Capitulo 9 día 5: no quiero decir adiós…
Mientras embonaba algunas piezas del rompecabezas, no pudo evitar sentir tristeza al notar que casi el objeto estaba armado, que solo faltaba algunas piezas, pronto terminaría, pero…ya no estaba seguro de hacerlo.
La compañía de yami, era lo más maravilloso que le había pasado, aquel deseo que con el cual había empezado todo, ahora lo consideraba algo egoísta, pero mas egoísta era el anhelo de que el estuviera eternamente a su lado.
Ya no estaba seguro de desear nada, solo…quería que aquella mirada que velaba por su protección, nunca lo dejara, aun que sabia muy bien que eso no era posible…
Si armaba el rompecabezas y pedía su deseo, yami se iría, si no lo armaba, el igualmente se iría, no quería ser separado de el, no lo deseaba, pero tampoco tenía el valor de pedir como deseo que yami jamás lo abandonara…seria algo muy egoísta…
No soporto más sus pensamientos se levanto de su escritorio y se fue hacia la ventana. Ante el alba de la noche, las estrellas brillaban y la luna mostraba su mejor color plata. Era una noche hermosa de seguro, pero el solo fijo su vista en el que lo miraba todos los dias desde hace 5 días. Con sus piernas cruzadas y abrazando un oso de peluche
Yami…-llamo el menor- quiero…que hoy duermas conmigo…
Yugi-chan…-dijo algo sonrojado, pero luego con una sonrisa, se levanto y camino a paso lento hasta entrar en la habitación del menor.
El mayor después de entrar, el menor toma su mano causando algo de sorpresa en el, caminan de la mano hasta la cama del menor, ambos se acuestan, yami arropa sus cuerpos con cuidado, en medio de ellos estaba su preciado oso, aunque, el no le prestaba muchas atención al animal de peluche.
Yami...por favor…duerme conmigo…parta poder despertar con tu mirada en mi…-pide el menor mientras toma una mano del mayo y entrelaza con la de el…
Yugi-chan- se sonroja- claro…dormire a tu lado…
“lo mas doloroso de todo…”
Piensa el menor mientras sus ojos se van cerrando
“es que…no podré confesar…que yo…te amo…”
Una lagrima traicionera, bajo lentamente por su mejilla…aquella lagrima fue notada por el mayor quien rápidamente la borra con una suave caricia.
Buenas noches mi yugi-chan…--susurra mientras le besa la frente
Buenas noches…-murmura algo adormilado- mi yami…-esto fue apenas un murmullo que casi ni se oyó…pero…para su suerte o desgracia…si fue escuchado por le mayor.
Yugi…-murmura mientras acaricia su mejilla
“¡¡¡No quiero decir adiós!!!”
Fue su último pensamiento antes de caer en un profundo sueño, mientras el dormía yami quito aquel peluche que los separaba, y acuno en sus brazos al menor, quien durmió tranquilamente, sintiendo sin saberlo, la calidez de los brazos de yami.
El día llego, junto con le sonroje del menor al notar que despertó en los brazos del mayor, con un fuerte sonroje, se levanto de su cama, sonrojado y apenado se preparo para su escuela, ya vestido con su uniforme, tomo la caja del rompecabezas, y le dedico una mirada a yami quien como siempre lo vigilaba de forma muda.
Que te vaya bien en la escuela yugi-chan…-dice con una tierna sonrisa el mayor.
Gracias yami…-abre la puerta de su cuarto- nos vemos…-le dice con una sonrisa y se va.
Yugi-chan…-sonríe y toma en brazos a su peluche que estaba en el suelo
Mientras caminaba hacia la ventana para poder seguir a su niño, algo lo atrapa por el cuello, suelta su amado peluche y se coloca las manos en el cuello, era un grillete que atrapaba su cuello, seguido fueron sus tobillos y por ultimo sus muñecas, cadenas que llevaban a las sombras, fueron arrastrándolo hasta ellas, aunque forcejeaba, era inútil.
No, por favor…-susurra mientras la oscuridad fue consumiéndolo- no…me separen de el…
Las oscuridad con sus cadenas logro llevarlo hasta ella, fue consumiéndolo, el lloraba lagrimas de tristeza, antes de que su cuerpo fuera llevado por esa sombras de su garganta salió en forma de grito, un nombre que significaba todo para el.
¡¡¡¡¡¡¡YUGI-CHAN!!!!!!!
Las sombras consumieron su cuerpo, dejando el cuarto solo, dejando en el suelo, su apreciado peluche.
*en casa de ryou*
El alvino menor ya había salido para su escuela, el mayor espero aquel el menor se alejara un poco para comenzar a seguirlo, pero algo lo detuvo, trato de mover sus piernas, pero no pudo, miro hacia abajo y noto como dos grilletes en sus tobillos que salían de una sombra bajo suyo lo mantenían fuertemente sujeto.
¿¡Q-Que rayos!?...-aquellos grilletes comenzaron a arrastrarlo hacia abajo
Trato de escapar pero no pudo, unas lágrimas de rabia y pena salieron de sus ojos para bajar lentamente por sus mejillas.
No…. ¡NO!....ryou…me necesita….yo…-se convulsiona tratando de escapar de aquel agarre- ¡¡¡¡no quiero irme de su lado!!!
Las sombras se lo levaron, mientras maldecía una y otra vez su desgracia, pero aun así miles de lágrimas de pena bajaron por sus mejillas hasta el último momento.
*en casa de malik*
El mayor desde el armario vigilaba a su pequeño dormir, el menor se había sentido muy mal ayer, así que ese dí no iba a la escuela, mientras lo vigilaba, pudo sentir como algo atrapo a sus muñeca, sorprendido noto que eran dos grilletes, que loo arrastraban a la oscuridad.
Malik-kun…-miro a su pequeño y unas lagrimas de dolor bajaron por sus mejillas mientras observaba el rostro del pequeño…
Esta es la última vez que veré tu rostro…-susurro con una melancólica sonrisa- te amo…mi pequeño…
Con una sonrisa, fue consumido entre sombras, solo dejando las gotas de sus lágrimas como una amarga despedida.
*en la noche en casa de yugi*
El menor llego muy preocupado a su hogar, no había visto a yami en todo el día, estaba muy preocupado, igual sus dos amigos ryou y malik, que tampoco sabían donde estaba los otros dos mayores, aunque el moreno se quedo en casa, le pareció raro no ver a marik en su armario.
Cansado y preocupado, entro a su cuarto, noto enseguida que el peluche que le había regalado a yami, estaba en el suelo tirado, ahora estaba más preocupado, el jamás se había separado de ese peluche, ¿por que ahora lo encontraba en el suelo como objeto olvidado?
El menor, aunque angustiado, no podía hacer nada, era muy tarde, si algo le paso yami, de seguro podrá resolverlo, ¿cierto?
Abrazo al oso de peluche, lo dejo en su cama, se cambio, se puso su pijama y se acostó, esperando poder dormir bien, aunque, no se esperaba, que esa noche, los sueños, se volverían las peores pesadillas.
“Nada más así, sintiendo el calor de su mano…soy feliz”