La mano de Blade tiritó un poco al ver al imponente hombre sentado en la mesa
-qu…e -el hombre lo miro aun con los anteojos de sol puesto- ¿qué va a desear señor? - las mejillas de Blade se sonrojaron
-un café amargo- contesto el hombre con una voz penetrante
-aa...algo más?-
-solo eso
Blade anoto rápidamente la orden y salió corriendo a la cocina .qué momento más incomodo había sido ese
-¿Que te sucedió Blade?- le pregunto Sam un chico de cabello rubio y ojos café-estas como nervios
-es que ese cliente de allí me asusto un poco- índico al hombre de ropa oscura que estaba sentado casi al final del restaurant
-en verdad que da miedo- tomo la taza que llevaba Blade en sus manos- que te parece si yo lo atiendo desde ahora, tu quédate con los cliente más normales- le sonrió
-no me parece- contesto- si no soy capaz de atender a ese cliente seré un asco de mesero
-no te preocupes -le entrego un papel- esto es para la muchacha de la mesa cinco- indico a una chica menudita de apariencia tímida- espero que ella no te de miedo
-Sam- chillo el chico-
Sam le lanzo una sonrisa y camino hasta donde estaba el hombre
-su café señor- dejo la orden sobre la mesa
-gracias- contesto sin despegar sus ojos del periódico que tenía en las manos
Sam volvió a la cocina. Cuando Blade lo vio hizo un gran puchero
-yo le voy a llevar la cuenta-dijo cruzando las manos- era mi cliente desde un comienzo
-pero te asusta-acaricio el cabello del menor - no es bueno atender a un cliente que asusta
-ya no me asusta
-bueno, Bueno entonces tu atiéndelo
Una mujer alta rubia con anteojos de sol entro al restaurant, miro hacia todas partes y se dirigió hasta la mesa del hombre que daba miedo
-buenos días señor- se sentó- lamento mucho la tardanza
-da igual- contesto aun mirado su periódico- vamos al grano, ¿tienes información nueva?
-nada nuevo señor- bajo la cabeza avergonzada- aun que su hermano sigue aumentado sus aliados dentro del grupo
-me lo imaginaba-
-señor si esto sigue así su hermano le quitara la presidencia del grupo - comento la mujer - no podernos permitir que eso ocurra. Todo el esfuerzo que usted puso en esto se… -
-eso no importa Margaret-contesto el hombre- no tengo intenciones de pelear con mi hermano pequeño, para quedarme con la presidencia
-pero señor…
Su conversación fue interrumpida por un rubio con una gran sonrisa y unos adorables ojos azules
-¿la señorita desea algo?- pregunto Blade-
-un café latte – contesto a la mujer
-¿algo para comer?
-nada, gracias
Blade miro al hombre de lentes oscuro
-¿usted quiere otra cosa señor?-
-otro café-
-enseguida les traigo su orden-
Blade caminaba más tranquilo que la primera vez, al parecer la presencia de esa mujer le daba un aire menos aterrador
-un café latte y un amargo- dijo el chico
-¿guapa, no?- comento Sam-
-¿quién? –Dijo Blade confundido
- la mujer que esta hay a un lado de ese hombre, solo mírala parece una modelo
Blade miro a la muchacha que estaba a un lado del hombre, cabello rubio largo tomado con una cola, delgada, de 1.80 de estatura aproximadamente; una súper modelo de pies a cabeza
-así parece-
Blade siguió atendiendo el resto de sus mesas, hasta que el hombre de negro lo llamo
-la cuenta por favor
-enseguida- Blade fue a buscarla- aquí esta
El hombre la miro por un momento, saco su billetera y dejo mas billetes de los necesarios sobre la mesa
-conserva el cambio
Los ojos de Blade a abrieron de par en par, la propina que le había dejado era casi la mitad de su sueldo.
-te fue bien- le dijo Sam que apareció a un lado de él – ¿será traficante o algo?
-¿traficante?- pregunto Blade asustado- si es traficante yo no quiero este dinero – lo dejo sobre la mesa – imagínate todas esas pobres personas que…
-no seas tonto – tomo el dinero y lo dejo en la mano del chico – es tu propina acéptala
-¿pero si es de un traficante?-
-no importa- contesto- tú te le ganaste limpiamente
El día había pasado rápidamente, solo quedaban unos pocos clientes dentro de la tienda.
-Blade, mi turno termina ya, quieres que te espere?
-no gracias- contesto el muchacho mientras acomodaba una caja- aun me queda bastante para terminar y creo que me toca quedarme a cerrar la tienda
-entonces te espero, es peligroso que camines solo hasta el metro tan tarde
-no te preocupes Sam, se defenderme muy bien- hizo una pose de luchador de sumo que con su pequeño cuerpo resultaba bastante graciosa.
-¿seguro?
-seguro- esbozo una sonrisa- tengo diecisiete, no soy un niño pequeño
-está bien- desordeno el cabello de su amigo- llámame cuando llegues a tu casa
-te llamo
Sam salió bastante preocupado, Blade podría tener diecisiete pero aun así seguí teniendo el cuerpo de una chica, cualquiera podría atacarlo sin ningún problema. Decidió dejar de pensar cosas malas, Blade llegaría sano y salvo a su casa y lo llamaría; todo estaría bien
-hasta pronto- se despidió el último empleado que quedaba en la tienda además de Blade
-cuídate- el menor le sonrió mientras guardaba algunas cosas- nos vemos mañana
Ya estaba acostumbrado a hacer este trabajo, ordenar la tienda antes de salir, guardar las cosas y limpiar un poco.
Escucho la campanilla de la entrada sonar
-se te olvido algo David?- pregunto Blade pensando que era su compañero. En cuanto salió a la puerta vio a un hombre alto de cabello y ojos negros en la entrada – la tienda ya cerro señor- le comunico
-lo sé, solo quisiera saber si por casualidad no deje mi reloj aquí esta mañana cuando vine?-Blade reconoció la profundidad de esa voz enseguida; era el hombre de ropa oscura, pero ahora vestía un pantalón de tela con un chaleco azul, haciéndolo lucir totalmente diferente a como se veía en la mañana.
-¿reloj?-el muchacho puso cara de pensativo- creo que uno de los chico encontró un reloj hoy en la tarde- camino hasta la caja miestras el hombre lo seguía- creo que debería estar por aquí- revisaba cada uno de los cajones-¡aquí esta!-Dijo con alegría- ¿será este?–le mostro el reloj al hombre
-ese es – tomo el rejo tan bruscamente que causo que el muchacho callera sobre él-
-Auch!-se quejo Blade por el golpe - lo siento – levanto su cabeza y se sonrojo al ver que estaba a centímetro de los labios de aquel hombre- yo..- trato de levantarse pero el hombre lo tomo del mentón y le dio un tierno beso
Blade se lanzo hacia atrás con la cara llena de pánico
-¿por qué hizo eso?- preguntó con la cara llena de pánico
-lo siento- contesto el hombre- no sé que me paso
-esta... está bien- bajo la cabeza. No podía decirle nada, ya que, se veía el arrepentimiento en su cara.
-yo me voy- Blade tomo la manga del hombre casi por inercia, ni el mismos sabia lo que estaba haciendo.
-¿me podría ayudar a cerrar?- sonrió con nerviosismo- aquí en las noches a veces es peligros y…
-está bien- levanto el muchacho que aun estaba en el piso-¿en qué puedo ayudarte?
-¿podría cerrar la puerta de atrás mientras yo guardo eso?- indico la ultima caja que le quedaba-¿puedo preguntar su nombre?
-Kyo- contesto el hombre tomando las llaves que tenía Blade en la mano-¿y tú?
-Blade- sonrió
Kyo cerró la puerta de atrás al regresar a la entrada Blade ya había guardado la caja.
-muchas gracias- salieron juntos de la tienda- espero verlo por aquí otra vez
-supongo que vendré algún día, el café aquí es bastante bueno
-debería decirle eso a Mathew siempre se esta quejando de que nadie aprecia su trabajo- dijo el muchacho con gracia, aun que no pareció tener efecto en el hombre.
Se detuvieron frente a un convertible rojo, Kyo saco las llaves de su bolsillo y lo abrió
-wooh!- dijo Blade sin poder contenerse- que auto más lindo
-hay mejores- comento Kyo- pero por ahora estoy bien con este
-bueno cuídese- se despidió Blade
-¿te vas a ir caminado?
-bueno tengo que tomar el metro- contesto el muchacho- no queda tan lejos de aquí así que no hay problema
-si quieres te voy a dejar
-no quisiera molestar- contesto el muchacho-
- no te preocupes- entró a su auto- entra
Blade le hizo caso, le indico a Kyo donde vivía y el auto partió
-soy nuevo aquí- comento Kyo- me mude a esta ciudad hace una semana más o menos
-¿ha podido conocer algún interesante en estos días?
-nada más que el café y el hotel donde me hospedo
-¿y su casa?
-aun están llevando cosas hasta el departamento, así que hasta que no esté listo me quedo en el hotel
-aquí- indico Blade al divisar el conjunto de departamentos
El auto se detuvo bruscamente
-cuídate-
-muchas gracias- iba a besar la mejilla de Kyo pero este corrió la cara y sus labio se unieron en un fugaz beso. Las mejillas de Blade ardían- adiós- abrió la puerta rápidamente, subió a tropezones la escalera y entro a su departamento. Su corazón latía a mil por hora y no sabía si había sido por haber subido tan rápido la escalera o por ese extraño beso.