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Desgraciadamente te amo por TheBlackCat

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Sentado en la mesa, de un cuarto cerrado, la luz  se paseaba por cada rincón, el aire frío penetraba silenciosamente de alguna parte, habían pasado ya dos horas, no podía responder, las palabras no se articulaban en mi mente, solo salía el típico ¿Por qué paso esto?.El Detective sentado del otro lado de la mesa me observaba detenidamente, no le había respondido casi nada y el insistía una y otra vez, no tenia idea que esperaba que le dijera. No tenia ganas de responderle aun el shock no se pasaba.

 

Lo había visto aquel día, él tenia que terminar un trabajo, no lo quería molestar, por eso no fui a la habitación por un buen rato yo no tenia nada que hacer. Llegue a las 9:00 a la habitación cuando me percate de que no estaba en el escritorio, mire su notebook llevaba la mitad y ni siquiera  había tomado la medida de guardar lo escrito, anduve un rato en la habitación, ordenando mis cosas pero el no aparecía, fui al baño inocentemente, no esperaba encontrar en mi vida u cadáver en semejantes condiciones, solo reaccione a llamar a la ambulancia, que dijo que llevaba horas muerto.

 

-¿Qué relación tenias con él?- volvió a resonar la voz estridente entre las paredes del pequeño cuarto.

-Compartíamos cuarto- dije sin que se notara el dolor que sentía a pronunciar cada palabra. Esa era una buena pregunta, desde hace tiempo me la había echo, pero nunca quise aclararlo, tenia miedo que se burlara de mi y me dejara. No quería perderlo. ¿Pero ahora que podía hacer?

 

-Sabemos que usted compartía habitación con él, pero ¿tenían una relación afable o se ignoraban mutuamente?- que se suponía que debía responder, a él le molesto pero siguió hablando.- ¿conversaban de vez en cuando?-se levanto de la silla y golpeo la mesa- es mas común de lo que cree que un universitario se suicide.

 

-Basta ya lo se,-grite- tan solo cállese.-era doloroso muy doloroso

 

-Usted no supo porque el tomo esa determinación-esbozo un tono más amable- problemas familiares, en la universidad, amorosos- lo último me provoco una punzada.

 

-Yo... no se- respondí sin mas, era evidente que no podía responder, ¿que diría? , tan solo era mi compañero sexual, lo hacíamos de ves en cuando nada mas y a pesar de que sentía algo mas por él nunca se lo dije, que desde hace mucho tiempo quería ser mas que eso. No  podía decir eso una parte de mi sabia que no terminaría bien.

 

El hombre me miro con una expresión extraña, tomo los papeles de la mesa y abrió la puerta de el cuarto.

 

-Ya te puedes ir en este estado no pudo hacer que me respondas.

 

Afuera  el cielo gris parecía tan dañino como mi mente, en ella aparecía la última imagen de él que guardaría para siempre. Me sentía terriblemente irritado, dolorido, despojado de mi mismo. Nunca le dije que lo amaba, nunca. Era simplemente mi ultima culpa, el tanto como yo no nos deshicimos de nuestra ultima culpa.

 

El centro siempre repleto de gente, perdía lentamente su bullicio, su brillo, su esperanza. Las primeras gotas, de las primeras lluvias de invierno.

 

-Mierda- las lagrimas brotaban silenciosamente mientras mi mente se despojaba de si misma, la lluvia me empapaba suavemente, que doloroso era.

 

Pasaron unos segundos antes de poder seguir andando, no sabia donde ir, pero no quería volver a su habitación de eso estaba seguro todavía sentía a la lejanía el cuerpo de Damian goteando en la ducha.

 

-Alex-una voz conocida golpeo mis oídos

 

-Sara, que haces aquí ¿pasó algo?

 

-Me dijeron que te llevaron a la policía tan pronto como se enteraron del suicidio......

 

- si, por favor no lo repitas- ella sabia perfectamente de nuestra relación, sabia lo que sentía por Damian- me duele.

 

- Lo siento, quieres dar una vuelta, para despejar tu mente ¿te parece?- era lo mejor que se le podía ocurrir sabia que ella no era muy buena tratando de consolar a la gente, solo se le pasaba por la mente un vaso de vodka en esos momentos.

 

- Esta bien no tengo muchas ganas de volver a casa tampoco.

 

-Bien-dijo complacida

 

Me condujo entre las calles del centro, bares, pub y demás todos adornados con carteles de luces brillantes, la gente en ellos hablaba sentados en las mesitas de los restaurantes. La lluvia que lo azotaba lentamente no parecía ser problema para ellos disfrutando a la lejanía.

 

-Ven por aquí-entramos a un bar, un grupo de chicos en la mesa de al fondo nos saludaron al llegar, parecían algo ebrios pero no le di importancia.

 

-Hola chicos, el es Alex, ¿les importa si nos acompaña?

 

- No importa, siéntense - dijo un chico de ojos azules.

 

Hablaban de cosas demasiado triviales para decir algo, me perdí en un mundo de significantes sin sentido, lentamente, solo deje ocupar mi mente en las palabras que cada uno decía, pasaban transitoriamente sobre mi mente, no quería pensar en él.

 

-Y tú que piensas- dijo el chico de ojos azules

 

-Mmm....... nada en particular- me miro, indignado, no sabia si le había ofendido, al parecer si y mucho o su borrachera no le permitía razonar lógicamente.

 

- ¿tu no puedes opinar?,  que mierda te pasa - no había tomado demasiada atención a sus palabras para saber que le pasaba, no quería saber tampoco.

El hombre se levanto de un golpe y me agarro de la polera acercándome hacía si. - lo entiendes o ¿no?

 

-Si quieres golpearme inténtalo, no me afectara mas que este puto día, golpearte a destajo, pero si no quieres terminar mal suéltame en este mismo instante.-estaba cansado de esto, el me soltó lentamente, extravíe la mirada a mi abrigo y salí.

 

Me marche del lugar a pesar de que la insistente voz de Sara no dejara de resonar en mi mente, se debía sentir culpable, pero eso ahora no me importaba. Fui de vuelta a casa con el fantasma de mi primer y último amor, no creía que alguna vez me enamoraría de alguien otra vez, no me sentía capaz de hacerlo. No, no seria capaz de hacerlo por mucho tiempo.

 

La lluvia no parecía detenerse si seguía tratando de llegar a casa, a pie, tal ves no llegaría jamás, las calles parecían perder su vida en cada segundo me preguntaba mas por mi mismo y la divagación de lo sucedido que cosa podía hacer por esto era tan difícil empezar de nuevo, hablando de estupideces para no sentir la soledad transitoria

 

La ciudad me dolía yo y Damian salíamos mucho, a pesar de tan solo ocupar el nombre de parejas sexuales, hacíamos muchas cosas juntos tendíamos pasear por horas, beber juntos, y besarnos en las calles cuando ningún ojo humano parecía observar.

Era increíble quizás, el que nunca le allá dicho un te amo, por miedo a ser humillado, ahora que no estaba parecía tan claro, nunca se hubiera reído, talvez también me amaba. Ese día que lo vi la primera vez me parecía único, no pude quitarlo de mi mente hasta que apareció misteriosamente en frente de mi bajo la lluvioso y me dijo que hacerlo con tigo. Cuando lo escuche me quede helado limitándome a decir "si", sintiendo cada caricia suya sobre mi cuerpo.

 

La lluvia parecía hacerse mas pesada, le mandaría un mensaje a Sara después de un rato, disculpándome a medias, mala costumbre mía. La noche depositaba el silencio necesario para que enloqueciera, de repente unos pasos, gente corriendo, que seria. Volteé. Me sentí jalado fuertemente, obligado a correr en la calle. No podía verlo claramente.

 

-Suéltame -grité, pero el no se volteo siquiera, corrimos por largo rato, abrió una puerta, no se cuando, hasta encontrarnos en una habitación.

 

- ¿Qué se supone que te pasa?- de dije con lo poco que me salía la voz de lo agotado que estaba

 

-Nada tan solo te veías demasiado mal para dejarte en la calle, estas todo mojado, te presto algo.

 

Esto me parecía extraño, ¿que era todo esto?, no cualquiera lleva a desconocidos a su casa con una sonrisa en el rostro, menos a alguien con un rostro de enfermo como el que estaba seguro que tenía ahora. Lo observe un segundo no parecía mayor que yo y estaba igual de empapado, no parecía estar mintiendo.

 

-Me extraño no verte con él de siempre- ¿se refería a Damian?-toma -dejo caer a mis brazos unas ropas y me señalo el baño. Me dirigí al baño, que le iba a hacer estaba mojado por todos lados.

 

- ¿A que te refieres con eso?- estaba un poco curioso un acosador, daba lo mismo, total si quería tener sexo con él, tal vez le serviría para olvidar a Damian, quien sabe en una de esas no me sentiría tan perdido como ahora.

 

-Me refrío a ese chico de pelo obscuro que te acompañaba para todos lados, una vez los vi besándose.

 

-Murió ayer en la noche- dije secamente, mientras estaba saliendo del baño.

 

-Lo siento-se apresuro a decir

 

-No es tu culpa-vio la ropa mojada junto con el abrigo.

 

-Dame eso lo voy a secar.-Abrió la puerta de la habitación, escuche como bajo unas escaleras y regreso en unos segundos. Con un plato de comida en las manos.

 

-¿Puedo fumar aquí?- el me miro suavemente.

 

-¿Fumas?

 

- Desde hace mucho.

 

- En serio nunca te vi fumar.

 

- No fumaba con el, le molestaba el olor, ahora que lo mencionas como es que me viste.

 

-Pasabas todos los fines de semanas con él y siempre te ibas por esta calle-señalo la ventana.

 

- Teníamos la mala costumbre de repetir el recorrido, - respondí con el humo del cigarro emanando de mi boca- impresionantemente no nos aburríamos.

 

- Parecías feliz

 

- Tal vez demasiado

 

-¿quieres dormir aquí?- la pregunta sonó algo abstraída

.

- Sino te molesta

 

- Hay solo una cama

 

-Durmamos juntos, no le veo el problema.-el chico se sonrojo

 

-Bien

 

Unas cosas llevaron a otras hablamos por horas, por fin mi mente parecía distraerse a gusto. El era un chico común sus padres lo dejaron solo en casa desde hace mucho. Aunque le mandaban el dinero para que se mantuviera, curiosos padres .Tenia un año menos que yo. Pero en ningún momento hablo de escuela o universidad. Trabajaba en un bar. Lo demás no lo recuerdo de repente el sueño me cerro los ojos despertando encima de la cama entre las sabanas con en chico de el día anterior totalmente pegado a mi, abrió los ojos lentamente, y me beso suavemente. Quede en blanco que mierda había echo anoche. Pero fingí no darle importancia. El otro tampoco lo hizo levantándose de la cama y cogiendo un chaleco.

 

-¿Qué quieres desayunar?- dijo amablemente mientras abría la puerta.

 

-Un cigarro-respondí secamente, su cara era desconcertantemente linda.

 

-Eso no es desayuno- dijo desde la puerta, sus ojos me miraban atentamente.

 

-¿Importa?- era lindo no lo negaría Pero no era que me hubiera enamorado de la nada, solo no quería volver, quizás ni siquiera habían limpiado, no quería limpiar los restos, no era tan fuerte. -¿Cómo te llamas?

 

-Julián

 

-¿tu?

 

-Alex

 

-¿Por qué la pregunta?

 

-Te importa si me quedo una eternidad en tu casa.- Tal vez aprovecharme de la amabilidad de un desconocido no sea mala idea.

 

-No- dijo cerrando la puerta detrás de el sin lograr ver su cara, ciertamente era lindo.

De todos modos no lo iba a pensar mas, solo seguiria con un juego que me dañaria al final


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