caracter americano y canadiense:
-hey usa!-
-yo no…-
-ah ahí estas gringo abusivo- un golpe se estrella contra su hombro izquierdo.
-pero yo…-
-que tal América!- el español hace un gesto al pasar a su lado.
-que yo no…-
-buenos días América-san – el siempre cordial japonés le regala una pequeña sonrisa antes de sentarse en su puesto…apenado no allá como excusarse ante tanta amabilidad. Pero por suerte (sea buena o mala) vuelve a lo acostumbrado.
-te tengo donde te quería USA…deja que te de tu merecido!- un cubano fuerte e intimidante se para frente a él haciendo tronar sus nudillos dispuesto a “practicar” .
-ehhh yo…-
-hey! Deja al mocoso en paz…todavía tiene que liderar la asamblea de hoy!- suspira un poco aliviado cuando el ingles interviene y le salva de una buena y segura paliza. Pero cualquier agradeciendo muere en su garganta apenas Arthur pone su mirada esmeralda sobre el.-que haces niñato comienza la inútil reunión, tengo que llegar al te de las tres!- traga duro al sentir más miradas amenazantes sobre él.
-kukuku parece que América no puede ni hablar…yo podría guiar la reunión…entonces todos serian uno conmigo…-el ruso murmura sonriente, más de uno suda frio en el cuarto.
-no!- por primera vez todos le prestan atención a alguno de sus monosílabos y tiene que maldecir el sonar tan….Alfred? bueno cualquiera que le lleve la contraria a Rusia tiene cierto parecido en el americano… bien, Francia lo resolvería, si le miraba y prestara atención vería que es Mathew y no Alfred. Pero claro el francés se halla perdido entre el cabello rubio de la que reconoce como la hermanita menor de suiza! Oh no. El suizo hace lo que tanto teme, saca una escopeta de debajo de la mesa (cosa que todavía nadie entiende como llego allí) y en vez de apuntar al pervertido francés le apunta a él.
-comienza de una vez americano! Así podremos terminar rápido y alejar a ese pulpo de acá!-
“Francis gira! Francis gira y mírame!!” pero Francis se hace el desentendido girando su silla e intentado tentar a otra nación. “repugnante francés!!” quizá Arthur tenía razón, quizá Francis si merecía la horca.
Quiere seguir divagando en su mente pero enseguida un bufido del dedo alegre suizo le recuerda su situación. Quizá la culpa era simplemente de América. Alguien había dicho en algunas reuniones que el 64 por ciento de los problemas a nivel mundial eran de la primera potencia….bueno seguramente este también.
Entonces Francis se digna a alzar la vista y…le reconoce! Siendo el único en el mundo que sabe hacerlo es obvio que el francés tiene el deber moral de defenderlo de todo el malentendido. Al fin y al cabo eso hacen los padres (incluso los depravados) ve al país del amor abrir la boca casi en cámara lenta, a la vez que ve el dedo suizo apunto de apretar. Pero bueno las primeras naciones son siempre las mas rápidas en avances….Alfred entra en la sala despampanante y campante después de abrir descaradamente la puerta de una patada, no le extraña ver las manos ocupadas por gaseosas y donas.
Momento de silencio.
Después el caos…
-quien…-
-dobles!-
-pero…!-
-ese quien…-
-no será…-
-como….espejos…-
-pastaaaaaa!-
Todos guardan un tenso silencio después del grito gregoriano de los gemelos italianos…
Suspiros por toda la sala y de distintas nacionalidades.
-ay Mathew….- el francés le mira con algo de vergüenza, como un padre que descubre a su hijo en media travesura.
-no importa tengo más balas!!- una rubia intenta calmar y guardar las armas de su desquiciado hermano.
-oigan…-España se levanta de su puesto intercalando su mirada entre el gemelo rojo y avergonzado y el sonriente y desvergonzado. Todos aguardan expectantes la opinión del exconquistador –esa pasta será con salsa de tomate? porque aquí….- todos gritan y bufan furiosos sin darle chance ni de terminar de hablar o de sacar la docena de tomates de uno de sus bolsillos (otra cosa que todavía nadie entiende como llega ahí)
Mathew baja la cara avergonzado y sintiéndose responsable del desastre hasta que una mano le jala y le tira hasta un rincón apartado y oculto, piensa en gritar asustado recordando el rubio de escopeta como el moreno de nudillos amenazantes pero entonces unos labios se aprietan contra los suyos acallando cualquier duda.
El beso es animado y espontaneo, con un poco de sabor a chocolate de la malteada del americano (debía recordarlo que luciera como soda no significaba que lo fuera, otra de las rarezas de su hermano) el mayor se separa sonriente para dejar un beso sonoro en una de sus mejillas sonrojadas.
Va a insultarlo por hacerle pasar por tan agitada mañana, va a maldecirlo por la amenaza cubana y la bala. Jura que va a hacerlo pero entonces recuerda que Alfred vive cada día haciendo frente a eso…y entonces siente algo de piedad y admiración. Alfred no es un príncipe azul de esos que pone en sus cintas. Lo sabe. O al menos lo cree hasta que una sombra se proyecta sobre ambos y un ruso sonriente (mala señal) se les acerca con la vista fija en el.
-quieres ser uno con Rusia?- tiembla en su puesto ante la propuesta/orden/pregunta/amenaza
No, no quiere.
Entonces Alfred se levanta como un rayo golpeando y tirando al ruso devuelta al disturbio donde países se golpean, jalan y muerden. Al instante siente al americano sentarse de nuevo a su lado y pasarle el brazo a los hombros.
-tonto ruso, como si no supiera que ya eres uno conmigo!- bueno quizá Alfred era un príncipe azul(rubio) con defectos pero al menos era su príncipe azul con defectos. Ambos se sonríen compartiendo la dicha y conexión que solo los gemelos suelen tener. Entonces Mathew se vuelve valiente y es el que se acerca y le besa.
Dulce y perfecto.
El canadiense vuelve a maldecir cuando siente un montón de miradas sobre él. De nuevo…
-ah el amor…- ve al francés soltar a un furico Inglaterra de su lucha a muerte para pasarle el brazo por la cintura como si fueran dos amigos cercanos que hace cinco segundos no se intentaban ahorcar. Elizabetha le mira como si fuera de oro..o chocolate. Extasiada.
-he criado un pervertido, Mathew, mi Mathew acosa al niñato de América! Eso es tu culpa maldito francesssss!!- entonces Inglaterra vuelve a atentar contra el cuello del amoroso país, que les sonríe con cariño quiñándoles un ojos con picardía.
Alfred sonríe a todos como si fuera lo más normal del mundo.
-viste kiku? Si ellos pueden nosotros también!!-
El mencionado salta en su puesto mientras murmura algo como “china-san somos hermanos, no funcionaria” mientras una cada vez más histérica alizabetha empujaba al tímido japonés contra los brazos abiertos de china.
A pelea empezó como si nada.
Mathew los veía rojo y con pena. La risita de Alfred que le miraba con ternura logro sacar como siempre ese lado con más carácter de él.
-y tu de que te ríes? Estúpido!-
Era raro eso de que con las naciones nada funcionaba como debería. Por ello nadie entendió como es que alguien como Canadá era solo capaz de sacar a relucir su propia personalidad ante alguien como usa. El americano solía absorberlos a todos, pero el canadiense en vez de caer sumiso (como incluso Francia esperaba) le quito el brazo de encima parándose extrañamente erguido y orgulloso (incluso más que el mismo “héroe” en sus buenos días) el canadiense atravesó la habitación sin contratiempos mientras una estupefacta multitud le veía sin creérselo del todo.
América rechazado! Insultado! Abandonado! Y por Canadá!
El americano se levanto sonriente sin molestarse o dignarse a explicar, el que, como o cuánto.
Salió tal como había llegado sin explicaciones, saludos o despedidas. Concentrándose solo en seguir el rastro de olor a maple en el aire.
Donde se habría metido SU Mathew?
Bien tendría que hacer unos cuantos dulces para su hermano si quería sacarle al menos una palabra a su “espejo”.
Calmado y animado continuo buscando. Paciente y enamorado.
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-oigan...Creo que la reunión término hace un rato-
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