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Red por olgap_k

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El color rojo era su color favorito; bueno, estaba mintiendo, el color rojo no era su favorito.

Pero en ese momento en que los labios de Hyde lucían tan rojos por culpa de aquella cruel paleta de caramelo, lo único en los que podía pensar era en lo hermoso que era ese color y el delicioso aroma que el vocalista desprendía cuando se acercaba a él para preguntarle cualquier cosa.

Había llegado al punto en que estaba preguntándose si acaso éste no estaba haciéndolo a propósito; se acercaba demasiado para pedir su opinión acerca de las letras que estaba escribiendo y de la forma en que se suponía debía de cantar.

Se rascó la cabeza, se encontraba confundido, y continuó su propio trabajo, estaba terminando de afinar su bajo y escuchando las historias maravillosas de Ken, quien de un modo u otro siempre se las ingeniaba para tener algo entretenido que contarle.

Pero en ese momento no estaba prestándole mucha atención, escuchaba lo que le estaban diciendo, pero realmente su cerebro estaba demasiado ocupado procesando otro tipo de información como para considerar importante los relatos del guitarrista, quien seguramente estaba hablando de otra noche de copas y una mujer distinta en su cama... nada nuevo.

—Tetchaaan —escuchó y alzó la vista de su bajo para mirar al vocalista que se acercaba a él con pasos rápidos y se dejaba caer al lado de él en el sillón—, ¿crees que deberíamos agregarle una línea más a esto? Suena un poco plano tal como está.

En su mano derecho tenía el cuaderno donde estaba escribiendo y en la otra mano tenía a la culpable de su falta de concentración.

El aroma a cereza era demasiado y no ayudaba tampoco el hecho que Hyde pareciera querer fusionarse con él en aquel pequeño espacio en que estaban sentados, ni que su aliento acariciara su rostro.

—Eh, no sé, ¿que línea?

La risa suave del otro hombre le acarició cerca del oído y sintió como su respiración se aceleraba sólo un poco. Para Hyde era muy sencillo conseguir una reacción en él, o más bien, conseguir una reacción en cualquier persona.

Se alejó un poco, intentando no ser demasiado obvio, pero el vocalista se movió con él, sus movimientos casi sincronizados.

Se ahorró el suspiro de frustración porque Hyde iba a darse cuenta que quería evitarlo y si lo notaba iba a ser aún más insistente en lo que fuera que quisiera, y Tetsuya no era estúpido y sospechaba qué podría ser lo que cruzaba la mente del vocalista.

Éste vivía para ser el centro de atención de todos, por eso mismo más de media población en el mundo musical casi besaba el suelo sobre el cual él andaba. No faltaba mucho para que él estuviera en la misma posición que los demás... faltaba realmente muy poco, era sólo que a pesar de ceder varias veces, seguía manteniendo un poco de autocontrol y era por eso que no se deshacía en halagos hacia el otro... al menos no en público o a ante la prensa.

—¿Por lo menos me estás escuchando? —preguntó el bonito vocalista, le observó fijamente mientras se llevó la paleta a la boca y empezó a lamerla suavemente.

El movimiento de esa lengua rosácea circulando el redondo caramelo no hizo más que hacer que se le erizaran los vellos de todo el cuerpo.

No, no te estoy escuchando. Pensó, pero no respondió eso; se aclaró la garganta y se movió un poco más.

—Claro que estoy escuchando —dijo y miró de reojo hacia donde estaba Ken, quien de repente se había quedado callado y estaba observándoles fijamente, como si mentalmente estuviera decidiendo si era ya hora de marcharse o era preferible estar ahí para ayudar a su amigo.

Quiso mandarle un mensaje mental, pidiéndole que no le dejara solo. Su resistencia siempre menguaba, de poco a poco, sí, eso no lo negaba, pero lo hacía más rápidamente si se encontraba en una misma habitación con Hyde y sólo con él.

Quizás su expresión de casi pánico cuando el vocalista le rozó la pierna, para llamar su atención, alertó a Ken, pero éste entrecerró los ojos y reanudó su relato, como si en ningún momento hubiese hecho una pausa.

A veces se preguntaba por qué se rodeaba de personas tan bizarras, luego recordó que era porque todos esos extraños seres humanos eran bastante talentosos y sonrió.

—Entonces, ¿cómo es que no sabes de que línea hablo?

Muy buena pregunta.

—Has estado quejándote de toda la canción, y está muy bien así como la tienes —prefirió responder—. Quizás sólo haga falta perfeccionar un poco todo, pero hasta ahora me parece que vas muy bien. No quiero interferir en tu proceso creativo.

Hyde se inclinó un poco hacia él.

—Me vendría bien un poco de ayuda —su mano continuaba sobre su muslo y la expresión de terror en el rostro de Tetsuya se había multiplicado como por mil, y en ese momento Ken se levantó de su asiento y se dejó caer entre ellos dos, casi aplastando en el proceso a su mejor amigo, quien lanzó un grito nada masculino del susto y sintió como si su corazón casi se le salía del pecho de lo rápido y fuerte que latía.

—Como te decía, esa chica era salvaje, pasamos una noche genial, y como intercambiamos números, creo que volveré a verla, ¿qué opinas al respecto? —concluyó su perorata, de la que ninguno de los otros dos había escuchado nada.

Mucho menos Yukihiro, quien estaba del otro lado de la habitación ocupado en su propia composición. El baterista era del tipo de personas que cuando se concentraba en algo era como si se encerrara en una burbuja protectora que lo aislaba de cualquiera distracción.

Tetsuya envidiaba eso, pero luego se recordaba a sí mismo que tenía que estar pendiente de todo, por su papel de líder.

—Ken, ¿qué demonios? —dijo el vocalista y se levantó del sillón, le lanzó una sonrisa al bajista y se regresó a la mesa donde había estado trabajando.

El líder pudo respirar tranquilamente de nuevo.

—A veces me pregunto, ¿qué sería de ti sin mí? —murmuró el guitarrista y cruzó las piernas, buscó en la bolsa de su camisa sus cigarros y cuando vio la expresión de asco en el rostro de su amigo sólo sonrió—. Ni puedes quejarte, me debes una muy grande.

—Ken, ve a fumar fuera...

—No, tú ve afuera —le interrumpió el otro—, aquí se está muy cómodo como para que yo me mueva.

Se estiró un poco y pateó el pie del líder con el suyo.

—Urgh, está bien —accedió—, pero sólo porque me ayudaste.

La expresión satisfecha en el rostro de su amigo le hizo querer arrebatarle el cigarrillo y aplastarlo, pero no lo hizo. Él era un poco más maduro que los otros dos... sólo estaba incluyendo a Hyde y a Ken.

Se levantó de su sitio y salió de aquella habitación en la que estaban, después recorrió el estrecho pasillo hasta que alcanzó la puerta que le llevó al mundo exterior y se apoyó en la pared.

Estaba un poco cansado, no lo negaba. Regresar de nuevo como L'Arc~en~Ciel, después de la larga pausa era bastante bueno, le encantaba hacer música con Ken, Hyde y Yukihiro. Los cuatro hacían un muy buen equipo, y cuando no estaban de gira juntos, les extrañaba.

A los tres por distintas razones, pero les extrañaba al fin y al cabo.

—¿Por qué tan triste? —preguntó el vocalista.

Estaba ahí, de pie frente a él, luciendo hermoso como siempre, con una paleta de caramelo sabor cereza en la boca, sus labios estaban rojos y sus ojos brillaban con una emoción incomprensible pero que los hacía parecer aún más hermosos de lo que ya eran.

—¿Qué haces aquí? —interrogó.

—Ken sigue hablando de la chica que conoció el fin de semana —escuchó—, a veces exagera tanto sus historias que empiezo a pensar que quizás todo es producto de su muy activa imaginación. Nadie tiene tanta acción como él.

Quiso reírse y recordarle que él la tenía pero no lo hizo.

Ladeó la cabeza.

—Ken es así —rió—. No ha encontrado aún el amor y por eso se la pasa de cama en cama, no me sorprende.

Hyde lamió la paleta y después la sacó de su boca y se humedeció los labios, se acercó un paso más a Tetsuya.

—¿Sabes? A veces el amor no es suficiente, para ocasiones como ésa es que existe el sexo —y se rió mientras se acercaba otro poco y exhalaba un suspiro que tenía olor a cereza y era tibio en su rostro.

No duró mucho así de cerca, dio un pequeño saltito hacia atrás y le guiñó el ojo al bajista, quien estaba completamente confundido y no tenía ni la más remota idea de lo que acababa de haber experimentado.

¡Qué demonios! Era el único pensamiento en su mente.

Hyde siempre había sido así de directo, honesto. No ocultaba jamás sus intenciones, lo que le hacía preguntarse cuáles eran las suyas con ese comentario tan crudo que le había hecho. ¿Acaso como el amor jamás le satisfacía era que andaba de cama en cama queriendo encontrar un consuelo?

Seguían uno frente al otro, en silencio. Hyde de repente mordió la paleta y el sonido del caramelo crujiendo entre sus dientes pareció repetirse como si hubiera eco ahí donde se encontraban. El aroma a fruta se incrementó.

—Voy a terminar de escribir, esa canción no va a escribirse sola —rompió el silencio y después de un segundo guiño se regresó al estudio.

Tetsuya se confundió aún más.

Hyde era un ser humano bastante complejo, quizás por eso mismo era que ejercía tanta influencia en varias personas. Todos parecían querer descifrarlo, armar el rompecabezas que era el vocalista. Él lo había querido una vez, pero un día se había conformado con ser un simple espectador más del show de Hyde, y así vivía una vida más tranquila.

Sus apariciones en dicho show no eran escasas, pero intentaba no involucrarse tanto… o no demostrar lo involucrado que estaba, y tampoco que el vocalista se diera cuenta de lo mucho que había invertido emocionalmente en ellos dos.



Hyde entró al estudio, se veía un poco cansado, pero aún así bastante atractivo, o quizás el hecho de llevar puestos sus inseparables lentes de sol ayudaba mucho. Su cabello estaba un poco despeinado y su camisa una o dos tallas más grande le hacía parecer aún más pequeño de lo que era.

Claro, en el estudio de grabación para el vocalista lo más importante era la comodidad; el glamour vendría después, para las sesiones fotográficas, o para cuando tuviera que impresionar a alguien. Por el momento no había la necesidad de impresionar a nadie.

En su mente, con Tetsuya había llegado ya al punto en que ambos estaban lo suficientemente cómodos el uno con el otro como para mostrarse como realmente eran. Después de más de 20 años de conocerse y de todo lo que habían vivido juntos, ¿para qué seguir queriendo aparentar ser de una forma o de otra ante el líder?

El líder era una de las únicas personas que se habían ganado ese derecho a pulso.

Sonrió a medias y buscó en el bolsillo de su pantalón, hasta dar con el delicioso caramelo. Últimamente había tenido una fijación oral, y se la había pasado consumiendo paletas de caramelo. Había decidido que las de sabor caramelo eran sus favoritas.

El plus a esa recién descubierta obsesión, era el efecto que ocasionaba en el otro hombre. Lo había visto desde el primer día, cuando él inocentemente había empezado a darle lamidas a su roja paleta. Los ojos oscuros del bajista jamás habían abandonado su lengua y los movimientos que ésta hacía.

Después había dejado la inocencia de lado y había empezado a hacer todo de forma intencional. Los lengüetazas rápidos y el movimiento circular que rodeaba todo el caramelo antes de encerrar el caramelo dentro de su boca. Había atrapado al otro hombre observándole varias veces, y cuando él le sonreía, coqueto, recibía como respuesta un intenso sonrojo que le deleitaba y alimentaba aún más su ego.

Se mordió el labio y se aplacó un poco el rebelde y despeinado cabello oscuro y se dirigió a uno de los sillones.

Ken estaba afuera fumando, lo había visto en el momento en que llegó, y Yukihiro estaba hablando con uno de los miembros del staff sobre algo que muy probablemente a él no le interesaría. Tetsu no había llegado aún, les había avisado que debido a una reunión de último minuto que le había surgido con uno de los ejecutivos de Sony, iba a demorar un poco más.

Se dirigió al sillón en que el líder siempre se sentaba y recogió el cuaderno de anotaciones de éste. No quería husmear pero su curiosidad era demasiada. Apartó un poco el cuaderno y se concentró en otras cosas.

Abrió la envoltura de su caramelo y la lanzó con una envidiable puntería al bote de basura que estaba cerca de la mesa donde él siempre se ponía a trabajar. Empezó a disfrutar de su dulce y estaba justamente en eso cuando la puerta se abrió.

—Oh… —fue todo lo que dijo Tetsu.

El bajista estaba despeinado y lucía un poco cansado, mucho más que Hyde, quizás tenía mucho que ver con su reunión con los de Sony y con el hecho que era un perfeccionista de primera y por eso se la pasaba modificando todo hasta que estuviera a su gusto y fuera lo más perfecto posible.

Y para ser alguien que siempre piensa lo que dice, coherente y elocuente, ese “oh” sonó tan fuera de lugar, pero ayudó a que Hyde se diera cuenta que efectivamente no estaba leyendo mal las señales.

—Creí que llegarías más tarde —dijo en un casi susurro.

—No, no —dijo y después sacudió la cabeza, como si con ello pudiera aclarar un poco sus ideas y de esa forma iba a poder dar una respuesta más elocuente, menos estúpida a lo que estaba haciendo hasta el momento—. No fue una reunión muy larga, sólo querían saber cuánto hemos avanzado.

—Oh, ya veo —alzó una ceja y sonrió—. Hasta donde yo sé, no nos hemos atrasado y todos tenemos varias composiciones. Yo ya terminé un par de letras, si quieres puedo mostrártelas.

Un asentimiento.

Cuando a Tetsu le hablaban del grupo, olvidaba cualquier tipo de nerviosismo e incomodidad y se concentraba al ciento por ciento. Había trabajado muy duro para poder conseguir la fama que tenían. Todos, realmente, pero en los momentos más difíciles había sido él quien se había quedado despierto, pensando en posibles soluciones, y había sido él quien había encontrado una solución.

Envidiaba ese tipo de pasión que sólo el bajista parecía sentir.

Sabía que él, Ken y Yukihiro amaban L’Arc~en~Ciel, pero ninguno de los tres jamás podría siquiera pensar en comparar su amor por el grupo con el que su líder sentía. Y no sólo por el grupo. Tetsu también los amaba a ellos, en su muy particular forma de amar.

—Podemos revisarlas mañana. Tenemos que terminar de afinar lo que hay que afinar de esta nueva canción.

Quiso hacer una mueca pero se contuvo, sólo mordió su paleta. Si debía concentrarse en el trabajo y el líder también, era poco lo que podría lograr. No había tiempo para la seducción en ese instante. El trabajo venía primero.

Pero después, cuando hubiesen terminado de perfeccionar GOOD LUCK MY WAY, Tetsu no iba a saber en qué momento había vuelto a caer en la trampa de Hyde.




El día había transcurrido velozmente, y Tetsuya se lo atribuía a todo el trabajo que había estado pendiente. No era trabajo pesado y disfrutaban mucho haciéndolo, pero eso no significaba que no se cansaran.

Era ya de noche, Yukihiro estaba afuera aburriéndose por su propia cuenta, Ken estaba sentado en el suelo, con la guitarra sobre las piernas cruzadas, luciendo más dormido que despierto y con el cigarro entre los labios. Lo bueno era que no estaba encendido.

Por su parte, el líder seguía escribiendo en un cuaderno, estaba anotando fechas para presentaciones y sesiones fotográficas, para no olvidarlas y estarles recordando constantemente a sus compañeros. Hyde estaba observándole con mucho interés, había estado aburriéndose mortalmente, buscando algo que hacer mientras Tetsuya les decía que ya todos podían irse, había dibujado, escrito un par de versos y luego había rayado muchas veces en su cuaderno, hasta que ya no hubo actividad alguna que le entretuviera y decidió observar todo a su alrededor.

Le había llamado la atención la forma en que el otro hombre parecía completamente absorbido por el trabajo, como sus ojos no se despegaban de la libreta y sus manos se movían velozmente creando un calendario de actividades para ellos.

Suspiró largamente y buscó en sus bolsillos.

Necesitaba algo en que entretenerse antes de terminar perdiendo lo poco de paciencia que poseía y empezar a actuar como la diva que a veces podía llegar a ser.

—¿Estás bien? —escuchó del otro lado de la habitación en la que estaban y alzó la mirada para ver a quien le había hablado.

El bajista le miraba de reojo, su mano detenida sobre la hoja de papel sobre la cual había estado escribiendo.

—Aburrido —respondió y rodó los ojos—. ¿Falta mucho para que nos podamos ir?

—No mucho, estoy terminando de anotar todas las actividades que tendremos pendientes para los próximos meses.

—¿Falta mucho?

Una negación y una sonrisa.

—Puedes salir un rato, en unos quince minutos los llamaré para explicarles todo y que igual me den sus opiniones al respecto de todo lo que vamos a hacer, ¿te parece bien?

Quiso negarse, pero después sintió que empezaba a entumirse ahí, sentado e inmóvil en aquella incómoda silla y movió afirmativamente la cabeza. A veces, no, mejor dicho la mayor parte del tiempo, se sentía como un crío consentido, y después recordaba que el líder le había dicho ya un par de veces si no es que más, que eran muy pocas las cosas que podría negarle.

Se mordió el labio.

Realmente era alguien demasiado consentido en varios aspectos, y agradecía ser de ese tipo de personas a quienes todos les cumplen sus deseos y peticiones. A veces le ahorraba mucho tiempo y eso le gustaba.

Claro que luchar un poco más por conseguir algo igual era muy entretenido. Para eso tenía a Tetsu.

Por eso era que lo disfrutaba aún más que a cualquier otro, porque le anexaba el hecho que ambos eran dos hombres casados y que ya no había entre ellos dos ningún secreto y encajaban tan bien uno con el otro que todo entre ellos dos siempre fluía tan natural.

—Está bien… —empezó y le mostró una sonrisa de blancos dientes al otro, para tranquilizarle un poco—, iré a hacerle compañía a Yuki. Cuando hayas terminado, llámame, me encargaré de traerlo conmigo.

—Gracias, Doiha.



Caminó por los pasillos sintiéndose ansioso, lleno de una energía que no sabía cómo gastar y que estaba haciéndole sentirse un poco incómodo. Quería deshacerse de toda ella y poder relajarse, la idea de estar tan tenso justo antes de que empezaran la promoción del nuevo sencillo no era algo que le pareciera atractivo.

Había mucho que hacer y eso significaba muchas horas de trabajo y muchas lluvias de idea y sesiones en el estudio para poder grabar un álbum igual de bueno o incluso mejor que el anterior. Lo que le gustaba de estar en L’Arc~en~Ciel con sus compañeros, era que los cuatro conseguían siempre muy buenos resultados; aunque a veces, por separado, sus ejecuciones dejaran mucho que desear, cuando se juntaban, eran capaces de hacer magia.

Hasta ahora, estaba bastante satisfecho con el nuevo sencillo y con lo que habían conseguido. Era una letra bastante significativa acompañada de una melodía muy alegre capaz de causar una sonrisa en cualquier persona.

Se detuvo cuando vio a Yuki conversando con uno de los ingenieros de sonido y no quiso interrumpirlo, él podría ingeniárselas para entretenerse por su propia cuenta durante un par de minutos, en lo que recibía el llamado para regresar a la sala de grabación.

Se apoyó en la pared e ignorando que estaba dentro del edificio, sacó su cajetilla de cigarros y empezó a fumar.

Fumar siempre le calmaba un poco.

Y aunque estaba dejándolo, muy de vez en cuando, en esos momentos en que ni siquiera él mismo sabía cómo explicar sus emociones, un cigarro siempre ayudaba a que los pensamientos en su mente se desenredaran un poco y a que pudiera encontrar una respuesta.

—Creí que habías dejado de fumar —escuchó y miró de reojo a Tetsuya, que en algún momento le había alcanzado y a quien él ni siquiera había escuchado.

—Tienes razón —murmuró y dejó caer al suelo al cigarro para aplastarlo con la suela de sus botas—. ¿Ya es hora de la reunión?

Tetsu negó y sonrió.

—Ken se quedó dormido en el estudio de grabación. No pude despertarlo así que decidí que podemos tener la junta mañana —vio la expresión sombría en el rostro del vocalista—. Puedes irte ya. Lamento haberte hecho esperar tanto tiempo.

El vocalista arrugó la nariz y dio un manotazo, restándole importancia al asunto.

—Pudo haber sido peor… —le dijo—, pude haber sido yo quien se quedara dormido aquí en alguna incómoda posición.

—Iré a decirle a Yuki que ya también puede irse, yo aún tengo un par de cosas más que solucionar.

Lo vio marcharse en dirección al bajista y recordó que él tenía sus cosas en el estudio así que se dirigió allá. Mientras caminaba iba planeando algo, una forma de deshacerse de Ken y de quedarse él a solas con el bajista en el estudio. No habría nadie más que ellos dos y si el bajista se distraía lo suficiente trabajando, él bien podría cerrar desde adentro y hacer lo que quisiera con Tetsu.

Sería muy poco lo que éste opondría de resistencia.

Con una amplia sonrisa, como la del gato de Cheshire, continuó avanzando hasta que llegó al estudio donde dormía Ken. Sin tener ni la más mínima compasión del guitarrista, le dio un golpecito en la pierna con sus botas y luego uno más y otro más, hasta que vio que entre abría un poco los ojos.

—¿Ya terminamos? —preguntó en medio de un bostezo.

—Ya terminamos, puedes irte, pero rápido, antes que Tetsuya regrese y te regañe por haberte quedado dormido —le dijo.

—¿Por qué no me despertaste?

La expresión de Hyde fue suficiente para hacerlo sospechar que éste estaba tramando algo más, pero como sabía que siempre se salía con la suya, lo mejor que podía hacer era simplemente no ser un estorbo en los planes del vocalista y no ganarse su odio por un par de semanas o meses. Si no, la gira sería bastante incómoda.

—Ya entendí, ya entendí… me voy —dijo y sin calmarse un poco el cabello que se le había alborotado, se levantó y salió de la habitación sin siquiera despedirse del vocalista.

Tenía que salir sin que su líder lo viera.

Sabía muy bien el juego del vocalista.

Si supiera que Tetsu se negaría, entonces no lo apoyaría, pero sabía tan bien como casi todos los conocidos cercanos del grupo, que Hyde tenía a Tetsuya en la palma de sus manos y que hacía con él lo que quisiera, cuándo quisiera y cómo quisiera.

Se marchó riéndose y ya sin tanto sueño.



Cuando regresó al estudio le sorprendió no ver a su mejor amigo en el suelo, durmiendo y roncando. Pero se sorprendió aún más cuando vio a Hyde sentado en el sillón con otra de esas desgraciadas paletas de caramelo y un lapicero en la mano mientras escribía algo luciendo bastante concentrado.

Nunca le había parecido tan hermoso el vocalista como en ese momento.

Lucía inspirado y atractivo, concentrado en su música y saboreando su dulce. Su lengua jugando con el caramelo dentro de su boca. Se sintió como un invasor de aquel momento y quiso retroceder un paso cuando el otro alzó la mirada y sus ojos se encontraron.

—Tetchan… cuando regresé Ken ya no estaba, así que decidí hacerte compañía, para que no te quedes solo aquí en el estudio.

No respondió, porque no sabía que decirle al vocalista. En ese momento, después de tantas horas de trabajo y de estrés, ahora lo último que quería era pensar un poco más, y con Hyde ahí, tan tentador frente a él, en cualquier momento iba a perder la poca cordura que aún le quedaba.

Lo peor de todo es que le conocía tan bien que sabía que todo lo había planeado y que de una forma u otra había sido él quien se había deshecho de Ken.

Su pobre amigo.

Se aclaró la garganta y después pasó saliva. Estaba un poco nervioso y no sabía por qué. No es como si nunca hubiese estado sólo con Hyde. Pero llevaban un buen par de meses, si no es que años, sin quedarse a solas.

—Si estás muy cansado, puedes irte —intentó, sonando tan convencido como podía, que era muy poco—. Yo puedo terminar y cerrar el estudio y…

No es que le tuviera miedo a Hyde o a lo que entre ellos dos había y que llevaba ya tanto tiempo en stand by, si no era más bien que ninguno de los dos realmente se decidía y simplemente bailaban en torno al mismo asunto y él odiaba eso y además también tenía un compromiso con Ayana y él no era un mal esposo y… ¿por qué estaba justificándose de algo que no había ocurrido aún?

—Te lo dije, Tetsu… el sexo es una muy buena opción.

Quiso rodar los ojos, pero no pudo, porque justamente lo había pensado desde el momento en que había visto a Hyde lamiendo la paleta con tanto ímpetu. Lo peor de todo es que sabía que Hyde no había querido provocarlo… simplemente estaba disfrutando así de mucho su dulce. Claro que ahora, después de darse cuenta de lo mucho que él lo había disfrutado él otro no iba a dejar de torturarle hasta que cediera.

¿Qué tenía que perder?

Solamente una dolorosa erección, y eso no era algo necesariamente malo, si no todo lo contrario, porque iba a encontrar una forma de liberar todo lo que había estado manteniendo en su interior desde que vio esa imagen sensual del vocalista con su dulce.

El mismo que ahora estaba frente a él con labios rojos y una amplia sonrisa.

Escuchó el crujido del caramelo cuando los molares del otro lo trituraron y se acercó un poco más, y más, y más, hasta que la distancia entre ellos dos era tan poca que Hyde sólo tuvo que empujarse un poco con los brazos y reducir a nada la distancia cuando posó sus labios sobre los del bajista.

El beso no fue nada breve, el líder se dedicó a saborear los labios del vocalista, aquel sabor dulce, a caramelo de cereza, que había en sus labios, a beberse los gemidos que brotaban de su boca cuando le acariciaba suavemente, como si fuera uno de sus muy preciados bajos o guitarras.

Le acariciaba como si estuviera tocando una melodía hermosa, y los sonidos que estaba produciendo estaban cargados de bastante satisfacción.

Se dejó caer sobre el cuerpo esbelto y pequeño que estaba a su disposición y supo que había sido una buena idea no oponer resistencia, porque sentía como si hubiese alcanzado el paraíso cuando Hyde lo abrazó con fuerza contra él y sus labios se separaron y pudo mirar esos ojos oscuros que le miraban casi con adoración.

El segundo beso fue aún más intenso y prolongado, igual de delicioso, con sabor a dulce y las manos de Tetsuya estaban enredando el cabello oscuro del vocalista quien en ese momento había terminado de comerse el caramelo que había triturado.

Y su estómago se sentía extraño, como si estuviera en algún juego mecánico de esos que te hacen dar muchas vueltas y su cuerpo estaba vibrando, caliente y dispuesto, y sólo quería seguir sintiendo la presión que ejercían sobre él.

El movimiento sutil de las caderas del bajista sobre las suyas y las ganas de querer deshacerse rápidamente de su ropa. No supo ni cómo consiguió desabotonar la camisa del líder sin arrancarle los botones, o como se sacó su propia camisa.

Sólo sabía que en algún momento sus torsos estaban estableciendo contacto y había manos recorriendo todo su cuerpo y él también tocaba todo lo que podía de Tetsuya y lo besaba, lo mordía y lamía cualquier superficie de piel que estuviera al alcance de su lengua.

Una fijación oral.

Y el salado sabor de la piel del líder contrastaba tan bien con el dulce que había en su propia lengua por el dulce que había comido. Tetsu también lo besaba por completo y era como si ninguno de los dos pudiera saciarse, jamás era suficiente, por eso mismo en un movimiento repentino, casi lanzó al otro del sillón y se arrodilló en el suelo.

Desabotonó el pantalón del bajista y recibió en sus manos la erección de éste, después de masajearla un poco con dedos expertos, lamió tentativamente y después con más confianza, de la base a la punta, un par de veces. Tetsu respiraba agitadamente y producía unos roncos gemidos que sólo servían para que la velocidad de las lamidas de Hyde fuera incrementando.

Toda la práctica que había tenido con esos caramelos estaba siendo bastante útil, cuando menos se lo esperaba el bajista, su miembro fue encerrado en la cavidad bucal del moreno vocalista quien succionaba con fuerza y respiraba entrecortadamente y se tocaba a sí mismo con su mano libre.

Tetsu, después de unas cuantas lamidas más, lo separó de sí y se dejó caer frente a él. Le besó en la boca y lo fue recostando hasta volver a estar casi sobre él. Sólo se separó para poder continuar desvistiéndolo, mientras iba venerándolo, acariciándolo tan suave, sensualmente, rozando apenas su piel, provocando un delicioso escalofrío en todo su cuerpo.

Después le besó desde la frente hasta el abdomen y los muslos y no se detuvo hasta haberle quitado por completo el pantalón y haberlo lanzado lejos de ellos dos.

Se humedeció con saliva dos dedos, era tan impráctico, pero en esos momentos sin lubricante a la mano, era poco lo que podían hacer, y la verdad, ninguno de los dos querían detenerse. Estaban a punto de explotar de pasión, pero sería mejor si lo hacían uno dentro del otro. Si sus cuerpos se sincronizaban aún más.

El bajista lo preparó lo mejor que pudo, lo fue ensanchando con sus dedos, mientras no dejaba de besarle en ningún momento, lo fue acostumbrando a la intrusión a su cuerpo, le mordió los labios rojos, hasta enrojecerlos un poco más.

Y cuando Hyde gimió largo y alto, le separó más las piernas y sacó sus dedos de aquel estrecho interior, para reemplazarlos con algo mejor, algo que ambos iban a disfrutar más. Y costó un poco poder entrar en él… debido a la falta de lubricación, fue un poco doloroso al principio, para ambos, pero después de unos cuantos movimientos tentativos, la presión dolorosa fue desapareciendo, para dar paso simplemente al placer.

Un placer que parecía ir construyéndose de poco a poco, creciendo, creciendo, con el movimiento de caderas de ambos y las manos que recorrían y acariciaban todo lo que pudieran y los labios que besaban y mordían todo. Era como una canción cuyo ritmo empieza suave y va aumentando, creciendo, más veloz, más frenético, hasta que hay una explosión de sonidos. Justamente eso estaba sucediendo ahí, estaban buscando alcanzar ese momento.

Un poco más, sólo un poco más.

Y ambos lo alcanzaron, la explosión de su pasión acompañada de un gemido prolongado por parte del vocalista y uno ronco que salió de la garganta de Tetsu, quien se dejó caer sobre el cuerpo húmedo del otro.

—¿Estás bien? —preguntó, ahora por un motivo diferente.

La sonrisa roja de los labios del vocalista se ensanchó ampliamente, una vez más imitando a la del gato de Cheshire, y asintió.

—Y tú, ¿estás bien? —quiso saber él.

Recibió un beso en el cuello y otro en el hombro.

—Más que bien, Doiha… pero… quería pedirte que ya no traigas más de esas paletas al estudio… si no, jamás terminaremos de grabar este nuevo disco.

Y la risa de Hyde, fue celestial a sus oídos.

-fin-

 


Notas finales:

Un haitsu más para la colección ;)


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