Prologo
En medio de la nada
Le sonreí de manera algo vaga, un amago de sonrisa mientras caminábamos y Ella me hablaba, estaba feliz, muy feliz y yo no supe compartir su felicidad en esos momentos, me encontraba sumergida en mis pensamientos y en mis dudas, estando presente, pero sin estarlo realmente, caminando por el parque tomadas de las mano mientras que solo podía asentir con la cabeza y soltar unos "hmmm", "ajam", "si".
Le mire, a los ojos, castaños y sinceros ocultos tras los anteojos de marco fino y delicado, me sonrió simplemente para preguntarme con preocupación que era lo que me pasaba, le respondí de manera escueta un "nada" incitándole a seguir caminando junto a mi en ese parque algo perdido dentro de la cuidad, pero al parecer mi respuesta, escueta y sin mayor convicción que la fuerza de mis palabras, mis labios se habían movido solos en ese instante ¿Debía decirle lo que realmente estaba pasando conmigo o simplemente callarlo? Me pregunte sin dejar de caminar mientras balanceaba nuestras manos aun tomadas, simplemente el silencio era la mejor opción para un caso así me respondió mi mentalidad racional, aquella conciencia que casi nunca estaba conmigo y se hacía presente en los momentos menos oportunos ¿Cómo le confesaría a Ella que aun estaba enamorada de su amor de colegio con el cual no había pasado nada más que un reciproco "me gustas"? No eso jamás saldría de sus labios mientras estuviese en plena conciencia de sus facultades y en conocimiento claro de que no la dañaría, después de todo como bien Ella le había dicho, la que había comenzado aquello era su persona, no la chica que se encontraba a su lado caminando.
Más silencio, aquel silencio incomodo que estoy segura que precipitaba la tormenta y de la nada me sentí jalada, por esa mano que estaba tomando entre las mías, por la joven a mi lado que me abrazaba por la cintura y me miraba con preocupación reflejada en sus ojos y trataba de debelar cada pensamiento en su cabeza, mirándome con tan fijeza que me sentí temblar en sus brazos y luego murmuro una frase, una pregunta intrínseca que era capaz de leer en su lenguaje corporal − ¿Qué te pasa? − fue eso tan simple como eso y yo me quede mirándole, debatiendo con mi memoria, entre las dudas y la agonía, entre lo que debía y no debía hacer, mientras sus ojos estaban aun puestos en mi − estas rara − agregó luego, pasándome uno de los mechones rebeldes de mi flequillo tras la oreja.
Me mordí el labio inferior, y aparente indiferencia − No es nada − conteste sonriendo de manera boba, quizás demasiado, nada convincente, pero al observar nuevamente su mirada y sentir su fuerte agarre las mentiras que estaban apunto de salir de mis labios murieron en el acto. Y fue en ese preciso instante cuando me sentí una idiota, una cretina el mundo comenzaba a decaer bajo mis pies y luego no había nada más, solo yo, solamente yo y estaba pensando en otra, en las cosas que dije y en lo que jamás me atreví a decir... reprochándome por no poder cambiar la pagina y no sabiendo si amaba a alguien por costumbre o no.
¿Qué era lo que me mantenía unida a "ella"? solo recuerdos, recuerdos de una época en donde se suponía que las cosas eran "mejor" cuando en realidad, en mis memorias no mantenía grandes recuerdos, solo lagunas y vacíos abismales, carentes de emoción y de sabor, era una vida cómoda y sin complicaciones, supuestos amigos y nulo sentimiento de algo.
Simplemente patético, en momentos como aquellos solo podía decirme a mi misma: que pena tu vida, desvié la mirada y negué silenciosamente con la cabeza, creo que sonreí de manera triste quizás ausente y luego, luego nada, salí corriendo de ahí, me aleje de Ella, de su cariño de sus sentimientos y de su amor. Me aleje de la persona que me amaba con su corazón, que me había dado todo y de la cual yo simplemente podía responder unos escuetos "te quiero" ni siquiera podía estar segura de que esos "te quieros" eran simplemente eso o iban más allá a un "te amo", simplemente no lo sabía, no tenía idea de lo que quería, no tenia idea de lo que estaba buscando, no sabía si tenía algún corazón al cual lastimar en mi interior, no tenia una conciencia a la cual regañar.
Corrí, muy lejos, no podía contar las calles, simplemente me fui no voltee la mirada atrás, no teniendo ni idea de lo que estaba dejando, ni de lo que estaba perdiendo, si es que, claro, mi cabeza podía hacerse la idea de que estaba perdiendo algo, pero al parecer esta lo único que quería era huir lejos, muy lejos, encerrarse en si misma y crear mundos nuevos, convencerme a mi misma de que en realidad no era capaz de sentir emociones o bien, muy probablemente era muy capaz de controlarlas.
Y mientras corría no pude más que pensar en como había comenzado absurda historia y de cómo por primera vez en mi existencia, no sabía lo que quería, no tenía una maldita idea de hacia donde iba, mientras corría solo pude tratar de recordar como había comenzado y como yo misma construía los cimientos de este edificio endeble de lo que mi vida se había convertido.
Deje de correr, el pánico del cual me había apoderado en esos momentos parecía apaciguarse conforme a que pasaban los minutos, el mundo volvía a ser el mismo, ya no había un abismo bajo mis pies, solo el triste asfalto de la cuidad gris, sobre mi cabeza el cielo azul que cubría los altos edificios, y rodeada de un mar de gente que no sabia de donde había salido tan de repente − Me encuentro sola, rodeada de esta cárcel gris que me impide volar, en medio de una muchedumbre que no parece escuchar mi voz, con una sensación de desazón en mi corazón... ciertamente me encontraba en medio de la nada − me dije de la forma mas dramática que pude encontrar