las palabras que tanto deseaba escuchar.
Por un largo lapso de tiempo Akihiko se dedico a susurrar en el odio de su amante el cual solo gemía y se sonrojaba masivamente hasta que anuncio que estaba a punto de tener su segundo orgasmo de la noche.
Ante esto el escritor dejo de en paz el oído de su novio y volvió a sus labios para así correrse dentro de su pequeño ye este entre ambos.
Después de recobrar el aliento el mayor salió del cuerpo del universitario para que con la fuerza que le quedara levantar al castaño del suelo y acostarlo en la cama para acomodarse junto a él y dormir abrazados por toda la noche como el final de un día que inicio mal y termino como uno de los días más felices en la vida de ambos ya que el novelista escucho a su Misaki decirle por segunda vez “te amo” en todo el tiempo que llevaban juntos y el menor feliz por haber podido decirle lo que siente a su querido Usagi.
Ya ambos dormidos profundamente abrazados un visitante sorpresa izo su aparición a un lado de la cama.
-Tú eres una de las personas que tienen más derecho a vivir que otras Misaki, me alegro que ya hayas aprendido lo útil que eres para la vida de muchas personas- sonrió un ángel de rubio cabello dando por terminada su misión que ese joven de cabellos castaños –Muy bien ahora sigue… Hiroki Kamijou un profesor universitario, será mejor que me apure a llegar con él- Susurro para el mismo mientras desaparecía del lugar dejando a solas a la pareja que plácidamente dormía abrazada.