Iracunda.
No solía ser una persona de molestarse. No era del tipo que protestara o gritara. Una sonrisa, un gesto descarado. Sumisión.
Era solo que ya no podía más! no podía soportarlo. Tenía que hacerlo!
Fue entonces cuando una sombra carmín se poso sobre su vida de tragedia silenciosa. Tomo el chance y no se arrepiente lo haría de nuevo, una y otra vez. Era lo correcto incluso si estaba mal. A pesar de ser malvado.
Nunca podría explicarlo forma tan peculiar en que sus manos temblaban y sudaban.
Furiosa.
Rabiosa.
Descontrolada.
No podía continuar así, era momento de hacer algo. De sacar ese rencor tan arraigado en el centro de su pecho, era momento de arrancarlo y sangrar. De llenar todo de su sangre roja y ponzoñosa, con las de ellas. Esa sangre corrupta y vulgar, todas son unas inmerecedoras. Todo se tiñe de sangre inocente.
Pronto se borrara.
Quizá sea incluso hermoso.
Solo sabe que será monstruoso. No le importa.
Su vista se nubla y tambalea. Sus oídos chillan agudos. Podría morir…pero no lo hace. Incluso si lo desea con todas sus fuerza no pasara. Al menos no de esa forma, no será tan sencillo. Desgraciada se da cuenta…no será fácil. Pero así continúa.
Manos manchadas de sangre, manos pecadoras y justicieras, las odia pero no sabe deshacerse de ellas como de su odio. Su furia solo crece bajo una careta falsa de tranquilidad. Miente descaradamente porque no puede aceptarlo. No todavía….solo un poco más. Descansar una noche más. Después se esforzara el doble. El triple y mil veces extra.
La palabra paz ha dejado de tener cabida en su vida desde hace años. Dolor, silencio, tristeza. Todo se quedo y la tiñó de pies a cabeza.
Desgracias.
Sonrisas.
Ambas la persiguen silenciosa y persistentemente, provocándola y tentándola. Negándose a dejarla ir. Entonces lo sabe….esta es su misión. Tiñe todo de ira. Con su ira silenciosa y mortal.
Procurara llevárselo todo al infierno con ella, incluso esa felicidad que tanto ha deseado y cuidado celosamente. Para no dejarla ir le arrastrara hasta el mismo infierno, es lo único en que iracunda puede pensar. Le pondrá las garras encima y lo destrozara. Lo hará pedazos para poderlo poner junto a su destrozado corazón y quebrada cordura.
Lo pondrá junto a todas las cosas que amo y la vida le quito. Retazos de ilusiones. De vida.
Su vida.
Debió pertenecerle. Hubiera sido lo justo.
Pero no lo hizo.
Lo justo nunca existió, fue una tonta, una ilusa. La justicia no era para seres malditos como ella. La justicia tenia ojos azules k miran desde el mas allá. Ojos azules inocentes y persuasivos.
Ella nunca fue así.
Jamás lo seria.
Esa era la gran tragedia de su vida.
Pero no importaba, nunca lo hizo. Nunca importo nada que fuera suyo o para ella. Todo giraría alrededor de otros siempre, como era lo correcto.
Entonces se mancho las manos una vez.
Luego lo hizo otra.
Después una más…
Y así continuo.
Furiosa……