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Detrás de la puerta por Aomame

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Notas del fanfic:

es una fic de una idea lejana, pero que me prometí continuar. Es AU y puede que la tematica se vuelva un poco oscura desdepués. Ah claro LXLight 

Notas del capitulo:

 Light a la defensiva, L interesado, algo que solo comienza.

Detrás de la puerta.

Detrás del número 5

 Si hay algo que no podré olvidar jamás es esa puerta.

 Ese hotel en Osaka, colindaba con un pequeño parque, cuya fuente era una réplica del beso de Rodan.

 En su interior, el hotel,  no era más que el lugar donde hombres y mujeres pagaban por el placer no encontrado fuera, y vivían una especie de relación donde ningún participante estaba realmente involucrado. Así es como funcionaba. Yo fui a parar ahí por la necesidad instintiva y biológica que el lugar podía proporcionarme sin tener que responder preguntas.

 Después de un mes encerrado en mi nueva y provisional casa, esos momentos en el que  el contacto humano se vuelve necesario comenzaron a atacarme con insistencia, así que haciendo justicia a mi habilidad de investigador encontré ese pequeño hotel, que, si bien funcionaba de forma clandestina e ilegal, lo hacía en completa discreción. Así que fui. Y mi sorpresa fue ver que el pequeño hotel no carecía de nada, forrado de lujo innecesario, adornado con ligera sobriedad para no delatarse. Pero lo más sorprendente fue el catalogo de aquello que uno como cliente puede pedir.

 

-       Le gustan hombres o mujeres- pregunto la chica del mostrador.

-       hombres o mujeres…- repetí para mí, en realidad no es que prefiriera uno en particular, a veces prefería a las chicas y otras a los chicos- pues no lo sé.

-       ¡Oh!- exclamo la mujer- ¿es usted extranjero?

-       Ehm… Si lo soy- me di cuenta de que mi acento me delataba.

-       Espere un momento por favor, puede revisar los catálogos en lo que vuelvo.

Y dejó dos libros engargolados a mi disposición, así que los hojee, eran las  personas que daban sus servicios ahí, interesante, pensé, era como pedir a la carta. Entre ellas, me llamo la atención una chica pelirroja, obvio que no era natural, sonreía con alegría, lo cual tampoco me pareció natural. Y entre ellos un chico de cabello marrón y mirada penetrante, su rostro reflejaba enojo y molestia, lo cual si era natural, interesante, volví a pensar.

 

-       Señor, es un gusto tenerle aquí- dijo una voz masculina a mi espalda, detuve mi inspección a los catálogos y lo mire.

 Con una exagerada sonrisa el hombre me extendió su mano, la estreché, mientras su rostro pálido se contraía en un gesto de ambición. Era claro que un extranjero podría, o pagar más por  un mejor servicio o bien ser estafado con facilidad, ahora bien, conmigo, no funcionaría.

 

-       Le interesa alguno de nuestros empleados.

-       ¿empleados? ¿acaso tienen sueldo?

-       Jeje, usted es inteligente- alcé la ceja con un poco de irritación- algunos lo tienen, como esa chica-dijo señalando a la pelirroja y luego al chico molesto- aunque no puedo decir lo mismo de él.

-       Me imagino que ella lo hace con más gusto que desagrado y él solo con desagrado.

-       Jeje, supone bien- dijo

-       ¿y la causa es…?

-       Jeje, no solemos decirle las posiciones de nuestros empleados a los clientes, pero, por ser usted, le contare la historia que más le agrade.

-       ¿Qué tal ambas?

-       Jeje, excelente opción. Pongámoslo así, a ella le encanta esto, no sé cómo explicar que a una persona le guste venderse pero ella llegó a este lugar pidiendo ser contratada, se le investigó y acepto. Punto. Él, digamos que también se ofreció pero por otras razones- su rostro se contrajo en un gesto de malicia que casi llegó a asustarme- su padre me debe dinero, alguien tiene que pagar, ¿no cree? Así que, podría ser su madre, pero ya es vieja para esto, o su hermana pero es una niña sin chiste aunque podría ser usada, y para proteger a su familia…

-       Él se ofreció, y supongo que estará aquí hasta que pagué.

-       Jeje, de nuevo, supone bien, aunque eso puede tardar mucho tiempo.

Lo miré sin expresar sentimiento alguno, aunque en ese momento estaba asqueado y harto de su risa estúpida.

-       Bien, quiero al chico- dije para terminar con esto, total, al menos podría ayudarle a pagar su deuda.

-       Jeje, perfecto, Jocie- la recepcionista me entrego una tarjeta atada a un llavero con el número 5 grabado- él está esperando.

+++

 Librado por fin de ese tipo desagradable, camine por los pasillos hasta encontrar la habitación. Y si algo no podré olvidar será aquella puerta, pintada de beige, con el número 5 de herraje dorado, ni el click de la perilla- una vez que pasé la tarjeta- al abrirla.

 No la olvidare, porque detrás de ella, se encontraba la figura desgarbada del joven que moriría por ver las siguientes noches.

+++++++

 ¡Clik! Y la puerta se abrió, de espalda a mí una figura desgarbada, como la de un adolescente miraba por el gran ventanal de la habitación hacia un cielo parcialmente estrellado y cuya luna menguante brillaba pálidamente a lo lejos, el invierno se había ido y la claridad de una noche de primavera se anunciaba silenciosamente.

 El chico suspiro cuando cerré la puerta, tomó las cortinas del ventanal y las cerró con furia, suspiro de nuevo y se giró para mirarme. El cabello castaño caía sobre sus ojos cuidadosamente despeinado, sus ojos me miraban sin emoción real, ni siquiera, enojo. La camisa blanca desfajada con deliberado descuido, colgaba asimétrica por su cadera, el pantalón negro y los pies con calcetines tradicionalmente blancos. Obviamente poco le importaba verse bien, pero así y todo, lucia encantador, era de ese tipo de hombres que no importa que o como vistan,  si llevaban el cabello largo, corto, peinado o no, se ven exquisitamente bien, ese tipo de persona, que no creí que existiera, estaba de pie, frente a mí.

 

-       Hola- atine a decir en mi embelesamiento.

Él no dijo nada, cerro lo ojos y camino hacia la cama, se sentó en ella y desde ahí volvió a mirarme, sin emoción, como antes.

 

-       Este…- empecé, lo cierto era que estaba nervioso, por alguna razón. Entendí lo que él quería decir, y tenía claro a lo que había ido, mi necesidad biológica aun rogaba por ser atendida- yo… ¿cómo te llamas?

-       …- el chico alzó la ceja, ni siquiera yo sabía de dónde había salido esa pregunta- ¿importa?

-       Un poco, si- dije aún clavado en el mismo lugar.

-       Da igual… Yagami Light.

-       Interesante nombre, el mío es…

-       No me importa- dijo cortante- bien ¿te vas a quedar ahí? O ¿eres de lo que quieren que vaya por ellos?

-       ¿eh?

-       No estoy de humor, así que si tú no te mueves yo tampoco.

Vaya, el chico es temperamental, pensé, pero aun así apenas pude dar un paso.

-        Yagami kun, tú, no tienes 18 años ¿cierto?

-       ¿acaso eres policía? eso no te importa.

-       Es solo que en el catalogo dice que los tienes, pero no es así ¿verdad?- dije logrando llegar a un sillón cercano y sentándome de cuclillas en él.

-       Te repito que no te importa, viniste por sexo ¿cierto?, entonces toma lo que quieres y déjame en paz.

-       Eres bastante directo, Yagami kun, bueno yo... ¿sabes? hay necesidades biológicas, no es que haga esto siempre. Pero tengo cierta reglas, por eso pregunto tu edad, tu figura es aun la de un adolescente y tu rostro tampoco refleja la edad de 18 años, eso es todo.

-       ¿eres imbécil?- dijo frunciendo el ceño- eres el primer idiota que dice eso, si no quieres hacerlo conmigo solo vete y ya, no tienes que platicar conmigo o darme un sermón.

-       No pienso darte un sermón, y de hacerlo claro que me gustaría hacerlo contigo.

-       Entonces mi edad no importa, ¿qué prefieres? ¿arriba o abajo?

-       Amm… veras Yagami kun, estoy seguro de que tú no quieres hacerlo.

-       Eres un imbécil.

 

Si, lo era, en ese momento, yo sabía que no y por su hostilidad eso era más evidente, quizás debí haber escogido a la chica ninfómana. Pero ese chico era interesante.

 

-       ¿por qué no quieres decirme tu edad? No te cuesta nada y solo…

-       Estúpidos ingleses, no sabía que fueran así, idiotas soberbios, si no te gusta lárgate no pienso soportarte.

-       ¿qué? ¿qué dijiste?

-       Dije que te largues.

-       No, antes de eso, ¿cómo supiste que era inglés? Me veo como un japonés ¿o no?

-       Cierto,  pero tu acento es inglés. Así que bien eres hijo cuyos padres o al menos uno es japonés, pero toda tu vida estuviste en Inglaterra. Ahora, saliste para conocer este país o quizás bienes por negocios, ya que por lo que veo eres un millonario excéntrico, con necesidades biológicas insatisfechas, porque atado al trabajo no puedes conseguirlas más que de esta manera.

-       Vaya el resto de la gente solo reconoce que soy extranjero, pero nunca mi país de origen y… ¿Cómo sabes que soy excéntrico?

-       Por la extraña forma de sentarte, seguramente debes tener alguna otra manía o algún tipo de adicción. Quizás  ambas.

-       Sorprendente. Yagami kun eres sorprendente. Tienes razón en un terrorífico 100 %  me siento totalmente desnudo ante ti.

-       ¿No me digas?, pues no lo estas,  y tu tiempo corre ¿sabes?

-       Si lo sé. Ahora te diré que edad tienes- él suspiró molesto de nuevo y giró el rostro mascullando maldiciones para mi persona- por la ropa que usas y por ser viernes quiero suponer que estás en el instituto aun, el resto del uniforme debe estar por ahí, y debes estar molesto porque no puedes salir con tus amigos porque tienes que trabajar; pero por tu estatura y la forma con la razonas, supongo y estoy seguro en un 99 % de que tienes 17 años.

-       ¡Bravo!- dijo con sorna- pues le diré que se equivoca en algo.

-       ¿en qué?

-       No estoy molesto, porque no puedo salir con mis amigos por el trabajo, estoy molesto porque no puedo salir de aquí, ¿entiende? Y si va a seguir tardándose con esta inútil charla, no me importa es su dinero.

-       Exacto- dije sonriendo ligeramente-Yagami kun dime algo más de mi.

-       ¿aparte de que es un idiota?

-       Si, aparte de eso.

-       Mmm… que eres un maniaco insomne, ¿Cuántas tazas de café tomas en la noche?

-       Diez-dije con una amplia sonrisa en mi rostro- y con mucho azúcar.

-       Supongo que sí, de otra forma no podría desvelar.

-       Yagami kun

-       ¿qué?

-       ¿Cuánto cuesta la noche completa?

-       ¿qué? ¿Qué piensas hacer?

 Me levante del sillón y busque en mis bolsillos hasta obtener un gran fajo de dinero y lo vertí en la cama cerca de él.

 

-       ¿es suficiente con eso?

-       Esto…-Yagami kun tomo el dinero contándolo rápidamente- esto es más de lo que… ¿qué es lo que quiere?

-       Hablar.

-       Eso es todo

-       Lo es.

Yagami kun miro el dinero y luego a mí, suspiro una vez más y se encogió de hombros.

 

-       Como quieras es tu dinero.

-       Soy un millonario excéntrico. Así que Yagami kun, hablemos hasta que amanezca.

 

En ese momento mi deseo carnal fue sustituido por completo por mi curiosidad, él joven frente a mi era muy inteligente, más que cualquier otra persona que pudiera conocer en cualquier tiempo, así que no me importaba gastar mi fortuna, si podía encontrar un buen compañero de insomnio.

 

+++++

 

Embelesado por aquella belleza exótica volví cada noche, ansioso por cruzar palabra con él, esperaba a que la noche llegara y yo pudiera adueñarme de su tiempo… aunque era él quien ocupaba todo mi tiempo.

 

-       ¡Yagami kun quería verte!

-       Eso dices siempre.       

Sonreí mirando su espalda, estaba sentado en la pequeña mesa de la habitación, y a su alrededor había muchos libros apilados.

 

-       ¿qué haces?

-       Estudio.

-       ¿para qué?

-       Para mis exámenes de ingreso.

-       ¡oh, es cierto! Ya se acerca esa época, ¿a qué universidad piensas ir?

-       A la Todai.

-       ¿en Tokio? ¿te vas a ir? ¿me vas a abandonar?

-       ¡ah que molesto eres! Claro que no me voy a ir, idiota.

-       ¿no? pero Tokio queda lejos, no podrás ir y venir.

-       No iré, es obvio.

-       ¡eh! ¿de qué hablas? Lo lógico es que seas aceptado, es más, considero que ni siquiera tendrías que estudiar.

-       Supongo que solo quiero probarme a mí mismo, no es como si en menos de seis meses lograra librarme de una deuda de millones de yens…

 Guarde silencio. Era la primera vez que la voz de Light parecía apagada. Por algunos segundos que parecieron minutos, solo el tic, tac del reloj se escuchó, mis pensamientos me hacían sentir en cierta forma culpable.

-       Lo siento Yagami kun no quise…

-       No es tu culpa- dijo levantándose y estirándose, para luego mirarme con una ligera sonrisa- gracias a ti mi deuda se está pagando más rápido y no tengo que tener sexo con personas asquerosas. Así que soy yo el que teme que me abandones.

-       Tonterías- dije sonriendo inexplicablemente y de forma estúpida- yo no te dejare, por fin encontré a alguien  con quien hablar. No te preocupes Yagami kun iras a la universidad, tendrás novia y todo lo… ¿pasa algo?

-       No, nada.

-       ¿Es por lo de la novia? Bueno si te gustan los hombres entonces que sea novio.

-       No es eso, no tengo un gusto particular.

-       Ya veo, eres como yo

-       Pero yo tenía novia

-       ¿y qué pasó?

-       Tuve que terminar con ella, yo… simplemente no podía estar tranquilo con ella haciendo esto, era en cierta forma, indigno. Creo que ahora me odia, supongo que es mejor, y tampoco quería que estuviera en peligro ya bastante tengo con una familia amenazada.

 Nuevamente se creó un silencio. Le di una palmada en la espalda y sonreí.

-       Ya tendrás oportunidad de volver a amar.

 Light  sonrió lánguidamente y asintió.

 

+++

 -       Yagami kun hoy quiero hacer algo.

-       ¿hacer qué?

 Apenas logré que despegara la mirada del libro que tenía en sus manos, hace ya dos semanas  que me reunía con él en las noches, y solo habíamos platicado, pero ahora quería un poco de acción.

-       Será divertido. Di que sí.

-       Eres tonto. Me pagas ¿cierto? así que solo di que quieres.

-       Que cruel eres, ¿podrías mostrar aunque sea un poco de emoción?

-       ¿por quién me tomas? ¿qué quieres?

Saque una caja y vacié el contenido en la cama.

-       ¿Ajedrez?- dijo y yo asentí

 Light tomó una de las piezas, mientras yo ponía el tablero.

-       Te advierto- dijo- que nunca he perdido una partida de ajedrez.

-       Perfecto, porque  yo tampoco.

+++

-       ¡waa! ¡Estoy harto!- dijo estirándose en la cama y haciendo temblar las piezas en el tablero.

-       Tienes razón esto no va a ningún lugar.

No importaba que pieza moviéramos, simplemente no podíamos avanzar, atorados en un callejón sin salida, sin poder dar jaque al oponente nos habíamos cerrado todas las opciones, algo muy, pero muy poco probable.

 

-       Es la primera vez que no ganó una partida de ajedrez.

-       Lo mismo digo Yagami kun, como lo supuse ha sido interesante.

-       Eres raro… ¿terminamos otro día?

-       Me parece que eso es lo correcto, además mi tiempo está a punto de terminar.

 Allá, en el ventanal, se filtraba la imagen del alba fría y con destellos de luz pálida. Mi noche a su lado había terminado.

 

+++

-       ¿Lo de siempre?

-       Sí.

Todas las tardes al cruzar las puertas de vidrio, la recepcionista siempre me preguntaba “¿lo de siempre?” como si “lo de siempre” fuera una malteada de chocolate. Me molestaba, porque “lo de siempre” era  en realidad una persona, una persona que de pronto cobro un significado más grande para mí que solo el de mercancía. Aunque siendo consientes, lo que yo hacia todas las noches era comprarlo y lo que él hacia todas las noches era venderse.

Por eso cada vez que la recepcionista me preguntaba “¿lo de siempre?” yo respondía “si” y con una sonrisa picara la chica estiraba el brazo y me entregaba la tarjeta con el número cinco grabado.

Y como cada tarde “lo de siempre” me esperaba  de frente a la ventana con su figura adolescente de espaldas a mí. Y cuando lo veía sonreía. Para entonces, ya me había dado cuenta que “lo de siempre” se había convertido en  “lo único”.

+++

-       Yagami kun, ¿te sientes bien?

-       Si, solo estoy nervioso.

-       ¿Por qué?

-       Mañana tengo mi examen de ingreso.

-       Ya veo.

 

Yagami kun se estiro en la cama y bostezó. Yo me mordí el dedo pulgar de mi mano derecha.

 

-       ¿qué quieres hacer hoy?- preguntó.

-       ¿hoy?- deje de morderme el dedo y observe al joven despatarrado frente a mi- nada.

-       ¿nada?

-       No, hoy quiero que duermas Yagami kun, mañana es un día importante para ti. Quiero que duermas.

-       ¿Seguro?

-       Seguro.

Ligth se encogió de hombros, se incorporo, se quito los calcetines, el pantalón y la camisa; se metió en la cama suspirando aliviado y en unos segundo  su respiración se volvió acompasada, realmente estaba cansado. No me había puesto a pensar en lo difícil que podía resultar para él trasnochar, en mi caso se trataba de una patología crónica, no puedo escapar del insomnio, pero el joven a mi lado no estaba acostumbrado a ello.

 Así que esa noche me contente con observarlo dormir tranquilamente, lucia tan dulce que pensé que pagaría el dinero que fuera para verlo de nuevo. ¿Cómo alguien puede lucir tan atractivo durmiendo? Y de nuevo tuve la sensación de que Yagami kun era de ese tipo de personas que no crees que existan, pero que están ahí, en algún lugar, brillando en silencio.

 

Notas finales:

espero que les haya agradado... un review si cren que lo merece XD... y continuara...

 

 


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