4.- PLANES Y ADVERTENCIAS.
Esa misma noche Thoma Seguchi se encontraba en su oficina esperando a que el investigador que había contratado le llevara la persona que le ayudaría con sus planes, más bien que manejaría para lograr su propósito de destruir a Shindou, su obsesión ya estaba creciendo, pero estaba encaminada a algo diferente que al principio, ya no era el de tener al escritor para él, ahora era el alejar a Shindou de él, de una forma o de otra, no importaba como, destruirlo, no importaba si Eiri no terminaba estando en sus brazos, tan solo que no estuviera con el pelirrosa para él sería suficiente.
De repente escucho como tocaban la puerta, el dio el pase dejando ver como un hombre bien arreglado entraba con otro completamente en fachas, Seguchi rio, sería tan divertido manipular la mente de ese sujeto, no tardaría en hacerlo caer, el hombre que llevaba al otro lo dejo sentado frente a Seguchi el cual le extendió un sobre lleno de dinero, después de eso el tipo salió de la oficina, bajo por elevador, cuando iba a salir se topa una mujer que iba entrando, tenía una cara de felicidad, al parecer tenía algo que contarle a alguien importante para ella.
Dentro de la oficina se podía ver a Seguchi estudiando cuidadosamente al tipo que tenia frente de el, sus ropas completamente desgarradas, sus manos sucias jugando con un pedazo de tela de su chaqueta completamente desgarrada, sus cabellos negros más largos y alborotados llenos de suciedad, toda la cara manchada, sus ojos viajaban de un lado a otro de evidente nerviosismo sin decir que su cuerpo temblaba.
- que…que hago a-aquí? – muy apenas pudo preguntar, esa oficina en la que se encontraba era producto de muchas de sus pesadillas, la persona que estaba frente del era su peor tormento.
- oh, tranquilícese Aisawa-san, estamos aquí en son de paz – decía con una sonrisa en su rostro.
- paz?
- sí, de hecho quiero ofrecerle mis más sinceras disculpas Aisawa-san.
- de verdad? – el pelinegro volteo a verle, el hombre que tenía enfrente le hacía temblar, esos ojos esmeraldas en realidad no mostraban nada que lo hiciera confiar.
-sí, yo estoy arrepentido de lo que hice, nunca debí creer en alguien como Shindou, el es alguien que utilizaría cualquier medio para triunfar, lo utilizo a usted, me puso en su contra…
- no, no, no!! El es bueno – decía todo nervioso – muy bueno, el-el otro día…me dio de comer, si! Me ayudo, Shuichi es bueno – afirmaba moviendo su cabeza de arriba abajo de una forma desesperada.
- POR SUPUESTO QUE NO!! – lo tomo de los brazos fuertemente, el moreno se asusto, solo lo miraba a los ojos lleno de temor – el engaña a todos, finge para después cuando ya no le son de utilidad los desecha.
- pero…pero el…
- a él no le importo que tu carrera se terminara y dejo que yo te destruyera, él ni siquiera tuvo merito propio, no recuerdas, empezó a tener una relación con Yuki Eiri, se hizo fama de ello cuando tu trabajabas duro, no te molesta el cómo te desplazo, te orillo a ser un mal chico, me orillo a destruirte, eso no te enoja?
- yo… si… pero…
- dime cual era tu sueño antes de que él se interpusiera en tu camino?
- ser el mejor cantante – sus ojos cambiaron a unos de ilusión – que todo mundo me escuchara, que supieran lo bueno que éramos.
- y aun puede hacerse realidad – le dijo con una sonrisa.
- aun? Se puede? – Ahora él fue quien lo agarro de los brazos, pero los quito rápidamente porque mancho el saco blanco de Seguchi – lo…lo siento…
- no importa, después, cuando seas famoso, me regalaras uno en agradecimiento.
- famoso?
- sí, pero para lograrlo deberás quitar los estorbos…
- estorbos?
- Shindou…
- el? Yo… - sus ojos miraban a Seguchi de manera nerviosa.
- tranquilo, yo ahora estoy de tu lado, yo ya me di cuenta de que tipo de persona es en realidad, el no es bueno…
- no lo es… no es bueno… no es bueno… no lo es… es un estorbo?
- si – Seguchi sonrió – el es lo único que se interfiere entre tú y la fama.
- y los estorbos se deben quitar del camino no? – Aisawa lo miraba como un niño chiquito que estaba comprendiendo cosas nuevas.
- así es…
- y usted me ayudara?
- sí, yo te ayudare…
- jeje, jajajaja – empezó a reír como desquiciado – y cómo? Que hay que hacer?
- eliminarlo – dijo simplemente Seguchi.
- eliminarlo? – los ojos de Aisawa se abrieron de par en par, como cuando un niño descubre a que van a jugar.
- sí pero antes debe sufrir por todo el daño que ha hecho.
- si…sufrir! – sonrió de una manera macabra.
- quisiera preguntarte algo…
- qué?
- recuerdas a tu amigos de esa noche? Los de la noche del estacionamiento?
La mujer que estaba atrás de la puerta se puso la mano en la boca para que no oyera el grito ahogado de la impresión de lo que estaba escuchando, ella no podía creerlo, iba tan alegre a comentarle algo pero cuando escucho las voces dentro de la oficina se había decidido por retirarse, pero cuando escucho que nombraron a su hermano no pudo evitar escuchar la conversación, y lo que seguía escuchando le causaban escalofríos por toda su piel, no podía creerlo, tenía que hacer algo, tenía que ayudar a Shuichi, advertirlos antes de que pasara algo irremediable.
En la mañana siguiente Shuichi despertaba sobre el pecho pálido de su escritor, eran las ocho de la mañana, tenía que levantarse, había pedido permiso para llegar tarde al ensayo pero no quería que fuera mucho ya que deseaba salir temprano y estar con su amor, planear lo que harían de ahora en adelante.
Yuki miraba al pelirrosa el cual se estiraba y ronroneaba como un gato, solo le faltaba la cola y las orejas, sonrió, estaba feliz de tener a esa bella criatura para él solo.
- no pediste permiso? – asusto al pelirrosa pero le llamaba la atención que ya se estuviera levantando.
- Yuki! Que susto – dijo el pelirrosa tocándose el pecho sintiendo como el corazón se le quería salir – si pedí permiso pero quiero salir temprano para pasar más tiempo contigo – le dijo para regresar a la cama y darle pequeños besos en toda la cara, Yuki se dejo hacer abrasándolo por la cadera y haciendo que se recostara en su cuerpo.
- mmm, vale, pero yo te llevo – dijo el rubio mientras sonreía por los mimos del pelirrosa.
-jejeje que bien, voy a darme una ducha – termino con un beso en los labios y se separo de su escritor, pero antes de entrar al baño se volteo a ver al rubio, el cual se estaba incorporando de la cama – Yuki.
- mande? – el rubio lo miro.
- esto no es un sueño verdad?
El rubio sonrió – claro que no, te amo – con esas simples palabras el pelirrosa sonrió y se metió al baño, el escritor suspiro, estaba feliz y lo mejor es que hacia feliz al pelirrosa, se sentía bien con todo, agradecía por lo que tenia, vio los celulares en la mesa, estaban apagados, decidieron apagarlos para disfrutar de la noche, los tomo y los prendió.
Ya se iba a empezar a vestir cuando los celulares comenzaron a vibrar, tomo primero el de Shu, vio que tenía cinco llamadas perdidas, las reviso encontrándose que eran de su propia hermana, se le hizo muy raro, vio el suyo y tenía como veinte de ella, a lo mejor le había hablado a su Koi porque no daba con él, pero se le hacía rara tanta insistencia, aparte no es que tuvieran mucho tiempo sin verse, después de todo ella le ayudo con todo lo de ayer, así que a lo mejor había pasado algo y decidió llamarle.
- hola Mika soy yo.
- qué bueno que me hablas.
- sucedió algo, paso algo malo?
- no, pero podría pasar.
- a que te refieres.
- necesitamos vernos.
- que sucede Mika?
- por teléfono no.
- nos vemos en mi departamento en una hora.
- de acuerdo.
Después de esa rara conversación colgó, que era lo que había pasado como para poner de esa manera a su hermana, se escuchaba muy perturbada y ella no era de las que perdían la calma si no era algo relacionado con la familia, no sabía porque pero le preocupaba.
- Yuki, solo me visto y estaré listo, tu no tomaras una ducha? – el pelirrosa saco de sus pensamientos al rubio cuando salió del baño.
- ah?, no lo hare cuando llegue al departamento – dijo el escritor mientras terminaba de vestirse.
Los dos salieron del hotel y fueron camino a la disquera el auto se estaciono enfrente, le dio un beso a su rubio, cuando se separo de el volteo hacia el frente, abrió los ojos desmesuradamente, en la esquina de la calle se encontraba una persona sonriéndole de una manera retorcida, creía conocer a la persona, cerró los ojos fuertemente y cuando los abrió esa persona ya no se encontraba en ese lugar.
- Shuichi? – el rubio se había percatado del comportamiento del pelirrosa, este lo miro regresando del shock – que sucede?
- nada – se apresuro a decir, no quería preocuparlo, le había comentado que Mika lo vería por lo que no tenía tiempo que perder con sus alucinaciones, Shuichi lo había catalogado como una – no es nada, vienes por mi?
- claro, me llamas – le dijo el escritor, le dio un beso y el pelirrosa salió corriendo dentro del edificio.
Entro al elevador algo ofuscado las puertas aun no se cerraban, miro hacia el frente y todo su mundo se congelo, delante de él se encontraba la misma persona que vio en la esquina de la calle, era una que protagonizaba sus pesadillas, pero esta vez se veía muy diferente a la última vez que lo vio, tenía el cabello corto y arreglado, estaba vestido de traje azul marino, no estaba sucio y lo miraba de una manera divertida, era Taki Aisawa, estaba parado fuera del elevador.
- eres bueno Shuichi? – después de eso las puertas se cerraron.
El pelirrosa se dejo caer de rodillas, su respiración se acelero, sentía que su corazón se salía de su pecho, eso debía de ser una alucinación no podía ser verdad que ese sujeto apareciera de nuevo en su vida, sonó el timbre del elevador anunciándole que ya se encontraba en su piso, se levanto rápidamente y salió corriendo dentro del estudio encontrándose con todos, e incluso con Thoma Seguchi ablando con K, el empresario al verlo sonrió percatándose de la cara de terror que tenía el pequeño pelirrosa.
- Shindou-san me alegra que se dignara a llegar – dijo mientras pasaba a un lado de él para retirarse – espero que no nos deje con mucho que desear, con permiso – se retiro dejando a los de la banda solos, Hiro miro a su amigo el cual se le podía apreciar que estaba temblando, se sorprendió, Shuichi no era una persona que se asustara fácilmente, algo realmente malo debió haber pasado para que estuviera en ese estado.
- que paso Shu? Creí que llegarías más tarde – le pregunto su amigo pelirrojo.
- na-nada – dijo Shuichi, la verdad es que deseaba desahogarse pero no era el momento indicado, estaban en momento crítico en la empresa, tenía que armarse de valor, no podía preocupar a sus amigos – es solo que… pensé que era momento de venirme tenemos mucho trabajo, aparte creí que Seguchi les había dicho algo.
- no, solo me vino a dar la fecha del concurso, no dijo nada desagradable, bueno hasta que llegaste – comento K – pero no le hagas caso, todo saldrá bien.
- jeje, si claro, entonces que esperamos? A trabajar! – dijo con los mas falsos de los ánimos, Hiro lo tomo del brazo y le hablo al oído cuando paso cerca de él.
- que fue lo que te paso? Ha pasado algo con el escritor?
- n-no… - el sabia que engañar a Hiro era demasiado difícil entonces recordó algo que hizo que toda la tensión se desviara – mira! – le dijo cambiando su semblante a uno muy alegre, enseñándole la mano izquierda.
Hiro se impresiono al ver el anillo, era muy bonito, entonces volteo a ver a su amigo pelirrosa, la felicidad que irradiaba no parecía falsa por lo que decidió dejarle por el momento y preguntar a que se debía el anillo.
- y eso?
- Yuki me propuso matrimonio!! – dijo muy feliz, todos le sonrieron y le felicitaron, Shu se encontraba enseñándoselo a Sakano y a Suguru, Hiro solo lo miraba, de repente sintió como K se le acerco y lo volteo a ver.
- viste su cara verdad, cuando entro – le pregunto el rubio manager.
- sí, es muy poco común en el mostrarse tan asustado – comento el pelirrojo.
- pero lo que pasara no fue producto del escritor, crees que debemos preocuparnos?
- yo ya estoy preocupado.
Mientras tanto en el departamento de un escritor, este se encontraba saliendo del baño, escucho el timbre, por lo que se vistió rápidamente y fue a abrir la puerta, encontrándose con su hermana, no lo saludo solo paso hasta llegar a uno de los sofás y sentarse.
Yuki la miro algo preocupado, su hermana se veía pálida, parecía que no había dormido nada, ayer la había visto muy bien y feliz por el hecho de que se había decidido en proponerle matrimonio al pelirrosa, incluso dijo que iba a ir corriendo a decirle a Thoma, pero ahora parecía que la mujer se había pasado en vela por algo sumamente grave, le habrá pasado algo a su marido, aunque si así fuera seria probable que el pelirrosa le hubiera ya marcado para decirle.
- que sucede Mika? – se decidió por preguntarle.
- Yuki esto es grave, donde está Shuichi? – la mujer se veía un poco alterada.
- está en el trabajo.
- llámale, ve si llego bien –la mujer comenzó a jugar con los dedos de su mano.
- si llego, yo lo fue a llevar, que sucede Mika? – se le hacía muy extraño su comportamiento y la preocupación por el pelirrosa.
- me alegro, el no debe estar solo, no sé que planea, pero es peligroso que se quede solo – dijo la mujer demasiado nerviosa, el rubio se preocupo y se sentó junto a su hermana, la tomo de las manos y le hablo.
- de que estás hablando?
- el ha planeado algo para lastimarlo, quiere acabar con Shu, anoche lo escuche, tienes que alertar a todos sus amigos, debes impedir que él se quede solo – la mujer lo miraba con lagrimas en la cara.
Yuki se altero por lo que dicho por la mujer, la tomo de los hombros - dime quien? Quien quiere hacerle daño a Shuichi?
- Thoma… - fue un susurro.
- qué?
- no tengo muchas pruebas pero estoy casi segura de que quiere hacerle algo, por favor espera! – lo detuvo ya que iba camino a la puerta a darle su merecido a Seguchi.
- a que quieres que espere Mika!!
- el concurso de bandas está muy cerca y sabes lo que significa esto para Shu!
- y eso que tiene que ver?
- que si vas y le reclamas sin ninguna prueba Thoma despedirá a Shu e impedirá que alguien lo contrate, lo conozco y lo lograra, sacara del mundo de la música a Shuichi con la mínima oportunidad, necesitamos pruebas, si no Shuichi quedara despedazado.
- no lo sé Mika prefiero que se quede sin la música a que lo lastimen – el escritor se había tranquilizado pero estaba muy nervioso.
- todo estará bien si lo mantenemos en cuidado, necesitamos conseguir pruebas para meterlo a la cárcel, después yo quitarle todo con el divorcio – Yuki la miro sorprendido – no pienso estar al lado de un mostro obsesivo.
- tendré que hablar con Hiroshi, con todos.
- Tatsuha y Ryuchi llegan hoy en la noche, tu di cuando para poder hablar, pero tenemos que dejarlo acompañado, dudo que él quiera hacer algo mientras este acompañado.
- de acuerdo, supongo que llegaran a tu casa, podrás decirles?
- sí, debemos tener cuidado, su locura ha llegado al límite.