Una fuerte lluvia caía sobre una ciudad sumergida en un manto de grises nubes, los fuertes vientos azotaban cada esquina y, aunque la mayoría de edificios se encontraban a oscuras para evitar cualquier daño, con lo que parecía era una tormenta, una pequeña casa se mantenía con luz. En el interior se encontraban varias personas alrededor del salón, el cual tenía un aspecto que, algunos podrían llamar, tenebroso, con colores grises recubriendo las paredes y algunas sillas negras formando filas, en ese lugar se veía a la multitud descargando sus penas alrededor de un ataúd.
Al pie del ataúd estaba un chico rubio de bellos ojos azules, color de piel trigueño. Todo el mundo se encontraba sumergido en sus pensamientos con los ojos cerrados, hasta que el silencio fue interrumpido por aquel personaje de rubio cabello que, entre susurros, decía:
- Aunque ya no te tenga más a mi lado, tu presencia aún permanece conmigo, aún siento tu calor recorrer mi cuerpo. Todo lo que soy ahora te lo debo a ti, aún recuerdo cuando era mas que un chico indefenso de quien todo el mundo se mofaba, hasta el día que interviniste ante aquellos chicos que querían golpearme. Desde ese momento empecé realmente a vivir; tú me enseñaste que el ser humano es una persona al cual nunca acabas de conocer, pero siempre debes tener recursos para lidiar con él. (Dando una profunda respiración continua) gracias a ti aprendí lo que es el amor. Compartimos un gran número de cosas juntos: pensamientos, alma y cuerpo, siempre estuviste a mi lado en los momentos que más lo necesite. Porque....porque yo no pude hacer lo mismo por ti, porque tuve que irme de tu lado cuando sentía que no debía hacerlo....!!!!
Era un mar de pensamientos en el que se encontraba el rubio, tan concentrado estaba que no percató cuando una chica de cabello rubio se acercó a él y poso su mano en el hombro del chico.
-Naruto…
-¡Ah! –El chico de inmediato da la vuelta- Ino eras tú… me asustaste, no me percate cuando te acercaste
-Estabas muy concentrando…pero dime, ¿cómo te encuentras?
- ¿Yo? hermana…estoy fatal, jamás en pensé la posibilidad de ver a Sasuke muerto, es decir, ¿por qué él?
- Naruto, te comprendo, pero debes de entender que así es la vida, personas que entran, personas que salen. En lo único que puedo ayudarte ahora, es en ser tu paño de lágrimas.
- Te lo agradezco Ino pero…-se da la vuelta mirando el ataúd- ¡llorar no me traerá de vuelta a Sasuke!
-Ven vamos a la casa, mañana es el entierro y debes que tener fuerzas.
-Si tienes razón vámonos…
Ambos chicos salieron de la casa del difunto, no sin antes haberse despedido de todos los presentes. Cuando salieron a la calle se habían dado cuenta que la tormenta por fin había acabado y se dispusieron a tomar un taxi. El camino fue largo para el pobre chico de rubio cabello, ya que no podía salir de ese mar de nostalgia que le producía la muerte de su amado. Sin percatarse, el vehículo en donde viajaban había llegado a su destino, la chica le pago al taxista el precio indicado y ambos chicos bajaron del vehículo. Se dirigieron a su pequeña morada, llegaron a la sala y allí el rubio pronuncio unas palabras -hermana me iré a dormir-…-está bien naruto que descanses yo también me iré a dormir- El chico comenzó su camino hacia su cuarto, se cambio de ropa y se puso algo mas ligero, se acostó lentamente en su cama, y aun que la tristeza volvió otra vez ocasionando que este llorara pudo con dificultad conciliar el sueño.
En medio del sueño, o quizás la realidad, un hombre se sentó en la cama del rubio: - ¿a quién lloras? Acaso no sabes que esos hermosos zafiros no se hicieron para llorar, usuratonkashi, - esas palabras eran inconfundibles para sus oídos, solo podía tratarse de él, de su amado, de su Sasuke: - Sasuke...tu..., - no pudo continuar, ya que se encontraba aprisionado por los fuertes brazos del Uchiha, - Naruto, quiero que sigas tu vida, no quiero que pienses que es tu culpa mi muerte. Salir en tu defensa fue mi voluntad y yo lo quise así; si esto te hubiese pasado a ti, ten por seguro que me habría ido contigo, pero yo se que tu eres mas comprensivo y fuerte que yo, te seguro que algún día, yo mismo seré quien venga a buscarte, pero ahora quiero que vivas y disfrutes, que no sientas que mi muerte fue tu culpa, - el rubio de acurrucó en los brazos de su amado y derramó algunas lagrimas, - Sasuke...cuanto tiempo tendré que esperar...., - el Uchiha, en un movimiento suave, giro la cabeza del menor, y le susurró al oído: - amor mío te aseguro que no será por mucho, pero quiero que en tu corazón exista paz y tranquilidad, quiero que seas el Naruto que logró conquistarme y él que me ayudó a salir de mi oscuridad, - diciendo esto, la sombra se desvaneció. Ahora la expresión del rubio era una mucho mas tranquila, ya no se reflejaba esa tristeza ni ese dolor en sus hermosos ojos; finalmente susurró, - quiero estar contigo ahora, Sasuke...., - dichas estas palabras, el rubio se durmió y entre sueños se fue con el amor de su vida, a permanecer juntos en el mas allá, donde nada ni nadie podrá separarlos.
A la mañana siguiente se escuchaban llantos y lamentos, tras la repentina muerte de nuestro querido amigo, Uzumaki Naruto