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Enseñeme sempai por Yvi Akira

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-      Nee, sempai –

 

-      ¿Qué mierdas quieres ahora, Fran? – respondió un rubio sentado en el sillón de su cuarto

 

El conocido “genio” de Varia no andaba de buen humor aquel día, no con una insistente rana, reprochándole dejarlo ver sus ojos. Es que el peli verde no entendía que jamás nadie lo ha visto a los ojos… lo frustraba, con ese tonito casi cantado “Nee sempai, sempai” lo estaba hartando.

 

Si no fuera porque realmente quería a la rana y mantenían una relación casi de… pareja. Bueno si es que así puede llamársele… o vamos se habían acostado muchas veces… y se besaban.

 

-      Sempai…  Lussuria nee-san me dijo que saldría de compras con Squalo-sempai – Fran se acercó al príncipe

 

-      Que bien – tomó el mando del control y cambió de canal –

 

-      Nee…

 

-      No – lo cortó el rubio

 

-      Pero aún no se lo he preguntado – Fran lo miró algo molesto

 

-      Te he dicho ya miles de veces que no te mostraré mis ojos –

 

-      Es muy injusto sempai… usted ha visto, prácticamente todo de mi –

 

Belphegor lo pensó un momento, la rana tenía cierta razón, pero esto era importante, de verdad le mostraría sus ojos, pero no ahora, lo estaba hostigando.

 

-      Los verás en su momento – Fran puso cara de felicidad

 

-      ¿Y eso cuando será? –

 

-      No te voy a decir, espera y verás – sonrió internamente al ver la cara de Fran con un puchero imperceptible para los humanos que no lo conocieran como él al ilusionista

 

-      Dígame sempai – Bel rió abiertamente, adoraba es cara de parte de Fran, sobre todo por que él era el único que podía verla

 

-      No – respondió divertido  viendo la cara de frustración del más joven

 

-      ¡A Bel-sempai! ¡Dígame cuando me mostrará! – Bel se tapó la boca y se volteó dándole la espalda al ilusionista, le habían dado unas ganas incontenibles de besarlo, pero con eso estaría aceptando y cayendo en su trampa así que no lo haría.

 

Sin embargo Fran no se quedaría con las ganas de mirar… vamos, que pese a que todos pensaban que era un uke fijo, tenía sus momentos de seme… y definitivamente este sería uno de ellos. Se abrazó a Bel por la espalda y le pidió de nuevo que le dijera cuando le mostraría sus ojos. Recibió una respuesta negativa, cosa que lo incitó a seguir con su plan.

 

-      Sempai… - voz ronca y algo seductora – ¿me enseñará sus ojos por las buenas? –

 

-      Si, pero ya te lo dije, no te los enseñaré ahora –

 

Fran hizo voltear a Bel y le dio un beso en los labios con pasión

 

-      Enséñemelos – Bel se volteó de nuevo – desesperaré sempai, usted no querrá que yo desespere – dijo hablándole seductoramente al oído con voz ronca

 

-      Me pregunto cómo sería verte desesperado – lo provocó el rubio

 

-      mm – fingió pensarlo - saldría perdiendo sempai... usted saldría perdiendo – le seguía hablando al oído pegándose más a él –

 

-      Los príncipes nunca perdemos, rana –

 

-      Entonces ganara mucho sempai... mucho de mi... – pegó sus caderas a las del chico insinuándose –pero muéstreme por las buenas… sempai –

 

-      Por las buenas será, pero no ahora –

 

-      Es muy malo conmigo príncipe falso – susurró en el oído del príncipe

 

-      Te arrancaría la boca ahora si pudiera – le dijo con cólera al escuchar el insulto que tanto odiaba

 

-      ¿Me arrancaría la boca? ¿no cree que es mejor estando en su lugar?... es más útil – dijo pasando su mano por las caderas del “genio” de varia, bajando por su abdomen –

 

-      Solo la usas para hablar… hablas demasiado –

 

-      Pero a usted le gusta el sonido de mi voz – pasó sus manos por los hombros de Bel – además, si me arranca la boca yo ya no podría hablar – le jaló el saco hasta hacerlo caer – no podría susurrarle – subió un poco el polo del príncipe – no podría besarme… no podría lamer – lamió el lóbulo de su oreja – no podría… - metió su mano a los pantalones del rubio – chupar… – susurró obsceno en su oído –

 

-      Mm – Bel gimió ante el toque y las palabras de Fran

 

Pensó que tal ves no sea una mala idea dejarlo ver sus ojos, dejarle la boca en su sitio… si, imaginaba los usos posibles para esa boca y todos estaban relacionados con partes de su anatomía. De pronto sintió como Fran trataba de abrir el botón de sus pantalones y al lograrlo abrió el cierre, pasando su mano sobre el ya doloroso bulto que se traía en los pantalones.

 

Pero Fran frenó el movimiento, lo empujó contra la pared dejándolo pegado a esta. Cuando estaba a punto de insultarlo por el golpe sintió que una de las manos de la rana se perdía dentro de sus bóxers, cerró los ojos y se dejó al sentimiento.

 

-      ¿Le gusta esto sempai? – le susurró en el oído – lo disfruta – Bel gimió – le gusta que sea rudo con usted ¿cierto? , mire, ya está muy duro – dijo presionando el miembro de Bel –

 

-      Franhh – jadeó Belphegor

 

El ilusionista lo volteó estampando su espalda contra la pared y bajándole por completo los pantalones junto con lo bóxers

 

-      Le está gustando mucho – sonrió como nunca seductor, arrogante, sexy, provocador, burlón… seme –

 

Se metió la erección del rubio por completo en la boca haciendo gemir fuertemente a este. Subió y bajo por toda la extensión haciéndolo gemir repetidas veces. Sintió que Bel le sacaba el sombrero de rana de la cabeza, al parecer para mirar su rostro mientras se la comía, Fran se sonrojó por primera vez en ese día, el sempai era un pervertido, le encantaba verlo cuando tenía su miembro en la boca, Fran lo sabía, eso lo excitaba.

 

Bel posó una se sus manos en la cabeza de Fran obligándolo a seguir un ritmo más rápido a metérsela más al fondo, Fran succionó más fuerte haciendo gemir muy fuerte al rubio-

 

-      ¡Frahhn! – apretó el cabello verde como señal de que se correría muy pronto y Fran se alejó

 

-      No sempai no se puede venir aún – dijo parándose y mirándolo.

 

Fran se quitó el saco, el polo y los pantalones bajo la atenta mirada del príncipe y lo arrastró a la cama sentándose sobre él. Se movió insinuante haciendo rosar sus miembros entre sí produciendo un gran placer para los dos.

 

-      Fran… no la hagas larga –

 

-      ¿Tan desesperado está sempai? –

 

-      No soy el único – bajó su mano apretando el duro miembro de Fran –

 

-      Bien, pero esta ves, yo iré arriba – lo besó con fogosidad mientras se sacaba los bóxers.

 

Al separarse, Fran empezó a lamer 3 dedos mirándome atentamente a su pareja haciéndole recordar lo que había hecho minutos atrás. Luego de que los tuviera ensalivados dirigió uno de sus dígitos a la entrada de Bel metiéndolo de una sola vez y el rubio gimió de gusto; definitivamente le gustaba que sea brusco con él, por lo que metió el segundo dedo y lo empezó a mover en círculos, luego simulando estocadas. Belphegor gemía suavemente.

 

-      Fran… - dijo con cólera al notar que el chico no pasaba al siguiente paso

 

La rana sonrió y se acomodó entre sus piernas, puso la punta de erección en la entrada de Bel y empujó, penetrándolo de una sola estocada. Bel se arqueó de dolor y placer.

 

-      ¡Ah! Fran… muévete – dijo el rubio empujándose contra la rana que no necesitaba oír órdenes

 

-      Le gusta que se lo haga fuerte, duro, que me lo coja con fuerza cierto – lo embestía con fuerza mientras Bel gemía – les gusta que le hable cosas sucias, todo esto le encanta ¡Ah! – siguió entrando y saliendo del rubio mientras los dos gemían

 

-      Sih… muévete más rápido, dime más cosas, anda rana apúrate – dijo arqueándose contra la cama –

 

-      Me lo cogeré con fuerza, con ganas, luego usted me lo hará a mi ¡Ah! – estaban a punto de llegar – Ah!... ¡Belphegor! – gritó corriéndose y Bel se corrió al escuchar su nombre gritado en el momento de éxtasis de su rana

 

Los dos cayeron jadeantes a la cama, tratando de recuperar el aliento. Fran salió con cuidado del rubio y se recostó a su lado acurrucándose en su pecho, aún agitado por el “ejercicio”, Bel pasó una mano por su hombro y lo pegó más a él. Lo besó y  pasó su otra mano por su propio cerquillo dejando a la vista sus ojos. Fran abrió mucho sus propios ojos y sonrió muy feliz. No habían palabras para describir su felicidad, si bien nunca se habían dicho un “te quiero”  esto era lo más cercano a ello que podría recibir del rubio. Sus ojos eran tan azules grandes y hermosos al parecer de Fran. No pudo evitarlo y lo besó con pasión

 

-      Te amo sempai – se susurró mirándolo a los ojos –

 

-      Fran…

 

-      Lo sé, no es necesario que lo diga – lo besó en los labios y le tapó los ojos – 

 

Los dos se acomodaron a dormir hasta unas horas en las que Squalo llegara y despertara hasta a los muertos con sus gritos.

 

-      “lo sé sempai… usted también me ama, lo sé…” – pensó Fran antes de quedarse dormido junto a su príncipe.

 


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