Capitulo 3: Piezas Regadas…
Llego con efusiva alegría a su casa, tanto así, que por un momento olvido que en su hogar, ya nadie lo esperaba, entro se quito los zapatos, pero justo antes de ir a su habitación, entro a un pequeño cuarto, que solo tenía una foto de un anciano sonriendo y una vela encendida, justo en frente de la foto.
Hola abuelito…-dice el niño sin perder su sonriendo
El niño se fue hacia su cuarto, con aquella caja dorada en mano, cuando entro, se sentó en su pequeño escritorio, abrió la caja y las miles de piezas del rompecabezas yacían regadas por todo el escritorio.
El pequeño tricolor, sorprendido miraba las múltiples piezas, todas las piezas eran de oro puro, eran…hermosas, tomo una, la miro por un rato y luego sonrió de forma decidida.
Armare este rompecabezas…-dice mirando la pieza de su mano- ¡no importa que tan difícil parezca, lo armare sin duda!
Animado, comenzó a unir las piezas, algunas concordaban y otras no, pero esto no lo desalentó, sino que hizo que su animo aumentara, cada error o acierto, hacia que su sonrisa infantil aumentara.
“no me rendiré, era que mi deseo se realice, lo are…para que esta soledad se vaya muy lejos….”
Una lagrima traicionera bajo por su mejilla, rápidamente la limpio con su mano y siguió con su trabajo, el dolor y la tristeza no lo detendrá, no ahora, estaba muy claro, armaría ese rompecabezas, pase lo que pase.
Por su ventana, dos ojos muy sorprendido lo observaban, sentado con las piernas cruzadas, miraba en silencio el tricolor mayor, totalmente sorprendido por la determinación del niño, una sonrisa poso por sus labios, ese niño….era diferente.
En su corazón no hay egoísmo, odio o envidia…-murmura sin perder su sonrisa- puede que sea apenas un niño…pero su alma es tan pura como la luna….- sonríe de forma infantil- ¡¡¡ese niño es muy interesante, me gusta!!
Determina el moreno sin pensar, cuando le gustaba alguien, le gustaba y punto, ese niño era algo especial y eso le gustaba y mucho.
El niño de un momento a otro se detiene y mira hacia a la ventana, sus ojos se posan justo donde estaba el mayor, el mayor sorprendido pudo ver con claridad las gemas amatistas del chico.
“Sus ojos son…..¡¡hermosos!!...”piensa, mientras un débil sonroje aparece en sus mejillas.
el tricolor menor se levanta de su escritorio y se acerca a la ventana, con una sonrisa infantil fija su vista justo donde estaba yami.
Se que estas ahí…-murmura. Causando sorpresa en el mayor- no te he dicho mí nombre ¿cierto?....
Soy yugi…..yugi motuo… no se tu nombre… ¿me lo dirás?...
Silencio, solo escucho el pasar del viento, aun si perder su sonrisa, dio la vuelta y busca algo entre sus cosas, parecer encontrarlo, pues se detiene y vuelve a mira por la ventana, en sus manos estaba un oso de peluche, se acerca a la ventana y la abre
Toma…-deja el peluche orilla de la ventana- ya que no tienes tu rompecabezas debes de estar aburrido…ojala que te diviertas con esto…prometo que tendrás tu rompecabezas en una semana….pero mientras juega con esto ¿si?....-le regala una tierna sonrisa, vuelve a su lugar y sigue con lo que estaba haciendo.
El mayor, muy sorprendido, se acerca a la ventana y toma al oso de peluche, una sonrisa infantil pasa por su rostro mientras abraza fuertemente al peluche.
¡¡¡Yugi-chan, me gusta mucho, mucho, mucho!!!-dice con tono infantil- creo que dedo de decirle mi nombre… ¡¡¡de acuerdo!!!
En un susurro de él viento, el niño escucho, una sonrisa pequeña paso por sus labios y siguió con su trabajo.
“Mi nombre es yami…”