Una noche como cualquier otra, una familia viviendo cerca de la costa.
Dentro de la casa de dos pisos se escuchaban las voces de los pequeños niños que se negaban a ir a dormir como era de costumbre, sus pasos descalzos se escuchaban ir y venir para no ser alcanzados por su padre.
-vamos niños, deben ir a dormir- dijo Miku riendo mientras intentaba alcanzar a su pequeña niña que corría detrás de su hermano mayor
-aun es muy temprano! –se quejo el pequeño de cabellos rubios mientras hacia un puchero y se sentaba sobre uno de los escalones que daban al piso de arriba
-eh? Entonces? A qué hora piensan ir a dormir? –Bou salió de la sala con la pequeña niña rubia en brazos y la coloco al lado de su hermano
-hasta que papá nos cuente una historia –contestó la pequeña a lo que su hermano asintió
-una historia –dijo Miku de modo pensativo y entonces soltó un suspiro- no se me ocurre ninguna niños
Ambos pequeños soltaron una queja al mismo tiempo y Bou se rió en voz baja para después comenzar a subir las escaleras
-porqué no les cuentas la leyenda del hijo del capitán trueno? – Miku comenzó a subir con él y ambos niños con mirada de curiosidad los siguieron por detrás
-no recordaba esa leyenda, les podría gustar –tomó la mano de su hijo para después abrir la puerta de su habitación
-cuál es esa leyenda?- la menor se acomodo sobre su cama mientras Bou destendía las cobijas y Miku se sentaba sobre el borde de la cama del niño
-es una leyenda de aquí, cuando aún no había edificios grandes y la pesca era la única forma de sacar adelante a toda esta pequeña ciudad. Dicen que había un hombre el cual controlaba todos los barcos que salían y entraban a la costa, un hombre realmente fuerte que no le temía a nada a pesar de que la próxima salida a pescar podía ser la última, su apodo era “el capitán trueno”. Decían que su esposa era la más hermosa de todas, una chica de preciosa figura y con esa mujer había concebido un hijo y como ya era de esperarse su apodo era “el hijo del capitán trueno” pero no era nada parecido a su padre, tenían muchas diferencias…
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El hijo del Capitán Trueno
Nunca fue un hijo digno del padre
Salió poeta y no una fiera
Hijo de su madre
-yo no quiero ir contigo a pescar, no quiero subirme a un barco, nisiquiera quiero ser como tú!!-cuando era la temporada de pesca siempre era la misma historia, una pelea de padre a hijo que nunca acababa bien
-después de todo lo que eh hecho por ti!! Ir conmigo es lo menos que podrías hacer!!
-no voy a hacer lo mismo que tú…solo estas ensuciando el mar!!!!! –un puñetazo en la mejilla del chico lo hizo callar
-Teruki…tú no te mereces llamar el hijo del capitán trueno –la mirada dura de su padre no lo inmutaba en lo mas mínimo, estaba tan acostumbrado y a pesar de todas las palabras dolorosas y el rechazo nunca iba a ceder a sus ideales
-no me importa en lo mas mínimo…-tomo una pañoleta que coloco sobre su cabeza y sin más que decir salió a toda prisa de la casa
El hijo del Capitán Trueno
No quiso nunca ser marinero
No se embarcaba en aventuras
Levantaba dudas
Su único refugio era aquel hermoso océano, sus piernas no se detenían hasta llegar a ver el imponente mar y escuchar a las olas chocar contra los barcos que se preparaban para salir. Adoraba ese lugar, se había enamorado del mar desde que tenía memoria y por lo mismo no deseaba embarcarse.
Siempre sentía la mirada de la gente sobre él, viviendo bajo la sombra de su padre estaba condenado a ser visto con desprecio por no querer seguir con el légalo de este pero no le importaba, lo único que él quería era admirar el mar, eso era lo único que Teruki necesitaba.
Allí sentado a las orillas del mar sintiendo las aguas saladas recorriendo sus piernas dándole la bienvenida como cada día, lo único que lo podía distraer de la soledad que sentía. Desde que era pequeño Teruki había sentido que no encajaba en aquel lugar a pesar de que siempre había sido de cierta forma respetado por ser el hijo de aquel hombre al que muchas personas admiraban, no estaba cómodo, los buenos tratos de la gente lo hacían enojar y con el paso del tiempo llego a detestar todo lo relacionado con las embarcaciones dando a conocer abiertamente que no le interesaba en lo mas mínimo ser como su padre y por esa misma razón la gente comenzó a alejarse de él.
-adiós hipocresía…-dijo en voz baja mientras una ola le empapaba las piernas. Cada vez que iba a ese lugar todos sus pensamientos reprimidos salían uno a uno, no se podía desahogar con nadie, el mar era su único compañero, su único confidente- tan increíblemente grande y tan inmenso…
Algo lo saco de sus pensamientos, un grito que salió de la nada, con cierta confusión y miedo por lo que había escuchado se levanto y volteo hacia todos lados
-ayúdenme por favor!!!! –y al girar la vista pudo ver a una persona en el océano luchando por salir de este, manteniendo con mucho trabajo la cabeza fuera del agua para no ahogarse y pedir ayuda. A momentos su voz se cortaba y su figura desaparecía entre el agua salada.
-oh dios…-sin decir más Teruki se lanzo al agua y comenzó a nadar para alcanzar a aquella figura que estaba por ahogarse, no todos los días se veía algo como eso y ser el único que estaba en ese mismo momento para ver aquello significaba una señal para él.
Mientras tanto el chico de cabellos castaños luchaba por sostenerse a cosas inexistentes para poder salir y salvar su vida, el corazón le latía con mucha fuerza, sentía que estaba a punto de morir y cada vez que se sumergía podía escuchar él como el agua se colaba por su cuerpo y en cuestión de unos segundos no supo nada mas…
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-hey…vamos despierta…-Teruki le hacía presión al pecho de aquel chico que había sacado del agua hacer unos cuantos minutos una y otra vez contando hasta cinco y luego de esto pegaba sus labios a los de él y le pasaba aire. Esbozo una sonrisa al ver como el menor comenzaba a toser agua y abría los ojos de a poco tomando de nuevo grandes bocanadas de aire para luego expulsar mas agua de su interior- valla por un momento creí que tendría que llamar a algún doctor o algo…
El chico se veía desorientado, una silueta borrosa estaba frente a él, tal vez intentaba ver si se encontraba en el cielo o si aún seguía con vida y pronto esa figura borrosa comenzó a hacerse visible. El menor tomó otra bocanada de aire y Teruki le acaricio los cabellos para tranquilizarlo.
-cómo te llamas? –preguntó con voz suave y continuo acomodándole el mojado flequillo
-T-Takuya…-respondió el chico de cabellos claros mientras observaba el rostro de aquel hombre
El hijo del Capitán Trueno
Tenía algo que le hacía distinto
Distinto como cada quien es
De lo nunca visto
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-y que paso después? –allí estaban las miradas ansiosas y atentas de los pequeños.
-eso se los contare mañana, ahora deben de dormir –dijo Miku con una sonrisa y se levanto de la cama para apagar las luces del cuarto y cerrar la puerta.
continuara..............